Desadaptado Dimensional
Madmaxista
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Blowing the Whistle, Chpt. 5: Tracking the Crack in the Universe (Loosh 101) | Astilla en la mente (wordpress.com)
Alguna vez te has preguntado por qué un Dios bueno construiría un mundo donde la única manera de sobrevivir es quitando la vida? ¿Cuánto tiempo seguirías vivo si te negaras a comer? Puedes amar a los animales y cultivar plantas dentro de tu casa y flores en tu jardín, pero cada vez que comes, destruyes la vida de algo. Un algo con conciencia, que siente y desea vivir, como nosotros.
El otro día agarré una cebolla de una canasta para cortarla, y vi que había brotado un brote hermoso, tierno y verde claro. Tenía una vida dentro, una conciencia que quería echar raíces, respirar aire y prosperar. Cualquier lágrima al cortar esa cebolla no provenía de los humos.
No soy sentimentalista. Soy una persona que cuestiona, cada vez más consciente de un hilo insidioso tejido a través de la vida biológica. Nacemos, nos alimentamos y morimos. La vida es un proceso de consumir otros seres vivos para mantenernos vivos el mayor tiempo posible hasta que la fin a su vez nos consuma. Nos decimos a nosotros mismos que la vida es mucho más, pero se reduce a eso mientras tengamos que alimentarnos para sobrevivir. Si no podemos mantenernos vivos más de unos pocos meses sin comida, ¿cómo puede comer no ser fundamental para la forma en que definimos nuestra existencia?
Comer es un requisito para la vida biológica tal como la conocemos. Es el hilo que mantiene unida la existencia material. Más que un hilo, es una cadena que nos ata a la ley de que debemos consumirnos unos a otros. Rebelarse se castiga con la fin.
¿Qué clase de Dios o dioses crearían un mundo basado en apiolar? No nos gusta preguntar eso, y encontramos todas las excusas para evitar mirar esta pregunta. Pero cada vez que un ser querido muere, o encuentras un pájaro mordisqueado en el patio destruido por un gato ocioso, o lees sobre un animal que ha sufrido sin piedad, u otro niño abusado sexualmente, o una nación devastada por un terremoto que ha enterrado a miles de personas vivas, tu mente vuelve a esa pregunta persistente. ¿Quién haría un mundo como este? ¿Era verdaderamente un Dios de amor?
Según mucha evidencia, no fue así. El mundo fue creado por otra cosa. O si fue creado por el Dios amoroso que nuestros corazones insisten en que existe, entonces la creación ha sido manipulada por otra persona tan despiadada que apenas se parece a la visión divina original. El universo biológico está controlado por la ley de que para vivir debemos tomar la vida o morir. Eso es siniestro. Hay algo que nos hace tener que comer, que nos hace envejecer y desintegrarnos. Este es el "algo mal con el mundo", la grieta en el universo. El conocimiento de ello funciona "como una astilla en la mente, volviéndote loco", citando "The Matrix". Sin embargo, despertar a la verdad de nuestra situación es el primer paso hacia un cambio radical. Sólo un cambio radical puede corregir el defecto fundamental tejido en la creación física.
Y lo bien tejido que está. La violencia no solo serpentea a través de las vidas de toda la vida de la Tierra como las fibras de una bomba de tiempo unida a una víctima. Se extiende hacia el espacio, donde las supernovas implosionan, colapsando millones de estrellas junto con todos los seres vivos en todos sus planetas asistentes. La fin y la devoración son tan generalizadas que la mayoría de las personas no pueden concebir un mundo sin ellas, o si pueden concebirlo, etiquetan el concepto como absurdo. Sin embargo, la física cuántica muestra que la materia no es más que átomos: vacío vibrando. El vacío no muere y tampoco la energía que oscila. Entonces, ¿por qué deben morir cuerpos hechos de estas cosas?
