Marchamaliano
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Antivacunas, homeopatía, tras*génicos... La conspiración de la izquierda magufa
Antivacunas, homeopatía, tras*génicos... La conspiración de la izquierda magufa | Ciencia | EL MUNDO
Cuando nació Podemos brotaron como setas alucinógenas toda suerte de paracírculos dispuestos a meter cabeza en la nueva política como si fueran los círculos de las cosechas. No eran círculos oficiales, pero ahí estaba el Podemos Homeopatía porque "lo natural es poder elegir y la homeopatía es democracia" y Podemos Terapias Naturales para reclamar su inclusión en el sistema público de salud y hasta Podemos Chemtrails, un "grupo de estudio" en torno a la teoría conspiranoica que mantiene que las estelas que dejan los aviones en el cielo son realmente productos químicos que nos están fumigando a todos. Existe incluso una cuenta en Twitter de Podemos Tarot que proclama que "empleando los recursos astrales y sobrenaturales también podemos cambiar el mundo".
En una entrevista con Materia en el año 2014 el científico Pablo Echenique, hoy secretario de organización de Podemos, admitía la deriva "anticientífica" de buena parte de la izquierda española. "Yo creo que la gente que no forma parte del sistema científico percibe a la ciencia como parte del sistema, como si fuera la banca. No ven cómo operamos los científicos en este país, con bastante libertad y no tutelados por poderes económicos. Como la gente de fuera no lo sabe, piensan que forma parte del enemigo, del sistema económico que está montado".
Es lo que se conoce como "la izquierda feng-shui", término acuñado por el escritor y periodista mexicano Mauricio-José Schwarz, que en su último libro (La izquierda feng-shui. Cuando la ciencia y la razón dejaron de ser progres) recorre el camino que va desde la Ilustración y la Revolución francesa hasta el concepto actual de posverdad para retratar las creencias de esa progresía esotérica, mística, new age, kumbayá... En definitiva, la izquierda magufa.
"Hemos llegado al punto de ver que un movimiento social como el 15-M organizaba una danza al sol, algo que nos hace exclamar: "¡Colega, ¿dónde está mi izquierda?!", alerta el bioquímico J.M. Mulet en el prólogo del libro.
Dice Schwarz que la izquierda feng-shui es aquella que "en un momento dado renuncia a la idea de que el universo es natural, material, cognoscible, y empieza a atacar a la ciencia, a creer en pseudociencias, misticismos, esoterismos y en pensamientos posmodernos".
Ahí tienen a la ex ministra de Sanidad Leire Pajín, socialista, con su pulsera Power Balance en la muñeca hace unos años, a Izquierda Unida alertando de los riesgos de las radiaciones del wifi en las escuelas de Asturias o a Podemos en guerra contra los tras*génicos.
¿Cuál es para usted el partido más 'magufo'?
Es muy difícil decirlo. No hay forma de cuantificarlo porque este tipo de pensamientos están en todos los partidos y con distintos puntos de vista. El movimiento antivacunas, por ejemplo, tiene seguidores importantes entre los dirigentes de Izquierda Unida, del PSOE... Y las creencias más hippies las encuentras en grupos más marginales. Todos aplican el conocimiento científico en su acción de gobierno y de oposición pero tienen sus momentos en los que de pronto son antitransgénicos o antivacunas. O se suman al movimiento antinuclear, que es profundamente irracional.
Pablo Echenique reconocía que hay parte de la izquierda que rechaza la autoridad de la ciencia de la misma forma que rechaza la autoridad del FMI.
