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Madmaxista
Xarnegos: La demonización de la Clase Obrera en Cataluña.
Octubre 10, 2016
Arqueòleg Glamurós
Artículo original, en catalán:
XARNEGOS: La demonització de la Classe Obrera a Catalunya. | Reflexions d'un arqueòleg glamurós
Recomiendo ir al artículo original (opción traducción automática al castellano en el mismo blog) porque está ilustrado con numerosos twits y fotografías ilustrativas (valga la redundancia)
El pasado 2012, el escritor británico Owen Jones publicó el imprescindible obra "Chaves: La demonización de la clase obrera" donde detalla de forma magistral como la hegemonía cultural neoliberal ha impuesto una visión peyorativa y llena de tópicos de lo que supone ser un trabajador no cualificado. A menudo, en muchas series (como "Aida" de Tele5, a la británica "Little Britain" oa la americana "Shameless") se nos presenta a los obreros como personas incultas, groseras, mal habladas, promiscuos, drojadictos, parásitos de las subvenciones y con un gusto horrible en música, vestuario o televisión.
Se imagina por un momento que esta humillación estereotipada la hicieran con los gays, las mujeres o los neցros? Pues aquí nadie protesta ya que la hegemonía neoliberal ha destruido toda conciencia de clase. Ya nadie se siente identificado con esta imagen de la "gente obrera" y se cree que es de clase media. Los trabajadores han dejado de apoyar a la izquierda marxista y los sindicatos, pues no se sienten interpelados como proletarios y prefieren optar por discursos nacionalistas, xenófobos y populistas. La idea de fondo es: los pobres lo son porque son orates, mientras los ricos forman una élite privilegiada gracias a su cultura y esfuerzo. La explotación social no ha existido nunca. La derecha ya tiene el discurso para recortar el estado del bienestar: las ayudas públicas sólo sirven para mantener vagos y fracasados con nuestros impuestos.
El triunfo del neoliberalismo ha dado todo de Occidente; concretamente en Cataluña este discurso clasista lo ha cogido un sector muy minoritario (y perdonad que insista MUY MINORITARIO) del nacionalismo catalán, más de derechas y conservador. Mezclando los tópicos clasistas con etnicismo y xenofobia, equiparan ser pobre a hablar en castellano, ser hortera, ignorante y españolista. Aquí no tenemos Chaves, los llamamos Xarnegos y xoni. Mientras el nacionalismo romántico siempre ha idealizado el folclore rural como algo bucólico de donde emana la esencia de la catalanidad auténtica, la cultura urbana cosmopolita, popular, alternativa y de extrarradio menudo ha sido invisibilizada o ridiculizada por el establishment mediático y las élites catalanas.
Vamos a hacer un breve repaso histórico de este fenómeno:
Las raíces de este clasismo racista son muy profundas y anteriores al neoliberalismo. Las primeras muestras las encontramos años 30, durante la II República. Poco antes de que Franco llegara el poder, cierto ultranacionalismo catalán se veía inspirado por las ideas que estaban triunfando en Europa en ese momento. El historiador Manuel Domínguez, Presidente del Centro de Estudios de L'Hospitalet, ha publicado una investigación bastante exhaustiva en su blog sobre los discursos contra los migrados obreros de origen murciano en el barrio de la Torrassa durante los años 30 's; unos proletarios que eran la base del sindicalismo revolucionario de la CNT. Los artículos de la prensa nacionalista de 1933 -1934 acusaban a los murcianos de una plaga invasora de ladrones infestados de tracoma. Hay que recordar que en 1934 el mismo Pompeu Fabra impulsa el " Manifiesto por la Conservación de la Raza Catalana ", alertando sobre la degeneración genética que podían suponer los migrados charnegos. Este populismo se retroalimentaba con el anticatalanismo republicano de Alejandro Lerroux.
El Be Negre, el 11 de julio de 1933. Un chiste donde se asocia a los Murcianos con enfermedades como el tracoma y la organización sindical anarquista FAI.
