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Que sea sano, es lo de menos. Lo importante es la gratificación que sientes al pegarte una jartada de guarreridas. La causa es el subidón que te pegan los aditivos que incluyen, como el glutamato monosodico.

Pero suele llegar el arrepentimiento, justo en el momento en que es necesaria la deposición de lo ingerido...
 
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