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Lonchafinista
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En los últimos años me he fijado que en el cine de terror esta siendo bastante recurrente el tema del pájaro cuco.
Hoy voy a hacer un breve análisis de tres películas del género que utilizan a esta curiosa ave de forma simbólica para referirse a entidades parasitarias que se encuentran entre nosotros. Cada una lo hace a su manera particular, pero el hilo conductor siempre es la referencia a este pájaro y su peculiar comportamiento.
Para los que no lo sepan, el pájaro cuco o Cuculus Canorus, tiene un comportamiento parasitario, concretamente lo que se conoce como parasitismo de puesta. Esto significa que estos pequeños hijos fruta ponen sus bemoles en los nidos de otras aves para que sean estas las que los cuiden y utilicen recursos para alimentarlos, en lugar de sus propias crías. De aquí viene el famoso término de internet cucked para referirse al hombre cornudo que es parasitado teniendo que mantener a una mujer con crios de otro hombre o mantener a una mujer que es impregnada por otros hombres.
Bien, ahora pasemos a hablar de la primera película, Vivarium (2019).
Una pareja jóven esta buscando una casa nueva a la que mudarse juntos pero su limitado presupuesto no les deja muchas opciones. Llegan a una agencia inmobiliaria regentada por un tipo bastante creepy que les comenta que hay una nueva promoción de casas perfecta para ellos. Un poco reticentes ante lo que parece ser demasiado bueno para ser verdad, acceden a ir a ver esta nueva urbanización.
Esta zona residencial es en realidad una especie de realidad fuera de nuestro mundo, un bucle infinito del que no pueden escapar. Cuando finalmente entienden que están atrapados, deciden establecerse en una de las casas, que son todas idénticas, de hecho son la misma casa que se repite de forma fractal digamos. Entonces reciben una caja con una criatura recién nacida, de la que deben hacerse cargo. A partir de ese momento su vida se convierte en un infierno aún peor, ya que el niño pronto empieza a mostrar comportamientos extraños e incluso hostiles con sus parasitados progenitores.
Las lecturas superficiales de la película vienen a decir que se trata de una crítica al típico modelo de vida de remero, comprar la casita y criar a unos hijos insoportables y desagradecidos. Esta interpretación podría ser válida si no fuese porque en un momento se nos muestra explícitamente que tanto el plano de realidad en el que se encuentran como estas criaturas, no son humanas.
Estos seres interdimensionales meten a los humanos en esta especie de prisión cósmica y los parasitan hasta que mueren. Los que estamos un poco puestos en estos temas ya sabemos a que se están refiriendo, además conocemos bien que les encanta dejar entrever la verdad camuflada en obras de ficción.
La siguiente película es la reciente Longlegs (2024)
Con influencias del cine de David Fincher, la película nos cuenta la historia de una jóven agente del FBI con ciertas capacidades parapsicológicas a la que encargan la investigación de un caso que ha llevado de cabeza a la policía durante décadas. Cada cierto tiempo, familias enteras aparecen brutalmente asesinadas en su casa pero nunca hay ningún rastro del malo excepto una tarjeta de cumpleaños firmada con el pseudónimo Longlegs.
El malvado, guiado por influencias satánicas, imita el sonido de un cuco frecuentemente. Un detalle sutil que cobra sentido cuando descubrimos que su modus operando es introducir en las casas unas muñecas que contienen una esencia maligna. Estas muñecas, que son metafóricamente sus hijas, se apoderan psicológicamente de los inquilinos de la casa, llevandolos a un estado de locura que desemboca en asesinato y suicidio. Una vez más estamos ante referencias a la parasitación mental de orígen no humano que se introduce en nido de otros.
El propio Longlegs se introduce también en un nido ajeno y los manipula mentalmente durante años hasta que es finalmente detenido. El tramo final de la película deja claro el orígen sobrenatural de los acontecimientos, no se trata de un simple orate manipulador, Longlegs es realmente una encarnación humana de una entidad diabólica.
No es por nada que la sombra de Baphomet aparece por lo menos quince veces a lo largo del metraje.
Finalmente tenemos Cuckoo (2024)
Aquí la cosa ya es menos sutil, desde el título, dejando poco o nada abierto a la interpretación.
Unas criaturas no humanas introducen su progenie en madres portadoras, que luego daran a luz y criaran como suyas hasta que alcancen cierta edad y se reunan con los de su especie para perpetuar el ciclo. Cualitativamente esta película es la peor de las tres con mucha diferencia, tampoco consiguió dejarme el mal cuerpo que me dejaron las dos anteriores, que es lo que uno espera de una buena película de terror, pero he querido incluirla dentro del pack temático.
Quizás lo más destacable es que da a entender que estas especies necesitan de nuestra "ayuda" para sobrevivir. Por un lado parasitandonos, por otro lado con la ayuda directa de algunos humanos que les asisten en su ciclo de parasitación. Quizás una referencia no muy velada a las elites que a través del tiempo han contactado con estos seres.
¿Que estan tramando nuestras elites para mostrar tantas referencias al cuco y su comportamiento parasitario en el cine contemporaneo?
¿Por que precisamente el cuco de todas las especies parasitarias que existen en la naturaleza?
¿Es quizás el animal que mejor representa las entidades no orgánicas que se alimentan de nosotros?
