Downiedown Man
Centollero
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Cuando yo era un mastuerzo de vuestra edad me levantaba muy temprano, a las 9:00 para buscar empleo. Me aseaba, me ponía ropa limpica con suavizante, mi camiseta favorita la mangas verdes de la marca Heigh Ho, y me iba al polígono donde mas trabajo se movía con la bici de mi primo a desayunar tranquilamente.
Después, iba al puerto y esperaba en esos despachos de gotelé. Yo ya había goteleado con la tirolesa para Construcciones y Laberintos Peijoó en verano. Despachos donde siempre había un mapa en relieve de los distribuidores de Estrella Galicia y otro de la mar y los seres que habitan en sus profundidades. Un cuadro de un célebre mandatario, otro de Bud Spencer comiendo frijoles con la pelliza puesta. Ceniceros de bitter Cinzano, paquetes de Marlboronos de contrabando, Terry IV, una calculadora Seiko para echar las cuentas y un reloj de Renfe sin duda cedido por algún noble familiar ferroviaro. Una vez dentro de ese ambiente lleno de humo y olores similares a los de la casa de apuestas vietnamita de The Deer Hunter, lo primero que hacía era presentarme y saludar con un "¡Aaaaa los buenos días por la mañana!". Un saludo con clase abre más puertas que los de The Italian Job. Para quedar bien, le preguntaba al patrón si había algún camión de pollos que descargar y por último entregaba un curriculum que destacaba por encima de los demás. Cada ejemplar estaba redactado con el perfil que demandaba la empresa en ese momento: Churrero, enconfrador, camillero, equilibrista, decorador de interiores... Iba envasado con una tapa DinA3 a modo de cubierta, con mi nombre en un posit con clip y una mecha.
Pero había épocas malas, como los años posteriores a la crisis de 1973 causada por la jodía Guerra del Yom Kipur, o la crisis desatada por el gobierno en 1992, donde era dificil no ya encontrar trabajo sino mantenerlo. Lo de llegar una hora antes a la fábrica y ponerte a hacer como que barrías el almacén mientras empalmabas los Bisonte ya no servía, te despedían porque no había dineros en la Caja de la Inmaculada.
Una fría mañana invernal, en la que la desesperanza y la pesambre se condensaban y deslizaban en forma de gotas de lluvia por el cristal de la ventana de mi doritocueva, donde ni la programación de sábado con humor amarillo y pressin cach conseguian animarme, decidí prepararme un tazón de leche RAM con galletas panaderas A. Penela,Viuda e Hijos. Después, pensé en leer algo de provecho, tal vez literarura proceresca, o algo con rigor histórico como los Episodios Nacionales... pues un buen libro en un día de lluvia se disfruta más que nunca bajo el refugio del hogar propio o el de tus abuelos. Escogí un Don Mickey de la mesa del cuarto de estar de mi yaya y tras leer un rato las historietas me encontré con un anuncio publicitario que parecía serio, se trataba de un viaje que podría evolucionar a epopeya y pasar a la historia como lo hizo el H.M.S. Terror.
No era el típico timo catalán que vendía esos supuestos monos de agua en un sobre. Se trataba de una oferta de trabajo en una empresa de Pontevedra que buscaba marineros con experiencia o personas sin ella, pero con tatuajes marineros, para faenar en las gélidas aguas del Mar de Bering en busca de centollos. Tenía que inventarme una buena historia si quería conseguir al menos un puesto de grumete.
Dejé la bici candada en la cochera y tiré las llaves al buzón de pilas usadas. A continuación llené el petate de la mili decorado con parches de Rambo para darle distinción: gorrito de dormir con dibujos de mago, antifaz para protegerme de la aurora boreal y el fuego de San Telmo, Polar finés para registrar los sueños y verlos en la tablet, camisetas blancas con mangas verdes, orinal Luis XVI decorado con escenas de caza y mastines que me protejan de las pesadillas, lentejas Jae, Zotal, Monchitos, colonia Chispas y ropa interior Abanderado azul pastel viejuno.
Apuesto a que esta marca de Barcelona es la mejor del mercado, que nunca externalizará su producción y seguirá siendo la número uno por siempre.
Crucé a Petrer para colocarme en la carretera que va hacia Albacete y después del colocón, hice un cartel que ponía VIGO. Pasaron los días hasta que por fin paró un Symca 1200 tonalidad dorado chanpán de oferta. Al volante, un extremeño tartamudo. Llevaba gafas de AliExpress, aún conservaba algunas calandracas en la cabeza, vestía con una bata de franela de andar por casa y botas camperas con borrego de abuelo en mobilette. El Quali venía de veranear con el demente Torreviejas y ahora marchaba a Vigo para llenar el maletero de latillas de mejillones en escabeche.