Echenique tiene razón en eso, pero sólo en parte. Efectivamente cuando rechazas el sistema como si fuera un paquete llegas a este tipo de tonterías. Rechazas que Boeing sea una gran empresa que gana muchísimos millones en aviones y que además hace armas, por lo tanto prefieres tras*portarte en una alfombra voladora. El problema es que las alfombras no vuelan. Lo que no puedes decir es que los aviones de Boeing no vuelan y determinada izquierda feng-shui pretende decirnos eso. O que las banderillas no evitan enfermedades o que los tras*génicos no son productivos. A mí me preocupa que Echenique dijera cuando empezó su carrera política que la homeopatía tenía que ser financiada por la sanidad pública si así lo quería la gente. Esta es la otra vertiente, cuando por demagogia, por conveniencia, por populismo, para no perder electores, no asumes una defensa abierta y sólida de la ciencia. Podemos tiene círculos tremendos, ninguno ha sido validado y así cuando dicen algo especialmente orate pueden deslindarse de él. Es un buen truco pero Podemos Espiritual organiza los actos a los que va Monedero a decir que la ciencia no es lo más importante.
En el año 2008, Juan Carlos Monedero, ideólogo de Podemos, mantuvo en una televisión venezolana que Scar, el león malo de El Rey León, estaba construido por Disney a "imagen y semejanza" del ayatolá Jomeini (y no de Jeremy Irons como todos creíamos), que las malvadas hienas tenían acento de pagapensiones o de "afrodescendientes" y que la película tras*mitía subliminalmente que Timón y Pumba eran más felices porque 'Hakuna Matata' era toda una invitación a ser "apolíticos", a conformarse con la monarquía de Simba. Dijo también que el garfio del Capitán Garfio era una alegoría velada contra la hoz y el martillo de los comunistas.
"Podemos tiene una profunda carga posmoderna que, a través del discurso de Ernesto Laclau, asume que se puede modificar la sociedad para crear dos bandos confrontados, incrementar las tensiones y así poder gobernar con una mitad contra la otra mitad, el pueblo-antipueblo que dice Errejón. Y este tipo de creencias en cuestiones subliminales, en las conspiraciones, son parte de esta creencia irracional de que el mundo lo controlan entre cuatro, cuando basta ver el mundo para ver que nadie está al timón", asegura Schwarz.
¿Es feng-shui la teoría de la trama de Podemos?
Es la idea de que hay un solo enemigo y que la solución es muy sencilla. Como cuando Josep Pamies te dice que el cáncer te lo cura él. Algunos políticos te dicen que el mundo se va a arreglar cuando ellos sean presidentes. Se trata de identificar un solo problema, quitar los matices y no complicarse, pero la realidad es que tanto el cáncer como la sociedad son realidades extremadamente complicadas de explicar a la gente común.
¿De todas las teorías anticientíficas que denuncia en su libro cuál es la más grave?
En este momento las antivacunas y las antitransgénicos porque son las que tienen probabilidades de apiolar a más gente.
¿Y cómo se combate esto políticamente?
Presionando y reuniendo cada vez a más gente que le diga a la Unión Europea que no se deje presionar por los grupos de izquierda verde y feng-shui. La ciencia, el conocimiento sólido después de 25 años estudiando los tras*génicos, nos dice con razonable certeza que no hay motivo para el miedo que están promoviendo. En el caso de las banderillas hay que hacer un trabajo más social. Hay que convencer a la gente que tiene miedo. Los chicos que tienen 30 años y no quieren banderillar a sus hijos nunca vieron a nadie con polio. Es un trabajo de conciencia social, que los medios aclaren que no hay debate sobre las banderillas, que no existe, que está superado como el debate sobre si la Tierra gira alrededor del Sol.
El libro de Mauricio-José Schwarz sitúa el debate "en casa", es decir, en el seno de la izquierda, donde se encuentran la mayor parte de los científicos y casi todos los escépticos pero también esa izquierda religiosa que otorga medallas a la Virgen en Cádiz o la que "ha sustituido al Jesucristo de los Evangelios por la Pachamama de Evo jovenlandesales". "Esto no exonera a la derecha de atrocidades iguales o mayores, pero la izquierda es desafortunadamente más eficaz contra la ciencia porque tiene más apoyo social. Es muy difícil encontrar apoyo contra el calentamiento global y por tanto sólo lo maneja un sector muy marginal de la derecha alternativa, pero sí es fácil encontrar ayuda contra aquello que genera miedo. Las nucleares te van a apiolar, los tras*génicos te van a apiolar, el champú te va a apiolar. Es sumergir a la gente en un estado constante de terror y miedo a todo lo que le rodea", explica el escritor.
