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Madmaxista
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1625 la hecatombe de la flota inglesa frente a Cádiz
Fernando Girón, gobernador de Cádiz, junto con el duque de Medina Sidonia, consiguió rechazar el ataque, que se saldó con la fin de 7000 atacantes y la pérdida de 62 naves anglo-holandesas
Antecedentes
La guerra anglo-española de 1625–1630 se libró entre el Reino de Inglaterra, aliado con las Provincias Unidas, y España. Tras la declaración de guerra de Inglaterra contra España en 1624, alentada por Carlos I de Inglaterra y su valido el duque de Buckingham y con el apoyo de las Provincias Unidas de los Países Bajos, en 1625 se organizó una gran flota anglo-holandesa con el objetivo de atacar Cádiz ( saqueado por los piratas ingleses en 1596) y capturar la flota de Indias proveniente de América.
Entre los días 1 y 7 de noviembre de 1625, la flota al mando de Sir Edward Cecil atacó la ciudad de Cádiz con 17.000 hombres ( 5000 marinos y 12000 soldados) y 112 navios. La escasa preparación de las fuerzas inglesas, la mala organización de la expedición y la sucesión de errores estratégicos de sus mandos supusieron el fracaso total de la misión. Fernando Girón, gobernador de Cádiz, junto con el duque de Medina Sidonia, consiguió rechazar el ataque, que se saldó con la fin de aproximadamente 7000 atacantes y la pérdida de 62 naves anglo-holandesas
La guerra entre España e Inglaterra continuaría oficialmente hasta 1630, y terminaría con la victoria española y la firma del Tratado de Madrid.
Inglaterra pretende saquear Cádiz como 1596
El duque de Buckingham, encargado de la organización, eligió a los responsables entre sus amistades: Sir Edward Cecil, antiguo oficial en la guerra de Flandes, fue escogido como almirante de la flota; antes de partir fue nombrado vizconde de Wimbledon, con el fin de destacarlo como líder sobre el resto de los oficiales. Robert Devereux, III conde de Essex (hijo de Robert Devereux, artífice del saqueo de 1596) era vicealmirante.
El 15 de octubre de 1625 zarparon del puerto inglés de Plymouth 88 naves, con 5.400 tripulantes, 10.000 soldados y 100 caballos, divididas en tres escuadrones. A éstas se unirían 24 barcos holandeses (marinos expertos) bajo el mando de Guillermo de Nassau.Mientras las tropas españolas sólo contaban con 8 galeones anclados en la bahía y 4.000 hombres en la ciudad de Cádiz.
El desastroso ataque inglés a Cádiz
Las rápidamente reorganizadas fuerzas locales-dirigidas por el Consejero de Estado don Fernando Girón-,que probablemente habían sido prevenidas con tiempo, aunque no lograran hacerse con detalles del plan, por los servicios de inteligencia españoles, consiguieron repeler el ataque, cuya mala concepción y ejecución acabó provocando más de la pérdida de la mitad de los hombres y barcos enemigos.
Ante el fracaso del asalto a Cádiz,6 de noviembre Cecil ordenó a sus hombres reembarcarse, y esperando capturar la flota de Indias, cuyo regreso bien cargada de plata, se esperaba por esas fechas, detuvo su fuerza naval en la costa sur portuguesa. Sin embargo, el cada vez más peligroso estado de la mar hizo a Cecil dar la orden de regresar a Inglaterra el 26 de noviembre. Fue una suerte, ya que tres días después los galeones de Tierra Firme y Nueva España llegaban sanos y salvos al puerto de Cádiz. Este desastre naval inglés y holandés vino a acompañar a otro acaecido escasas semanas antes, cuando en la noche del 23 de octubre de 1625 una terrible tempestad cogió por sorpresa a los buques que llevaban a cabo el bloqueo de los puertos flamencos, hundiendo 30 naves de ambas nacionalidades, momento que fue aprovechado por los barcos de Flandes para iniciar una oleada destructivas contra los buques mercantes enemigos, principalmente holandeses.
Consecuencias
Para España
Por la parte española, el rechazo del ataque inglés vino a sumarse a otras operaciones militares igualmente exitosas ocurridas en la misma época: la reconquista de Salvador de Bahía en la costa brasileña, la rendición de Breda en los Países Bajos, el socorro de Génova y la recuperación de San Juan de Puerto Rico, victorias que contribuyeron a restituir la reputación de España en el mundo.
En recompensa por la defensa de la ciudad, Felipe IV ofreció a Fernando Girón la gobernación del Milanesado, cargo que éste rechazó para retirarse a su pueblo natal.
Para Inglaterra
A su regreso a Inglaterra, el vicealmirante Robert Devereux, Sir Edward Conway secretario de Estado, Henry Power (Lord Valentia), general de artillería, Sir Michael Geere y otros oficiales participantes en la expedición acusaron a Edward Cecil de negligencia y mala administración.
Los miembros de la Cámara de los Comunes del Reino Unido, convocados en 1626 para aprobar nuevas ayudas financieras a las campañas militares de Carlos I, rehusaron discutir la provisión de nuevos fondos hasta haber depurado las responsabilidades por el fracaso de Cádiz. Intentaron imputar al duque de Buckinham como organizador de la expedición, acusándole de alta traición. El rey Carlos I ordenó la disolución del parlamento para proteger a su favorito, y las investigaciones para hallar a los responsables nunca se llevaron a cabo.