Durante la tras*ición el PSUC, partido hegemónico del antifranquismo formado por catalanes tanto de raíz como para recién llegados, lidera un esfuerzo titánico para eliminar este veneno. Bajo el lema "Somos un solo pueblo" defiende la inmersión lingüística como una herramienta fundamental para cohesionar al pueblo catalán , evitando una segregación clasista por lengua en las escuelas y consiguiendo que en el Estatuto de Autonomía define como catalán quien vive y trabaja en Cataluña, sin otro matiz ideológico, identitario o étnico. El nacionalismo catalán aceptó el discurso integrador del PSUC, aunque el Huevo de la Serpiente nunca se fue del todo y, de vez en cuando, enseñaba tímidamente la patita. Como por ejemplo el s despropósitos supremacistas del Presidente del Parlamento y líder de ERC Heribert Barrera, o esos del Presidente de la Generalitat Jordi Pujol.
Cuando un cordobés de origen humilde como José Montilla llega a Presidente de la Generalitat, con el apoyo de un partido independentista, este prejuicio parecía erradicado definitivamente, pero de repente lo empezamos a sentir de nuevo. Algunos miembros de la oligarquía burguesa no podían soportar la idea de que alguien de una casta a la que consideraban impura los hubiera tomado el poder. La ex primera dama Marta Ferrusola, declaró en una entrevista "Me molesta que Montilla sea Presidente, porque es un andaluz que tiene el nombre en castellano".
Un ejemplo muy significativo de la equiparación de hablar castellano con ser pobre, trabajador, hortera y perversos lo encontramos con esta columna de Salvador Sostres al diario nacionalista HOY en la época del Tripartito.
Una de las consecuencias más negativas que tiene El Proceso es que la política catalana a partir de 2012 se polariza por factores identitarios y no ideológicos o económicos. El electorado se segmenta básicamente en función de la legua y el lugar de nacimiento, con lo cual se crea el caldo de cultivo para el resurgimiento del clasismo anti-xarnego por un lado y del lerrouxismo anticatalán de Ciudadanos y del PP por el otro .
Apoyo al independentismo según lengua y lugar de origen (datos del CEO)
Para penetrar en el electorado obrero metropolitano los processistes crean una organización independentista específica para ellos: Súmate. Una entidad teledirigida por ERC que trata a los castellanohablantes como clientes, con paternalismo y condescendencia, los inferioriza en vez de empoderarlos, mostrando que están dispuestos a perdonar su origen impuro, si se llevan bien apoyando el Proceso, premiant- con un cargo en un partido o una tertulia. Es un ejemplo del fenómeno llamado "tokenisme " basado en incluir miembros de una minoría en una lista política, sin incluir ninguna reivindicación específica de sus derechos, simplemente buscando captar su voto. Estoy seguro de que hay miles de independentistas con raíces familiares en Andalucía o Galicia que no han necesitado en ningún momento esta condescendencia para sumarse al Proceso.
Recientemente, sin embargo, esta cara amable ha empezado a dar paso, de nuevo, a la versión más feroz del clasismo etnicista. El Manifiesto del Grupo Koiné, presentado con el apoyo de destacadísimos líderes de CDC-ERC-CUP, acusaba a los migrados ser colonos al servicio del franquismo y presentaba la diversidad cultural de ser un peligro para la supervivencia de la lengua catalana.
