Medicina criminal: El peligro del consumo de estatinas

cebollino

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Adjunto un par de buenos escritos que analizan los efectos nocivos que provoca el consumo reiterado de las estatinas, si bien no pocas veces su ingesta a corto plazo también puede ser demoledora.

Se conoce como estatinas a un grupo de fármacos usados para disminuir el colesterol en sus distintas formas, en pacientes con diagnóstico de hipertensión, diagnóstico que muchas veces se certifica al paciente de forma errónea.

Una vez más se cumple la diabólica ecuación de que el producto aplicado al paciente en lugar de curar el trastorno, lo induce o lo agrava, acaerrando a la persona farmacológicamente tratada muy graves achaques de salud la mayor parte de las veces de carácter irreversible, entre ellos el desarrollo de alzheimer. El consumo de estatina lejos de evitar episodios de hipertensión, accidentes cardiovasculares o desarrollar aterioesclerosis los desencadena.

Las estatinas obstruyen la llegada del colesterol al cerebro hasta un 40%. Nuestro cerebro humano contiene casi el 25% del total del colesterol de nuestro organismo. Esta abrupta obstrucción de envío de colesterol al cerebro ocasionada por la estatina, conlleva a una carencia continuada de llegada y asimilación de la coenzima Q-10 al cerebro, lo cual deteriora la función del miocardio, genera disfuncionalidad hepática y miopatía, incluidas la cardiomiopatía y fallo cardíaco congestivo.

Los médicos recetan estatina bajo el convencimiento de que existe un colesterol ''bueno'' (HDL) y un colesterol ''malo'' (LDL), teoría muchas veces denunciada por estar sustentada más en una falacia que en una causa evidente y demostrable. Buscan así bajar el nivel de hipertensión limitando el flujo de colesterol ''malo'' a nuestro organismo. Sin embargo, tanto el llamado colesterol "bueno" (HDL) como el "malo" (LDL) contienen el mismo tipo de colesterol. Mientras el HDL suministra colesterol a los órganos principales, como el hígado, el páncreas y las glándulas suprarrenales, el LDL reparte colesterol, grasas y antioxidantes desde el hígado a todas las células del cuerpo. Todas las células necesitan grasa y colesterol para mantener saludables las membranas, no sólo en la pared celular externa sino también en las membranas que cubren el núcleo, las mitocondrias (unidades de producción de energía) y los lisosomas (sistema digestivo de la célula). También cabe hablar del IDL o lipoproteínas de densidad intermedia que son las que abastecen de colesterol y grasas al cerebro. Las estatinas, en fin, vienen a limitar el flujo del colesterol LDL e IDL al organismo, lo cual las más de las veces ocasiona problemas renales graves al paciente, deterioro cognitivo, desordenes neurodegenerativos y accidentes cerebrovasculares.

Huelga decir que la venta de estatinas es un negocio sumamente rentable, supone un mercado de más de 26.000 millones de dólares anuales. De hecho en el 2003 los dos fármacos de mayor consumo en el mundo -en valor monetario- fueron una atorvastatina y una simvastatina. Ese mismo año en España la atorvastatina fue el fármaco que generó más gasto al Sistema Nacional de Salud: más de 115 millones de euros.

Mucho cuidado aquellos que estéis ya en una edad respetable o con sobrepeso y os hayan diagnosticado (muchas veces alegremente) hipertensión y convertido en asiduos consumidores de tales nefastas pastillas, o tengáis a alguno de vuestros familiares ancianos en la misma situación.

No sólo las estatinas son altamente desaconsejables, hay otros fármacos recetados con el mismo fin, aún más peligrosos si cabe como el Balzak, del cual nos ocuparemos otro día si se estima oportuno, cuyo mayor desencadenante en los pacientes es el aumento de azúcar en la sangre y ataques cardíacos o cerebrovasculares.

Algunos de los efectos principales que supone el consumo de estatinas:

-Lapsus de memoria (amnesias transitorias)

-Sentirse deprimido

-Problemas para expresarse

-Descoordinación al moverse

-Dolores musculares

-Debilidad

-Cambios de humor

-Miopatías -incluidas la cardiomiopatía y fallo cardíaco congestivo-.

-Desarrollo de parkinson, esclerosis múltiple o alzhemier.

-Confusión

-Desorientación

-Inhibición de la síntesis hepática de colesterol y desestabilización de otras funciones celulares.

-Insomnio

-Vértigo

-Pesadillas

-Tortícolis

-Diabetes

-Disfunción hepática renal y cataratas.

-Accidentes cerebrovasculares hemorrágicos.

-Insuficiencia cardíaca

-Dificultades respiratorias



Añado a continuación el par de textos informativos a modo de spoiler por el contenido extenso de los mismos:

¿CAUSAN LAS ESTATINAS RECETADAS PARA BAJAR EL COLESTEROL LAS ENFERMEDADES NEURODEGENERATIVAS?

¿CAUSAN LAS ESTATINAS RECETADAS PARA BAJAR EL COLESTEROL LAS ENFERMEDADES NEURODEGENERATIVAS?

Los médicos se encuentran cada día con más personas que manifiestan tener lapsus de memoria y otros problemas cognitivos. Cuando se trata de ancianos lo socorrido es decir que es “producto de la edad”, un “toque de senilidad” o, quizás, “Alzheimer temprano”. Sin embargo, un médico norteamericano llamado Duane Graveline, especialista en Medicina Aeroespacial, ex astronauta, cirujano de vuelo y médico de familia durante más de 20 años afirma que buena parte de esas situaciones pueden deberse al consumo sostenido de estatinas para disminuir el colesterol. Henry Lorin, autor del libro El Alzheimer, resuelto, lo corrobora asegurando que la mayor parte de los casos de Alzheimer se deben a largos períodos de escasez de colesterol en el cerebro.