Es la izquierda "antiloquesea" agarrada a lo que Schwarz llama el Principio de la Purísima Concepción, la idea de que si algo es cuestionable por algún matiz queda descalificado en su totalidad. "No debemos dejar que Bill Gates salve niños con su dinero porque hizo su fortuna con prácticas comerciales depredadoras y representa lo peor del capitalismo. Y lo mismo vale para Amancio Ortega. Es esta idea de una parte de la izquierda que tiene la vanguardia jovenlandesal de este planeta y que impide matizar o analizar las cosas en su contexto. Cuando un diputado cualquiera dice algo que tiene toda la razón el primer argumento es que un día cuando era alcalde en el pueblo más pequeño de la Alcarria le pisó la cola a un gatito y no pidió perdón. Y por lo tanto no vale. Debería darnos risa pero lo vemos cada día".
¿Llegaremos a ver en España un Movimiento por la Extinción Humana Voluntaria como en EEUU para salvar al planeta?
El problema es que somos demasiado buenos sobreviviendo. Se ha demostrado durante los últimos 10.000 años de una manera patente. La resistencia al cambio es natural pero el cambio es inevitable.
En su cuenta de Twitter dice que si usted llama a alguien fulastre es porque lo es. ¿Es la sociedad española fulastre?
Estamos ante una sociedad ignorante que no ve motivos para dejar de serlo. Depende de la tecnología y de la ciencia pero no le hemos dado interés ni forma de interesarse en saber por qué. La responsabilidad es de quien tiene el conocimiento, quien puede distorsionarlo, distribuirlo, difundirlo u ocultarlo. La única solución jovenlandesal es difundir el conocimiento, la Educación tiene que reorientarse y los chiquillos deben comprender la diferencia entre conocimiento y creencia.
¿Qué opina de que programas como el de Javier Cárdenas promocionen todas estas pseudociencias desde la televisión pública?
Creo que el derecho a la mentira no es parte de los derechos fundamentales del español.
Antivacunas, homeopatía, tras*génicos... La conspiración de la izquierda magufa | Ciencia | EL MUNDO
Cuando nació Podemos brotaron como setas alucinógenas toda suerte de paracírculos dispuestos a meter cabeza en la nueva política como si fueran los círculos de las cosechas. No eran círculos oficiales, pero ahí estaba el Podemos Homeopatía porque "lo natural es poder elegir y la homeopatía es democracia" y Podemos Terapias Naturales para reclamar su inclusión en el sistema público de salud y hasta Podemos Chemtrails, un "grupo de estudio" en torno a la teoría conspiranoica que mantiene que las estelas que dejan los aviones en el cielo son realmente productos químicos que nos están fumigando a todos. Existe incluso una cuenta en Twitter de Podemos Tarot que proclama que "empleando los recursos astrales y sobrenaturales también podemos cambiar el mundo".
En una entrevista con Materia en el año 2014 el científico Pablo Echenique, hoy secretario de organización de Podemos, admitía la deriva "anticientífica" de buena parte de la izquierda española. "Yo creo que la gente que no forma parte del sistema científico percibe a la ciencia como parte del sistema, como si fuera la banca. No ven cómo operamos los científicos en este país, con bastante libertad y no tutelados por poderes económicos. Como la gente de fuera no lo sabe, piensan que forma parte del enemigo, del sistema económico que está montado".
Es lo que se conoce como "la izquierda feng-shui", término acuñado por el escritor y periodista mexicano Mauricio-José Schwarz, que en su último libro (La izquierda feng-shui. Cuando la ciencia y la razón dejaron de ser progres) recorre el camino que va desde la Ilustración y la Revolución francesa hasta el concepto actual de posverdad para retratar las creencias de esa progresía esotérica, mística, new age, kumbayá... En definitiva, la izquierda magufa.
"Hemos llegado al punto de ver que un movimiento social como el 15-M organizaba una danza al sol, algo que nos hace exclamar: "¡Colega, ¿dónde está mi izquierda?!", alerta el bioquímico J.M. Mulet en el prólogo del libro.