Robert Monroe, en su libro "Far Journeys", escribe sobre el contacto que tuvo con un ser ligero en una experiencia fuera del cuerpo. (Monroees posiblemente el investigador más importante del mundo sobre OBE; comenzó un instituto con aprendices / investigadores para investigar científicamente el fenómeno). Según los informes, la luz le dijo a Monroe que cuando los humanos mueren, su energía es liberada y cosechada por seres transdimensionales, que la usan para extender su propia esperanza de vida. La afirmación es que el universo es un jardín creado por estos seres como su fuente de alimento.
Según la historia de Monroe, los animales se posicionan intencionalmente en este planeta para alimentarse de plantas y entre sí, liberando así la fuerza vital de sus víctimaspara que pueda ser cosechada. En una lucha depredador-presa, se produce una energía excepcional en los combatientes. El derramamiento de sangre en un conflicto de lucha a fin libera esta intensa energía, que los seres de luz llaman "loosh". Loosh también se cosecha de la soledad de los animales y los humanos, así como de las emociones engendradas cuando un padre se ve obligado a defender la vida de sus crías. Otra fuente de loosh es la adoración de los humanos.
Según el informante de Monroe, nuestros creadores, los "granjeros de energía" cósmicos, equiparon intencionalmente a los animales con dispositivos como colmillos, garras y súper velocidad para prolongar el combate depredador-presa y así producir más loosh. En otras palabras, cuanto mayor es el sufrimiento, más fuerza vital se arroja de nuestros cuerpos, y más sabrosa es la comida energética para nuestros creadores.
Esta historia contada a Monroe (que lo arrojó a una depresión de dos semanas) corresponde a los informes en algunas de las escrituras más antiguas del mundo, los Vedas, Upanishads y Puranas de la India. Allí leemos que "el universo es sostenido por el sacrificio" (Atharva Veda) y que "todos los que viven (en este mundo) son los sacrificadores. No hay nadie vivo que no realice yagya (sacrificio). Este cuerpo es (creado) para el sacrificio, y surge del sacrificio y cambia de acuerdo con el sacrificio". (Garbha Upanishad)
Otra vez:
"(La fin como el Creador) resolvió devorar todo lo que había creado; porque él come todo. . . Él es el devorador de todo el universo; Todo este universo es su alimento". (Mahabharata)
En los escritos de Carlos Castaneda, quien narra la vida y enseñanzas de un hechicero Yaquii llamado Don Juan, encontramos otra historia de lo Divino devorando humanos, en este caso la conciencia humana. Informes Castaneda:
"El Águila está devorando la conciencia de todas las criaturas que, vivas en la tierra un momento antes y ahora muertas, han flotado hacia el pico del Águila, como un enjambre incesante de luciérnagas, para encontrarse con su dueño, su razón de haber tenido vida. El águila desenreda estas pequeñas llamas, las pone planas, como un curtidor extiende una piel, y luego las consume; porque la conciencia es el alimento del águila. El Águila, ese poder que gobierna los destinos de todos los seres vivos, refleja por igual y a la vez todos esos seres vivos. ("El regalo del águila", de Carlos Castaneda)
La idea de que el hombre debe sacrificar (debe apiolar algo o ser asesinado para apaciguar a los dioses) es aparentemente intrínseca a todas las religiones raíz del mundo. Encontramos rituales de sangre, incluyendo sacrificios humanos, en la tradición druídica, el budismo tibetano, entre los indios de las Américas, en Grecia y Roma, África, China, Arabia, Alemania, FeniciayEgipto. Incluso el Antiguo Testamento (Jueces11:31-40) tiene una historia poco publicitada de sacrificios humanos, con el juez israelita Jefté matando ritualmente a su propia hija para cumplir un voto que hizo a Jehová.
