"Òmnium" retrata como "inadaptados" a los catalanes castellanohablantes.

Covaleda

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"El catalán te identifica como un miembro más de la sociedad catalana", defiende la organización nacionalista en un argumentario.

Amparándose en la necesidad de proteger el catalán como lengua «minorizada», el grupúsculo separatista Òmnium Cultural ha lanzado un argumentario para tratar de convencer a la población de que sólo el empleo de ese idioma le garantizará la plena «integración» social en Cataluña.

La organización se propone convertir a cada catalán en un «activista por la lengua» que evite utilizar el castellano en su vida laboral o en sus relaciones sociales para así hacer del catalán la lengua preponderante en todas las esferas de la vida pública y privada.

La campaña va acompañada de un decálogo al que recurrir para autoconvencerse de la necesidad de hablar «más catalán». En el documento -consultado por EL MUNDO-, Òmnium alega que «el arraigo» del individuo va íntimamente ligado al empleo de la lengua catalana.

Según los mandamientos de la organización nacionalista, hay que hablar catalán «porque es la lengua del lugar donde vives» -obviando que comparte cooficialidad con el castellano-, porque «te facilita la participación social» y, fundamentalmente, porque «te identifica como un miembro más de la sociedad catalana».

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«Hablar la lengua del lugar donde has decidido vivir es un signo de capacidad de adaptación», incide Òmnium en el argumentario, para acabar advirtiendo a los reacios de las consecuencias de no atender sus recomendaciones. «Porque seguramente no quieres que te identifiquen como alguien que no ha sido capaz de entenderlo [el catalán] o que no se ha querido adaptar», señala.

También liga Òmnium el uso del catalán a la teoría del ascensor social «porque el catalán es necesario para progresar en una sociedad altamente competitiva». Y remarca que lo es «para estudiar, para trabajar o para participar en la vida pública», en una diagnosis coincidente con la del Govern de la Generalitat, que ha articulado un armazón legal para evitar que se impartan un 25% de materias en castellano en todas las escuelas de Cataluña o que impone el catalán como requisito ineludible para acceder al cuerpo funcionarial autonómico.

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«Poder utilizar el catalán siempre que quieras te permite desarrollar tu vida en Cataluña plenamente y sin limitaciones», abunda Òmnium en otra de las 40 razones que desgrana para justificar actos como no cambiar de lengua aunque tu interlocutor no entienda el catalán. «Si cambio de lengua, niego al otro la oportunidad de aprenderla», justifica.

Esta política de mantener el catalán ante un interlocutor que no lo emplea ya ha generado agrias controversias en el pasado, como cuando la alcaldesa de Vic y diputada de Junts, Anna Erra, instó a los «catalanes autóctonos» a que no hablen en castellano a personas que «por su acento o aspecto no parecen catalanas». Tenemos que concienciar a los catalanes autóctonos. [...] Un gran defecto de muchos catalanoparlantes es el de cambiar la lengua. Es decir, pasarse directamente al castellano cuando el interlocutor que tienen delante les parece que es extranjero o, simplemente, no habla catalán», sostuvo, para después proseguir con su argumentación en los siguientes términos: «Hay que poner fin a la costumbre muy presente en determinadas zonas del país de hablar en castellano a cualquier persona que, por su aspecto físico o por su nombre, no parece catalana. Concienciar a los catalanes de que no cambien la lengua cuando creen, por el acento o los rasgos físicos, que su interlocutor no es nacido en Cataluña», sumó.

También el Gobierno regional se propone imponer el catalán con hasta 100 medidas entre las que destacan «reforzar» la obligatoriedad de las empresas de atender en catalán a sus clientes mediante la revisión del código de consumo. El Ejecutivo de Pere Aragonès -que tiene a Òmnium como entidad de cabecera- también se propone aumentar la presencia del catalán en la sanidad, con la creación de la figura del «referente lingüístico» en cada centro de salud, o ahondar en el control de la inmersión con comisariados lingüísticos formados por docentes.