Tuve la sensación de que ocultaba algo. Por una parte parecía demasiado simple e ingenuo como para traficar con drojaina, sin embargo y por lo que he podido ver en los programas de Callejeros, la mayoría de españoles cumpliendo condena en presidios de ultramar están ahí por tráfico de estupefacientes y a primera vista se vé que no son los más listos de su clase. El menda se pasó todo el viaje con la SER puesta, por aquella época radiaban la chapa Jose María García y Gabilonder... Barceló llegaría años más tarde pero el mal ya habitaba en su nvcleo.
Yo iba con mi walkman de la tómbola y una cinta con Duran Duran, Cheap Trick, The Refrescos y Dinamita pa los Pollos. El fanegas era familia de los youtubers de Cáceres, con los que no se hablaba porque el tatarabuelo de Nasaré le jodió una linde al suyo durante la insurrección cantonal de la Primera República.
El viaje se hizo largo por aquellas carreteras de la Submeseta Norte. Debido al cambio climbático, en aquella época un koala podía cruzar la Península en 24h saltándo de árbol en árbol sin tocar el suelo. Las paradas eran recurrentes dada la autonomía: echar gasolina con plomo, comprar chorizo, Bag y box de Don Simón y en marcha. Incluso disfrutamos de una función de las famosas marionetas de Maese Sanmaniego, uno de los mejores espectáculos que recuerdo del maestro titiritero. LLegamos a Vigo bien entrada la noche y cuando todavía estábamos en las afueras le dije al escopetero que parase un momento para miccionar, aprovechando que se estaba metiendo entre pecho y espalda un toblerone tamaño Apeninos. Cogí las de Villadiego y me escabullí en la oscuridad de la chopera para no pagarle el viaje. Quali echaba humo como una Bialetti cargada de Greiba.
Pasé la noche en un banco nuevecito, un Abanca con cajero enmoquetado. A la mañana siguiente ya estaba en las oficinas de Riancheira. Me entrevistó el comodoro de un submarino atunero, el U-571, un tipo serio y muy leído, llevaba un parche en el ojo, bombachos, botas militares altas, una barba incendiaria estilo Hidukush y una pasmina a modo de turbante. Parecía una mezcla entre forero y el amigo de Jim Carrey que le acompaña a Aspen. Su despacho estaba alicatado de diccionarios, libros de gramática, la colección de Pulgarcito de Bruguera y periódicos de cuando reinó Carolo. Un erudito, sin duda.
Era muy puntilloso con la ortografía incluso con la expresión oral. "Oiga, ese hablo inglés ¿lleva h? ¿y dónde lleva la tilde?. Afortunadamente pasé el examen facilmente con un 4, que pude recuperar mediante la elaboración de un trabajo sobre su libro "Aber estudiao" cuya lectura siempre recomiendo como castigo.
Le conté muchos invents pero mis sentimientos por centollear y hundir barcos enemigos eran reales. También troleé con que sabía nadar y hablar inglés. Ah, y que había escapado de Elda, tras lo cual le enseñé unas fotos demigrantes y algo photoshopeadas. Todo ello con la magnanimidad teatral que me caracteriza y aguantando la risa claro. Lo de Elda caló hondo, ¿como puedes vivir ahí hijo mío? Tan cerca de Alicante y tan lejos de Dios.
Estaba contratado. Tras hacer los papeles con mis datos falsos salvo el numero de la Caja Rural, les proporcioné una fotografía reciente junto a mi gato Baldomero, para la posible esquela en caso de naufragio por monstruo marino, tan habitual en aquellas aguas boreales.
Salíamos para las Aleutianas en una semana, por lo que tuve tiempo de familiarizarme con la nave.
Se trataba de un centollero nuclear botado en el 77´ por el astillero De Haan en Vlaanderen. A Perla Roja do Grove medía 80 metros de eslora, 9000tm de desplazamiento y capacidad rompehielos para faenar sobre la banquisa ártica. El plan era capturar a dos manos, a mansalva, a contrarreloj, centollas durante una semana en las aguas del Pacífico Norte, para posteriomente cruzar el estrecho de Bering y una vez en la banquisa, avanzar en el sentido contrario a las agujas del reloj petando el hielo.
Hasta las cartolas con la cangrejada, y una vez en las lonjas hagamos pasar por gallega aquesta mariscada.
La semana de pesca centollil en el Pacífico Norte se convirtió en 3 debido a la abundancia de crustáceos. Por lo que en lugar de ir hacia las Aleutianas nos desviamos a la Península de Kamchatka por 3 motivos.
1. Entregar la cangrejada a un buque frigorifico freelance
para que llevase el cargamento a Rianxeira cuanto antes.
