MonteKarmelo
Madmaxista
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El último parado
La nieve no es bastante para tapar los titulares que estos días rivalizan en la magnitud de la tragedia como son los siguientes: “España destruye casi un millón de empleos en el 2008″, “El paro en Cataluña fue un 59 por ciento mayor que en el 2007″, “Castellón cierra el año con el mayor paro de toda España”, “Murcia registra la mayor subida del paro de España”, “El desempleo crece en Asturias el doble que en España”, “175 canarios perdieron su trabajo durante cada día del pasado año”; etc, etc.
Y para mayor inri, la prensa extranjera se frota las manos al comprobar que ellos no son tan torpes como nosotros y que capean el temporal con mucho mejor tino. Dentro de las dificultades encuentran consuelo en el mal ajeno: “Señores, no se quejen; fíjense en los españoles, lo crudo que lo tienen”.
Eso es lo sustancial. Aquí hay un desastre sin paliativos que se esconde detrás de una crisis cuya existencia se niega o se engorda a gusto de los gestores, según haya convocatoria de elecciones o se hayan ganado ya. Vamos, lo ideal para generar confianza por un tubo.
Y es ahora, precisamente ahora, cuando las cifras aprietan en el zapato hasta el punto de ser tomadas como el ejemplo a no imitar en Europa, el momento elegido para manifestarse. A ello se aprestan el partido del Gobierno, los sindicatos, los artistas de la copla, la ceja y el mentón, los del País de Nunca Hamás, los del Sí a la Guerra Mediática, los del Ista, Ista, Ista, los de la Viga en el Propio y la trabajo manual en el Ajeno. Todos juntos para ponerle remedio. Y éste no es otro que España retire su embajador en Israel.
Toma solidaridad. Nunca pesebre tan barato fue tan rentable. Es de esperar que el nuevo millón de parados salga hoy también a la calle para solicitarlo:
_Sionistas, os va a salir caro; nuestro embajador, al paro.
La nieve no es bastante para tapar los titulares que estos días rivalizan en la magnitud de la tragedia como son los siguientes: “España destruye casi un millón de empleos en el 2008″, “El paro en Cataluña fue un 59 por ciento mayor que en el 2007″, “Castellón cierra el año con el mayor paro de toda España”, “Murcia registra la mayor subida del paro de España”, “El desempleo crece en Asturias el doble que en España”, “175 canarios perdieron su trabajo durante cada día del pasado año”; etc, etc.
Y para mayor inri, la prensa extranjera se frota las manos al comprobar que ellos no son tan torpes como nosotros y que capean el temporal con mucho mejor tino. Dentro de las dificultades encuentran consuelo en el mal ajeno: “Señores, no se quejen; fíjense en los españoles, lo crudo que lo tienen”.
Eso es lo sustancial. Aquí hay un desastre sin paliativos que se esconde detrás de una crisis cuya existencia se niega o se engorda a gusto de los gestores, según haya convocatoria de elecciones o se hayan ganado ya. Vamos, lo ideal para generar confianza por un tubo.
Y es ahora, precisamente ahora, cuando las cifras aprietan en el zapato hasta el punto de ser tomadas como el ejemplo a no imitar en Europa, el momento elegido para manifestarse. A ello se aprestan el partido del Gobierno, los sindicatos, los artistas de la copla, la ceja y el mentón, los del País de Nunca Hamás, los del Sí a la Guerra Mediática, los del Ista, Ista, Ista, los de la Viga en el Propio y la trabajo manual en el Ajeno. Todos juntos para ponerle remedio. Y éste no es otro que España retire su embajador en Israel.
Toma solidaridad. Nunca pesebre tan barato fue tan rentable. Es de esperar que el nuevo millón de parados salga hoy también a la calle para solicitarlo:
_Sionistas, os va a salir caro; nuestro embajador, al paro.
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