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Carlsen renuncia al trono del Campeonato del Mundo de ajedrez
A pesar de las propuestas de la FIDE para cambiar el formato del Mundial, el noruego no está motivado para defender su título
elpais.com
AJEDREZ/CAMPEONATO DEL MUNDO
Carlsen renuncia al trono del Campeonato del Mundo de ajedrez
A pesar de las propuestas de la FIDE para cambiar el formato del Mundial, el noruego no está motivado para defender su título
LEONTXO GARCÍA
Irún - 20 JUL 2022 - 15:43 CEST
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Magnus Carlsen no soporta la perspectiva de prepararse durante varios meses para un nuevo duelo, en abril de 2023, contra el ruso Ian Niepómniashi, reciente vencedor del Torneo de Candidatos en Madrid. Su desmotivación es tan grande que renuncia al título mundial, a pesar de que la Federación Internacional (FIDE) le ha hecho varias propuestas innovadoras para cambiar el formato del duelo (dotado con dos millones de euros en premios). Niepómniashi lo disputará con el chino Liren Ding, 2º del mundo y 2º en Madrid.
“Me hicieron algunas propuestas. Algunas me gustaron, otras no”, reconoce Carlsen en un largo comunicado emitido por Chess24, la plataforma de ajedrez en internet de la que es el máximo accionista. En diciembre, tras vapulear a Niepómniashi en Dubái por 7,5-3,5, el noruego anunció: “Solo defenderé mi título en 2023 si el vencedor del Torneo de Candidatos es Alireza Firouzja”, el genial iraní de 19 años que se nacionalizó francés en 2021. Pero Firouzja jugó en Madrid muy por debajo de sus posibilidades, y terminó 6º de ocho.
Sin embargo, Carlsen viajó a Madrid durante el Candidatos y se reunió durante 40 minutos en el Palacio de Santoña con el presidente de la FIDE, el ruso Arkady Dvorkóvich, y el director general, el israelí Emil Sutovsky. Este ha confirmado a EL PAÍS este miércoles que la FIDE hizo varias propuestas al campeón, pero no ha querido desvelar cuáles exactamente. Henrik Carlsen, padre y representante de Magnus, tampoco ha contestado a esa pregunta específica.
Desde su muy peculiar duelo con el estadounidense Fabiano Caruana en Londres 2018 -las doce partidas lentas terminaron en tablas y Carlsen ganó el desempate rápido-, el escandinavo viene pidiendo repetidamente a la FIDE que se cambie el formato del duelo, mezclando de alguna manera las partidas lentas con las rápidas, para que resulte más llamativo y permita atraer nuevos aficionados.
Al reconocer que algunas de las propuestas de la FIDE le gustan, Carlsen manifiesta implícitamente que esas insistentes reivindicaciones son secundarias. Lo principal es su desmotivación, lo que concuerda bien con algo que su padre y representante, Henrik Carlsen, dijo a este periódico hace años: “Motivar a Magnus es mi tarea más difícil, porque por encima del número uno no hay nada. Le explico que por debajo hace mucho frío, pero aún así no es fácil”.
Dvorkóvich inicia así un comunicado emitido una hora después de la publicación de la noticia en Chess24: “Magnus Carlsen solo merece nuestro respeto y el de toda la comunidad ajedrecística en cualquier decisión que tome con respecto a su carrera. Solo un puñado de personas en toda la historia pueden entender y evaluar el tremendo peaje que implica jugar cinco duelos por el título [desde 2013, cuando destronó al indio Viswanathan Anand]”. Y dos párrafos después añade: “Teníamos la esperanza de que, tras un merecido descanso, Magnus vería las cosas de manera diferente”. Luego confirma la reunión en Madrid, y admite: “Pero eso no ha sido suficiente para que cambie de opinión”.
En el último párrafo, el presidente de la FIDE, que engloba a 198 países, evalúa la situación resultante: “Su decisión de no defender el título es sin duda una decepción para los aficionados, y una mala noticia para el espectáculo. Deja un gran vacío. Pero el ajedrez está ahora más fuerte que nunca, en parte gracias a Magnus. Y el duelo por el Campeonato del Mundo, una de las tradiciones más respetadas en el ámbito del deporte, seguirá adelante”.
El comunicado de Carlsen no deja el más mínimo resquicio a un cambio de opinión: “No estoy motivado para disputar otro duelo. Creo que no tengo mucho que ganar (…). Aunque estoy seguro de que sería interesante por razones históricas y todo eso, no tengo ninguna inclinación a jugarlo, y simplemente no lo jugaré”.