Si bien no podemos pensar que el judaísmo promueve típicamente el sacrificio humano, lo promueve más que si contamos el genocidio que Jehová exigió a los hebreos. En un solo día, asesinaron a 12.000 cananeos "y destruyeron completamente todo en la ciudad, tanto hombre como mujer, jóvenes y viejos, y bueyes y ovejas y burros con el filo de la espada". (Josué: 6:21)
En el Islam, la situación es similar. Alá, mientras habla de boquilla sobre la inmoralidad del sacrificio humano, ordena a sus siervos en el Corán que practiquen la yihad contra todos los incrédulos. "Cuando hayan pasado los meses prohibidos, entonces luchad y matad a los paganos dondequiera que los encontréis, y apoderaos de ellos, asediadlos y acérralos en toda estratagema de guerra". (Corán: 9:5)
Los fiel a la religión del amores amantes de la paz interpretan tales pasajes como "simbólicos" en su deseo de justificar su fe, al igual que los cristianos tratan de justificar el comportamiento sociopático de Jehová con excusas. En muchos sentidos, el dios del Islam razona y despotrica como el dios de los israelitas. ¿Podría ser la misma entidad? No es contradictorio que él apoyaría a dos pueblos separados, y luego los llevaría a luchar entre sí. No si su agenda es estimular y cosechar un montón de loosh.
El cristianismo, la religión del amor fraternal, está implicado en el sacrificio de sangre al estar arraigado en la tradición judía. La Biblia declara que Jesús es el hijo de Dios (Jehová), y Jehová anuncia en el bautismo de Jesús: "Este es mi Hijo amado en quien tengo complacencia". (Mateo: 17:5) ¿Dónde estaba Jesús cuando su padre estaba matando a los cananeos? Jesús mismo se convierte en un sacrificio de sangre, un hecho que los católicos recrean en la misa y que los protestantes se bañan para ser "salvos". Los cristianos no son ajenos al sacrificio.
Si el sufrimiento y la fin fueran parte de la creación que nadie, incluidos los dioses, pudiera ayudar, habría alguna razón para ser más indulgentes. Incluso podría comprar la historia de que necesitan que los apoyemos con nuestro homenaje y los necesitamos para mantener el universo funcionando. Pero cuando agregas sacrificio de sangre a la ecuación, abandono el barco. Una cosa es si los dioses no pueden evitar el sufrimiento terrenal y la fin, y otra muy distinta si lo buscan y prosperan con él, o peor aún, lo crearon. Y eso es lo que indican el sacrificio de sangre, y las escrituras a su alrededor.
Cuando las escrituras más antiguas del mundo nos dicen que fuimos creados como alimento para los dioses, tengo que preguntarme si quiero vivir en un universo donde eso pueda ser cierto. El hecho es que no lo hago. Ya no puedo dar mi aprobación a ese tipo de realidad. Así que si no voy a vivir con eso, tengo que encontrar algo mejor. Tengo que encontrar algo más fundamental que el universo físico para ubicar mi identidad y mi poder. Siento, como muchos lo hacen en estos días, que hay algo más allá del universo tal como se nos ha presentado, algo fuera de esta caja, fuera de este sistema. Eso es lo que busco saber, conectar y extraer.
Robert Morning Sky, un buscador de la verdad de las tradiciones Hopi y Apache, cuenta una historia que aprendió de su pueblo sobre una raza de seres que no conocían limitaciones, que existían muy lejos de este universo físico. Un día uno de ellos declaró su intención de visitar la Tierra y tomar un cuerpo sólo por la aventura de la misma, por la experiencia. Sus amigos le advirtieron, ya que este universo tenía la reputación de producir amnesia, un lugar sin retorno. Pero la entidad se rió de eso y prometió regresar después de toda una vida.
Pasaron los siglos y la entidad nunca regresó a casa. Uno de sus compañeros decidió entrar en el mundo físico para ir a buscar a su amigo. Prometió no perderse en la materia y regresar con el otro individuo. Pasaron más siglos, y ninguno de los dos fue devuelto. Así que otro inmortal entró en masa física, y tampoco regresó. Con el tiempo, muchos miembros de estos seres ilimitados encarnaron en forma humana, y la historia continúa, ninguno de ellos aún se ha ido a casa.
