ATENEA3
Madmaxista
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Hace unas semanas uno de los grupos de extrema derecha que coexisten en Madrid, MPS, anunció una manifestación contra la crisis económica como acto de presentación oficial en la calle de su "partido". Sin otro objetivo que provocar a la clase trabajadora de Vallekas y a la familia de Carlos Palomino, que son propios del barrio, decidieron manifestarse en un barrio de fuerte tradición antifascista. El recorrido que intentaron legalizar desde el principio terminaba en el Puente de Vallekas, pero el recorrido finalmente permitido fue de Pacífico a Menéndez Pelayo.
Contra todo pronóstico el grupo neonazi, saltándose todas sus quedadas para ir juntos, se montaron en el metro de Nuevos Ministerios y terminaron saliendo en Conde de Casal (a escasos metros de Puente de Vallekas entre atajos por las calles aledañas). La policía, lejos de contestar a la ilegalidad que supone cambiar el recorrido, les permitió bajar corriendo al Puente de Vallekas, cortando calles e incluso el carril de desaceleración de la M-30 (entrada Puente de Vallekas-Ciudad de Barcelona). Una vez allí se fueron acercando a un pequeño grupo de antifascistas que se encontraban en ese punto. Un cordón policial retenía al grueso de la concentración antifascista al otro lado de la Avda. de la Albufera. En ese momento la policia, más allá de reconducirlos, se dedicó a disolver cualquier muestra de rechazo de lxs vecinxs y antifascistas hacia la provocación.
Algunxs nazis, armados con palos y cascos de moto (algunxs con cascos de la policia nacional como más adelante se puede ver en fotografía) se dedicaron a insultar a la familia de Carlos y a tensar aún más la cuerda, buscando que saltara la chispa, ya que tampoco fueron capaces de saltarse su leve cordón policial y llegar a un cuerpo a cuerpo con el pequeño grupo que repudiaba su presencia. Esta actitud era más propia de una provocación que de la valentía de la que ahora presumen.
Más adelante fueron reconducidos a la Avda. Ciudad de Barcelona para llegar a su punto legal de partida (Pacífico), mientras la policia les custodiaba en actitud bastante amigable, protegiéndolos. Es en ese momento cuando algunos grupos de antifascistas rompen el cordón policial y no dudan en defender su barrio atacando el cortejo de unos 150-200 nazis que caminaban al grito de "Vallekas será la cuna del fascismo" (consignas completamente fuera del propósito de su manifestación). Esta actitud de "tiro la piedra y escondo la mano" era otra muestra más de que los organizadores del MPS sabían hasta donde podían llegar y en parte lo consiguieron: provocar, generar el caos en el barrio y detenciones. Pero lo tenían muy claro porque la policia iba a custidarlos sin dudar en contener, atacar contudentemente y reprimir cualquier muestra de repudia que se encontraran en el camino.
Al margen de esta evidente muestra de permisividad y a dos meses vista del jucio al malo de Carlos Palomino, cabe preguntarse dónde estaba la Brigada de Información a la hora de investigar los planes de provocación del grupo convocante. Cabe preguntarse cuáles eran las órdenes de la Delegación de Gobierno y la de los mandos policiales. ¿Qué buscaban? ¿Cuál era el objetivo de dicha trampa-provocación?
Ahora, a toro pasado, las organizaciones vecinales, Movimiento contra la Intolerancia y partidos izquierdistas se echan las manos a la cabeza sobre lo que sucedió y lo que podría haber sucedido, a la búsqueda de medallas, cuotas de televisión y cabezas de turco que les den protagonismo a posteriori. Pero lo cierto es que ninguna de estas organizaciones se habían planteado a priori parar este acto ni en la calle ni institucionalmente. Ahora piden la comparecencia de la Delegada del Gobierno, empieza el espectáculo. Si el sábado no salen antifascistas a la calle, estaríamos hablando de que la ultraderecha se pasea por Vallekas insultando a un barrio donde existe un alto porcentaje de inmi gración y de carácter obrero, estaríamos hablando de posibles agresiones xenófobas de 200 neonazis armados con palos y cascos.
