alarma

Lo más importante de las alarmas de fuego es su composición. Las mejores son las antiguas, con americio en la cámara de ionización.

Si quieres hacer un experimento interesante con rayos gamma consigue una docena de detectores de humo, los desmontas y los metes en un crisol.

Caliéntalo a 900 grados en el horno de casa, y luego inhala los vapores. Con los restos que quedan en el crisol puedes hacerte una radio como la de galena, pero más potente. Piensa que el americio de los detectores se produce normalmente en reactores nucleares.

Tras la inhalación de los vapores de americio del crisol espera unos meses, y verás el resultado.
 
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