Raíz de la excelente pregón por las fiestas de la Mercè por parte de Perez Andujar de nuevo se han sentido algunos aullidos supremacistas. Andújar, nacido en Sant Adrià del Besos, hizo un buen repaso por todos los elementos de esta cultura obrera urbana alternativa, muchas veces invisibilizada por los medios nacionalistas, desde el punk, los cómics o la rumba. El Pregón fue contra-programado por un ridículo vodevil de Toni Albà vestido de Felipe V, que devino mitin de exaltación convergente. Curiosamente Toni Albà no tuvo escrúpulos en hacer un Pregón en las fiestas de L'Hospitalet de 2012 (cobrando, of course), gobernado por un PSC que hacía una campaña bajo el lema "No a la independencia" y con la presencia en el balcón de un concejal de PxC que había sido un skin head neonazi . Es decir, según la lógica de Albà, los nacionalistas catalanes pueden hacer pregones en barrios obreros, pero los residentes en barrios obreros no pueden hacer profundos en la capital de Cataluña si no son nacionalistas. Fantástico. Muy coherente todo.
Raíz del Pregón del escritor Julià de Jodar, ex-diputado del partido nacionalista CUP e impulsor del supremacista Grupo Koiné, hizo una serie de tweets acusando a la cultura de la clase trabajadora migrada de ser una "subcultura española" y ponía como ejemplo a Jorge Javier Vazquez (presentador de Salvame) de como de ignorantes, cutres y horteras son los barrios obreros. Después de que no se extrañe la CUP si tiene muchos mejores resultados en Sant Cugat que en Bellvitge.
También el tertuliano de TV3 y Cataluña Radio Bernardo de Diez publicó un artículo sobre el Pregón de Andujar en El Nacional.cat, bien relleno del discurso clasista contra la cultura popular de la clase trabajadora castellanoparlante. En una ridícula demostración de elitismo clasista incluso compara en Andújar con Leporello, el criado en la ópera Don Gionanni.
El artículo, por cierto, fue compartido por el twitter oficial de la Sectorial de Guardia Urbana de la ANC con este comentario
Aquí un artículo de Jordi Arnal Roura, miembro de Solidaritat Catalana, donde hace un refrito de todos los tópicos y estereotipos contra los trabajadores migrantes, atacando el discurso integrador del PSUC y defendiendo abiertamente la supremacía de la cultura catalana.
Otra reacción al pregón la encontramos en el Diario de Mallorca, donde un columnista acusa en Barcelona de vivir encerrada en sí misma, por ser cosmopolita e intercultural, llena de obreros que la ensucian y de pagapensiones de culturas extrañas.
Una rápida búsqueda en las redes sociales nos indica que este discurso clasista y xenófobo, efectivamente existe a pesar de ser minoritario. Aquí algunos ejemplos encontrados al azar.
Obviamente todo este relato no es más que una falacia absurda. Hay castellanohablantes obreros independentistas y catalanes burgueses de raíz que han sido cabezas de lista del PP. Hay hijos de obreros con un nivel cultural y un gusto estético infinitamente superior a muchos pijos de Sant Gervasi. Y muchos somos capaces de leer Mercè Rodoreda o Hegel mientras escuchamos Camela, al mismo tiempo. Esta visión maniquea, tópica y estereotipada del concepto de cultura, de la clase trabajadora migrada, y de la sociedad catalana en general, tan sólo busca canalizar el repruebo social generado por la crisis contra las personas más vulnerables, en vez de hacerlo contra los poderosos.
Ante esto creo que el nacionalismo catalán mayoritario, que no tengo ninguna duda se respetuoso con los derechos de todas las personas, debería romper y desentenderse de este elitismo neoliberal y etnicista si se que nunca quiere llegar a rascar algún voto al Área Metropolitana, en vez de seguir negando tajantemente que este discurso exista o excusándose en que la derecha españolista se peor. El atronador silencio ante este fundamentalismo radical es un lastre que hace que muchas personas de izquierdas y catalanistas nos sentimos bastante alejados ideológicamente del Proceso.
Por otro lado la izquierda catalana necesita urgentemente (re) construir un catalanismo popular y tras*versal que vuelva a empoderar a la clase obrera con orgullo, independientemente de sus orígenes, politizando a la sociedad en un conflicto contra los poderosos y no al revés. Como siempre, nos tocará a nosotros coser las heridas que la derecha catalana y la española hacen a la cohesión social del pueblo catalán sólo para ganar cuatro votos.