¿Qué ocurriría si un buen día siente que comienza a sentirse deprimido o a fallarle la memoria, que tiene problemas para expresarse o cierta descoordinación al moverse? Lo más probable es que acuda a su médico y que éste, ante su preocupación y la de sus familiares, le remita a un neurólogo o a un psiquiatra. Y es seguro -si llega a preguntárselo como parte de su historia clínica- que no de ninguna importancia al hecho de que desde hace algún tiempo su cardiólogo o él mismo le esté tratando con estatinas ese colesterol que se resiste a bajar. Y por supuesto no será usted, angustiado como está por sus nuevos problemas, el que vaya a pensar que las dichosas pastillas para el colesterol puedan ser la causa. Bueno, pues existe la posibilidad de que ambos –el médico y usted- se equivoquen. Y puesto que con las cosas de la cabeza no conviene especular ni arriesgar le invitamos a que lea atentamente lo que a continuación vamos a contarle.

Ciertamente las piezas del rompecabezas están todavía dispersas y por eso la certeza no es absoluta. Sin embargo, si finalmente los testimonios, la experiencia clínica y los estudios científicos confirman la existencia de serios problemas cognitivos y neurológicos como efectos adversos hasta ahora ignorados de las estatinas su papel como fármacos milagro –los medicamentos más vendidos del mundo- podría sufrir un serio revés, justo cuando más voces están interesadas en hacer de ellos fármacos de libre acceso. Y en este caso, sólo la posibilidad ya es mucho. Sobre todo porque estadísticamente es tal ya el número de personas que toman estatinas que aunque el índice estadístico de probabilidades sea bajo cada vez serán más los que experimenten problemas en diferentes grados. Y cada caso será un drama personal y familiar, no una simple cifra en una fría lista de un lejano despacho.

En nuestro último número (léalo en nuestra web -www.dsalud.com-si aún no la ha hecho) ya señalábamos la controversia -prácticamente ignorada por médicos y pacientes- que existe sobre el papel real del colesterol en las enfermedades cardiovasculares y cómo un grupo de investigadores cada vez más amplio rechaza que se presente al colesterol como causa de las mismas. De acuerdo con esto -y como consecuencia directa- poníamos de manifiesto que para el grupo de críticos el uso masivo de estatinas en dosis cada vez mayores y durante un tiempo prolongado no parece justificarse como herramienta terapéutica preventiva considerando la gravedad de los posibles efectos adversos conocidos, ya de por sí bastante ignorados por los propios médicos. La razón, además de la pereza intelectual de muchos médicos y los propios intereses económicos de las compañías farmacéuticas que tienden a ralentizar la información cuando no a maquillarla- es un negocio multimillonario. Tanto que la venta de estatinas supone un mercado de más de 26.000 millones de dólares anuales. De hecho en el 2003 los dos fármacos de mayor consumo en el mundo -en valor monetario- fueron una atorvastatina y una simvastatina. Ese mismo año en España la atorvastatina fue el fármaco que generó más gasto al Sistema Nacional de Salud: más de 115 millones de euros.

La doctora Beatrice Golomb -que está llevando a cabo con fondos públicos en la Universidad de California(San Diego) un estudio internacional sobre los efectos secundarios de las estatinas abierto a quienes quieran compartir sus experiencias (www.statineffects.com)- decidió afrontar su investigación al margen de los laboratorios porque, como denunció en la cadena norteamericana CBS en mayo del 2004, los estudios que generan la imagen más positiva de las estatinas cuentan con financiación de las grandes multinacionales. “El estudio sobre los efectos secundarios de las estatinas –añadiría Golomb- es importante porque muchos médicos y otros expertos en enfermedades del corazón y colesterol están familiarizados con los beneficios de las estatinas y otros medicamentos contra el colesterol pero están poco familiarizados con las experiencias adversas con esos medicamentos que muchas personas manifiestan como dolores musculares, debilidad, trastornos de memoria, cognitivos y cambios de humor”.

Pues bien, si suficientemente demostrada estaba ya la relación entre la carencia de la coenzima Q-10 provocada por las estatinas con el deterioro de la función del miocardio, las disfunciones hepáticas y las miopatías -incluidas la cardiomiopatía y el fallo cardiaco congestivo- en el horizonte se perfila una realidad nueva y mucho más dramática. Los nuevos descubrimientos en el campo de la Neurología y la cada vez mayor abundancia de testimonios personales apuntan a que el consumo prolongado de estatinas en dosis altas pudiera estar contribuyendo a la epidemia de trastornos cognitivos de muy diversa gravedad e índole –desde amnesias transitorias y depresiones a pérdida del habla y cambios de humor- que asolan las sociedades desarrolladas. E incluso favorecer algunas de las enfermedades neurodegenerativas más graves como el parkinson, la esclerosis múltiple o el alzheimer. "Nosotros tenemos personas –señalaba Golomb -que han perdido la capacidad de pensamiento tan rápidamente que en el curso de un par de meses pasaron de ser importantes directivos en sus compañías a no poder firmar un talonario de cheques, y ser despedidos”.

El médico norteamericano Duane Graveline,tras un episodio de amnesia sufrido como efecto secundario de la ingesta de atorvastina -recetada para controlar su colesterol “no demasiado alto”-, decidió investigar en profundidad sobre el beneficio-riesgo de las estatinas. Fruto de su trabajo han sido tres libros de denuncia -'Lipitor, el ladrón de la memoria, Las estatinas y la errónea guerra contra el colesterol' y su último y reciente trabajo 'Estatinas'. Efectos secundarios- así como una página web -www.spacedoc.net- en la que además de ofrecer gran cantidad de información recoge los testimonios de quienes se sienten víctimas de los efectos secundarios de las estatinas. Testimonios que para un mejor análisis médico pasa posteriormente a la doctora Golomb.

