AQUÍ NO HAY QUIEN VIVA: La verdadera historia detrás de las risas. [Si sois fans de la serie, deberíais leerlo!]

Danito10

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Fue el éxito de ficción más inesperado de la década en la televisión generalista española y la última serie que reunió a millones frente al televisor antes de que todo cambiase. Creadores, productores, actores y técnicos recuerdan la génesis, el éxito, el agotamiento y el final de una serie que se resiste a morir

Desde que Antena 3 emitió su último capítulo en julio de 2006, Aquí no hay quien viva ha tenido muchas vidas, primero en la TDT y después en internet: sus episodios están disponibles, no de forma oficial ni del todo legal, en portales como YouTube (el primer episodio de la quinta temporada, Érase una extradición, se ha convertido, con cinco millones y medio de visualizaciones, en el cuarto vídeo más visto en dicha web este año) e incluso se pueden escuchar en formato podcast en la plataforma iVoox. Y aun así, en los últimos meses desde su llegada al catálogo de Netflix, la serie ha estado entrando y saliendo en el top 10 de Netflix, acercándose a fenómenos actuales como El juego del calamar y La casa de papel. Por cómo se ha instalado en nuestro imaginario y permanece en los hábitos de consumo de tantísimos espectadores, se podría decir que Aquí no hay quien viva es lo más parecido a Los Simpson que se ha creado en nuestro país.

Como la propia serie, la historia de cómo se hizo es un vodevil lleno de personajes reconocibles, situaciones rocambolescas, amor, traición y un ritmo endiablado. Durante más de tres años, decenas de personas se mudaron a esa comunidad sita en la madrileña calle Desengaño, número 21, y durante esos años no tuvieron vida más allá de aquella comunidad. Así se hizo historia de la televisión.

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Cosas destacables:

Laura Caballero: Empezamos con el casting del niño, Josemi, y el primero que vino fue Eduardo García, con una camiseta de Metallica que le llegaba por las rodillas y un papel escrito por la progenitora explicando los tras*bordos que tenía que hacer en el metro, porque los dos padres trabajaban y no podía ser y el niño quería venir. Fue mi primer casting de Aquí no hay quien viva.

Elena Arnao: A Luis Merlo había que buscarle alguna pareja y querían que fuera un guaperas. Di dos o tres nombres de actores guapetes y les convencí de que fuera Adrià Collado. No había hecho comedia, pero lo hizo bien. Lo cogieron por guapo, pero se conjugó muy bien con Merlo. Pensaban que no iba a tener mucha importancia, que Merlo iba a llevar la voz cantante, pero Collado lo hizo tan bien que le fueron dando más protagonismo.

Elena Arnao: Como hermana de Marisa pensamos en poner a alguien conocida. Yo tenía relación con María Asquerino, que estaba también un poco olvidada, y la propuse. Les pareció bien, y estaba medio contratada ya.

Alberto Caballero: Llegamos a hacer una lectura con María Asquerino como Vicenta. Pero vino así con el pelo como teñido de varios colores, y nos sorprendió un poco.

Elena Arnao: Tenía muy mal genio. Estaban ya preparando el vestuario para empezar a rodar a la semana siguiente. Entonces dijo que no le gustaba su camerino y que el plan que veía en el plató no le gustaba nada. Y se fue a la cafetería. Alberto Caballero fue a hablar con ella: “Pero mira, María, te vamos a tratar muy bien, no te preocupes. Te vamos a buscar un camerino mejor, ya verás…”. Y ella le dijo una frase histórica: “Alberto, eres muy guapo pero no me convences nada”.

Fernando Tejero: Estábamos una noche Malena y yo grabando, y le digo a Malena: “Me encuentro mal, no sé”. Era un malestar muy raro. Tuve que pedir que parasen la grabación y acabé en el baño vomitando… arrojando por arriba, por abajo, hasta que me caí al suelo, me llevaron al hospital y era una crisis de ansiedad. Creo que el cuerpo y la cabeza dijeron hasta aquí, y yo exploté por ahí. Afortunadamente lo solté todo y pude seguir grabando a los dos días. Me pincharon vitaminas por todos los sitios, antiestrés por todos los sitios, y seguí.

María Adánez: Cuando llegó al plató, a Emma la tenían que ayudar los chavales de producción a levantarse y sentarse. Yo pensaba: “progenitora mía, ¿esta mujer cómo va a ser capaz de hacer la serie?”. Pues no lo sé, pero al mes era la mujer más ágil del mundo.

Alberto Caballero: Además era diabética y tenía que pincharse. En mitad de la comida se sacaba la jeringuilla y se pegaba un pinchazo en el muslo. No hubo ni una sola vez que alguna de ellas tres faltaran por problemas de salud. Eran, con diferencia, las actrices más rocosas del equipo.

Laura Caballero: Elena Arnao nos recomendó a Isabel Ordaz [para interpretar a Isabel, La Hierbas]. Tras el primer día le dije a Alberto: “Está zumbadísima, hace cosas muy raras, hace pausas en sitios de frases que yo jamás las hubiese hecho… pero mola”.

Alberto Caballero: Le dije: “Bueno, pues vamos a verlo cuando tengamos secuencias montadas”. Y lo vimos y hacía una cosa muy rara y muy suya.

Laura Caballero: Me descolocó completamente, pero es lo que mola de ella, que te descoloca. Las inflexiones que hacía, las pausas, las acciones… A la script la volvía loca: se quitaba el fular, se lo ponía, cuando quería retomar, Isabel le preguntaba: “¿Dónde tenía esto?. Y la script: “¡Yo qué sé, si no paras!”.

Laura Caballero: Un día que me dicen: “Acuérdate de que tienes las bolsas de un supermercado muy famoso, y nada, simplemente cuando venga algún personaje por la calle o que lleguen a casa, pues que lleven las bolsas”. Entonces venían Fernando y Mauri y le digo al de product placement: “Ay, pues vamos a poner las bolsas, y me dicen muy bajito: “No, no, no, las bolsas de este supermercado no las pueden llevar ni los gays ni las viejas”. Era el Carrefour.

Dani Deorador: Los guionistas no dábamos abasto. No escribíamos una escaleta, sino que escribíamos el germen de una idea, como por ejemplo “Se encuentran a un niño en el portal”, y empezábamos a dialogar directamente. “No sé quién se lo encuentra, no sé quién se lo lleva…”. Y había momentos en los que decíamos: “leche, ¿y ahora dónde va esto?”. No se nos ocurría y nos quedábamos bloqueados, con historias ya dialogadas y que habías mandado a producción, se las habían dado a los actores y había veces que incluso habían empezado a grabar. El mundo al revés.


ARTÍCULO COMPLETO (es MUY largo y no me deja pegarlo todo): “Salieron buenos capítulos, pero el equipo reventó”: historia oral, completa y definitiva de ‘Aquí no hay quien viva’
 
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La gente no sabe que era su sobrinito, Alberto Caballero (guionista de la serie) el que le escribía los guiones de Rockefeller, Monchito und andere.
 
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