Demonio de Tasmania
Madmaxista
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Ayer viernes, mi señora y yo llegamos a la Málaga natal de ella para ver a la familia y pasar unos días de "descanso". Temperatura máxima diurna 32 grados, temperatura nocturna mínima según una estación meteorológica que tiene mi cuñado: 28 grados. Humedad relativa del aire 80 % constante. No sopla nada de brisa. Un calor insoportable y todo el día empapado en sudor. La ciudad llena de guiris comiendo helados y achicharrados de calor, dando vueltas como zombis por la calle de Larios y la del teatro romano. Todo el centro de la ciudad es una inmensa terraza, donde cuesta andar, entre mesas y la afluencia de guiris. Me llamó la atención que en el centro se recogiera la sarama con camiones a las 13:00 del medio día, cuando los guiris están ya pensando en comer o comiendo, entre un olor insoportable de esos contenedores soterrados que tienen por todo el casco histórico. Algunos familiares de mi señora me han dicho que no bajan al centro para nada, que ya no tiene nada que ofrecer al malagueño de a pie. prácticamente todo son bares y tiendas de turistas. He aprovechado esta mañana para ir al centro a comprobarlo por mi mismo. He cogido el metro y la estación término del centro es de juguete, con una sola vía y unos trenes pequeñísimos. Después de 20 años en hacer esa obra.
Me he dado una vuelta por el teatro romano y por el Museo de Málaga (que son gratis, porque la Junta de Andalucía que es la propietaria, es así de "generosa", pero a pesar de ello prácticamente sin gente). No entiendo porque la gente prefiere dar vueltas como iluso bajo un sol de justicia o tomarse cañas a 30 grados a la sombra en terrazas atestadas de gente. Lo de los patinetes en Málaga, de verdadera locura, una auténtica ciudad sin ley. Por todo esto, no sé a qué shishi va la gente a Málaga ¿para tomar cañas? ¿para dar vueltas con un calor y humedad tropicales? Tampoco la ciudad es que tenga unas playas maravillosas, ya que son muy mediocres. ¿La cultura? Pero si los museos están vacíos. Solo había un poco de afluencia de público para entrar en la Alcazaba, donde, por lo visto, el Ayuntamiento lleva 30 años sin invertir un duro, que es su propietario y donde sí cobra entrada (6 € me ha dicho mi cuñadísimo), como en todos los museos que dependen del Ayuntamiento y en el Museo Picasso. Esta semana próxima haré una visita al monumento.
Creo que esto que vive Málaga, esta moda, es producto de los años de propaganda de su Ayuntamiento, que pone cuatro museos "franquicia", arregla dos calles del centro y se cree que la ciudad ya es el centro del mundo. Se ha llenado la ciudad de turistas sin rumbo, que han convertido el centro en un parque temático y han disparado el precio de la vivienda hasta las galaxias. Todo ello es el efecto de la propaganda y de los publirreportajes (con dinero público) en los medios de comunicación nacionales e internacionales con los que ha machacado durante años el Ayuntamiento. Porque realmente Málaga, como ciudad, está completamente sobrevalorada. Es evidente que los malagueños están muy hartos de la situación, pero no votan a otro que no sea Paco de la Torre, porque parece que el resto de candidatos que se presentaba no valían un duro. Málaga podía ser una ciudad bonita, agradable para vivir, con cierto dinamismo económico, siempre y cuando no se desborden ciertos límites, porque su emplazamiento (alejado de todo, si no fuera por el tras*porte aéreo o el AVE) y el territorio en el que se encuentra no dan para mucho más (un estrecho pasillo entre montaña y mar). No es la metrópoli invivible e insostenible en la que la quieren convertir ni de lejos, porque entre otras cosas, no hay ni agua en el momento en que las lluvias deciden no venir en invierno y no tiene un río Colorado cerca, como Los Ángeles, para robar el agua.
Me he dado una vuelta por el teatro romano y por el Museo de Málaga (que son gratis, porque la Junta de Andalucía que es la propietaria, es así de "generosa", pero a pesar de ello prácticamente sin gente). No entiendo porque la gente prefiere dar vueltas como iluso bajo un sol de justicia o tomarse cañas a 30 grados a la sombra en terrazas atestadas de gente. Lo de los patinetes en Málaga, de verdadera locura, una auténtica ciudad sin ley. Por todo esto, no sé a qué shishi va la gente a Málaga ¿para tomar cañas? ¿para dar vueltas con un calor y humedad tropicales? Tampoco la ciudad es que tenga unas playas maravillosas, ya que son muy mediocres. ¿La cultura? Pero si los museos están vacíos. Solo había un poco de afluencia de público para entrar en la Alcazaba, donde, por lo visto, el Ayuntamiento lleva 30 años sin invertir un duro, que es su propietario y donde sí cobra entrada (6 € me ha dicho mi cuñadísimo), como en todos los museos que dependen del Ayuntamiento y en el Museo Picasso. Esta semana próxima haré una visita al monumento.
Creo que esto que vive Málaga, esta moda, es producto de los años de propaganda de su Ayuntamiento, que pone cuatro museos "franquicia", arregla dos calles del centro y se cree que la ciudad ya es el centro del mundo. Se ha llenado la ciudad de turistas sin rumbo, que han convertido el centro en un parque temático y han disparado el precio de la vivienda hasta las galaxias. Todo ello es el efecto de la propaganda y de los publirreportajes (con dinero público) en los medios de comunicación nacionales e internacionales con los que ha machacado durante años el Ayuntamiento. Porque realmente Málaga, como ciudad, está completamente sobrevalorada. Es evidente que los malagueños están muy hartos de la situación, pero no votan a otro que no sea Paco de la Torre, porque parece que el resto de candidatos que se presentaba no valían un duro. Málaga podía ser una ciudad bonita, agradable para vivir, con cierto dinamismo económico, siempre y cuando no se desborden ciertos límites, porque su emplazamiento (alejado de todo, si no fuera por el tras*porte aéreo o el AVE) y el territorio en el que se encuentra no dan para mucho más (un estrecho pasillo entre montaña y mar). No es la metrópoli invivible e insostenible en la que la quieren convertir ni de lejos, porque entre otras cosas, no hay ni agua en el momento en que las lluvias deciden no venir en invierno y no tiene un río Colorado cerca, como Los Ángeles, para robar el agua.