“Los médicos, como sus pacientes–nos diría Graveline-, ignoran por completo el problema de los efectos secundarios cognitivos de las estatinas. Una y otra vez aseguran y tranquilizan a sus pacientes preocupados y les dicen que sus lapsos de memoria son ‘los esperados para su edad’, quizás un ‘toque de senilidad’ o incluso ‘Alzheimer temprano’. Y ahora, tras más de diez años de prescribir estatinas y tranquilizar a los pacientes sobre su seguridad, lo último que un médico quiere oír es que ha estado equivocado durante tanto tiempo”.

Sin embargo, también es verdad que ha sido en los últimos años cuando los efectos adversos cognitivos han comenzado a acumularse y cuando la investigación neurológica ha puesto las bases para relacionarlos con el papel del colesterol en nuestro cerebro. Un papel fundamental que resulta evidente sólo con tener en cuenta que el cerebro humano contiene casi el 25% del colesterol del cuerpo constituyendo apenas un 2% de su peso total.


EXPERIENCIAS DRAMÁTICAS

Graveline empezó su carrera médica en el Walter Reed Army Hospital cuando se empezaban a estudiar los efectos médicos de los vuelos espaciales. Tras hacerse cirujano de vuelo y participar en la investigación médica espacial Graveline recibió reconocimiento internacional por sus investigaciones sobre el comportamiento humano en gravedad cero, trabajo al que se había dedicado como analista médico del programa bio-astronaútico. En 1965 fue seleccionado como astronauta científico. Hasta que un día de mayo del 2001 se le prescribió atorvastina para reducir su colesterol y como consecuencia desarrolló un caso severo de amnesia. “El primer episodio –nos contó Graveline- me ocurrió después de que me prescribieran Lipitor para bajar mi colesterol que estaba un poco alto. Acababa de volver de mi habitual paseo matinal por el bosque cuando mi esposa me vio caminando sin propósito fijo frente a la entrada del garaje de casa, como si estuviera perdido. Yo no la reconocí y me negué a entrar en nuestra casa. Acepté galletas y leche con cierta renuencia y de algún modo ella consiguió que entrara en el automóvil llevándome a ver a mi médico familiar y al neurólogo. Un año después me instaron a que volviera a tomar Lipitor ya que mi médico se negaba a creer que una estatina pudiera ser la causa de aquel primer episodio de amnesia. Días después mi esposa me encontraba en el invernadero con la mirada extraviada. Esta vez el episodio duró 12 horas y retrocedí a mis años adolescentes con un recuerdo preciso de todos mis amigos de la escuela secundaria y de los acontecimientos que allí me ocurrieron... pero habían desaparecido todos los recuerdos de mis años de universidad en la Facultad, de mi matrimonio y de mis cuatro hijos. Y mis excitantes 10 años en la USAF como cirujano de vuelo e investigador científico. No tenía conciencia alguna de haber sido médico de familia durante 23 años, astronauta de la NASA o autor de nueve libros. Todos esos recuerdos se habían borrado por completo de mi mente, como si nunca hubieran ocurrido”.

Convencido de que aquello tenía que haber sido producto de las estatinas que estaba tomando Graveline decidió investigar a fondo sus posibles efectos secundarios, algo completamente ignorado en la literatura médica. “Al principio -nos contó-creía que mi caso era único. Mi convicción fue completamente intuitiva. Lipitorera el único medicamento que tomaba cuando tuve el primer ataque de amnesia. Y cuando un año después volví a tomarlotuve a las pocas varias semanas un nuevo ataque sólo que peor pues sufrí amnesia anterógrada y retrógrada. Yo estaba pues convencido de que ambos episodios fueron causados por el Lipitor pero nadie más parecía estarlo. Sólo cuando descubrí los estudios sobre estatinas de la doctora Golomb en la Universidad de California(San Diego) empezó a surgir la verdad. Comprendí que había más casos como el mío. Unos meses después, cuando el People's Pharmacy publicó el informe de mi caso, un diluvio de informes de pacientes de todo el país sobre problemas cognitivos comenzaron a aparecer. Hasta ese momento esos pacientes habían asumido que sus lapsus de memoria, olvidos, confusiones y desorientación eran producto de la vejez, la senilidad o el Alzheimer. Ahora tenemos miles de informes de casos que incluyen recaídas en el momento de volver a tomar el medicamento tras dejar de ingerirlo. A mi juicio la evidencia sobre el papel en ello de las estatinas es concluyente”.

Muchos de nuestros lectores o familiares quizás se sientan identificados con las decenas de experiencias que en la página web de Graveline -www.spacedoc.net- relatan problemas cognitivos tras ingerir estatinas con la convicción personal, que no médica, de que estuvieron involucradas en ellos. A los médicos la relación estatinas-efectos cognitivos les parece imposible porque no hay alertas farmacológicas que así lo apunten. Y por tanto los problemas cognitivos de sus pacientes no se informan como posibles efectos adversos de las estatinas y los derivan a otras especialidades con lo que siguen sin figurar en ningún registro como efectos secundarios. La pescadilla que se muerde la cola.

“Tengo 53 años –puede leerse en uno de los informes remitidos a Graveline-y he sido diabético durante 32. En el 2002 mi endocrinólogo me recetó 10 mg de Lipitor. Durante los siguientes 12 meses aprecié mejoras ‘modestas’ en mis números pero me mostré insatisfecha cuando tendí a permanecer en un rango de 240-260 de colesterol total. Entonces aumenté la dosis de Lipitora 20 mg y empecé a experimentar una espiral gradual de problemas cognitivos empeorando además mi humor y nivel de energía y sufriendo depresión. Perdí la capacidad para funcionar adecuadamente en mi trabajo y me quedé sin recursos para afrontar los desafíos diarios de la vida. Así que dejé de tomar el medicamento. ¡Después supe que mi hermano y mi progenitora, que tomaban también este medicamento, estaban sufriendo igualmente episodios de cambios de humor! Afortunadamente dejaron también la medicación con estatinas”.

