1936: el golpe de Queipo de Llano en Sevilla

Otro capítulo del libro de Luis Romero sobre el alzamiento en Sevilla, incluye la primera charla por radio dada por Queipo la noche del 18 de Julio.




El capitán del Estado Mayor, Manuel Gutiérrez Flórez, le ha mostrado una cuartilla, borrador del diario de operaciones. Dice así:

18 de Julio de 1936- A las nueve de la noche el Ejército es dueño de la calle Jesús del Gran Poder, plaza del Duque, calle Tetuán, Plaza Nueva, avenida de la Libertad, calle de San Fernando, Avenida de Borbolla y Paseo de la Palmera. El resto de la ciudad se halla en manos de los extremistas. Simultáneamente a la ocupación del centro de Sevilla por las tropas , las turbas armadas se apoderan de los barrios de San Julián, San Marcos y La Macarena.


La situación no puede considerarse brillante, a pesar de que los puntos principales de la ciudad están dominados o batidos por el Ejército. La misma Capitanía no queda demasiado segura; durante la tarde ha habido un fuerte tiroteo y hasta el comandante Álvarez Rementería se ha puesto a manejar una ametralladora. Disparos se oyen en toda la ciudad; incluso en las zonas dominadas la circulación resulta peligrosa pues disparan desde las azoteas. Los sindicatos han declarado la huelga general y las izquierdas, por lo menos anarcosindicalistas, socialistas y comunistas, han movilizado resueltamente a sus partidarios. En cambio ,de las personas de orden, son pocas las que hasta ahora se han presentado. Unos cuantos falangistas, algunos requetés y otros voluntarios, a los cuales se arma y encuadra en el Cuartel de Infantería.

Alguien ha propuesto sacar de la guandoca a los falangistas presos; será necesario organizar una pequeña expedición , pues la guandoca se halla en un barrio dominado por los extremistas, y por ahora no hay fuerzas para distraer.. Obligando a telefonear, pistola en mano, al comandante Loureiro, jefe de los de Asalto, a quien han traído prisionero desde el Gobierno Civil, se ha conseguido rendir el cuartel de Asalto, pero algunos de los guardias aún resisten. La lucha se ha endurecido y ha habido un momento de sumo dramatismo cuando el general ha amenazado a los doscientos guardias apresados en el Gobierno Civil primero con fusilarlos a todos y después con diezmarlos. Está ardiendo San Bernardo , otras iglesias y algunas casas de personajes pudientes y de derechas. Si el golpe fracasa como ocurrió cuando Sanjurjo, nadie va a escapar con vida.

En Cádiz, López Pinto ha sacado a las tropas y el general Varela se ha fugado del castillo de Santa Catalina. El gobernador civil resiste y se lucha en las calles; la pelota está en el tejado. La base naval de San Fernando se ha sublevado y los marinos se han apoderado de la ciudad. Parece ser que en Jerez de la Frontera las fuerzas armadas dominan la situación. En Córdoba la artillería ataca al Ayuntamiento y al Gobierno Civil y se ha proclamado el estado de guerra.

La caballería se ha apoderado de la emisora de radio , que aunque custodiada por la Guardia Civil, seguían en poder de los elementos subversivos. Una de las primeras jugadas, que ha sido de capital importancia , ha consistido en apoderarse del Parque de Artillería: Lo ha conseguido el capitán Corretjer con unos pocos soldados. En un fuerte tiroteo se les han hecho muchos muertos y heridos a los comunistas que lo atacaban con intención de apoderarse de las armas que en el Parque se custodian. Si llegan a hacerse con ellas a estas horas estarían sitiados por una fuerza desorganizada pero numerosísima. Desde que se ha rendido a media tarde el Gobierno Civil, está allí don Pedro Parias a quien el general ha nombrado gobernador.; pero se ha quedado casi solo. A don Ramón de Carranza lo ha nombrado alcalde y ocupa el Ayuntamiento. Habrá que hacer frente a la huelga general. En Triana la Guardia Civil se mantiene acuartelada pero el pueblo es dueño de la calle. Lo mismo ocurre en San Julián, en la Macarena, en San Bernardo y en las demás barriadas obreras.