Tal vez somos esas personas, empezando a recordar quiénes somos. Tal vez es hora de salir de la hipnosis bajo la que hemos vivido durante eones, las suposiciones incuestionables de que debemos apiolar y comer, sufrir y morir, vivir en la carencia y la tristeza, y sufrir todo el drama humano tal como se ha definido para nosotros.
¿Es una locura pensar que los humanos pueden vencer al sistema? ¿Que podríamos tomar la decisión de detener las actividades que suministran combustible a nuestra línea ascendente? ¿Que podríamos minimizar, incluso detener, nuestro propio reabastecimiento de combustible de la fuerza vital de criaturas inferiores a nosotros en la cadena alimentaria? ¿Es una locura pensar que nuestros cuerpos, hechos de energía eterna, no podrían tener que morir, que podríamos aprender a vivir del poder de la conciencia infinita, a la que podemos acceder dentro de nosotros mismos, siendo parte de ella?
Si bien algunos pueden llamar a eso locura, yo lo prefiero al mundo que veo a mi alrededor. Ciertamente lo prefiero a la fin. Lo prefiero a la pérdida de mis seres queridos, y a la enfermedad y la pobreza. El mayor experimento en el que la humanidad puede participar es el dominio de los principios de libertad, creación, abundancia e inmortalidad. Estamos usando trajes corporales que en 70 años de uso están programados para autodestruirse. ¿Qué podría ser más importante que cambiar esa programación?
En el Bhagavad Gita, el Señor Krishna advierte: "El que no sigue la rueda, así pone vidas giratorias en vano". La rueda es el ciclo de nacimiento y fin, karma y retribución, sacrificio humano y bendición divina. Rebelarse contra este sistema es fallar en nuestro propósito de vida tal como lo definen aquellos que dicen que son nuestros creadores y dioses. Pero seguramente la vida estaba destinada a ser más que una cena para el siguiente peldaño en la cadena alimentaria. Si "vivir en vano" significa salir de eso, estoy a favor de ese tipo de fracaso.
Alguna vez te has preguntado por qué un Dios bueno construiría un mundo donde la única manera de sobrevivir es quitando la vida? ¿Cuánto tiempo seguirías vivo si te negaras a comer? Puedes amar a los animales y cultivar plantas dentro de tu casa y flores en tu jardín, pero cada vez que comes, destruyes la vida de algo. Un algo con conciencia, que siente y desea vivir, como nosotros.
El otro día agarré una cebolla de una canasta para cortarla, y vi que había brotado un brote hermoso, tierno y verde claro. Tenía una vida dentro, una conciencia que quería echar raíces, respirar aire y prosperar. Cualquier lágrima al cortar esa cebolla no provenía de los humos.
No soy sentimentalista. Soy una persona que cuestiona, cada vez más consciente de un hilo insidioso tejido a través de la vida biológica. Nacemos, nos alimentamos y morimos. La vida es un proceso de consumir otros seres vivos para mantenernos vivos el mayor tiempo posible hasta que la fin a su vez nos consuma. Nos decimos a nosotros mismos que la vida es mucho más, pero se reduce a eso mientras tengamos que alimentarnos para sobrevivir. Si no podemos mantenernos vivos más de unos pocos meses sin comida, ¿cómo puede comer no ser fundamental para la forma en que definimos nuestra existencia?
Comer es un requisito para la vida biológica tal como la conocemos. Es el hilo que mantiene unida la existencia material. Más que un hilo, es una cadena que nos ata a la ley de que debemos consumirnos unos a otros. Rebelarse se castiga con la fin.
¿Qué clase de Dios o dioses crearían un mundo basado en apiolar? No nos gusta preguntar eso, y encontramos todas las excusas para evitar mirar esta pregunta. Pero cada vez que un ser querido muere, o encuentras un pájaro mordisqueado en el patio destruido por un gato ocioso, o lees sobre un animal que ha sufrido sin piedad, u otro niño abusado sexualmente, o una nación devastada por un terremoto que ha enterrado a miles de personas vivas, tu mente vuelve a esa pregunta persistente. ¿Quién haría un mundo como este? ¿Era verdaderamente un Dios de amor?