Son muchos los testimonios similares que hablan de problemas neurológicos y anímicos que quienes los sufren asocian a las estatinas: “Ya que Lescol –puede leerse también en www.spacedoc.net- no modificaba mi colesterol lo suficiente el médico me prescribió Lipitor. Y al cabo de los meses hubo un cambio drástico. Desarrollé un problema de equilibrio que hacía que caminara con dificultad. Sufrí dolor en mi rodilla izquierda al caminar, rigidez en todo el cuerpo y problemas al hablar. Fui a un neurólogo que me dijo que probablemente tenía insuficiencia cerebral; a un ortopedista que me dijo que tenía artritis; a otro ortopedista que me dijo que no tenía artritis; y a un internista que, sencillamente, no supo qué decirme. Todo eso después de numerosas radiografías y resonancias. Por alguna razón yo sospechaba del Lipitor y decidí dejar de tomarlo aunque sabía que mi médico no estaba de acuerdo. Dos semanas después el dolor de la rodilla ha desaparecido así como mi rigidez corporal. Y ya no estoy tan cansado como antes. Empero, caminar aún me resulta difícil y mi equilibrio no es bueno. Mi habla tampoco es todavía fluida y no me siento tan alerta como debiera. Han pasado dos meses desde que dejé de tomar Lipitor y aunque ha habido algún progreso no estoy seguro de que no haya sufrido daños irreparables”.

Bueno, pues a pesar de tantos testimonios se sigue sin querer relacionar tales síntomas con las estatinas. A pesar de que hay suficientes datos que apuntan la necesidad de no seguir ignorando durante más tiempo el problema.

En julio del 2003 Wagstaff y otros publicaron un artículo en Pharmacotherapy titulado Statin-associated memory loss: analysis of 60 case reports and review of the literature (Pérdida de memoria asociada a las estatinas: análisis de 60 informes y revisión de la literatura) que ya abría la puerta a la posibilidad de que las estatinas sí puedan provocar problemas cognitivos. “Los estudios disponibles –afirman en él sus autores-no muestran ningún beneficio cognitivo o antiamiloide para ninguna estatina. Además existe un aumento de informes que apuntan a la posibilidad de que las estatinas puedan estar asociadas en casos raros con el deterioro cognitivo aunque la causalidad no es segura”. El artículo examinó 60 casos de deterioros cognitivos asociados a las estatinas extraídos del Medwatch, sistema de alerta de la agencia de control norteamericana FDA. Los autores consideraron muy significativos cuatro casos de recaídas, personas que desarrollaron problemas cognitivos similares en un segundo período de ingesta de estatinas, tal y como le ocurriera a Graveline. Y es que suele aceptarse que el desarrollo de síntomas en una segunda ocasión es evidencia definitiva de un efecto secundario del medicamento. Otros dos estudios diseñados para evaluar efectos cognitivos de las estatinas mostraron también un empeoramiento en la función cognitiva (Muldoon y otros, 2002, 2000).


UN MEDICAMENTO, MÚLTIPLES IMPLICACIONES

Es indudable que queda prácticamente todo por hacer en este campo, sobre todo a la vista de los descubrimientos en el ámbito de la Neurología de los últimos cinco años. Pero lo que está claro es que tales reacciones adversas sí son conocidas por los laboratorios aunque las desconozcan los médicos. De hecho, el Lipitor (atorvastina) -el medicamento más vendido del mundo- recoge en su página web como potenciales efectos adversos, entre otros referidos al sistema nervioso, los siguientes: insomnio, vértigo, parestesia (sensación besugo que afecta a la sensibilidad general o a una modalidad sensorial gustativa, olfatoria o sensual), somnolencia, amnesia, pesadillas, disminución de la libido, labilidad emocional (variación continua en el estado de ánimo sin razón aparente), descoordinación, neuropatía periférica, tortícolis, parálisis facial, hiperquinesia (actividad motora exagerada), depresión, hipoestesia (aumento de la sensibilidad) e hipertonia (aumento exagerado del tono muscular). Muchos de los cuales se identifican con las experiencias relatadas anteriormente. Una relación completa de efectos adversos que el laboratorio reseña para asegurarse de que nadie pueda acusarle de no haber advertido a quienes consumen el producto sobre los posibles efectos adversos.

Bueno, pues en España la ficha técnica de dos atorvastinas admitidas por la Agencia Española del Medicamento, una de ellas del mismo fabricante que el Lipitor, señala bastantes menos reacciones adversas: “Trastornos psiquiátricos: Frecuente: insomnio. Poco frecuente: amnesia. Trastornos del sistema nervioso. Frecuentes: dolor de cabeza, mareo, parestesias e hipoestesia. Poco frecuente: neuropatía periférica”. Es todo. ¿Y el resto de los posibles efectos secundarios negativos antes mencionados? ¿Tienen obligación los médicos españoles de consultar la ficha técnica en inglés de la atorvastina para estar bien informados? Al final no faltará quien cargue en su falta de conocimiento las posibles consecuencias sobre los pacientes, muchas de las cuales están aún por conocerse.

Y es que queda mucho todavía para saber cómo influyen las estatinas sobre nuestro organismo, en general, y nuestro cerebro, en particular. Algunas cosas ya eran sabidas y otras han ido descubriéndose en los últimos años. Lo que si parece claro, por ejemplo, es que la propia naturaleza de las estatinas las hace responsables de la alteración de muchas rutas bioquímicas.

