Tal y como se ha dicho, a ver quién va a un bar de esos sabiendo toda la cosa que hay detrás. Quizá el primer día sabiendo que ha estado Chicote y tal, pero nada más.
Aunque Chicote como personaje no me gusta nada, es verdad que a los restaurantes que va, pues trata de poner un poco orden para que las cosas funcionen, pero problema es que milagros los justos.
Pues si el jefe y los empleados del restaurante no están preparados para llevar tal negocio, entre otras cosas por su forma de ser, y aunque suene duro decirlo, si el restaurante sigue en las mismas manos, como no se ponga a Chicote de forma omnipresente para que eso funcione, pues milagros los justos.
A eso hay que añadir la cultura del trapicheo que hay en este país. Pues si la persona es disciplinada y se trata de hacer las cosas bien, pues ahí el cambio es posible si se ha venido de una mala racha, pero como el dueño sea el típico que hace las cosas de forma paco, pues normal que el negocio se vaya a la cosa.
De hecho aquí un servidor ha visto como han pasado varios restaurantes en un mismo local, y solo uno de ellos ha conseguido sacar el negocio adelante, y eso no es casualidad, pues para llevar un bar, también hay que saber.