Ojito a las perlas de la típica tratoriana de poble
En español llegarías a mucha más gente con tus contenidos. El comentario lo debes escuchar a diario.
¡Pues me lo han dicho muy pocas veces! Sí que hay gente que me dice que podría hacer algunas cosas en castellano, pero todo el mundo que me conoce básicamente sabe que no lo hago simplemente porque no lo hablo bien.
Contaminas la lengua con anglicismos y castellanismos, dice el purista.
Mira, ahora mismo lo único importante es que hablemos en catalán. Carme Junyent dice que a medida que estudias una lengua te esfuerzas cada vez más en hablarla mejor, en cuidar la ortografía y etcétera. La gente que me critica, como los que se meten con Rosalía, son fulastres. ¿Estamos haciendo contenidos en catalán mientras el resto del país se está tocando el
toto o pasándose al castellano y lo que me criticas es que yo diga
lo? Pues planteémonoslo, porque las personas hablamos así con normalidad en la calle y si yo me pongo a hablar un catalán súper correcto que no es el mío, no llegaré a las personas porque no seré natural. Hablaría un idioma diferente.
Hablas mucho de sexualidad femenina. ¿Todavía falta información a pesar de que formes parte de una generación que, en teoría, está sobresexualizada?
La educación sensual femenina me preocupa una locura. Piensa que a mí no me hicieron ni la charla aquella del plátano y el condón, y mira que yo estudiaba en un instituto bastante
progre de Cardedeu. Todo el tema del órgano sensual femenino lo descubrí por mí misma, no tenía idea de nada. Si no lo hubiera hecho, yo podría perfectamente no tener ni idea de lo que es un orgasmo ni saber cómo llegar ahí. Hay muy poca información sobre sexualidad femenina y las personas con vagina todavía sufren los efectos.
Feminista.
Me siento súper cómoda con esta etiqueta. Era quizás el único hecho definitorio de mi personalidad desde los dieciséis años y ya me gustaba. Ahora quizás soy menos guerrera, porque con el tiempo una se vuelve más ñoña y poco revolucionaria pero sí, soy como la Marçal, “
tres voltes rebel”.
Los hombres de tu quinta, ¿qué tal?
Los tíos de mi edad son todos estultoes. Yo, en general, repruebo a los hombres. Ahora bien, me pasa una cosa y es que conecto mucho más con los hombres que con las mujeres. Tengo una infinidad de amigos hombres. En general, me relaciono con hombres cis,
heteros y blancos. Además me cuesta mucho intimar con las mujeres: sólo tengo tres amigas que son del
cole de toda la vida.
Pero al mismo tiempo no hay cosa que me repulse más que un hombre, porque es que sois estultoes. Esto no quiere decir que también haya mujeres gilipishas, que haberlas las hay, pero la cantidad es mucho menor. Digo esto porque
todos los hombres que he conocido en mi vida me han herido en mayor o menor medida y muchas veces no han tenido nada de sensibilidad. Hay cosas asociadas al cuidado, al trato con las personas, que escapan a los hombres simplemente porque no se lo han enseñado. Es muy fuerte eso. Yo me he sentido poco cuidada por mis amigos hombres en muchas ocasiones: en cambio, eso no me pasa con mis amigas.
¿Fuego? ¿Contenedores?
Sí sí sí sí. Fuego, contenedores y más si hace falta. Ay, esto no lo pongas. No, sí, sí. Ponlo, ponlo. El otro día lo dije en
Tot es mou y mi progenitora, aterrada, me dijo que nos tendríamos que exiliar. Se ha demostrado que el puñetero pacifismo no sirve para nada, y no hablo de ir poniendo bombas por ahí porque no quiero que muera nadie, pero sí que pienso que debemos cambiar de estrategia urgentemente y hacer algo puñetero diferente.