Permítasenos para la explicación que por un momento recurramos a la terminología científica, difícil de comprender por los profanos pero que ayuda a intuir la complejidad de las respuestas puestas en marcha por las estatinas: “El mecanismo de acción de las estatinas -afirman O. Hernández-Perera y S. Lamas en Disfunción endotelial en la aterosclerosis: papel protector de las estatinas- se basa en la inhibición competitiva y reversible de la transformación de la enzima HMG-CoA a mevalonato que es el precursor de los esteroles celulares como el colesterol así como de los lípidos isoprenoides. Entre estos últimos se encuentra el dolicol, necesario para la glicosilación de proteínas, las ubiquinonas de la cadena respiratoria mitocondrial, la isopentenil adeninaque interviene en la modificación de ciertas formas de RNAt y los isoprenoides farnesily geranilgeranil pirofosfatoque participan en la modificación post-traduccional de ciertas proteínas y, en particular, de proteínas G, como la proteína Ras. No debe resultar extraño, por tanto, que las estatinas, además de su capacidad para inhibir la síntesis hepática de colesterol, también sean capaces de modificar otras funciones celulares.(la negrita es nuestra)”

La simple lectura del párrafo anterior permite entrever la amplitud de las modificaciones que las estatinas realizan en nuestro organismo. Dicho de manera más coloquial es como si para tratar de reducir el flujo de pasajeros (colesterol) que vuelan de Madrid a Barcelona se cerraran todos los aeropuertos (enzima HMG-CoA). Con ello se conseguiría desde luego que no volara nadie a Barcelona pero el trastorno que provocaría en el resto de las rutas sería monumental y las consecuencias incalculables. Así que no hay que saber mucho de bioquímica para entender que con tantas rutas bioquímicas alteradas en los delicados mecanismos de nuestro organismo la respuesta en forma de efectos secundarios no saldrá gratis.

De entre las más importantes hemos comentado ya la alteración de la ubiquinona o coenzima Q-10 que juega un papel básico en la producción de ATP en las células. Y ya más directamente relacionada con las funciones cognitivas una de las posibles vías de incidencia sería sobre los dolicoles -lípidos cuya función es transportar oligosacáridos- que juegan un papel de inmensa importancia en la formación de neuropéptidos, neurotransmisores envueltos en el aprendizaje y la memoria. “Los efectos secundarios de inhibición del dolicol –señala Graveline- incluyen un amplio espectro de desórdenes conductuales y afectivos que son el resultado del daño en la síntesis de neuropéptidos. En las células el dolicolconduce diversas proteínas fabricadas en respuesta a las órdenes del ADN hasta sus objetivos apropiados asegurando así que las células respondan correctamente a la instrucción genéticamente programada. Así las estatinas pueden llevar a caos imprevisibles a nivel celular”.

La vía de los neuropéptidos podría ser una, pero hay más.


EL COLESTEROL, FUNDAMENTAL PARA EL CEREBRO

Otra de las principales vías de daño cerebral podría ser la alteración de la formación de sinapsis cerebrales. Las sinapsis son uniones imprescindibles mediante las cuales las células del sistema nervioso se envían señales de unas a otras y a células no neuronales como las musculares o las glandulares.

Para entender mejor su relación con el colesterol es preciso referirse a las investigaciones que durante los últimos cinco años ha desarrollado Frank W. Pfrieger, director del proyecto CNRS/Max-Planck de Berlín sobre 'Desarrollo de sinapsis en el sistema nervioso central'. En este tiempo Pfrieger ha puesto de manifiesto la relación existente entre el metabolismo del colesterol del cerebro y el desarrollo de la célula nerviosa. Y sus resultados sugieren que la disponibilidad de colesterol en el cerebro afecta a la formación de sinapsis entre las células nerviosas.

En una entrevista publicada en la página web www2.cnrs.fr/en/201.htm del Centre National de la Recherche Scientifique (CNRS) -organización científica bajo la dirección del Ministro de Investigación en Francia- Pfrieger explicaba el alcance de sus descubrimientos.

-“¿De donde procede el colesterol que estimula la sinaptogénesis?

-El colesterol –explica Pfrieger- es una sustancia muy hidrófoba y no es soluble directamente en el suministro de la sangre. Es transportada por otras sustancias, las lipoproteínas, pero estas últimas son moléculas demasiado grandes como para cruzar la barrera cerebral. Como resultado, el colesterol en la sangre que se produce en el hígado o procede de la succión de comida, no entra en el cerebro. ¿El colesterol implicado en la sinaptogénesis debe sintetizarse entonces localmente pero, ¿por qué células? En un experimento in vitro cuando se agrega colesterol externo a las neuronas en el cultivo se generan más conexiones sinápticas que nos llevan a creer que el colesterol es vital para la sinaptogénesis. En la familia de células gliales, los astrocitos, o células estrelladas son conocidos por excretar lipoproteínas. Por consiguiente nosotros suponemos que los astrocitos fabrican el colesterol necesario para la sinaptogénesis y lo entregan vía lipoproteínas.

-Su investigación se llevó a cabo en roedores. ¿Qué tiene que decir sobre las nuevas perspectivas que se abren para entender las patologías cerebrales humanas?

-La mayoría de los mecanismos que nosotros describimos son fundamentales y pueden transponerse a los humanos. Y de hecho nuestros resultados son la base para nuevas hipótesis sobre ciertas enfermedades neurodegenerativas, sobre todo para la enfermedad de Alzheimer. La degeneración cerebral que ocurre en esta patología puede ser debida a un problema en el transporte de colesterol a las neuronas. Otras enfermedades degenerativas pueden beneficiarse mucho del estudio del colesterol del cerebro, como el tipo C de Niemann-Pick, una enfermedad genética rara en los niños. Los investigadores que trabajan en esta patología han encontrado que la mutación responsable está implicada en el transporte del colesterol intracelular. Gracias a estos resultados algunas vías de investigación se nos han abierto”


En suma, la puerta que relaciona las enfermedades neurodegenerativas y un adecuado nivel de colesterol está abierta de par en par y numerosos estudios relacionan por separado diversas patologías con distintos problemas en la síntesis del colesterol en el cerebro. Repasemos algunos de los más recientes.