No le resultaba simpático el general Queipo de Llano, pero está admirado viéndole actuar. Tiene una audacia ilimitada, mano dura y ejerce el dominio sobre cuantos amigos y enemigos se acercan a él.

A Chacho Benjumea le han apiolado a primera hora de la tarde en la calle Tetuán; le han dispadado desde un coche en el que iban guardias de Asalto. Ayer noche, mismo , estuvo con Chacho. Pero en éstas diez últimas horas han sucedido tantas y tan tremendas cosas que los sentimientos se han adormecido , o no reaccionan o lo hacen irregularmente y a destiempo.

Para aislar a los revolucionarios de Triana se ha levantado el puente de San Telmo y el de la Corta Tabla. Queda el de Isabel II, pero lo baten las ametralladoras. Con igual fin se han enviado voluntarios mandados por el capitán Alarcón de Lastra. Igual que él se han presentado bastantes oficiales y jefes retirados ; a todos se les reincorpora inmediatamente al servicio activo.

El aeródromo de Tablada sigue siendo una incógnita...y un peligro. Esta tarde un avión ha lanzado octavillas revolucionarias, menos mal que no ha arrojado bombas.

Observa movimiento y agitación por los pasillos. Un compañero se asoma a la puerta.

- El genaral va a hablar por radio, ¿quieres venir a oírle?

- ¿Donde?

- Ahí, en el despacho del ayudante. Vente....

El despacho está lleno; lo ocupan casi todos los jefes y varios oficiales y paisanos,. El general se sienta ante la mesa en un sillón. Han instalado un micrófono de la emisora Radio Sevilla. Un señor de paisano, que según le han dicho es amigo del general, le acerca el micrófono. Cuando el general le hace signos de que está dispuesto exclama con brío: "Sevillanos, españoles, os va a hablar el general de la Segunda División, don Gonzalo Queipo de Llano. ¡Atención!

El general carraspea, estira ligeramente el cuello y rompe a hablar con voz firme, aunque emocionada.


Sevillanos: ¡A las armas!. La Patria está en peligro y para salvarla unos cuantos hombres de corazón, unos cuantos generales, hemos asumido la responsabilidad de ponernos al frente de un movimiento salvador que triunfa por todas partes. El ejército de Africa se apresta a trasladarse a España para tomar parte en la tarea de aplastar a ese Gobierno indigno que se había propuesto destruir a España para convertirla en una colonia de Moscú.

Por orden de la Junta de Generales he tomado el mando de la Segunda División Orgánica, ya que el general Villa-Abrille se ha mostrado insensible a los peligros que amenazan a la Patria y a las exhortaciones del compañerismo. Todas las tropas de Andalucía, con cuyos jefes he comunicado por teléfono, obedecen mis órdenes y se encuentran ya en las calles.

El general Villa-Abrille, todas las autoridades de Sevilla y cuantos simpatizan con el titulado Gobierno de Madrid están detenidos y a mi disposición.

El general Mola, con fuerzas de Navarra, y el general Saliquet, con las de Castilla la Vieja, avanzan sobre Madrid por los puertos de Somosierra y el León.

las guarniciones de Galicia dominan fácilmente algunos focos revolucionarios que no tardarán en extinguirse.

La guarnición de Navarra domina también a los gubernamentales por todas partes, sobresaliendo en entusiasmo la guarnición de San Sebastián.

También está comprometida con el Movimiento la guarnición de Valencia, actuando con espíritu verdaderamente admirable la de Alicante, en la que toman parte como un solo hombre Infantería, Guardia Civil, Guardia de Seguridad y Carabineros.

