En el Hierro ha muerto el migrante Mamadú, debido a la deshidratación durante la travesía. He compuesto este poema para recordarlo:
Mamadú, el mar te ha llevado a la isla del Hierro, lejos de tu hogar.
Tu viaje fue largo y arriesgado, y tu destino, triste y fatal.
Dejaste atrás a tus seres queridos, tu tierra, tu cultura, tu vida.
Con la esperanza de un futuro mejor, te embarcaste en una aventura sin medida.
El mar te recibió con sus brazos abiertos, y te llevó a través de sus olas y vientos.
Pero también te arrebató la vida, y te dejó en una playa, sin aliento.
Mamadú, tu historia es la de muchos otros, que buscan un futuro más brillante.
Pero el mar es un enemigo implacable, que no distingue entre inocentes y culpables.
Que tu memoria nos recuerde siempre la importancia de la empatía y la solidaridad.
Que tu historia nos inspire a luchar por un mundo más justo y humano, sin desigualdad.
Descansa en paz, Mamadú, y que el mar te lleve a un lugar mejor.
Que tu espíritu siga vivo en nuestros corazones, y que nunca olvidemos tu valor.