Octubre 10, 2016
Arqueòleg Glamurós
Artículo original, en catalán:
XARNEGOS: La demonització de la Classe Obrera a Catalunya. | Reflexions d'un arqueòleg glamurós
Recomiendo ir al artículo original (opción traducción automática al castellano en el mismo blog) porque está ilustrado con numerosos twits y fotografías ilustrativas (valga la redundancia)
El pasado 2012, el escritor británico Owen Jones publicó el imprescindible obra "Chaves: La demonización de la clase obrera" donde detalla de forma magistral como la hegemonía cultural neoliberal ha impuesto una visión peyorativa y llena de tópicos de lo que supone ser un trabajador no cualificado. A menudo, en muchas series (como "Aida" de Tele5, a la británica "Little Britain" oa la americana "Shameless") se nos presenta a los obreros como personas incultas, groseras, mal habladas, promiscuos, drojadictos, parásitos de las subvenciones y con un gusto horrible en música, vestuario o televisión.
Se imagina por un momento que esta humillación estereotipada la hicieran con los gays, las mujeres o los neցros? Pues aquí nadie protesta ya que la hegemonía neoliberal ha destruido toda conciencia de clase. Ya nadie se siente identificado con esta imagen de la "gente obrera" y se cree que es de clase media. Los trabajadores han dejado de apoyar a la izquierda marxista y los sindicatos, pues no se sienten interpelados como proletarios y prefieren optar por discursos nacionalistas, xenófobos y populistas. La idea de fondo es: los pobres lo son porque son orates, mientras los ricos forman una élite privilegiada gracias a su cultura y esfuerzo. La explotación social no ha existido nunca. La derecha ya tiene el discurso para recortar el estado del bienestar: las ayudas públicas sólo sirven para mantener vagos y fracasados con nuestros impuestos.
El triunfo del neoliberalismo ha dado todo de Occidente; concretamente en Cataluña este discurso clasista lo ha cogido un sector muy minoritario (y perdonad que insista MUY MINORITARIO) del nacionalismo catalán, más de derechas y conservador. Mezclando los tópicos clasistas con etnicismo y xenofobia, equiparan ser pobre a hablar en castellano, ser hortera, ignorante y españolista. Aquí no tenemos Chaves, los llamamos Xarnegos y xoni. Mientras el nacionalismo romántico siempre ha idealizado el folclore rural como algo bucólico de donde emana la esencia de la catalanidad auténtica, la cultura urbana cosmopolita, popular, alternativa y de extrarradio menudo ha sido invisibilizada o ridiculizada por el establishment mediático y las élites catalanas.
Vamos a hacer un breve repaso histórico de este fenómeno:
Las raíces de este clasismo racista son muy profundas y anteriores al neoliberalismo. Las primeras muestras las encontramos años 30, durante la II República. Poco antes de que Franco llegara el poder, cierto ultranacionalismo catalán se veía inspirado por las ideas que estaban triunfando en Europa en ese momento. El historiador Manuel Domínguez, Presidente del Centro de Estudios de L'Hospitalet, ha publicado una investigación bastante exhaustiva en su blog sobre los discursos contra los migrados obreros de origen murciano en el barrio de la Torrassa durante los años 30 's; unos proletarios que eran la base del sindicalismo revolucionario de la CNT. Los artículos de la prensa nacionalista de 1933 -1934 acusaban a los murcianos de una plaga invasora de ladrones infestados de tracoma. Hay que recordar que en 1934 el mismo Pompeu Fabra impulsa el " Manifiesto por la Conservación de la Raza Catalana ", alertando sobre la degeneración genética que podían suponer los migrados charnegos. Este populismo se retroalimentaba con el anticatalanismo republicano de Alejandro Lerroux.
El Be Negre, el 11 de julio de 1933. Un chiste donde se asocia a los Murcianos con enfermedades como el tracoma y la organización sindical anarquista FAI.