Tan sólo permanece a la expectativa las guarniciones de Madrid y Barcelona, debido a que los jefes de cuerpo, principalmente, son hechura del compadrazgo . Estos mílites deben sus destinos a la influencia de los numerosos jefes políticos que nos desgobiernan y que no tienen otro ideal que su codicia de ascensos, incluso en perjuicio de otros compañeros mas dignos que ellos, sin preocuparles ni poco ni mucho los sagrados intereses de la Patria. No importa; la realidad habrá de imponerse a todos, a los tibios como a los débiles, y por último tendrán que unirse con la mayoría del Ejército, a fin de salvar a España liberándola de la canalla que la deshonra y la conduce a la ruina.

Más aún: la Marina de Guerra , siempre fiel a los latidos de la Patria,, se encuentra en masa con nosotros. Gracias a su ayuda el traslado de tropas de jovenlandia a la Península ha de ser rapidísimo y pronto veremos llegar a Cádiz, Málaga y Algeciras las columnas gloriosas de nuestro ejército de Africa , que avanzarán sin reposo sobre Granada, Córdoba, Jaén, Extremadura, Toledo y Madrid.

¡Sevillanos!. la suerte está echada y decidida por nosotros y es inútil que la canalla resista y produzca esa algarabía de gritos y tiros que oís por todas parte. Tropas del Tercio y Regulares se encuentran ya camino de Sevilla y en cuanto lleguen esos alborotadores serán cazados como fieras. ¡Viva España!. ¡Viva la República!


Los presentes han escuchado en silencio. Al terminar el general les mira como con asombro. Suenan algunos aplausos.

- Así se habla....

- Muy bien mi general....
 
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O mejor dicho el inicio del golpe, Queipo después de presentarse en la jefatura de la División Orgánica 2 destituyó a su jefe, general Villa-Abrille, arrestándolo y asumiendo sus funciones y acto seguido se dirigió al cuartel de San Hermenegido, sede del Regimiento de Infantería Granada 6 y adyacente a capitanía, acompañado únicamente de su ayudante y armado con una pistola, lo que se relata a continuación constituye uno de los momentos clave de la guerra ya que tuvo consecuencias que influyeron de forma decisiva en su desarrollo posterior.

Extraído del excelente libro de Luis Romero "Tres días de Julio", lectura fundamental para el que quiera introducirse en el tema de la guerra civil, superdocumentado y con una narración de los acontecimientos magistral.

Don Gonzalo Queipo de Llano, que desde hace unos minutos es por su propia voluntad y la de los demás sublevados, general en jefe de la 2ª División Orgánica entra a pasos largos y decididos en el cuartel de San Hermenegildo, le sigue el comandante César López Guerrero.

El general Queipo de Llano. que hasta hace unos minutos era Director General de Carabineros, aventajado de estatura y de aspecto gallardo e imponente, devuelve el saludo al teniente de guardia y penetra hasta el patio del cuartel. El coronel del regimiento, don Manuel Allanegui, hace escasamente un par de horas ha estado reunido con los demás jefes de cuerpo en el despacho del general Villa-Abrille, quien les ha dado orden de permanecer acuartelados. Soldados jefes y oficiales están en el patio cuando se presenta, anunciado por el toque de corneta, el general Queipo de Llano.

El coronel Allanegui que manda éste regimiento desde hace un mes, no conoce personalmente a Queipo, pero éste le reconoce mientras se le acerca resueltamente y le estrecha la mano al tiempo que sonríe a los demás jefes y oficiales.

-Buenos días señores.

Queipo de Llano por su parte es la primera vez que ve a éste coronel que goza de cierto prestigio dentro del ejército. Al preguntarles al comandante Cuesta, que dirige en Sevilla los hilos de la conspiración. y a los demás militares que estaban en Capitanía una vez detenidos Villa-Abrille y López Viota, se ha enterado de que a Allanegui nadie la ha hablado de lo que se estaba preparando. No quedaba otra solución que obrar con celeridad. El cuartel de infantería de San Hermenegildo está situado junto a la Capitanía General, en la cual y aparte de los escasos jefes y oficiales pronunciados, no ha conseguido reunir mas efectivos que unos treinta hombres, entre ordenanzas, oficinistas y demás, a los cuales acaba de hacer armar convenientemente y ha arengado para levantar la jovenlandesal sin preocuparse de cuales puedan ser sus ideas políticas.

