el cálculo es fácil :
A saber los cientos de miles de mujeres que copulan a cambio de dinero en España.
Si es algo habitual hasta el punto que llaman profesión, y tienen una media supongamos de 10 clientes ...
solo hay que multiplicar para darse cuenta de cuantos hombres casados están con pilinguis mientras su mujer está con el compañero de trabajo o cualquier otro que haya encontrado en las redes sociales.
No, eso no me vale como excusa.
Él está casado. Él no es un animal. Él tiene una conciencia. Él puede decir que NO.
Y por cierto, con tanta "copulación" ¿no ha de preocupar las enormes posibilidades de pillar una enfermedad venérea?.
Luego se va a casa, se lo pega a la mujer y ¿de quién es la culpa?.
Mire por donde lo mire, es mejor aprender a decir NO.