El Pionero
Alcalde y presidente de Fútbol Paco premium
Jorge jovenlandesa, consultor ambiental de 29 años y vecino de Arganzuela desde hace tres años, ha vivido “la fuerte subida de los alquileres en el barrio”: “Llegué durante la esa época en el 2020 de la que yo le hablo y fue muy fácil encontrar una habitación asequible. Pagaba 310 euros por una habitación no muy grande”. Tras la peor fase de la crisis sanitaria provocada por el cobi19, Jorge se cambió de piso “antes de que el casero me subiera el alquiler” de su piso compartido en el Paseo de las Delicias. Hace dos años, la búsqueda de un apartamento en condiciones para compartir con una amiga “fue imposible porque todo estaba carísimo”. “Muchos pisos de dos habitaciones eran, en realidad, una habitación y un cuarto de escobas convertido en habitación”, lamenta este joven de Puerto Llano, un pueblo de Ciudad Real.
Jorge se define como “un adicto a Idealista” y recuerda “locuras arquitectónicas para sacar un cuarto más” en su búsqueda de piso en Arganzuela: “He visto habitaciones en las que la ventana da al salón o a la cocina común. He visitado pisos en los que tenías que pasar por el cuarto de tu compañero para llegar tu habitación”. Cuando se lo comentó al casero durante la visita, el hombre se justificó diciendo que “seguro que sois muy amigos y tenéis confianza”. Pese a buscar piso con su “mejor amiga”, Jorge subraya que “todo el mundo necesita intimidad”.
Tras un mes “buscando todos los días”, Jorge encontró por fin un piso a un precio asequible de tres habitaciones en la Calle Delicias, al lado de su antigua casa: “Como para dos personas era imposible, encontramos un piso de tres habitaciones con otro compañero. Pagaba 360 euros, pero me lo acaban de subir a 400 euros, según mi casero por el IPC". A Jorge le han subido el alquiler un 14,3%, más que el 10,5% de aumento medio en Arganzuela en un año: "Mi casa de 120 m² ha pasado de costar 1.050 euros al mes a 1.200 euros al mes. Tiene tres habitaciones, cocina, un baño y un pequeño balcón".
Pese a mantener un ambiente de barrio con ancianos paseando con sus carritos de la compra y muchos pequeños comercios, Jorge nota “un aumento de los pisos de alquiler turísticos” en Arganzuela, un barrio entre Atocha y Palos de la Frontera: “Estamos notando la presión de Lavapiés. Muchos amigos tienen pensado irse a vivir a Vallecas por el aumento de los alquileres en Arganzuela”. Los alquileres en Arganzuela han subido un 10,5% en un año, apunta el portal Idealista, más que el 9,4% de incremento en Puente de Vallecas y menos que el 18,4%en la zona centro.
Un hombre observa el edifio de viviendas en la calle Fray Luis de León 18, donde los vecinos crearon el Bloque Arganzuela para evitar ser expulsados por la inmobiliaria Urbania. Urbania reformó el edificio para el alquiler turístico, reduciendo a la mitad los pisos de 80 m² y triplicando su precio.Javier Villaverde La Razón
Pese al ambiente “mucho más de barrio que en Lavapiés con tiendas locales y bares de toda la vida”, Jorge teme, como muchos vecinos con los que charla, que “Arganzuela se convierta en un nuevo Lavapiés”: “Queremos seguir siendo un barrio de vecinos con las pequeñas tiendas de toda la vida, no una zona para alojar turistas”. Al visitar el Mercado de Santa María de la Cabeza, el Mercadona del piso de arriba, donde antes también había puestos como en la planta baja, revela los cambios que está sufriendo Arganzuela.
La joven de 22 años Monserrat Guato trabaja en el puesto en Poké Friendly, el puesto más moderno del mercado: “Sobre todo vienen turistas y gente joven”. Monserrat recuerda que “hace unos días una señora mayor se acercó curiosa al puesto y se llevó un poké para probarlo”. Fausto Bracchieri, camarero de 22 años del restaurante mexicano Orelé en Santa María de la Cabeza 60, subraya que “vienen cada vez más turistas”: “En épocas fuertes como la Navidad más o menos 5 de cada 10 clientes son turistas, la mayoría extranjeros. En épocas bajas, como ahora en invierno, los turistas son 2 de cada 10 personas que vienen a comer o a cenar”.
Jorge se define como “un adicto a Idealista” y recuerda “locuras arquitectónicas para sacar un cuarto más” en su búsqueda de piso en Arganzuela: “He visto habitaciones en las que la ventana da al salón o a la cocina común. He visitado pisos en los que tenías que pasar por el cuarto de tu compañero para llegar tu habitación”. Cuando se lo comentó al casero durante la visita, el hombre se justificó diciendo que “seguro que sois muy amigos y tenéis confianza”. Pese a buscar piso con su “mejor amiga”, Jorge subraya que “todo el mundo necesita intimidad”.
Tras un mes “buscando todos los días”, Jorge encontró por fin un piso a un precio asequible de tres habitaciones en la Calle Delicias, al lado de su antigua casa: “Como para dos personas era imposible, encontramos un piso de tres habitaciones con otro compañero. Pagaba 360 euros, pero me lo acaban de subir a 400 euros, según mi casero por el IPC". A Jorge le han subido el alquiler un 14,3%, más que el 10,5% de aumento medio en Arganzuela en un año: "Mi casa de 120 m² ha pasado de costar 1.050 euros al mes a 1.200 euros al mes. Tiene tres habitaciones, cocina, un baño y un pequeño balcón".
Pese a mantener un ambiente de barrio con ancianos paseando con sus carritos de la compra y muchos pequeños comercios, Jorge nota “un aumento de los pisos de alquiler turísticos” en Arganzuela, un barrio entre Atocha y Palos de la Frontera: “Estamos notando la presión de Lavapiés. Muchos amigos tienen pensado irse a vivir a Vallecas por el aumento de los alquileres en Arganzuela”. Los alquileres en Arganzuela han subido un 10,5% en un año, apunta el portal Idealista, más que el 9,4% de incremento en Puente de Vallecas y menos que el 18,4%en la zona centro.
Pese al ambiente “mucho más de barrio que en Lavapiés con tiendas locales y bares de toda la vida”, Jorge teme, como muchos vecinos con los que charla, que “Arganzuela se convierta en un nuevo Lavapiés”: “Queremos seguir siendo un barrio de vecinos con las pequeñas tiendas de toda la vida, no una zona para alojar turistas”. Al visitar el Mercado de Santa María de la Cabeza, el Mercadona del piso de arriba, donde antes también había puestos como en la planta baja, revela los cambios que está sufriendo Arganzuela.
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Arganzuela teme la gentrificación que acecha desde Lavapiés: “Cada vez hay más pisos turísticos”
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