Carlos I de Inglaterra y el duque de Buckingham abandonaron la idea de atacar España para centrarse en la guerra con la Francia del cardenal Richelieu. Los gastos provocados por la expedición afectaron gravemente a la economía inglesa: para proseguir sus campañas militares, Carlos I se vería obligado a pedir créditos ofreciendo las joyas de la corona británica como fianza. ::
Fernando Girón, gobernador de Cádiz, junto con el duque de Medina Sidonia, consiguió rechazar el ataque, que se saldó con la fin de 7000 atacantes y la pérdida de 62 naves anglo-holandesas
Antecedentes
La guerra anglo-española de 1625–1630 se libró entre el Reino de Inglaterra, aliado con las Provincias Unidas, y España. Tras la declaración de guerra de Inglaterra contra España en 1624, alentada por Carlos I de Inglaterra y su valido el duque de Buckingham y con el apoyo de las Provincias Unidas de los Países Bajos, en 1625 se organizó una gran flota anglo-holandesa con el objetivo de atacar Cádiz ( saqueado por los piratas ingleses en 1596) y capturar la flota de Indias proveniente de América.
Entre los días 1 y 7 de noviembre de 1625, la flota al mando de Sir Edward Cecil atacó la ciudad de Cádiz con 17.000 hombres ( 5000 marinos y 12000 soldados) y 112 navios. La escasa preparación de las fuerzas inglesas, la mala organización de la expedición y la sucesión de errores estratégicos de sus mandos supusieron el fracaso total de la misión. Fernando Girón, gobernador de Cádiz, junto con el duque de Medina Sidonia, consiguió rechazar el ataque, que se saldó con la fin de aproximadamente 7000 atacantes y la pérdida de 62 naves anglo-holandesas
La guerra entre España e Inglaterra continuaría oficialmente hasta 1630, y terminaría con la victoria española y la firma del Tratado de Madrid.
Inglaterra pretende saquear Cádiz como 1596
El duque de Buckingham, encargado de la organización, eligió a los responsables entre sus amistades: Sir Edward Cecil, antiguo oficial en la guerra de Flandes, fue escogido como almirante de la flota; antes de partir fue nombrado vizconde de Wimbledon, con el fin de destacarlo como líder sobre el resto de los oficiales. Robert Devereux, III conde de Essex (hijo de Robert Devereux, artífice del saqueo de 1596) era vicealmirante.
El 15 de octubre de 1625 zarparon del puerto inglés de Plymouth 88 naves, con 5.400 tripulantes, 10.000 soldados y 100 caballos, divididas en tres escuadrones. A éstas se unirían 24 barcos holandeses (marinos expertos) bajo el mando de Guillermo de Nassau.Mientras las tropas españolas sólo contaban con 8 galeones anclados en la bahía y 4.000 hombres en la ciudad de Cádiz.
El desastroso ataque inglés a Cádiz
Las rápidamente reorganizadas fuerzas locales-dirigidas por el Consejero de Estado don Fernando Girón-,que probablemente habían sido prevenidas con tiempo, aunque no lograran hacerse con detalles del plan, por los servicios de inteligencia españoles, consiguieron repeler el ataque, cuya mala concepción y ejecución acabó provocando más de la pérdida de la mitad de los hombres y barcos enemigos.
Ante el fracaso del asalto a Cádiz,6 de noviembre Cecil ordenó a sus hombres reembarcarse, y esperando capturar la flota de Indias, cuyo regreso bien cargada de plata, se esperaba por esas fechas, detuvo su fuerza naval en la costa sur portuguesa. Sin embargo, el cada vez más peligroso estado de la mar hizo a Cecil dar la orden de regresar a Inglaterra el 26 de noviembre. Fue una suerte, ya que tres días después los galeones de Tierra Firme y Nueva España llegaban sanos y salvos al puerto de Cádiz. Este desastre naval inglés y holandés vino a acompañar a otro acaecido escasas semanas antes, cuando en la noche del 23 de octubre de 1625 una terrible tempestad cogió por sorpresa a los buques que llevaban a cabo el bloqueo de los puertos flamencos, hundiendo 30 naves de ambas nacionalidades, momento que fue aprovechado por los barcos de Flandes para iniciar una oleada destructivas contra los buques mercantes enemigos, principalmente holandeses.
Consecuencias
Para España
Por la parte española, el rechazo del ataque inglés vino a sumarse a otras operaciones militares igualmente exitosas ocurridas en la misma época: la reconquista de Salvador de Bahía en la costa brasileña, la rendición de Breda en los Países Bajos, el socorro de Génova y la recuperación de San Juan de Puerto Rico, victorias que contribuyeron a restituir la reputación de España en el mundo.
En recompensa por la defensa de la ciudad, Felipe IV ofreció a Fernando Girón la gobernación del Milanesado, cargo que éste rechazó para retirarse a su pueblo natal.
Para Inglaterra
A su regreso a Inglaterra, el vicealmirante Robert Devereux, Sir Edward Conway secretario de Estado, Henry Power (Lord Valentia), general de artillería, Sir Michael Geere y otros oficiales participantes en la expedición acusaron a Edward Cecil de negligencia y mala administración.
Los miembros de la Cámara de los Comunes del Reino Unido, convocados en 1626 para aprobar nuevas ayudas financieras a las campañas militares de Carlos I, rehusaron discutir la provisión de nuevos fondos hasta haber depurado las responsabilidades por el fracaso de Cádiz. Intentaron imputar al duque de Buckinham como organizador de la expedición, acusándole de alta traición. El rey Carlos I ordenó la disolución del parlamento para proteger a su favorito, y las investigaciones para hallar a los responsables nunca se llevaron a cabo.
Carlos I de Inglaterra y el duque de Buckingham abandonaron la idea de atacar España para centrarse en la guerra con la Francia del cardenal Richelieu. Los gastos provocados por la expedición afectaron gravemente a la economía inglesa: para proseguir sus campañas militares, Carlos I se vería obligado a pedir créditos ofreciendo las joyas de la corona británica como fianza. ::