2. Hacernos con plutonio descafeinado para el centollero.
3. Comprar Vicks Vaporub en barriles 200l para el invierno.
En Rusia aun operan fábricas de la era Jrushchov que producen el ungüento multiuso. En las calles hay puestos donde lo sirven con un cacito de madera de cerezo en flor y lo ponen en un vaso de cartón con su tapa y su mecha.
El mejunje funciona y cura hasta la viruela del mono. La fórmula no es la misma que la occidental, sino que guarda relación con el antídoto del s. XIX: lleva arsénico, amianto, mercurio y eucalipto en su justa medida. Su inventor, un enterrador de Friburgo de Brisgobia que buscaba un producto para ocultar el olor de las morgues.
En el puerto de Kamchatka coincidimos con unos paisanos de la Quinta Flota Pescanova del Pacífico Norte que había atracado horas antes. Sin duda, una empresa puntera en tecnología y en capturas; procesan el kril y tienen narvales para hacer el agujero a los calamares sintéticos.
Allí tuvimos un par de días de permiso donde pude concocer a una chica española que se había enrolado con los Pescanova como interprete de lenguas nativas. Había conseguido el trabajo en sustitución de su tía, una señora de edad avanzada con problemas de control de ira, la cual dimitió del funcionariado para vivir su sueño en un cangrejero congelador rodeada de filipinos. En la entrevista para el puesto, su tía desató todos los infiernos, por lo que en la actualidad cumple cadena perpetua en una prisión de Isla Ascensión, en el Atlántico Sur.
De espaldas, la prima. Más cerca de las Kuriles que de Kamchatka, de ahí el buen tiempo.
En sovietlandia se acumula la chatarra oxidada tanto militar como civil que no quieren recoger ni los nianos. Barcos, depositos de control mental, emisoras de interferencias, laboratorios chungos y lanzaderas de ICBM.
En la imagen, el arrantzale vasco Urunea, fletado el el 63' en Guetaria y encallado en 1979 por un calamar de 35m salido de la Fosa de las Kuriles, la cuarta por profundidad, y tercera en ataques de monstruos marinos. El pequeño arrantzale pasa sus días recordando el olor a ajoarriero a mediodía, y las pelis que ponían en 'La noche de" en la ETB. Su tripulación, yace a 10.500 metros de profundidad, convertida en polvo calcáreo. Un lugar donde no llega la luz, donde amargan los pepinos.
Juan Sebastián el Cano, primer hombre que circunnavegó el mundo en 1522 y que moriría 4 años + tarde de escorbuto durante una travesía por el Mar de Balboa, era de Guetaria.
Salud la compañía. Soy un jubilado de la marina imperial pesquera gallega, me podéis llamar Capitán Pescanova. Pasé la mayor parte de mi vida faenando en el mar de Bering en un submarino centollero diésel adaptado a la caza en profundidad de crustaceos gigantes. Alguien me avisó para participar en el hilo, por lo que heme aquí a su servicio, para relatar la director's cut en versión extendida, la cual merece nuestro respeto. Por la coyuntura histórica en la que se desarrolla, y porque solo fui un hombre de su tiempo.
Corría el año 1982, Copito de nieve hizo podium durante 16 añazos seguidos con su chaquetapana, tras regresar de Lovaina escondido en un mercante neerlandés. Se desataba la guerra entre piratas y argentinos por las Malvinas.
Nacía la Comunidad Valenciana como autonomía, cuyo puerto llegaría a ser el cuarto de Europa.
Primera región del mundo en tirar petardos,
y en sustos e infartos.
Fue el año en el que los cines proyectaron E.T., una de Paco Martínez Soria titulada la prima de Carlos, y otra de Andrés Pajares.... Se hace evidente que estamos en plena crisis económica y social.
Por entonces yo tenía larga experiencia pesquera en mares boreales como capitán, y disponía en propiedad de una patrullera de Playmobil. Ese año navegaría por primera vez con la poderosa flota Pescanova: se me asignó una nave perteneciente a la Quinta Flota Pescanova del Pacífico Norte con base del en Okinawa. Mi nueva nave, un moderno submarino con todas las comodidades: radiocasette de doble pletina, mueble bar, pista de pin pon, calabozo… entre otras muchas chuladas. Por lo que marché en mi Seat Ronda tonalidad batido de vainilla descremada al edificio de la multinacional para poner los anuncios y reclutar a la tripulación del K19-Widowmaker. El sumergible que dejaba viudas a las centollas.
Al día siguiente de colocar las ofertas de trabajo en la prensa más popular del momento como Mortadelo, Pulgarcito y Don Mickey, a primera hora de la mañana mientras tomaba mi torrefacto Saimaza recolectado a mano en Colombia por Juan Valdés, y me fumaba un Bisonte de Recajo, sonó el aparato de telefonía modelo Teide de preserie. ¿Quién podría ser a estas horas?
