¿Sois o habeis vivido en un barrio chungo?

Tres Mil Viviendas es el sitio más aterrador que he pisado, sentí un miedo que no sabía que existía, el miedo a la anarquía absoluta, tres horas después de salir todavía me sentía como si me hubiera comido un tripi. Allí no existe la ley. El anarquismo se cura pasando cinco minutos allí.

Cómo sería aquello que cuando nos marchamos salió un loco con un palo detrás de mi coche chillando y ni siquiera noté nada, fue lo que menos me asustó.

Y aquello es el tocador de Mary Poppins comparado a las favelas y a hominidolandia. ¡Y el año que viene me voy allí! ¡jijijij! Vivo al límite cromosómico. Catorce años en burbuja son la prueba.
 
Frontera del barrio de Arrayanes, coto etniano en Linares.

Lo de llevar navaja lo tenemos desde que mal dejamos de gatear... Y es por algo...

Mi colegio, por ejemplo:

Creo que nada supera al Colegio Salesiano San Agustín de Linares:

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Situado en la zona fronteriza entre payos y etnianos...

Nos acostumbramos pronto a convivir con navajas, amenazas de a la salida de la escuela te espero que solo podían significar una cosa:

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Ojo por ojo...

Era sangre joven derramada y ganarte un status en la cadena alimentar o ser devorado durante ocho años de tu vida.

Este brutal método sirvió para forjar hombres (puesto que no había niñas) férreos y para descartar a los débiles. No todos lo superaron:

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Aquellas rejas que pensábamos que eran para protegernos de los de fuera en realidad era para que no escapásemos de nuestro particular agogé paco:

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Nuestro entrenamiento no pasaba de una mera manga corta en febrero, patio de tierra que tantas rodillas mutiló, porterías de hierro con bordes afilados que no sentíamos al chocar con ellas ateridos de frío...

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Algunos sobrevivieron para contarlo...

Supervivientes del bloque 2:
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Mejores épocas... Supervivientes en el patio pavimentado, sin su asfalto y su arenilla infernal que hacía derrapar nuestras Paredes y J'hayber:
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Aún escucho sus lamentos tras recibir un balonazo (berrío) de un Mikasa en plena oreja en invierno...

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El lugar de iniciación a ritos oscuros...

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Rejas, rejas por doquier... curas vociferando nuestro nombre. ¡¡A formar.... cubrirse... marchad!!... No eran capaces de hablar sin gritos. No imagino cómo podían hacerlo sin que les saltasen las venas de la cara de tanta presión...


Ritos en palabras que no me están permitidas pronunciar en lengua de hombre, elfo, acondroplásico o euskera...

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Aún así, puedo considerarme afortunado: estoy vivo...
Sí, los centros penitenciarios reformatorios juveniles educativos salesianos tenían todos el mismo corte. Adustos, marciales, desprovistos de sentimientos, con el grito como respuesta o forma de dirigirse a los presos alumnos...

Lo que hoy se denominarían malos tratos eran comunes en nuestras aulas: descalificaciones, tizas, borradores, pescozones, tirones de oreja, levantar por la patilla cuando no una leche con la mano abierta... Castigos al fondo de clase, en la esquina, contra la pared o directamente yendo a la sala del director para que los padres viniesen a por ti. Y por supuesto, zurra por parte de tu padre conforme salías de la escuela y zurra de correa en casa porque algo malo has hecho.

Pelearse en el patio del colegio por una falta de fútbol, por una broma pasada de rosca o por un insulto mayor que el férreo código de conducta penal escolar no escrito pero que todos respetábamos era la forma natural de canalizar nuestra frustración por estar en un lugar tan lúgubre y bipolar, que tenía a la parroquia y sus ritos como centro neurálgico pero que en la práctica los curas no pasaban, algunos, de meros cabos chusqueros y capellanes de tropa venidos a menos.