De poco sirve la confianza de estas organizaciones vecinales y políticas en la "legalidad institucional", con un pasado histórico de ineficiancia e traición. Se quedaron callados en el momento de haber actuado y ahora salen todos los buitres a la palestra a coger las migajas del espectáculo, de la democracia y su careta, alpiste envenenado para seguir siendo eso, payasos de un circo que jamás saldrán de su carpa, marionetas que jamás cortarán sus hilos. Igualmente, es para darles las gracias a todxs esxs payasxs por hacernos ver cada vez más claro a qué lado está cada uno.
Gracias y mucha cosa en vuestro camino.
* * *
Hoy martes, la delegada del Gobierno, Soledad Mestre, comparece ante la prensa para dar explicaciones sobre los altercados en la presentación del balance de seguridad. Aclarará cuestiones sobre qué tipo de sanciones pueden recaer sobre los manifestantes ultraderechistas por lanzar proclamas racistas y fascistas y saltarse su recorrido oficial para adentrarse en Vallecas. Por la tarde, Mestre analizará los disturbios con los tres grupos municipales (PP, PSOE e IU).
En Puente de Vallecas casi confluyeron la marcha autorizada de ultraderechistas y otra sin permiso de radicales de izquierda, que intentaban impedir la manifestación. El lema oficial del Movimiento Patriota Socialista era "La crisis que sufre el obrero que la paguen los banqueros", pero durante la manifestación lanzaron proclamas racistas ("¡La inmi gración destruye mi nación!") y fascistas ("¡Madrid será la cuna del fascismo!").
Movimiento contra la Intolerancia había advertido del riesgo de autorizar una convocatoria tan cerca del barrio donde vivía Carlos Palomino, el joven antisistema que murió apuñalado por un soldado de ideología neonazi en el metro de Legazpi. El presidente de Movimiento contra la Intolerancia, Esteban Ibarra, insistió en que el movimiento neonazi se manifestó "sin autorización en Vallecas y con una simbología fascista provocadora, indumentaria militar y con provocación hacia los vecinos, los pagapensiones y los colectivos antifascistas". Ibarra reclamó a la fiscalía que investigue "un posible delito de provocación al repruebo, el racismo y la violencia" en la marcha ultraderechista y condenó también los actos violentos de los radicales de izquierda.
Fuente de la última parte del artículo: El Pais.
Dentro de la manifestación racista organizada por el Movimiento Patriota Socialista que recorrió la Avda. Ciudad de Barcelona y se paseó por las inmediaciones del Puente de Vallekas se pudo ver cómo algunos de sus asistentes, presumiblemente organizadores del evento, llevaban, además de palos y cascos de moto - con la permisividad policial-, cascos de la policia nacional.
Estas fotos demuestran lo sucedido:
Contra todo pronóstico el grupo neonazi, saltándose todas sus quedadas para ir juntos, se montaron en el metro de Nuevos Ministerios y terminaron saliendo en Conde de Casal (a escasos metros de Puente de Vallekas entre atajos por las calles aledañas). La policía, lejos de contestar a la ilegalidad que supone cambiar el recorrido, les permitió bajar corriendo al Puente de Vallekas, cortando calles e incluso el carril de desaceleración de la M-30 (entrada Puente de Vallekas-Ciudad de Barcelona). Una vez allí se fueron acercando a un pequeño grupo de antifascistas que se encontraban en ese punto. Un cordón policial retenía al grueso de la concentración antifascista al otro lado de la Avda. de la Albufera. En ese momento la policia, más allá de reconducirlos, se dedicó a disolver cualquier muestra de rechazo de lxs vecinxs y antifascistas hacia la provocación.
Algunxs nazis, armados con palos y cascos de moto (algunxs con cascos de la policia nacional como más adelante se puede ver en fotografía) se dedicaron a insultar a la familia de Carlos y a tensar aún más la cuerda, buscando que saltara la chispa, ya que tampoco fueron capaces de saltarse su leve cordón policial y llegar a un cuerpo a cuerpo con el pequeño grupo que repudiaba su presencia. Esta actitud era más propia de una provocación que de la valentía de la que ahora presumen.
Más adelante fueron reconducidos a la Avda. Ciudad de Barcelona para llegar a su punto legal de partida (Pacífico), mientras la policia les custodiaba en actitud bastante amigable, protegiéndolos. Es en ese momento cuando algunos grupos de antifascistas rompen el cordón policial y no dudan en defender su barrio atacando el cortejo de unos 150-200 nazis que caminaban al grito de "Vallekas será la cuna del fascismo" (consignas completamente fuera del propósito de su manifestación). Esta actitud de "tiro la piedra y escondo la mano" era otra muestra más de que los organizadores del MPS sabían hasta donde podían llegar y en parte lo consiguieron: provocar, generar el caos en el barrio y detenciones. Pero lo tenían muy claro porque la policia iba a custidarlos sin dudar en contener, atacar contudentemente y reprimir cualquier muestra de repudia que se encontraran en el camino.
