Como complemento a esto, en términos aún más sencillos, tengamos en cuenta también la desincentivación jovenlandesal y el desperdicio de fuerzas:
En el sistema actual, el sector productivo (empresarios y trabajadores), ven como el 50% o más de su producción va a goce y disfrute de las clases improductivas. Es decir, que los trabajadores NO pueden gozar de lo que se produce: comida, tecnología, viajes, ropa, pisos; mientras que un sector enorme de la población, el improductivo, goza de lo mismo o más que la clase trabajadora sin producir absolutamente NADA.
Esto lleva a la frustración, la desmotivación, quemar al trabajador... Lo que se traduce en el fenómeno de gente desganada y triste porque, después de trabajar 10 horas, no puede ni comprarse una casa.
Y no es porque el empresario pague poco -que muchas veces también-, sino porque hay que alimentar a un sector que es un agujero sin fondo. Cuya energía se pierde sin producir nada. ¿Por qué se le debe dar a alguien una paga de 1.000 euros, que consumirá en comida, cuya energía se perderá en el sofá viendo Netflix?
Lo óptimo, como ya vio Adam Smith, es que la clase productora se quede con lo que produce, ya que esa energía reinvertida en producir generará todavía más riqueza. Que el trabajador tenga una mesa más rica que un holgazán, ya que el trabajador producirá más comida y el holgazán, nada. Un trabajador hambrieno producirá menos.
Marx, pese a lo chusco de su sistema, pero que conocía muy bien a Smith, también tenía muy claro que la riqueza debía quedarse en las clases productoras, porque unos trabajdores mal alimentados generarían menos riqueza. Que una persona joven y fuerte no trabajara habría horrorizado al mismo Marx.
Ahora tenemos un sistema extraño y perverso, que no es ni capitalismo ni un socialismo clásico. Es un engendro en que el lumpen se queda con la mitad o más de la producción entera del país, que la desperdicia en el sofá.
Este mensaje es para aquellos que creen que las paguitas están muy bien porque estimulan la economía.
ESO NO ES ASÍ.
Cada año se genera tanta cantidad de riqueza. Esa riqueza puede ir a manos de los productores o del sector improductivo. Se produce una cantidad determinada de carne o de coches. Cuando el sector improductivo se come la mitad de la carna, el improductivo tendrá que comer comida sarama o precocinada, minando su capacidad de producción.
NO tiene nada de estimulante que un sector produzca bienes que no puede disfrutar.
Es una suerte de esclavitud. Es así como los paguiteros mantienen a flote la economía: sí, mantienen ocupado al sector productivo, que produce bienes para los improductivos; mantienen a los trabajadores en movimiento, pero estos trabajadore no pueden disfrutar de los bienes que producen.
Un recepcionista de hotel no puede hospedarse en su hotel.
Un camarero no puede comer la comida que sirve.
Un obrero en una cadena de montaje de coches tiene que ir a trabajar en tren o bus.
El gasto público tiene que verse siempre como una inversión productiva. Solo así pueden justificarse algunos impuestos, como la educación.
¿Pero una paga por no hacer nada? No hay nada más perverso en el sistema económico.