¡¡Aaaaa forMAR!! ¡¡Aaaaa cuBRIR-SE!!... Un, dos, un, dos... ¡canTAD! Y marchábamos, cantando... arrastrando los pies escaleras arriba y desafinando de propósito para cabrear al cura de turno... De nuestras pocas alegrías.

Y sí, fue mi agogé... mi colegio.
 
Hortaleza, Madrid


Barrio legendario dentro del quinquilleo clásico de Madrid entrando en la categoría de los Vallecas, Carabanchel, San Blas, La Ventilla, Villaverde...etc

Paquismo nivel infinito y garrulismo mesetero como ningún lado.

He vivido en más sitios (tanto España como extranjero).



Ahora vivo en un paco pueblo de Guadalajara pero dentro de la zona de influencia de Madrid propio de engominados madriletas wanna-be millonarios postureo de hacendado.

Estamos a tomar por ojo ciego de todo, pastizal al mes en gasolina....mi mujer atropellando bichos con el coche al volver de noche, supermercado más cercano a 3 km y hay que ir en coche, aunque para vacilaros diga que es un chalet en realidad es un piso....amplio, con buena terraza con vistas (lejanas) a la sierra de mandril, pero un piso que encima el día que lo quiera vender me las veré pilinguis pues esta lejos de la civilización

Peeeero, está pagado ya, no hay delincuencia ni casi presencia neցromarronida y es cómodo para amar
 
Tres Mil Viviendas es el sitio más aterrador que he pisado, sentí un miedo que no sabía que existía, el miedo a la anarquía absoluta, tres horas después de salir todavía me sentía como si me hubiera comido un tripi. Allí no existe la ley. El anarquismo se cura pasando cinco minutos allí.

Cómo sería aquello que cuando nos marchamos salió un loco con un palo detrás de mi coche chillando y ni siquiera noté nada, fue lo que menos me asustó.

Y aquello es el tocador de Mary Poppins comparado a las favelas y a hominidolandia. ¡Y el año que viene me voy allí! ¡jijijij! Vivo al límite cromosómico. Catorce años en burbuja son la prueba.

Puedo preguntar qué narices fuiste a hacer a las 3000 viviendas o entraste por error?

Mi hermano casi se va en bus, tan tranquilo, a la Palmilla. Lo pilló por banda una gitana mayor y le preguntó a dónde iba, al ver que iba para otro sitio le hizo bajar del bus y coger el de dirección contraria. Le dijo que tenía que vigilar ...

Luego de eso (de eso hace muchos años), yo sí entré en la Palmilla, "escoltado", por la misma gente a la que tenía que ver. La verdad es que no puedo decir que reinara la absoluta anarquía, pero sólo no entro ni harto vino.
 
Hortaleza, Madrid


Barrio legendario dentro del quinquilleo clásico de Madrid entrando en la categoría de los Vallecas, Carabanchel, San Blas, La Ventilla, Villaverde...etc

Paquismo nivel infinito y garrulismo mesetero como ningún lado.

He vivido en más sitios (tanto España como extranjero).



Ahora vivo en un paco pueblo de Guadalajara pero dentro de la zona de influencia de Madrid propio de engominados madriletas wanna-be millonarios postureo de hacendado.

Estamos a tomar por ojo ciego de todo, pastizal al mes en gasolina....mi mujer atropellando bichos con el coche al volver de noche, supermercado más cercano a 3 km y hay que ir en coche, aunque para vacilaros diga que es un chalet en realidad es un piso....amplio, con buena terraza con vistas (lejanas) a la sierra de mandril, pero un piso que encima el día que lo quiera vender me las veré pilinguis pues esta lejos de la civilización

Peeeero, está pagado ya, no hay delincuencia ni casi presencia neցromarronida y es cómodo para amar


Yo vivo en Hortaleza, chungo no me parece (que tampoco ando mucho por el barrio) pero paco , cateto, quinqui y con algún heroinómano que otro por ahí.

Descripción precisa la tuya .
 
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