Según mucha evidencia, no fue así. El mundo fue creado por otra cosa. O si fue creado por el Dios amoroso que nuestros corazones insisten en que existe, entonces la creación ha sido manipulada por otra persona tan despiadada que apenas se parece a la visión divina original. El universo biológico está controlado por la ley de que para vivir debemos tomar la vida o morir. Eso es siniestro. Hay algo que nos hace tener que comer, que nos hace envejecer y desintegrarnos. Este es el "algo mal con el mundo", la grieta en el universo. El conocimiento de ello funciona "como una astilla en la mente, volviéndote loco", citando "The Matrix". Sin embargo, despertar a la verdad de nuestra situación es el primer paso hacia un cambio radical. Sólo un cambio radical puede corregir el defecto fundamental tejido en la creación física.
Y lo bien tejido que está. La violencia no solo serpentea a través de las vidas de toda la vida de la Tierra como las fibras de una bomba de tiempo unida a una víctima. Se extiende hacia el espacio, donde las supernovas implosionan, colapsando millones de estrellas junto con todos los seres vivos en todos sus planetas asistentes. La fin y la devoración son tan generalizadas que la mayoría de las personas no pueden concebir un mundo sin ellas, o si pueden concebirlo, etiquetan el concepto como absurdo. Sin embargo, la física cuántica muestra que la materia no es más que átomos: vacío vibrando. El vacío no muere y tampoco la energía que oscila. Entonces, ¿por qué deben morir cuerpos hechos de estas cosas?
Robert Monroe, en su libro "Far Journeys", escribe sobre el contacto que tuvo con un ser ligero en una experiencia fuera del cuerpo. (Monroees posiblemente el investigador más importante del mundo sobre OBE; comenzó un instituto con aprendices / investigadores para investigar científicamente el fenómeno). Según los informes, la luz le dijo a Monroe que cuando los humanos mueren, su energía es liberada y cosechada por seres transdimensionales, que la usan para extender su propia esperanza de vida. La afirmación es que el universo es un jardín creado por estos seres como su fuente de alimento.
Según la historia de Monroe, los animales se posicionan intencionalmente en este planeta para alimentarse de plantas y entre sí, liberando así la fuerza vital de sus víctimaspara que pueda ser cosechada. En una lucha depredador-presa, se produce una energía excepcional en los combatientes. El derramamiento de sangre en un conflicto de lucha a fin libera esta intensa energía, que los seres de luz llaman "loosh". Loosh también se cosecha de la soledad de los animales y los humanos, así como de las emociones engendradas cuando un padre se ve obligado a defender la vida de sus crías. Otra fuente de loosh es la adoración de los humanos.
Según el informante de Monroe, nuestros creadores, los "granjeros de energía" cósmicos, equiparon intencionalmente a los animales con dispositivos como colmillos, garras y súper velocidad para prolongar el combate depredador-presa y así producir más loosh. En otras palabras, cuanto mayor es el sufrimiento, más fuerza vital se arroja de nuestros cuerpos, y más sabrosa es la comida energética para nuestros creadores.