Beasley CL y otros -del Center for Complex Disorders del Departamento de Psiquiatría de la Universidad British Columbia (Vancouver)- publicaron en octubre del 2005 el artículo Reducciones en el colesterol y marcadores sinápticos en asociación con desórdenes en el cortex y en el humor. Y en él aseveraban: “El colesterol forma parte de las membranas celulares y es un componente principal de la mielina. Además juega también un papel vital en el desarrollo, función y estabilidad de las sinapsis. Aunque un bajo nivel de colesterol ha sido previamente asociado con los desórdenes de humor todavía tienen que cuantificarse los niveles de colesterol en relación con esos desórdenes (…) Conclusiones: nuestros datos sugieren que los bajos niveles de colesterol en el cerebro y una reducción en las sinapsis pueden ser rasgos de desórdenes ‘de humor’ (es decir, de lo que se lama trastorno bipolar)” .

Más concluyentes aún se muestran Koudinov AR y Koudinova NV, autores de 'El fracaso de la homeostasis del colesterol como causa unificadora de la degeneración sináptica'. Artículo en el que, entre otras cosas, se dice: “Una importante evidencia experimental indica que la función colinérgica, ionotrópica y la maquinaria de recepción metabotrópica, la fosforilación excesiva de la proteína tau, el cambio de bioquímica betaamiloide (Abeta o Abeta), las reacciones de estrés oxidativo neural y otros rasgos de neurodegeneración también dependen de la adecuada homeostasis de colesterol en el cerebro. (…) Esta evidencia sugiere que la ruptura de la homeostasis del colesterol es la causa primaria unificadora de la enfermedad de Alzheimer esporádico y familiar, enfermedades neuromusculares (particularmente miositis corporal), el tipo C de la enfermedad de Niemann-Pick’s y el síndrome de Down. Y también explica la coincidencia de marcas neurodegenerativas alrededor de un conjunto de enfermedades neurodegenerativas”

Y, por último, en este breve pero significativo repaso para entender los problemas neurodegenerativos nos fijaremos en el trabajo de H. Yu en Clinical Genetics: Nuevas aportaciones en el síndrome Smith–Lemli–Opitz. Este síndrome se presenta como un desorden de ignorancia congénito múltiple recesivo causado por un error innato en la biosíntesis del colesterol. “Los defectos genéticos en las enzimas responsables para la biosíntesis del colesterol vía squalene han surgido recientemente como causa importante de síndromes dismorfológicos congénitos. La identificación del defecto genético en el síndrome Smith-Lemli-Opitz llevó al descubrimiento de que otros síndromes dismorfológicos similares fueron causados por errores innatos en la biosíntesis del colesterol en humanos y ratones: desmosterolosis, latosterolosis, síndrome CHILD, síndrome Conradi Hunermann Happle (una forma de condrodisplasia punctata) y displasia esqueletal. Todos estos síndromes tienen en común la deficiencia de las enzimas específicas requeridas para la producción de colesterol desde el lanosterol. Los pacientes con estos desórdenes presentan síndromes de malformación complejos que involucran diferentes órganos y sistemas. Estos desórdenes han llevado a una nueva apreciación del papel esencial que el colesterol juega en el desarrollo”.

La importancia del colesterol en el adecuado funcionamiento neurodegenerativo es pues irrebatible. El papel que pudieran jugar las estatinas es lo que hay que aclarar aunque algunas pistas ya hay. El Departamento de Salud de Canadá había recibido hasta el 31 de mayo de 2005 al menos 19 informes de amnesia que se sospechan pudieran estar asociadas con el uso de estatinas. Ocho casos fueron asociados con atorvastatina, uno con cerivastatina, dos con lovastatina y cuatro cada uno con rosuvastatina y simvastatina. Los síntomas tardaron en aparecer entre un mes y un año. Según un escrito del doctor Michel Trottier –del mencionado Departamento de Salud de Canadá y publicado en el boletín de la OMS- este fenómeno se debe a que las estatinas atraviesan la barrera hematoencefálica y disminuyen la cantidad de colesterol requerida para la formación de mielina. Once informes describieron que la amnesia se resolvió o mejoró cuando el medicamento fue interrumpido o la dosis reducida. “Otros estudios –señala Trottier- ya habían sugerido que las estatinas pueden contribuir a la pérdida de memoria. El mecanismo propuesto relaciona el papel esencial del colesterol en la producción de mielina. Las estatinas, sobre todo las más lipofilicas (ej., atorvastatin y simvastatin), pueden cruzar la barrera hematoencefálica y disminuir la cantidad de colesterol necesario para la formación de mielina en el sistema nervioso central. Una producción inadecuada de mielina puede producir desmielinización de las fibras nerviosas en el sistema nervioso central y así llevar a la pérdida de memoria”.

La mielina situada alrededor de los nervios es, por tanto, otra de las vías de incidencia de las estatinas sobre el cerebro. Al ser una capa de proteínas y lípidos con el más alto contenido de colesterol en el cerebro y fundamental en la transmisión de impulsos nerviosos cualquier cambio en su composición puede alterar el funcionamiento neuronal. Son muchas las patologías relacionadas con la degradación de mielina -como la esclerosis múltiple- a las que George Bartzokis, profesor de Neurobiología de la Universidad de California añade el Alzheimer según un estudio que publicó en la revista Archives of General Psychiatry.