 
40 razones para hablar catalán, y una sola para no hablarlo: es una lengua marginal en las grandes ciudades catalanas, y tiene una proyección igual a cero fuera de los 200 km. del radio de su epicentro.

Esa razón basta para derribar las otras 40. No me hace falta desmentir a las 40 razones de Omnium, que tampoco es que sean mentira, pero tampoco es que sean ciertas; porque esas razones pueden tener todo el sentido o ninguno, y eso depende de una cuestión de relevancia idiomática.

El catalán además, especialmente a ojos vista de los que no la tenemos como lengua materna, tiene además dos problemas enormes -ambos creados por el nacionalismo catalán-: el primero es que se percibe no tanto como una lengua sino como un vehículo ideológico (porque al no tener el nacionalismo ningún diferencial social atractivo para quienes no lo son, se ha aferrado a la lengua como clavo ardiente), y el segundo -directamente relacionado con el anterior- es que el tipo de ideología que tras*mite no es nada apetecible para quienes no han sido adoctrinados en ella como para que promueva el interés de pertenecer a esos valores: el catalanismo, endogámico como es, no advierte que el tipo de "sociedad ideal" que promueve, espanta mas que atrae a los no catalanistas.

Más allá de estos agravantes, la dinámica natural de los idiomas es completamente inmodificable con acciones políticas, y tratar de impedir la decadencia del catalán es tan efectivo como tratar de hacer que llueva de abajo hacia arriba. No es una cuestión del catalán en sí mismo, es la dinámica histórica de los idiomas.

El problema es haber asociado la catalanidad con un idioma minoritario y en declive, ese es en realidad el callejón sin salida en el que se ha metido voluntariamente el nacionalismo catalán.
 
40 razones para hablar catalán, y una sola para no hablarlo: es una lengua marginal en las grandes ciudades catalanas, y tiene una proyección igual a cero fuera de los 200 km. del radio de su epicentro.

Esa razón basta para derribar las otras 40. No me hace falta desmentir a las 40 razones de Omnium, que tampoco es que sean mentira, pero tampoco es que sean ciertas; porque esas razones pueden tener todo el sentido o ninguno, y eso depende de una cuestión de relevancia idiomática.

El catalán además, especialmente a ojos vista de los que no la tenemos como lengua materna, tiene además dos problemas enormes -ambos creados por el nacionalismo catalán-: el primero es que se percibe no tanto como una lengua sino como un vehículo ideológico (porque al no tener el nacionalismo ningún diferencial social atractivo para quienes no lo son, se ha aferrado a la lengua como clavo ardiente), y el segundo -directamente relacionado con el anterior- es que el tipo de ideología que tras*mite no es nada apetecible para quienes no han sido adoctrinados en ella como para que promueva el interés de pertenecer a esos valores: el catalanismo, endogámico como es, no advierte que el tipo de "sociedad ideal" que promueve, espanta mas que atrae a los no catalanistas.

Más allá de estos agravantes, la dinámica natural de los idiomas es completamente inmodificable con acciones políticas, y tratar de impedir la decadencia del catalán es tan efectivo como tratar de hacer que llueva de abajo hacia arriba. No es una cuestión del catalán en sí mismo, es la dinámica histórica de los idiomas.

El problema es haber asociado la catalanidad con un idioma minoritario y en declive, ese es en realidad el callejón sin salida en el que se ha metido voluntariamente el nacionalismo catalán.
Pues muy de acuerdo.

Siempre he mantenido que los peores enemigos del idioma regional son los separatas, se han aferrado de tal forma a él, como si fuera una herramienta-extensión más de ellos mismos, que cuando caigan, que lo harán, porque lo suyo no va a ningún lado, arrastrarán al idioma y puede que algunas cosas más con ellos al abismo.
La gente normal acaba asociando cosas como esta al separatismo y claro, causa da repelúsncia. Ello condena al idioma a la extinción a medio plazo.
 
Más integrado estará el que se convierta al Islam.

CAGALUÑA SERÁ jovenlandesa O NO SERÁ
 
Los separatistas de la región catalana son unos inadaptados en la sociedad española. Se deberían tomar más medidas para lograr integrarlos.
 
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