Esta historia contada a Monroe (que lo arrojó a una depresión de dos semanas) corresponde a los informes en algunas de las escrituras más antiguas del mundo, los Vedas, Upanishads y Puranas de la India. Allí leemos que "el universo es sostenido por el sacrificio" (Atharva Veda) y que "todos los que viven (en este mundo) son los sacrificadores. No hay nadie vivo que no realice yagya (sacrificio). Este cuerpo es (creado) para el sacrificio, y surge del sacrificio y cambia de acuerdo con el sacrificio". (Garbha Upanishad)
Otra vez:
"(La fin como el Creador) resolvió devorar todo lo que había creado; porque él come todo. . . Él es el devorador de todo el universo; Todo este universo es su alimento". (Mahabharata)
En los escritos de Carlos Castaneda, quien narra la vida y enseñanzas de un hechicero Yaquii llamado Don Juan, encontramos otra historia de lo Divino devorando humanos, en este caso la conciencia humana. Informes Castaneda:
"El Águila está devorando la conciencia de todas las criaturas que, vivas en la tierra un momento antes y ahora muertas, han flotado hacia el pico del Águila, como un enjambre incesante de luciérnagas, para encontrarse con su dueño, su razón de haber tenido vida. El águila desenreda estas pequeñas llamas, las pone planas, como un curtidor extiende una piel, y luego las consume; porque la conciencia es el alimento del águila. El Águila, ese poder que gobierna los destinos de todos los seres vivos, refleja por igual y a la vez todos esos seres vivos. ("El regalo del águila", de Carlos Castaneda)
La idea de que el hombre debe sacrificar (debe apiolar algo o ser asesinado para apaciguar a los dioses) es aparentemente intrínseca a todas las religiones raíz del mundo. Encontramos rituales de sangre, incluyendo sacrificios humanos, en la tradición druídica, el budismo tibetano, entre los indios de las Américas, en Grecia y Roma, África, China, Arabia, Alemania, FeniciayEgipto. Incluso el Antiguo Testamento (Jueces11:31-40) tiene una historia poco publicitada de sacrificios humanos, con el juez israelita Jefté matando ritualmente a su propia hija para cumplir un voto que hizo a Jehová.
Si bien no podemos pensar que el judaísmo promueve típicamente el sacrificio humano, lo promueve más que si contamos el genocidio que Jehová exigió a los hebreos. En un solo día, asesinaron a 12.000 cananeos "y destruyeron completamente todo en la ciudad, tanto hombre como mujer, jóvenes y viejos, y bueyes y ovejas y burros con el filo de la espada". (Josué: 6:21)
En el Islam, la situación es similar. Alá, mientras habla de boquilla sobre la inmoralidad del sacrificio humano, ordena a sus siervos en el Corán que practiquen la yihad contra todos los incrédulos. "Cuando hayan pasado los meses prohibidos, entonces luchad y matad a los paganos dondequiera que los encontréis, y apoderaos de ellos, asediadlos y acérralos en toda estratagema de guerra". (Corán: 9:5)
Los fiel a la religión del amores amantes de la paz interpretan tales pasajes como "simbólicos" en su deseo de justificar su fe, al igual que los cristianos tratan de justificar el comportamiento sociopático de Jehová con excusas. En muchos sentidos, el dios del Islam razona y despotrica como el dios de los israelitas. ¿Podría ser la misma entidad? No es contradictorio que él apoyaría a dos pueblos separados, y luego los llevaría a luchar entre sí. No si su agenda es estimular y cosechar un montón de loosh.
El cristianismo, la religión del amor fraternal, está implicado en el sacrificio de sangre al estar arraigado en la tradición judía. La Biblia declara que Jesús es el hijo de Dios (Jehová), y Jehová anuncia en el bautismo de Jesús: "Este es mi Hijo amado en quien tengo complacencia". (Mateo: 17:5) ¿Dónde estaba Jesús cuando su padre estaba matando a los cananeos? Jesús mismo se convierte en un sacrificio de sangre, un hecho que los católicos recrean en la misa y que los protestantes se bañan para ser "salvos". Los cristianos no son ajenos al sacrificio.
Si el sufrimiento y la fin fueran parte de la creación que nadie, incluidos los dioses, pudiera ayudar, habría alguna razón para ser más indulgentes. Incluso podría comprar la historia de que necesitan que los apoyemos con nuestro homenaje y los necesitamos para mantener el universo funcionando. Pero cuando agregas sacrificio de sangre a la ecuación, abandono el barco. Una cosa es si los dioses no pueden evitar el sufrimiento terrenal y la fin, y otra muy distinta si lo buscan y prosperan con él, o peor aún, lo crearon. Y eso es lo que indican el sacrificio de sangre, y las escrituras a su alrededor.