Dice Schwarz que la izquierda feng-shui es aquella que "en un momento dado renuncia a la idea de que el universo es natural, material, cognoscible, y empieza a atacar a la ciencia, a creer en pseudociencias, misticismos, esoterismos y en pensamientos posmodernos".
Ahí tienen a la ex ministra de Sanidad Leire Pajín, socialista, con su pulsera Power Balance en la muñeca hace unos años, a Izquierda Unida alertando de los riesgos de las radiaciones del wifi en las escuelas de Asturias o a Podemos en guerra contra los tras*génicos.
¿Cuál es para usted el partido más 'magufo'?
Es muy difícil decirlo. No hay forma de cuantificarlo porque este tipo de pensamientos están en todos los partidos y con distintos puntos de vista. El movimiento antivacunas, por ejemplo, tiene seguidores importantes entre los dirigentes de Izquierda Unida, del PSOE... Y las creencias más hippies las encuentras en grupos más marginales. Todos aplican el conocimiento científico en su acción de gobierno y de oposición pero tienen sus momentos en los que de pronto son antitransgénicos o antivacunas. O se suman al movimiento antinuclear, que es profundamente irracional.
Pablo Echenique reconocía que hay parte de la izquierda que rechaza la autoridad de la ciencia de la misma forma que rechaza la autoridad del FMI.
Echenique tiene razón en eso, pero sólo en parte. Efectivamente cuando rechazas el sistema como si fuera un paquete llegas a este tipo de tonterías. Rechazas que Boeing sea una gran empresa que gana muchísimos millones en aviones y que además hace armas, por lo tanto prefieres tras*portarte en una alfombra voladora. El problema es que las alfombras no vuelan. Lo que no puedes decir es que los aviones de Boeing no vuelan y determinada izquierda feng-shui pretende decirnos eso. O que las banderillas no evitan enfermedades o que los tras*génicos no son productivos. A mí me preocupa que Echenique dijera cuando empezó su carrera política que la homeopatía tenía que ser financiada por la sanidad pública si así lo quería la gente. Esta es la otra vertiente, cuando por demagogia, por conveniencia, por populismo, para no perder electores, no asumes una defensa abierta y sólida de la ciencia. Podemos tiene círculos tremendos, ninguno ha sido validado y así cuando dicen algo especialmente orate pueden deslindarse de él. Es un buen truco pero Podemos Espiritual organiza los actos a los que va Monedero a decir que la ciencia no es lo más importante.
En el año 2008, Juan Carlos Monedero, ideólogo de Podemos, mantuvo en una televisión venezolana que Scar, el león malo de El Rey León, estaba construido por Disney a "imagen y semejanza" del ayatolá Jomeini (y no de Jeremy Irons como todos creíamos), que las malvadas hienas tenían acento de pagapensiones o de "afrodescendientes" y que la película tras*mitía subliminalmente que Timón y Pumba eran más felices porque 'Hakuna Matata' era toda una invitación a ser "apolíticos", a conformarse con la monarquía de Simba. Dijo también que el garfio del Capitán Garfio era una alegoría velada contra la hoz y el martillo de los comunistas.
"Podemos tiene una profunda carga posmoderna que, a través del discurso de Ernesto Laclau, asume que se puede modificar la sociedad para crear dos bandos confrontados, incrementar las tensiones y así poder gobernar con una mitad contra la otra mitad, el pueblo-antipueblo que dice Errejón. Y este tipo de creencias en cuestiones subliminales, en las conspiraciones, son parte de esta creencia irracional de que el mundo lo controlan entre cuatro, cuando basta ver el mundo para ver que nadie está al timón", asegura Schwarz.
¿Es feng-shui la teoría de la trama de Podemos?
Es la idea de que hay un solo enemigo y que la solución es muy sencilla. Como cuando Josep Pamies te dice que el cáncer te lo cura él. Algunos políticos te dicen que el mundo se va a arreglar cuando ellos sean presidentes. Se trata de identificar un solo problema, quitar los matices y no complicarse, pero la realidad es que tanto el cáncer como la sociedad son realidades extremadamente complicadas de explicar a la gente común.
