A Errejon se le acusa de lo mismo que se le acusaba a la manada. O, quizá, no exactamente de lo mismo, pero de conceptos que son casi el mismo juego.
De la manada no gustaba que fueran machos que salieran a ligar sin tapujos. Tipos decididos en la pista de baile. Como esos cazadores que salen a cazar perdices con su escopeta y te dicen que salen a cazar perdices con su escopeta. No te dicen que van al campo a respirar aire fresco.
El hombre que el sistema quiere no es ese, sino el contrario.
El sistema quiere al hombre que se quede quieto en la discoteca. Que tenga inseguridad en entrarle a una mujer. Que sea incapaz de obtener sesso hoy con esa y al otro sábado con aquella. No quieren al hombre pichabrava, sino al hombre castrado.
Quieren que el hombre pichabrava sea, no sé, quizá noruego. Entendéis, no? Ese es el que está autorizado a ser un pichabrava.
De Errejon, pues es lo mismo. Un tío que escogía a las tías más buenas, y les daba sesso duro o con una actitud dominante. No quieren eso. Quieren al hombre que es fiel carapadre y no realiza las fantasías de las mujeres a las que les gusta la caña siendo sumisas. Porque esas mujeres con esos deseos existen, y no quieren que existan. Y para que ese tipo de relaciones no existan, no les dicen a ellas "no quiero que sientas eso ni que te dé gusto ser sumisa en la cama".
Lo que hacen es presionar y enviar recados a los hombres dominantes: ojo con lo que esta noche haces con ella. Que si nos ponemos esto te estalla en la cara dentro de 3 años si es necesario.
Todo esto que leéis empezáis a entenderlo ahora. Yo hace mucho que lo veo. Antes de la manada ya lo veía.
Es la conquista más perturbadora del mundo. No hay soldados a caballo que te someten en batalla y te avergüenzan ante tus mujeres. Sólo hay un psicopateo, un torrente en tu cabeza, que hace que te comportes como un hombre derrotado en batalla, aunque haga 80 años que no vivimos una guerra.
Los que mueven los hilos son Dioses del puñetero ajedrez. Magnus Carlsen es una patata a su lado. Y no lo digo con ironías. Lo digo realmente en serio. Me parece increíblemente brillante, y son personas acojonantemente inteligentes.