Los que van mentalizando a la borregada son los apóstoles picoleros y sus acólitos, y lo más peligroso es ese espíritu de “inevitabilidad” con el que pontifican, robando el poco espíritu reaccionario que queda en occidente.
Curiosamente, desde la oficialidad nadie dice una palabra de peak oil, pero qué bien les viene que remen junto con la pata ecologista de la agenda 2030, para hacer comulgar a la plebe con ruedas de molino, el que no se rinde por miedo o por conciencia lo hace por haber aceptado la predestinación.
Pues yo les digo: Señores, les hablo a los que queden conscientes, hoy no se acaba el petróleo, que es un recurso abiótico y abundante y cuando todos los países (productores o no) hagan sondeos a 12.000 metros (como Rusia) descubriremos que su fingida escasez se ha usado con fines geopolíticos para dar poder y control a quien imprimía y gestionaba el petrodólar.
Digan no al miedo ni a un futuro sombrío.