Al margen de esta evidente muestra de permisividad y a dos meses vista del jucio al malo de Carlos Palomino, cabe preguntarse dónde estaba la Brigada de Información a la hora de investigar los planes de provocación del grupo convocante. Cabe preguntarse cuáles eran las órdenes de la Delegación de Gobierno y la de los mandos policiales. ¿Qué buscaban? ¿Cuál era el objetivo de dicha trampa-provocación?
Ahora, a toro pasado, las organizaciones vecinales, Movimiento contra la Intolerancia y partidos izquierdistas se echan las manos a la cabeza sobre lo que sucedió y lo que podría haber sucedido, a la búsqueda de medallas, cuotas de televisión y cabezas de turco que les den protagonismo a posteriori. Pero lo cierto es que ninguna de estas organizaciones se habían planteado a priori parar este acto ni en la calle ni institucionalmente. Ahora piden la comparecencia de la Delegada del Gobierno, empieza el espectáculo. Si el sábado no salen antifascistas a la calle, estaríamos hablando de que la ultraderecha se pasea por Vallekas insultando a un barrio donde existe un alto porcentaje de inmi gración y de carácter obrero, estaríamos hablando de posibles agresiones xenófobas de 200 neonazis armados con palos y cascos.
De poco sirve la confianza de estas organizaciones vecinales y políticas en la "legalidad institucional", con un pasado histórico de ineficiancia e traición. Se quedaron callados en el momento de haber actuado y ahora salen todos los buitres a la palestra a coger las migajas del espectáculo, de la democracia y su careta, alpiste envenenado para seguir siendo eso, payasos de un circo que jamás saldrán de su carpa, marionetas que jamás cortarán sus hilos. Igualmente, es para darles las gracias a todxs esxs payasxs por hacernos ver cada vez más claro a qué lado está cada uno.
Gracias y mucha cosa en vuestro camino.
* * *
Hoy martes, la delegada del Gobierno, Soledad Mestre, comparece ante la prensa para dar explicaciones sobre los altercados en la presentación del balance de seguridad. Aclarará cuestiones sobre qué tipo de sanciones pueden recaer sobre los manifestantes ultraderechistas por lanzar proclamas racistas y fascistas y saltarse su recorrido oficial para adentrarse en Vallecas. Por la tarde, Mestre analizará los disturbios con los tres grupos municipales (PP, PSOE e IU).
En Puente de Vallecas casi confluyeron la marcha autorizada de ultraderechistas y otra sin permiso de radicales de izquierda, que intentaban impedir la manifestación. El lema oficial del Movimiento Patriota Socialista era "La crisis que sufre el obrero que la paguen los banqueros", pero durante la manifestación lanzaron proclamas racistas ("¡La inmi gración destruye mi nación!") y fascistas ("¡Madrid será la cuna del fascismo!").
Movimiento contra la Intolerancia había advertido del riesgo de autorizar una convocatoria tan cerca del barrio donde vivía Carlos Palomino, el joven antisistema que murió apuñalado por un soldado de ideología neonazi en el metro de Legazpi. El presidente de Movimiento contra la Intolerancia, Esteban Ibarra, insistió en que el movimiento neonazi se manifestó "sin autorización en Vallecas y con una simbología fascista provocadora, indumentaria militar y con provocación hacia los vecinos, los pagapensiones y los colectivos antifascistas". Ibarra reclamó a la fiscalía que investigue "un posible delito de provocación al repruebo, el racismo y la violencia" en la marcha ultraderechista y condenó también los actos violentos de los radicales de izquierda.
Fuente de la última parte del artículo: El Pais.
Dentro de la manifestación racista organizada por el Movimiento Patriota Socialista que recorrió la Avda. Ciudad de Barcelona y se paseó por las inmediaciones del Puente de Vallekas se pudo ver cómo algunos de sus asistentes, presumiblemente organizadores del evento, llevaban, además de palos y cascos de moto - con la permisividad policial-, cascos de la policia nacional.
Estas fotos demuestran lo sucedido: