Eric Finch
Será en Octubre
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Una de las cosas que, tarde o temprano, traerá consigo la crisis será un cambio de gobierno (e incluso un cambio en la forma de hacer las cosas).
No aguanto a Bibiana Aído. No la aguanto a ella ni a su ministerio.
A ella no la aguanto porque carece de todo mérito. Está allí por las razones que ella sabe. Se piensa que no lo sabemos, pero sí lo sabemos. ¿Qué sería ella sin su familia política y sus contactos? Una cosa. Eso sería. Lo mismo que miles y miles de cargos políticos que se dicen socialistas o se autodenominan populares, plaga de parásitos que infesta el cuerpo de la Nación española desde hace generaciones y a los que nadie se atreve a aniquilar.
A su puñetero ministerio no lo aguanto porque es el epítome de una forma de hacer mala política. Política de elevados ideales que jamás debieron haber salido de las Universidades especializadas en las Ciencias de la Nada ni de los conciliábulos de unas feministas cuyo único contacto con la realidad era, aparentemente, el repruebo que sentían hacia los hombres. Es una máquina de perder tiempo y dinero: las dos cosas de que más necesitado está, en estos momentos, el gobierno de la Nación.
No aguanto a Bibiana Aído. No la aguanto a ella ni a su ministerio.
A ella no la aguanto porque carece de todo mérito. Está allí por las razones que ella sabe. Se piensa que no lo sabemos, pero sí lo sabemos. ¿Qué sería ella sin su familia política y sus contactos? Una cosa. Eso sería. Lo mismo que miles y miles de cargos políticos que se dicen socialistas o se autodenominan populares, plaga de parásitos que infesta el cuerpo de la Nación española desde hace generaciones y a los que nadie se atreve a aniquilar.
A su puñetero ministerio no lo aguanto porque es el epítome de una forma de hacer mala política. Política de elevados ideales que jamás debieron haber salido de las Universidades especializadas en las Ciencias de la Nada ni de los conciliábulos de unas feministas cuyo único contacto con la realidad era, aparentemente, el repruebo que sentían hacia los hombres. Es una máquina de perder tiempo y dinero: las dos cosas de que más necesitado está, en estos momentos, el gobierno de la Nación.