Cuando las escrituras más antiguas del mundo nos dicen que fuimos creados como alimento para los dioses, tengo que preguntarme si quiero vivir en un universo donde eso pueda ser cierto. El hecho es que no lo hago. Ya no puedo dar mi aprobación a ese tipo de realidad. Así que si no voy a vivir con eso, tengo que encontrar algo mejor. Tengo que encontrar algo más fundamental que el universo físico para ubicar mi identidad y mi poder. Siento, como muchos lo hacen en estos días, que hay algo más allá del universo tal como se nos ha presentado, algo fuera de esta caja, fuera de este sistema. Eso es lo que busco saber, conectar y extraer.
Robert Morning Sky, un buscador de la verdad de las tradiciones Hopi y Apache, cuenta una historia que aprendió de su pueblo sobre una raza de seres que no conocían limitaciones, que existían muy lejos de este universo físico. Un día uno de ellos declaró su intención de visitar la Tierra y tomar un cuerpo sólo por la aventura de la misma, por la experiencia. Sus amigos le advirtieron, ya que este universo tenía la reputación de producir amnesia, un lugar sin retorno. Pero la entidad se rió de eso y prometió regresar después de toda una vida.
Pasaron los siglos y la entidad nunca regresó a casa. Uno de sus compañeros decidió entrar en el mundo físico para ir a buscar a su amigo. Prometió no perderse en la materia y regresar con el otro individuo. Pasaron más siglos, y ninguno de los dos fue devuelto. Así que otro inmortal entró en masa física, y tampoco regresó. Con el tiempo, muchos miembros de estos seres ilimitados encarnaron en forma humana, y la historia continúa, ninguno de ellos aún se ha ido a casa.
Tal vez somos esas personas, empezando a recordar quiénes somos. Tal vez es hora de salir de la hipnosis bajo la que hemos vivido durante eones, las suposiciones incuestionables de que debemos apiolar y comer, sufrir y morir, vivir en la carencia y la tristeza, y sufrir todo el drama humano tal como se ha definido para nosotros.
¿Es una locura pensar que los humanos pueden vencer al sistema? ¿Que podríamos tomar la decisión de detener las actividades que suministran combustible a nuestra línea ascendente? ¿Que podríamos minimizar, incluso detener, nuestro propio reabastecimiento de combustible de la fuerza vital de criaturas inferiores a nosotros en la cadena alimentaria? ¿Es una locura pensar que nuestros cuerpos, hechos de energía eterna, no podrían tener que morir, que podríamos aprender a vivir del poder de la conciencia infinita, a la que podemos acceder dentro de nosotros mismos, siendo parte de ella?
Si bien algunos pueden llamar a eso locura, yo lo prefiero al mundo que veo a mi alrededor. Ciertamente lo prefiero a la fin. Lo prefiero a la pérdida de mis seres queridos, y a la enfermedad y la pobreza. El mayor experimento en el que la humanidad puede participar es el dominio de los principios de libertad, creación, abundancia e inmortalidad. Estamos usando trajes corporales que en 70 años de uso están programados para autodestruirse. ¿Qué podría ser más importante que cambiar esa programación?
En el Bhagavad Gita, el Señor Krishna advierte: "El que no sigue la rueda, así pone vidas giratorias en vano". La rueda es el ciclo de nacimiento y fin, karma y retribución, sacrificio humano y bendición divina. Rebelarse contra este sistema es fallar en nuestro propósito de vida tal como lo definen aquellos que dicen que son nuestros creadores y dioses. Pero seguramente la vida estaba destinada a ser más que una cena para el siguiente peldaño en la cadena alimentaria. Si "vivir en vano" significa salir de eso, estoy a favor de ese tipo de fracaso.