ESTATINAS Y ALZHEIMER

La verdad es que parece una contradicción señalar a las estatinas como causante o coadyuvante en el Alzheimer cuando al mismo tiempo se está hablando de ellas como solución para esa enfermedad. Y una vez más hay que decir que aunque las voces que suenan con más fuerza son las que apoyan las posturas de la industria la certeza de la eficacia de las estatinas en el Alzheimer está lejos de ser demostrada cuando no definitivamente descartada por otros investigadores. De hecho,la Conferencia sobre el colesterol, el alzheimer y las estatinas desarrollada del 14 al 15 de abril del 2005 en Estocolmo bajo el patrocinio de The International Task Force For Prevention Of Coronary Heart Disease concluyó que de acuerdo con el conocimiento actual sobre la relación entre el colesterol, el alzheimer y los posibles efectos de las estatinas en esta enfermedad “no estamos en posición de poder recomendar el tratamiento con estatinas para prevenir o mitigar el desarrollo de Alzheimer”.

Un buen resumen de la situación sobre el problema puede encontrarse en el trabajo Evalúan el efecto de las estatinas sobre la producción de beta-amiloides publicado en septiembre del 2006 en SCII Salud (EVALUAN EL EFECTO DE LAS ESTATINAS SOBRE LA PRODUCCION DE ²-AMILOIDE). “A pesar de su notable efecto sobre el metabolismo del colesterol -podemos leer- el tratamiento con estatinas en dosis terapéuticas no parece asociarse con una modificación significativa de la concentración de βA (beta-amiloide) en personas con hipercolesterolemia o Alzheimer. En consecuencia, en dosis clínicamente útiles las estatinas pueden no influir sobre la producción o secreción de βA, tal como propone la estrategia debatida actualmente para disminuir el avance del Alzheimer. Otros efectos de esos fármacos pueden desempeñar un papel protector contra la demencia. Los datos no publicados sugieren que los efectos antiinflamatorios de la terapia con estatinas pueden subyacer al vínculo entre tal tratamiento y la reducción de la prevalencia de EA, independientemente de la formación de βA. Sin embargo se requieren ensayos clínicos de mayor tamaño, en los cuales el metabolismo del colesterol y de la PPA (proteína precursora de amiloide) sean evaluados en detalle durante y después del tratamiento”.

Henry Lorin, autor del libro 'El Alzheimer, resuelto', afirma en él que en la mayoría de los casos la enfermedad de Alzheimer está causada por la escasez a largo plazo de colesterol en el cerebro. Y presenta a la proteína amilolide -en lo que es una visión absolutamente novedosa del problema- como una respuesta de nuestro organismo para suplir el papel del colesterol en la formación de mielina y en la formación sináptica ante la falta de colesterol lo que, a largo plazo, ante una situación crónica de hipocolesterolemia llevaría al daño neuronal y a la fin.

El 10 de junio de 2005 Iwo J. Bohr publicó por su parte en Lipids in Health and Disease una teoría sosteniendo que el colesterol protege del Alzheimer.Borh cita incluso una dieta hipercolesterolémica como protectora de la función cognitiva en las ratas y la asociación de un alto nivel de colesterol en humanos con una mortalidad más baja y mejores resultados tras un primer ictus. También señalaba que los pacientes de Alzheimer tienen niveles más bajos de colesterol en el suero, en las membranas cerebrales y en las balsas lipídicas, y que el Alzheimer está relacionado con una mala regulación de un gen involucrado en la síntesis de colesterol.

Según la hipótesis de Bohr una demanda alta de colesterol provocada por el envejecimiento u otros daños oxidativos provocará que aumente el metabolismo de la proteína precursora de amiloide y en una mayor acumulación beta-amiloide, hasta ahora considerado como elemento identificativo en los enfermos de Alzheimer.

Por tanto, si como hemos podido vislumbrar la importancia del colesterol para nuestro cerebro es indiscutible, teniendo en cuenta la naturaleza liposoluble de algunas estatinas, ¿es tan extraño pensar que las alteraciones, por mínimas que sean, del delicado equilibrio del colesterol en nuestros cerebros que las estatinas provocan –y está en su naturaleza hacerlo- pueden acabar produciendo algunos de los graves efectos secundarios señalados por Graveline?

“He descubierto –señala Graveline- que las estatinas más fuertes pueden asociarse a perturbaciones cognitivas profundas en algunos pacientes. Existen ya miles de informes de casos de pacientes de amnesia, olvido, confusión y desorientación, a veces severos e incapacitantes. Algunos casos duran meses y otros años. Otro dato muy importante es que los efectos colaterales cognitivos pueden aparecer después de meses y años de uso”.

Terminamos. Ojalá los médicos estén a partir de ahora más atentos y comiencen a pasar notificaciones al Servicio de Vigilancia Farmacéutica si encuentran posibles relaciones entre las estatinas y problemas cognitivos inesperados. Y ojalá no olviden tampoco que los propios laboratorios fabricantes reconocen que las estatinas pueden causar insomnio, vértigo, parestesia, somnolencia, amnesia, sueños besugos, disminución de la libido, labilidad emocional, descoordinación, neuropatía periférica, tortícolis, parálisis facial, hiperquinesia, depresión, hipoestesia e hipertonia.
Es más, ¿creerán muchos aún que su uso se justifica?

Antonio F. Muro


*
Entrevista al Dr. Domingo Perez León

Tratamiento natural de los problemas neurodegenerativos

La importancia de las grasas cerebrales no es desconocida para los defensores de la Medicina Biológica. Domingo Pérez León, miembro del Consejo Asesor de Discovery Dsalud y director del madrileño Instituto Biológico de la Salud () viene realizando desde hace algún tiempo unos novedosos análisis que permiten realizar un enfoque nutricional de muchos de los problemas que normalmente acaban conduciendo al psiquiatra.