¿De todas las teorías anticientíficas que denuncia en su libro cuál es la más grave?
En este momento las antivacunas y las antitransgénicos porque son las que tienen probabilidades de apiolar a más gente.
¿Y cómo se combate esto políticamente?
Presionando y reuniendo cada vez a más gente que le diga a la Unión Europea que no se deje presionar por los grupos de izquierda verde y feng-shui. La ciencia, el conocimiento sólido después de 25 años estudiando los tras*génicos, nos dice con razonable certeza que no hay motivo para el miedo que están promoviendo. En el caso de las banderillas hay que hacer un trabajo más social. Hay que convencer a la gente que tiene miedo. Los chicos que tienen 30 años y no quieren banderillar a sus hijos nunca vieron a nadie con polio. Es un trabajo de conciencia social, que los medios aclaren que no hay debate sobre las banderillas, que no existe, que está superado como el debate sobre si la Tierra gira alrededor del Sol.
El libro de Mauricio-José Schwarz sitúa el debate "en casa", es decir, en el seno de la izquierda, donde se encuentran la mayor parte de los científicos y casi todos los escépticos pero también esa izquierda religiosa que otorga medallas a la Virgen en Cádiz o la que "ha sustituido al Jesucristo de los Evangelios por la Pachamama de Evo jovenlandesales". "Esto no exonera a la derecha de atrocidades iguales o mayores, pero la izquierda es desafortunadamente más eficaz contra la ciencia porque tiene más apoyo social. Es muy difícil encontrar apoyo contra el calentamiento global y por tanto sólo lo maneja un sector muy marginal de la derecha alternativa, pero sí es fácil encontrar ayuda contra aquello que genera miedo. Las nucleares te van a apiolar, los tras*génicos te van a apiolar, el champú te va a apiolar. Es sumergir a la gente en un estado constante de terror y miedo a todo lo que le rodea", explica el escritor.
Es la izquierda "antiloquesea" agarrada a lo que Schwarz llama el Principio de la Purísima Concepción, la idea de que si algo es cuestionable por algún matiz queda descalificado en su totalidad. "No debemos dejar que Bill Gates salve niños con su dinero porque hizo su fortuna con prácticas comerciales depredadoras y representa lo peor del capitalismo. Y lo mismo vale para Amancio Ortega. Es esta idea de una parte de la izquierda que tiene la vanguardia jovenlandesal de este planeta y que impide matizar o analizar las cosas en su contexto. Cuando un diputado cualquiera dice algo que tiene toda la razón el primer argumento es que un día cuando era alcalde en el pueblo más pequeño de la Alcarria le pisó la cola a un gatito y no pidió perdón. Y por lo tanto no vale. Debería darnos risa pero lo vemos cada día".
¿Llegaremos a ver en España un Movimiento por la Extinción Humana Voluntaria como en EEUU para salvar al planeta?
El problema es que somos demasiado buenos sobreviviendo. Se ha demostrado durante los últimos 10.000 años de una manera patente. La resistencia al cambio es natural pero el cambio es inevitable.
En su cuenta de Twitter dice que si usted llama a alguien fulastre es porque lo es. ¿Es la sociedad española fulastre?
Estamos ante una sociedad ignorante que no ve motivos para dejar de serlo. Depende de la tecnología y de la ciencia pero no le hemos dado interés ni forma de interesarse en saber por qué. La responsabilidad es de quien tiene el conocimiento, quien puede distorsionarlo, distribuirlo, difundirlo u ocultarlo. La única solución jovenlandesal es difundir el conocimiento, la Educación tiene que reorientarse y los chiquillos deben comprender la diferencia entre conocimiento y creencia.
¿Qué opina de que programas como el de Javier Cárdenas promocionen todas estas pseudociencias desde la televisión pública?
Creo que el derecho a la mentira no es parte de los derechos fundamentales del español.
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