¿Ese loco de Elda que llama todos los años pidiéndome que le describa al detalle cómo son físicamente los miembros de la tripulación?
¿Sería el chavalín tan salao que suele llamar preguntando “hola qué tal estáis” y cuelga riyéndose?
¿El del fin se acerca, será en octubre?
Al otro lado del teléfono apareció una voz de señora de avanzada edad, algo exaltada, más bien echaba humo, vamos que estaba hecha un Ecce Homor. De primeras, me soltó que los hombres sólo piensan en el ejercicio y en jugar al Crash Bandicoot, seguidamente me preguntó si podía enrolarse en el submarino. Yo que para entonces ya era un viejo lobo de mar con buen humor, le pregunté por su experiencia en la Mar Océana, si había leído los cómics del capitán Andrea Dodoria, y si había sufrido el estruendo infernal de los 40 Bramadores en el Estrecho de Magallanes. Tras unos segundos de silencio sepulcral, quedamos en mi despacho en una hora para la entrevista presencial. Llegó con su sobrina que era quien conducía y como si de ciclotimia se tratase, apenas una hora más tarde tras la conversación telefónica, la señora estaba apoteósica y llena de energía. Comenzó contando que era una excelente nadadora en el medio acuático y también en el agua, caso de naufragio por kraken. Pertenecía a una larga saga familiar de funcionarios, cuya plaza en propiedad acababa de abandonar porque ese estatismo la estaba matando. Quería vivir un gran periplo náutico como el de Jasón y los Argonautas, poder contar a sus mascotas las aventuras polares allí vividas, ser recordada y hacer historia como la piloto de aeroplanos Amelia Earthart o Xena la princesa guerrera.
Mientras escuchaba su historia con la misma atención que presta un gato que mira a su dueño desvainar guisantes, intentaba encajar las piezas al igual que un gran detective de televisión como Monk. Por un lado, quedaba claro que la señora no mentía, pues pertenecía a una dinastía de funcionarios con un apellido inequívoco de rancio abolengo que hundía sus raíces en la Real Audiencia de Valladolid, ciudad de Dabuti por cierto. La conocían y respetaban en las Galerías Preciados de media España, se graduó con honores en la Universidad de la Almunia de Doña Godina, y ganaba todos los años el concurso de belenes de su calle.
Tras unos minutos de conversación no la entendía muy bien, comenzó a expresarse en un inglés raro. Le dije, no vamos al espacio a por Especia Melange, esto sólo es un cangrejero. Lo único que nos preocupa es que se forme La Tormenta Perfecta y el cielo caiga sobre nuestras cabezas. Le expliqué que aunque buscábamos interpretes políglotas, había un puesto libre en la sala de calderas junto con Mufasa, un carbonero guineano que hablaba español mejor que tú y que yo, y le pasé el link de su canal para que lo conociese.
No obstante, continué, este año va a ser el primero en el que incorporaremos mujeres como técnicos de comunicaciones en el puesto de mando, por lo que habrá un examen de lenguas inuit-halibut. En este instante, llegamos a un impasse del que omitiré los detalles centrándome en el resultado: La Señora marchó esposada en la furgoneta de atestados de la Policía. El trabajo se lo quedó su sobrina Aninnik por su formación en lenguas esquimo-aleutianas
Nuestro objetivo de captura: abadejo y cocotxas marinas por succión, kril ártico por filtración, y cangrejos por seducción. El tipo de técnicas, especies y procesos que utilizábamos estaba prohibido por la OTAN y SIMAGO. En el propio submarino mezclábamos el abadejo con el kril, doblando el peso de la masa para las barritas de pescado rebozadas tan populares en aquellos años. Eramos pioneros en el rebozado reduciendo el tiempo a la mitad mediante un reactor soviético. El halibut se mezclaba con el krill hasta darle una textura gomosa, y mediante los cuernos de narval se hacía un agujero p para darle forma de aro de calamar. Pulverizávamos el aro con el reactor del Tupolev y finalmente se ultracongelaba.
Esta salida prometía ser diferente a todo lo anterior debido a las expectativas de tonelaje capturado. Navegaríamos sin bandera en un submarino fantasma de última generación, con armamento real para plantar cara a los cefalópodos gigantes y a los piratas somalís. Fabricado y comprado en España, navegaría al margen de la Autoridad Marítima de Londres, bajo el desconocimiento de su existencia por parte de terceros países, multinacionales y enemigos. La nave estaba adaptada para la succión de bancos de peces al completo y la absorción de Kril por filtración, tal como haría Moby Dick y contaba con el certificado energético clase A.
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