- Coronel, vengo a saludarle y a felicitarle por su actitud de solidaridad con nuestros compañeros de Africa en éstos momentos decisivos.

Allanegui que le estrecha fríamente la mano se pone en guardia. El nombre de Queipo de Llano es muy popular, no sólo en el Ejército, sino entre el comun de los españoles. Está considerado hombre vehemente, audaz, republicano y turbulento; entre los militares se murmura que tras la deposición de su suegro Don Niceto Alcalá Zamora de presidente de la República está indignado contra el gobierno y particularmente contra el nuevo presidente, Don Manuel Azaña, a quien detesta.



- Mande usted a formar el regimiento que vamos a proclamar el estado de guerra.

- No obedezco mas órdenes que las del general de la División.

- El general de la División soy yo.

- Me refiero al general Villa-Abrille.

Queipo de Llano cuenta sólo con el apoyo de su ayudante. Los jefes y oficiales del regimiento de infantería num. 6 parecen sorprendidos, si bien se solidarizan con su jefe. Suboficiales y soldados asisten como espectadores a esta dicusión que, aparte de incierto resultado, puede minar la disciplina que en éste momento, mas que nunca, interesa conservar intacta. Descubre una puerta abierta que corresponde a la sala de suboficiales.

-¿Le importa, coronel, que continuemos la conversación ahí dentro?.

Excepto algún teniente que se queda con la tropa los demás entran en la sala de suboficiales. Queipo de Llano se queda en el centro del grupo. Nuevamente se encara con el coronel.

- ¿De manera que usted se coloca al lado de un gobierno que arrastra a la ruina al país y que está vejando al ejército como lo hace?

- Le repito que no puedo acatar mas órdenes que las del general Villa-Abrille.

- Me obliga a quitarle a usted el mando del regimiento.

Se vuelve hacia el teniente coronel

- Desde este momento toma usted el mando del regimiento.

- Mi general, yo estoy al lado de mi coronel.

- ¿Ah si? Pues en ese caso, a ver, ¿quien es el comandante mas antiguo?.

La negativa de los jefes, que se solidarizan con el coronel Allanegui, hace la situación insostenible. Está solo y aunque la pistola que oculta en el bolsillo del pantalón,y la actitud hasta el momento pacífica de los que le rodean, no le hace desesperar, comprende que necesita algún refuerzo y que se impone cambiar de táctica. Queipo de Llano que es hombre franco y simpático, adopta un tono jovial y se dirige a su ayudante.

- César, vamos a ver, llégate a capitanía y dile al comandante Cuesta que venga; de alguna manera hemos de entendernos con éstos señores. Creo que hay que poner algunas cosas en claro.

Cuando se ausenta el ayudante, Queipo se queda solo con los jefes y oficiales del regimiento; no está seguro- y ellos también lo ignoran- si en calidad de guardián o prisionero.

Entonces se inicia una conversación amistosa. Algunos de los presentes se muestran de acuerdo con los propósitos que animan a sus compañeros de jovenlandia, pero la guarnición de Sevilla que se sublevó el 10 de Agosto de 1932 a las órdenes del general Sanjurjo, sufrió las consecuencias del fracaso y está escarmentada. Argumenta el general que se trata de un caso distinto y que en ese instante se están alzando las guarniciones de la península.

El comandante Cuesta se presenta acompañado del ayudante del general Queipo.

- Comandante Cuesta, ¿no me aseguró usted que llegado el momento el coronel Allanegui y todo el regimimiento estarían con nosotros?

- Yo me mantengo fiel al gobierno insiste el coronel.

El comandante Cuesta habla con el general, que se mantiene erguido y continúa dominando la situación, refiriendose al coronel Allanegui.