Durante la tras*ición el PSUC, partido hegemónico del antifranquismo formado por catalanes tanto de raíz como para recién llegados, lidera un esfuerzo titánico para eliminar este veneno. Bajo el lema "Somos un solo pueblo" defiende la inmersión lingüística como una herramienta fundamental para cohesionar al pueblo catalán , evitando una segregación clasista por lengua en las escuelas y consiguiendo que en el Estatuto de Autonomía define como catalán quien vive y trabaja en Cataluña, sin otro matiz ideológico, identitario o étnico. El nacionalismo catalán aceptó el discurso integrador del PSUC, aunque el Huevo de la Serpiente nunca se fue del todo y, de vez en cuando, enseñaba tímidamente la patita. Como por ejemplo el s despropósitos supremacistas del Presidente del Parlamento y líder de ERC Heribert Barrera, o esos del Presidente de la Generalitat Jordi Pujol.
Cuando un cordobés de origen humilde como José Montilla llega a Presidente de la Generalitat, con el apoyo de un partido independentista, este prejuicio parecía erradicado definitivamente, pero de repente lo empezamos a sentir de nuevo. Algunos miembros de la oligarquía burguesa no podían soportar la idea de que alguien de una casta a la que consideraban impura los hubiera tomado el poder. La ex primera dama Marta Ferrusola, declaró en una entrevista "Me molesta que Montilla sea Presidente, porque es un andaluz que tiene el nombre en castellano".
Un ejemplo muy significativo de la equiparación de hablar castellano con ser pobre, trabajador, hortera y perversos lo encontramos con esta columna de Salvador Sostres al diario nacionalista HOY en la época del Tripartito.
Una de las consecuencias más negativas que tiene El Proceso es que la política catalana a partir de 2012 se polariza por factores identitarios y no ideológicos o económicos. El electorado se segmenta básicamente en función de la legua y el lugar de nacimiento, con lo cual se crea el caldo de cultivo para el resurgimiento del clasismo anti-xarnego por un lado y del lerrouxismo anticatalán de Ciudadanos y del PP por el otro .
Apoyo al independentismo según lengua y lugar de origen (datos del CEO)
Para penetrar en el electorado obrero metropolitano los processistes crean una organización independentista específica para ellos: Súmate. Una entidad teledirigida por ERC que trata a los castellanohablantes como clientes, con paternalismo y condescendencia, los inferioriza en vez de empoderarlos, mostrando que están dispuestos a perdonar su origen impuro, si se llevan bien apoyando el Proceso, premiant- con un cargo en un partido o una tertulia. Es un ejemplo del fenómeno llamado "tokenisme " basado en incluir miembros de una minoría en una lista política, sin incluir ninguna reivindicación específica de sus derechos, simplemente buscando captar su voto. Estoy seguro de que hay miles de independentistas con raíces familiares en Andalucía o Galicia que no han necesitado en ningún momento esta condescendencia para sumarse al Proceso.
Recientemente, sin embargo, esta cara amable ha empezado a dar paso, de nuevo, a la versión más feroz del clasismo etnicista. El Manifiesto del Grupo Koiné, presentado con el apoyo de destacadísimos líderes de CDC-ERC-CUP, acusaba a los migrados ser colonos al servicio del franquismo y presentaba la diversidad cultural de ser un peligro para la supervivencia de la lengua catalana.
Raíz de la excelente pregón por las fiestas de la Mercè por parte de Perez Andujar de nuevo se han sentido algunos aullidos supremacistas. Andújar, nacido en Sant Adrià del Besos, hizo un buen repaso por todos los elementos de esta cultura obrera urbana alternativa, muchas veces invisibilizada por los medios nacionalistas, desde el punk, los cómics o la rumba. El Pregón fue contra-programado por un ridículo vodevil de Toni Albà vestido de Felipe V, que devino mitin de exaltación convergente. Curiosamente Toni Albà no tuvo escrúpulos en hacer un Pregón en las fiestas de L'Hospitalet de 2012 (cobrando, of course), gobernado por un PSC que hacía una campaña bajo el lema "No a la independencia" y con la presencia en el balcón de un concejal de PxC que había sido un skin head neonazi . Es decir, según la lógica de Albà, los nacionalistas catalanes pueden hacer pregones en barrios obreros, pero los residentes en barrios obreros no pueden hacer profundos en la capital de Cataluña si no son nacionalistas. Fantástico. Muy coherente todo.
