Como he dicho en un post anterior, siempre le he guardado una gran admiración. Obviamente por sus películas que han sido parte de nuestra vida, y creo que esto ha sido para todo el mundo. Sin embargo, también tengo que reconocer que mucho antes de que se le viera el plumero progre, ya arrastraba una leyenda de color. Eran muchos los testimonios que le consideraban una persona muy competitiva, donde usaba cualquier método con tal de salirse con la suya. Esto incluía la traición y artimañas poco éticas, donde al final el fin justifica los medios.
Aunque había leído varias cosas sobre el tema y visto algunos videos, siempre pensé que era envidia al ser muy competitivo. Pero con el tiempo pude comprobar la verdadera naturaleza del amigo Arnold. No pasa nada, porque en toda esta Agenda 2030 cada uno ha tenido que elegir posiciones. Pero reconozco que fue una decepción, al igual que otras muchas en el cine, música, etc. Está claro que los tiempos han cambiado mucho, hasta el punto en que no he vuelto a ver ni veré ninguna de las películas de Schwarzenegger. Y si se muriera mañana, sinceramente me sudaría la platano...