- Nosotros por su billante historial militar siempre supusimos lo contrario.

A los requerimientos del comandante Cuesta los demás jefes se reiteran en su negativa a secundarles.

Tras las gafas del capitán Fernández de Córdoba, Queipo de Llano ha observado una mirada de simpatía

- Capitán, ¿es usted capaz de ponerse al frente del regimiento?

Fernández de Córdoba se cuadra.

- Si, mi general.

- Pues haga usted tocar a escuadra.

El capitán sale al patio, en la sala de suboficiales se produce un momento de confusión. El coronel intenta salir tambien pero Queipo de Llano se interpone,

- ¿Adonde va usted?

- A hablar a la tropa.

Allanegui echa mano a la pistola. Queipo de Llano le traba fuertemente con la mano izquierda mientras saca la suya que lleva amartillada en el bolsillo del pantalón.

- ¡Se acabó! ¿Cree usted que no estoy decidido a matarle aquí mismo?

Se hallan muy cerca uno del otro; le mira rabiosamente a los ojos. Luego, sin dejar de esgrimir la pistola aunque sin apuntar a ninguno de los presentes , se aparta ligeramente y les grita con gran energía:

- ¡Todos ustedes son mis prisioneros! !Siganme!.

A pasos largos y decididos acompañado de su ayudante y el comandante Cuesta y conduciendo arrestados al coronel y varios jefes y oficiales del regimiento de Granada. Al salir del cuartel de San Hermenegildo guarda la pistola en el bolsillo.
Relato interesante, una vez más, muestra que la determinación de una persona (obviamente Queipo) se impone a las dudas y temores de decenas. Y eso que eran oficiales de alto rango. Queipo debió de tener una personalidad muy fuerte, estoy escribiendo por escribir porque apenas he leído nada sobre él, pero un dominio así no lo tiene cualquiera.
 
Mi abuelo era un teniente ya mayor al que le pillo el alzamiento de permiso y en Sevilla. Acompañaba a un tío mío que buscaba alojamiento para estudiar allí el curso siguiente. Se presentó en el cuartel de Artillería y allí lo incorporaron al servicio no sé si a los dos directamente. Mi padre y mi abuela estaban de vacaciones en el pueblo y no se vieron hasta meses después. Al final estuvo los últimos años destinado en Sevilla y quizá por eso nací yo.
 
Aquí se sigue con la leyenda franquista de la conquista de Sevilla, Queipo contó desde el principio con la mayoría de las unidades militares de la capital andaluza, esto se ve desde el mismo 18 de julio cuando cañonearon varios edificios de la Plaza Nueva de Sevilla.
 
Bien, ahora pongamos el bando de Guerra de Don Gonzalo Queipo de Llano.
ESPAÑOLES: Las circunstancias extraordinarias y críticas por que atraviesa España entera; la anarquía que se ha apoderado de las ciudades y los campos, con riesgos evidentes de la Patria, amenazada por el enemigo exterior, hacen imprescindible el que no se pierda un solo momento y que el Ejército, si ha de ser salvaguardia de la Nación, tome a su cargo la dirección del país, para entregarlo más tarde, cuando la tranquilidad y el orden estén restablecidos, a los elementos civiles preparados para ello. En su virtud y hecho cargo del mando de esta División,

ORDENO Y MANDO

Primero.- Queda declarado el estado de guerra en todo el territorio de esta División.

Segundo.- Queda prohibido terminantemente el derecho a la huelga . Serán juzgados en juicio sumarísimo y pasados por las armas, los directivos de los Sindicatos, cuyas organizaciones vayan a la huelga o no se reintegrasen al trabajo los que se encuentren en tal situación a la hora de entrar el día de mañana.

Tercero.- Todas las armas, largas o cortas serán entregadas en el plazo irreductible de cuatro horas en los puestos de la Guardia Civil más próximos. Pasado dicho plazo serán igualmente juzgados en juicio sumarísimo y pasados por las armas , todos los que se encuentren con ellas en su poder o en su domicilio.