Raíz del Pregón del escritor Julià de Jodar, ex-diputado del partido nacionalista CUP e impulsor del supremacista Grupo Koiné, hizo una serie de tweets acusando a la cultura de la clase trabajadora migrada de ser una "subcultura española" y ponía como ejemplo a Jorge Javier Vazquez (presentador de Salvame) de como de ignorantes, cutres y horteras son los barrios obreros. Después de que no se extrañe la CUP si tiene muchos mejores resultados en Sant Cugat que en Bellvitge.
También el tertuliano de TV3 y Cataluña Radio Bernardo de Diez publicó un artículo sobre el Pregón de Andujar en El Nacional.cat, bien relleno del discurso clasista contra la cultura popular de la clase trabajadora castellanoparlante. En una ridícula demostración de elitismo clasista incluso compara en Andújar con Leporello, el criado en la ópera Don Gionanni.
El artículo, por cierto, fue compartido por el twitter oficial de la Sectorial de Guardia Urbana de la ANC con este comentario
Aquí un artículo de Jordi Arnal Roura, miembro de Solidaritat Catalana, donde hace un refrito de todos los tópicos y estereotipos contra los trabajadores migrantes, atacando el discurso integrador del PSUC y defendiendo abiertamente la supremacía de la cultura catalana.
Otra reacción al pregón la encontramos en el Diario de Mallorca, donde un columnista acusa en Barcelona de vivir encerrada en sí misma, por ser cosmopolita e intercultural, llena de obreros que la ensucian y de pagapensiones de culturas extrañas.
Una rápida búsqueda en las redes sociales nos indica que este discurso clasista y xenófobo, efectivamente existe a pesar de ser minoritario. Aquí algunos ejemplos encontrados al azar.
Obviamente todo este relato no es más que una falacia absurda. Hay castellanohablantes obreros independentistas y catalanes burgueses de raíz que han sido cabezas de lista del PP. Hay hijos de obreros con un nivel cultural y un gusto estético infinitamente superior a muchos pijos de Sant Gervasi. Y muchos somos capaces de leer Mercè Rodoreda o Hegel mientras escuchamos Camela, al mismo tiempo. Esta visión maniquea, tópica y estereotipada del concepto de cultura, de la clase trabajadora migrada, y de la sociedad catalana en general, tan sólo busca canalizar el repruebo social generado por la crisis contra las personas más vulnerables, en vez de hacerlo contra los poderosos.
Ante esto creo que el nacionalismo catalán mayoritario, que no tengo ninguna duda se respetuoso con los derechos de todas las personas, debería romper y desentenderse de este elitismo neoliberal y etnicista si se que nunca quiere llegar a rascar algún voto al Área Metropolitana, en vez de seguir negando tajantemente que este discurso exista o excusándose en que la derecha españolista se peor. El atronador silencio ante este fundamentalismo radical es un lastre que hace que muchas personas de izquierdas y catalanistas nos sentimos bastante alejados ideológicamente del Proceso.
Por otro lado la izquierda catalana necesita urgentemente (re) construir un catalanismo popular y tras*versal que vuelva a empoderar a la clase obrera con orgullo, independientemente de sus orígenes, politizando a la sociedad en un conflicto contra los poderosos y no al revés. Como siempre, nos tocará a nosotros coser las heridas que la derecha catalana y la española hacen a la cohesión social del pueblo catalán sólo para ganar cuatro votos.