La Policía Nacional ha detenido a un hombre por apuñalar con un arma blanca en el estómago y apiolar a un ladrón que había entrado en su vivienda en la calle Ruaya de Valencia.
En la casa habían entrado dos asaltantes. El segundo ha conseguido escapar mientras que el primero, un joven de unos 20 años de origen argelino con antecedentes penales, ha fallecido por la herida en el abdomen. Al parecer, el hombre también le habría roto el cuello. Los agentes lo han detenido como presunto autor de un delito de homicidio.
Hasta el lugar, ubicado en el distrito valenciano de Tránsitos, se han desplazado agentes de la Policía Nacional del Grupo de Homicidios de la Brigada Provincial de Policía Judicial y de la Brigada Provincial de la Policía Científica de Valencia.
Las primeras investigaciones apuntan a que los asaltantes habrían entrado a la vivienda para robar droja. Uno de los vecinos del número 18 de la calle Ruaya afirma que el presunto homicida traficaba con cocaína «como todos por este barrio».
El crimen ha tenido lugar a primera hora de la tarde de este viernes cuando dos encapuchados han entrado en el domicilio por, lo que parece ser, un ajuste de cuentas.
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Pero el supuesto robo ha sido frustrado. Al entrar en la vivienda se han encontrado a la pareja de avanzada edad.
Presuntamente, el hombre habría agarrado un arma blanca y se la habría clavado en el estómago al fallecido, que ha muerto en el acto. La Policía busca al segundo asaltante que al parecer habría salido huyendo de la casa antes de que llegaran las patrullas policiales.
Han sido los vecinos los que han alertado a la Policía Nacional al escuchar golpes provenientes del octavo piso. Pero ninguno se esperaba lo que había ocurrido en el interior de la vivienda. Los residentes se han enterado de lo ocurrido al preguntar a los agentes.
Conmocionados y buscando respuesta, han comenzado a mandarse WhatsApp por el grupo de la finca. Pero nadie tenía información ni sabían si el presunto homicida había tenido problemas con alguien.
Los residentes estaban consternados de que el crimen se haya producido a plena luz del día en una avenida principal del distrito de Tránsitos. Al arrestado lo han desplazado a un centro hospitalario dado que cuando lo han encontrado tenía el rostro cubierto de sangre. Durante el forcejeo le han roto la nariz.
La investigación tendrá que dilucidar en qué circunstancias se ha producido el crimen y si el detenido ha acuchillado al asaltante para salvar su vida. A pesar de que se baraje como hipótesis principal un ajuste de cuentas, el arrestado no tenía antecedentes penales por tráfico de drojas.
El pasado 27 de marzo, la Audiencia Provincial de Valencia condenó a dos años y siete meses de prisión a un hombre que mató a otro en junio de 2021 con una lanza artesanal en defensa propia. En este caso, el fallecido había prendido fuego previamente a la caseta en la que dormía en la localidad de Torrella.
Los hechos ocurrieron sobre las siete de la mañana del 26 de junio de 2021, cuando la víctima acudió a la caseta de campo junto a otro asaltante donde vivía el ahora condenado y roció la puerta principal y una ventana con una garrafa de gasolina y le prendió fuego. El condenado cogió una lanza que había confeccionado él mismo con una varilla de hierro forjado y un cuchillo de unos 20 centímetros y la introdujo por el hueco de la persiana de la ventana para apartar la garrafa.
Según se recoge en la resolución, el inquilino de la vivienda no sabía, «por la escasa visibilidad existente», que estaba hiriendo mortalmente con la lanza a uno de los atacantes: Héctor Casanova. Los dos asaltantes trataron de huir, pero el que estaba ya herido se cayó en un campo de frutales cercano al coche con el que habían llegado al lugar, donde falleció sin que su acompañante le prestara auxilio. La víctima murió de forma inmediata a por una hemorragia provocada por una herida abdominal que le afectó a la vena ilíaca.
El condenado logró salir de la caseta por el hueco del barrote de una ventana del pasillo, ya que no podía huir a causa de las llamas por la puerta principal. El jurado consideró probado en su veredicto que actuó movido por «la situación de pánico y terror que sentía provocado por el humo neցro que invadía la estancia y el fuego».
Temía por su vida y actuó por la «necesidad de defenderse del ataque que estaba sufriendo». Aun así, tendrá que cumplir una pena de dos años y siete meses de prisión porque, como recoge la sentencia, su reacción fue «desproporcionada y excesiva».