Se abre el debate.
Hoy voy a hacer un breve análisis de tres películas del género que utilizan a esta curiosa ave de forma simbólica para referirse a entidades parasitarias que se encuentran entre nosotros. Cada una lo hace a su manera particular, pero el hilo conductor siempre es la referencia a este pájaro y su peculiar comportamiento.
Para los que no lo sepan, el pájaro cuco o Cuculus Canorus, tiene un comportamiento parasitario, concretamente lo que se conoce como parasitismo de puesta. Esto significa que estos pequeños hijos fruta ponen sus bemoles en los nidos de otras aves para que sean estas las que los cuiden y utilicen recursos para alimentarlos, en lugar de sus propias crías. De aquí viene el famoso término de internet cucked para referirse al hombre cornudo que es parasitado teniendo que mantener a una mujer con crios de otro hombre o mantener a una mujer que es impregnada por otros hombres.
Bien, ahora pasemos a hablar de la primera película, Vivarium (2019).
Una pareja jóven esta buscando una casa nueva a la que mudarse juntos pero su limitado presupuesto no les deja muchas opciones. Llegan a una agencia inmobiliaria regentada por un tipo bastante creepy que les comenta que hay una nueva promoción de casas perfecta para ellos. Un poco reticentes ante lo que parece ser demasiado bueno para ser verdad, acceden a ir a ver esta nueva urbanización.
Esta zona residencial es en realidad una especie de realidad fuera de nuestro mundo, un bucle infinito del que no pueden escapar. Cuando finalmente entienden que están atrapados, deciden establecerse en una de las casas, que son todas idénticas, de hecho son la misma casa que se repite de forma fractal digamos. Entonces reciben una caja con una criatura recién nacida, de la que deben hacerse cargo. A partir de ese momento su vida se convierte en un infierno aún peor, ya que el niño pronto empieza a mostrar comportamientos extraños e incluso hostiles con sus parasitados progenitores.
Las lecturas superficiales de la película vienen a decir que se trata de una crítica al típico modelo de vida de remero, comprar la casita y criar a unos hijos insoportables y desagradecidos. Esta interpretación podría ser válida si no fuese porque en un momento se nos muestra explícitamente que tanto el plano de realidad en el que se encuentran como estas criaturas, no son humanas.
Estos seres interdimensionales meten a los humanos en esta especie de prisión cósmica y los parasitan hasta que mueren. Los que estamos un poco puestos en estos temas ya sabemos a que se están refiriendo, además conocemos bien que les encanta dejar entrever la verdad camuflada en obras de ficción.
La siguiente película es la reciente Longlegs (2024)
Con influencias del cine de David Fincher, la película nos cuenta la historia de una jóven agente del FBI con ciertas capacidades parapsicológicas a la que encargan la investigación de un caso que ha llevado de cabeza a la policía durante décadas. Cada cierto tiempo, familias enteras aparecen brutalmente asesinadas en su casa pero nunca hay ningún rastro del malo excepto una tarjeta de cumpleaños firmada con el pseudónimo Longlegs.
El malvado, guiado por influencias satánicas, imita el sonido de un cuco frecuentemente. Un detalle sutil que cobra sentido cuando descubrimos que su modus operando es introducir en las casas unas muñecas que contienen una esencia maligna. Estas muñecas, que son metafóricamente sus hijas, se apoderan psicológicamente de los inquilinos de la casa, llevandolos a un estado de locura que desemboca en asesinato y suicidio. Una vez más estamos ante referencias a la parasitación mental de orígen no humano que se introduce en nido de otros.
El propio Longlegs se introduce también en un nido ajeno y los manipula mentalmente durante años hasta que es finalmente detenido. El tramo final de la película deja claro el orígen sobrenatural de los acontecimientos, no se trata de un simple orate manipulador, Longlegs es realmente una encarnación humana de una entidad diabólica.
No es por nada que la sombra de Baphomet aparece por lo menos quince veces a lo largo del metraje.
Finalmente tenemos Cuckoo (2024)
Aquí la cosa ya es menos sutil, desde el título, dejando poco o nada abierto a la interpretación.
Unas criaturas no humanas introducen su progenie en madres portadoras, que luego daran a luz y criaran como suyas hasta que alcancen cierta edad y se reunan con los de su especie para perpetuar el ciclo. Cualitativamente esta película es la peor de las tres con mucha diferencia, tampoco consiguió dejarme el mal cuerpo que me dejaron las dos anteriores, que es lo que uno espera de una buena película de terror, pero he querido incluirla dentro del pack temático.
Quizás lo más destacable es que da a entender que estas especies necesitan de nuestra "ayuda" para sobrevivir. Por un lado parasitandonos, por otro lado con la ayuda directa de algunos humanos que les asisten en su ciclo de parasitación. Quizás una referencia no muy velada a las elites que a través del tiempo han contactado con estos seres.
¿Que estan tramando nuestras elites para mostrar tantas referencias al cuco y su comportamiento parasitario en el cine contemporaneo?
¿Por que precisamente el cuco de todas las especies parasitarias que existen en la naturaleza?
¿Es quizás el animal que mejor representa las entidades no orgánicas que se alimentan de nosotros?
Se abre el debate.