Arcángel_Augusto
Forero Paco Demier
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- 19 May 2022
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El ser humano necesita actuar, pues forma parte del cambio constante de la manifestación propiamente dicha. Al ser humano que quiera despertar no le bastará con saber por terceros, tendrá que comenzar a conocer a partir de su propia acción.
A partir de ahora el Augusto compartirá con vosotros una serie de acciones que ayudaran a vuestro despertar.
PARTE 1: LA RESPIRACIÓN
El ser humano actúa, pero está en constante perturbación y distracción, no tiene tiempo ni lugar para parar su discurso mental, ni para prestarse atención. Es necesario para mantener el despertar y el contacto con la consciencia divina que el individuo pueda parar el discurso y la perturbación circundante y que preste atención al espíritu mismo manifestado en forma de flujo cíclico corpóreo iconmesurable: La inhalación y la exhalación, las cuales forman la conjunción conocida como respiración.
Inhala percatándote de tu cuerpo físico ilusorio y material. Exhala percatándote de tu cuerpo sutil, etérico y numinoso que rodea al cuerpo físico.
Al inhalar date cuenta de cómo el éter numinoso condensado en forma de aire penetra los límites ilusorios de tu cuerpo material. Al exhalar date cuenta como ese mismo éter condensado en forma de aire vuelve a sobrepasar dichos límites y ocupa el espacio no perceptible por los sentidos corporales que ocupa tu cuerpo sutil rodeando al cuerpo físico. El aire etérico, en constante cambio y en un ciclo eterno equiparable al de la manifestación, está siempre dentro y fuera de los límites ilusorios de tu cuerpo.
Una vez te hayas percatado del ciclo inexorable de la respiración en el plano espaciotemporal sigue respirando inexorablemente, pero ahora:
Fíjate justo en el momento, casi imperceptible, que queda entre la inhalación y la exhalación mientras dejas tu atención simultáneamente en el corazón y en el cuerpo sutil.
Ese momento equidistante entre el flujo centrípeto etérico (inhalación) y el flujo centrífugo etérico (exhalación) es equiparable al no-espacio inconmesurable de lo absoluto, siempre presente tras toda conjunción y toda manifestación. Poniendo la atención en el vórtice del corazón podrás asociar el campo energético hiperbólico-toroidal ahí formado con el propio flujo etérico universal que actúa como centro circulatorio de todo tu cuerpo que a su vez está rodeado por otro campo energético hiperbólico-toroidal. La atención simultánea en la conjunción del corazón –centro circulatorio del cuerpo físico– con el campo del cuerpo sutil te servirá para unir mentalmente lo numinoso con lo fenoménico, para así poco a poco ir percibiendo extrasensorialmente el flujo etérico del universo.
Una vez hayas asimilado dicho flujo energético parcialmente perceptible a través de la respiración, pasa a realizar lo siguiente:
Fíjate como tanto el flujo etérico centrípeto (inhalación) y centrífugo (exhalación) circulan ambos por el mismo canal energético central dentro de tu tórax.
Dicho canal es el eje de tanto tu cuerpo físico como de tu cuerpo sutil, y es correspondiente al mismo eje energético de la Tierra. El eje central equilibra la inhalación con la exhalación y ambos lados espaciales del cuerpo, es el pilar central que, si le prestas atención, te ayudará a equilibrar también os aspectos emocionales y mentales de tu psique.
Terminamos aquí la transmisión por hoy.
Continuaremos más adelante con la transmisión hablando de LA ENERGÍA ESPIRITUAL.
Hasta la próxima.
A partir de ahora el Augusto compartirá con vosotros una serie de acciones que ayudaran a vuestro despertar.
PARTE 1: LA RESPIRACIÓN
El ser humano actúa, pero está en constante perturbación y distracción, no tiene tiempo ni lugar para parar su discurso mental, ni para prestarse atención. Es necesario para mantener el despertar y el contacto con la consciencia divina que el individuo pueda parar el discurso y la perturbación circundante y que preste atención al espíritu mismo manifestado en forma de flujo cíclico corpóreo iconmesurable: La inhalación y la exhalación, las cuales forman la conjunción conocida como respiración.
Inhala percatándote de tu cuerpo físico ilusorio y material. Exhala percatándote de tu cuerpo sutil, etérico y numinoso que rodea al cuerpo físico.
Al inhalar date cuenta de cómo el éter numinoso condensado en forma de aire penetra los límites ilusorios de tu cuerpo material. Al exhalar date cuenta como ese mismo éter condensado en forma de aire vuelve a sobrepasar dichos límites y ocupa el espacio no perceptible por los sentidos corporales que ocupa tu cuerpo sutil rodeando al cuerpo físico. El aire etérico, en constante cambio y en un ciclo eterno equiparable al de la manifestación, está siempre dentro y fuera de los límites ilusorios de tu cuerpo.
Una vez te hayas percatado del ciclo inexorable de la respiración en el plano espaciotemporal sigue respirando inexorablemente, pero ahora:
Fíjate justo en el momento, casi imperceptible, que queda entre la inhalación y la exhalación mientras dejas tu atención simultáneamente en el corazón y en el cuerpo sutil.
Ese momento equidistante entre el flujo centrípeto etérico (inhalación) y el flujo centrífugo etérico (exhalación) es equiparable al no-espacio inconmesurable de lo absoluto, siempre presente tras toda conjunción y toda manifestación. Poniendo la atención en el vórtice del corazón podrás asociar el campo energético hiperbólico-toroidal ahí formado con el propio flujo etérico universal que actúa como centro circulatorio de todo tu cuerpo que a su vez está rodeado por otro campo energético hiperbólico-toroidal. La atención simultánea en la conjunción del corazón –centro circulatorio del cuerpo físico– con el campo del cuerpo sutil te servirá para unir mentalmente lo numinoso con lo fenoménico, para así poco a poco ir percibiendo extrasensorialmente el flujo etérico del universo.
![a67197d8834faa0e2959da1ad7a0c74a.jpg](https://i.pinimg.com/originals/a6/71/97/a67197d8834faa0e2959da1ad7a0c74a.jpg)
Una vez hayas asimilado dicho flujo energético parcialmente perceptible a través de la respiración, pasa a realizar lo siguiente:
Fíjate como tanto el flujo etérico centrípeto (inhalación) y centrífugo (exhalación) circulan ambos por el mismo canal energético central dentro de tu tórax.
Dicho canal es el eje de tanto tu cuerpo físico como de tu cuerpo sutil, y es correspondiente al mismo eje energético de la Tierra. El eje central equilibra la inhalación con la exhalación y ambos lados espaciales del cuerpo, es el pilar central que, si le prestas atención, te ayudará a equilibrar también os aspectos emocionales y mentales de tu psique.
Terminamos aquí la transmisión por hoy.
Continuaremos más adelante con la transmisión hablando de LA ENERGÍA ESPIRITUAL.
Hasta la próxima.