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En la casa habían entrado dos asaltantes. El segundo ha conseguido escapar mientras que el primero, un joven de unos 20 años de origen argelino con antecedentes penales, ha fallecido por la herida en el abdomen. Al parecer, el hombre también le habría roto el cuello. Los agentes lo han detenido como presunto autor de un delito de homicidio.
Hasta el lugar, ubicado en el distrito valenciano de Tránsitos, se han desplazado agentes de la Policía Nacional del Grupo de Homicidios de la Brigada Provincial de Policía Judicial y de la Brigada Provincial de la Policía Científica de Valencia.
Las primeras investigaciones apuntan a que los asaltantes habrían entrado a la vivienda para robar droja. Uno de los vecinos del número 18 de la calle Ruaya afirma que el presunto homicida traficaba con cocaína «como todos por este barrio».
El crimen ha tenido lugar a primera hora de la tarde de este viernes cuando dos encapuchados han entrado en el domicilio por, lo que parece ser, un ajuste de cuentas.
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Pero el supuesto robo ha sido frustrado. Al entrar en la vivienda se han encontrado a la pareja de avanzada edad.
Presuntamente, el hombre habría agarrado un arma blanca y se la habría clavado en el estómago al fallecido, que ha muerto en el acto. La Policía busca al segundo asaltante que al parecer habría salido huyendo de la casa antes de que llegaran las patrullas policiales.
Han sido los vecinos los que han alertado a la Policía Nacional al escuchar golpes provenientes del octavo piso. Pero ninguno se esperaba lo que había ocurrido en el interior de la vivienda. Los residentes se han enterado de lo ocurrido al preguntar a los agentes.
Conmocionados y buscando respuesta, han comenzado a mandarse WhatsApp por el grupo de la finca. Pero nadie tenía información ni sabían si el presunto homicida había tenido problemas con alguien.
Los residentes estaban consternados de que el crimen se haya producido a plena luz del día en una avenida principal del distrito de Tránsitos. Al arrestado lo han desplazado a un centro hospitalario dado que cuando lo han encontrado tenía el rostro cubierto de sangre. Durante el forcejeo le han roto la nariz.
La investigación tendrá que dilucidar en qué circunstancias se ha producido el crimen y si el detenido ha acuchillado al asaltante para salvar su vida. A pesar de que se baraje como hipótesis principal un ajuste de cuentas, el arrestado no tenía antecedentes penales por tráfico de drojas.
El pasado 27 de marzo, la Audiencia Provincial de Valencia condenó a dos años y siete meses de prisión a un hombre que mató a otro en junio de 2021 con una lanza artesanal en defensa propia. En este caso, el fallecido había prendido fuego previamente a la caseta en la que dormía en la localidad de Torrella.
Los hechos ocurrieron sobre las siete de la mañana del 26 de junio de 2021, cuando la víctima acudió a la caseta de campo junto a otro asaltante donde vivía el ahora condenado y roció la puerta principal y una ventana con una garrafa de gasolina y le prendió fuego. El condenado cogió una lanza que había confeccionado él mismo con una varilla de hierro forjado y un cuchillo de unos 20 centímetros y la introdujo por el hueco de la persiana de la ventana para apartar la garrafa.
Según se recoge en la resolución, el inquilino de la vivienda no sabía, «por la escasa visibilidad existente», que estaba hiriendo mortalmente con la lanza a uno de los atacantes: Héctor Casanova. Los dos asaltantes trataron de huir, pero el que estaba ya herido se cayó en un campo de frutales cercano al coche con el que habían llegado al lugar, donde falleció sin que su acompañante le prestara auxilio. La víctima murió de forma inmediata a por una hemorragia provocada por una herida abdominal que le afectó a la vena ilíaca.
El condenado logró salir de la caseta por el hueco del barrote de una ventana del pasillo, ya que no podía huir a causa de las llamas por la puerta principal. El jurado consideró probado en su veredicto que actuó movido por «la situación de pánico y terror que sentía provocado por el humo neցro que invadía la estancia y el fuego».
Temía por su vida y actuó por la «necesidad de defenderse del ataque que estaba sufriendo». Aun así, tendrá que cumplir una pena de dos años y siete meses de prisión porque, como recoge la sentencia, su reacción fue «desproporcionada y excesiva».
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