P. ¿Cómo se acaba con ello?
R. Con la abolición, que no es prohibirla ni erradicarla. Sino construir un proceso que acabe con ella. ¿Cómo? De manera integral: primero persiguiendo todas las formas de proxenetismo. Es un problema de Estado. Tiene que incluir ayudas a quien sale, no sólo económicas, también terapias, acompañamientos psicosociales, trabajo. Y finalmente desactivar la demanda. Por medio de la educación y penalizando la demanda. Hacen falta normas para convivir y una de ellas es admitir que quien explota a una mujer o la utiliza atenta contra su salud: simplemente, no puedes pagar por penetrar a una mujer porque eso acarrea consecuencias nefastas para ella. Punto.