Cuarto.- Serán juzgados en juicio sumarísimo y pasados por las armas los incendiarios, los que ejecuten atentados por cualquier medio a las vías de comunicación, vidas, propiedades etc. y cuantos por cualquier medio perturben la vida del territorio de esta División.

Quinto.- Se incorporarán urgentemente a todos los Cuerpos de esta División, los soldados del Cap. XVII del Reglamento de Reclutamiento (cuotas) de los reemplazos 1931 a 1935, ambos inclusive y todos los voluntarios de dicho reemplazo que quieran prestar este servicio a la Patria.

Sexto.- Se prohíbe la circulación de toda clase de personas y carruajes que no sean de servicio, desde las nueve de la noche en adelante.

Espero del patriotismo de todos los españoles, que no tendré que tomar ninguna de las medidas indicadas en bien de la Patria y de la República.

Sevilla, a 18 de julio de 1936

El general de la División : GONZALO QUEIPO DE LLANO
 
También se cuenta que en los primeros momentos tiznó la cara a unos soldados y los puso a dar vueltas por Sevilla en camión para que pareciera que había muchos jovenlandeses.

¿Creéis que es cierto?
 
Que pasaría después con estos mandos del Ejército que tuvieron que decidir en un segundo en que lado se ponían?
Muchos serían de derechas pero secundar un golpe de estado o una declaración de guerra no es cosa que no se le dé mil vueltas en la cabeza.
 
Que pasaría después con estos mandos del Ejército que tuvieron que decidir en un segundo en que lado se ponían?
Muchos serían de derechas pero secundar un golpe de estado o una declaración de guerra no es cosa que no se le dé mil vueltas en la cabeza.

¿Qué pasaría o que pasó?
No entiendo muy bien lo que preguntas.
 

Hombre, tampoco es que los engrilletaron y los encerraron en una prision medieval.
Esperaria a ver como evolucionaba el asunto pensando que era una sanjurjada mas.

El 18 de julio muy pocos apostaban por los nacionales.
 

La explicación es que los hizo prisioneros un general de división, yo hice la mili en los 80 y si entonces un general era casi un dios en el ejército español, en 1936 también pero sin el casi roto2

También es lo que apunta el forero spica, muchos jefes y oficiales no tenían claro si se trataba de otra sanjurjada o algo mas serio y se ponían de perfil a ver de donde soplaba el viento...
 
Más aún: la Marina de Guerra , siempre fiel a los latidos de la Patria,, se encuentra en masa con nosotros. Gracias a su ayuda el traslado de tropas de jovenlandia a la Península ha de ser rapidísimo y pronto veremos llegar a Cádiz, Málaga y Algeciras las columnas gloriosas de nuestro ejército de Africa , que avanzarán sin reposo sobre Granada, Córdoba, Jaén, Extremadura, Toledo y Madrid.

La verdad es que el general le echó muchos webos y se tiró un gran farol, sabía que no podría aguantar mucho sin las tropas de Franco, que eran las realmente experimentadas, ya que habían combatido contra el jovenlandés, por lo que se tiro el pisto por la radio, lo que hoy llamarían un bulo, y le salió bien.

Dicen las malas lenguas que esta hazaña llego a oidos de Hitler y entonces les ayudó a cruzar a la península.

Una de las mejores bazas con las que contaban los sublevados era el Ejército de África, formado por la Legión y los Regulares. Se trataba de una tropa de alrededor de 47 000 soldados experimentados y disciplinados que mostraban una lealtad total hacia Franco. Una vez en la península se convertirían en las tropas de choque del bando sublevado pero para ello tenían que cruzar desde jovenlandia y las aguas del estrecho estaban blindadas por navíos de la Marina republicana. Con la ayuda de la aviación alemana e italiana, se montó un puente aéreo que trasladó a todas las tropas de jovenlandia al sur de España en apenas dos días.
 
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