-Parece evidente que las grasas son aún las grandes ignoradas a la hora de abordar distintos problemas achacados a un incorrecto funcionamiento neuronal...

-Así es. La falta de grasa en la alimentación puede inducir un deterioro importante del funcionamiento cerebral. En el Instituto Biológico de la Salud estamos observando con un tipo de analíticas especiales que un porcentaje muy elevado de personas presenta una deficiencia en grasas cerebrales que puede acabar por provocarles problemas seniles o, incluso, que se identifiquen con estados previos de Alzheimer simplemente por un déficit, sobre todo de fosfolípidos cerebrales. Con respecto al colesterol sabemos desde hace mucho tiempo que es muy necesario su aporte a la hora de fabricar hormonas necesarias en el área cerebral.

-¿En qué consisten las analíticas especiales que realizan ustedes en el Instituto Biológico de la Salud?

-Realmente no las hacemos nosotros pero sí las encargamos y decidimos el tratamiento en cuestión a partir de sus resultados. Son unas analíticas especiales que miden aminoácidos periféricos en sangre y que solicitamos a una clínica de Psiquiatría del País Vasco. Allí nos analizan cómo está la nutrición a nivel cerebral gracias al chequeo de estos aminoácidos y estas grasas fosfolípidos cerebrales. La metodología es la siguiente: hacemos una extracción de sangre en ayunas, la enviamos a ese centro -que es el único en España donde se realiza esta prueba- y a partir de ahí nos aportan un informe en el que reflejan el estado de los aminoácidos precursores de los neurotransmisores cerebrales. Por ejemplo, indican cómo está el triptófano. Y ya sabemos que un déficit de triptófano va a producir un déficit de serotonina. Y que un déficit de serotonina puede provocar problemas de ansiedad, angustia, depresión y disfunciones en el sueño. Un psiquiatra, cuando alguien tiene problemas de depresión, medica al paciente con inhibidores de la recaptación de serotonina. Pero lo que intenta con eso el psiquiatra es mantener unos niveles de serotonina elevados en sangre porque ha visto que cuando la misma está alta la persona no tiene depresión ni tantos problemas de ansiedad. Solo que dados los efectos adversos que pueden causar esos medicamentos parece más lógico hacer una analítica y ver si lo que está bajo es el triptófano para después aportar los alimentos ricos en triptófano que precise esa persona. Porque aumentando el triptófano aumentaremos la serotonina y con ello eliminaremos los problemas de ansiedad, nervios y depresión además de mejorar los problemas de sueño. En suma, con esta metodología podemos examinar cómo están los neurotransmisores cerebrales y los fosfolípidos cerebrales para así poder luego aportar una nutrición inteligente para el buen funcionamiento cerebral.

-¿También puede conocerse el estado de las grasas cerebrales a través de esta analítica?

-Efectivamente. La analítica nos dice cómo están las grasas cerebrales, por ejemplo la metalanina (betalanina), la fosfotalonamina y lafosfoserina que son fosfolípidos importantísimos y necesarios para no tener un deterioro cerebral precoz. Con la analítica podemos ver también qué neurotransmisores están alterados viendo la situación de los neuropéptidos.

-Luego la Medicina Biológica, al tratar a un paciente con problemas de ansiedad, tristeza y depresión que normalmente es conducido al psiquiatra para que éste le medique, lo trata de forma eficaz e inocua mediante la nutrición adecuada?

-Exacto.

-¿Y a qué casuística han aplicado este enfoque nutricional del cerebro?

-Sobre todo a personas que se encuentra decaídas, agotadas, con problemas depresivos, dificultades para dormir y problemas de memoria, concentración y atención. En la medida en que sabemos las deficiencias nutricionales de una persona procedemos a aportarle justo lo que necesitaba. Todas las personas que hemos atendido así con esos síntomas han mejorado.

-¿Y cómo recomienda usted controlar los niveles de colesterol?

-Mediante la ingesta de ácidos grasos omega 3 en dosis importantes junto a un aporte de lecitina de soja, bien en forma granulada, bien en forma de aceite. Puedo facilitar a sus lectores una sencilla receta casera. Basta hacerse con dos cucharaditas de alpiste, una berenjena mediana, un litro de agua y el zumo de un limón. Y lo que hay que hacer es simple: se corta la berenjena y se echa junto al alpiste en el agua. Luego se pone ésta a calentar y una vez rompa a hervir se mantiene el fuego 20 minutos. A continuación se cuela y el líquido se deja reposar. Después sólo hay que tomar medio vaso del mismo en ayunas cada día al que añadiremos el zumo de un limón. Lo idóneo es mantener esta cura entre uno y tres meses.

[url]http://www.dsalud.com/index.php?pagina=articulo&c=378

LAS ESTATINAS ADEMÁS DE PELIGROSAS, NO SIRVEN PARA PREVENIR PATOLOGÍAS

LAS ESTATINAS, ADEMÁS DE PELIGROSAS, NO SIRVEN PARA PREVENIR PATOLOGÍAS

Que las estatinas -uno de los fármacos más utilizados para reducir el colesterol- son peligrosas -además de inútiles- lo hemos denunciado ya en numerosas ocasiones sin que la mayoría de los médicos y pacientes lo asuma. Pues bien, un reciente estudio publicado en Archives of Internal Medicine acaba de confirmar que no existe prueba alguna que avale la supuesta capacidad preventiva de las estatinas en pacientes sanos con alguno de los denominados factores de riesgo. Y encima en febrero pasado se relacionó a las estatinas con la diabetes; y en marzo con disfunciones hepáticas, renales y cataratas. Motivo suficiente para que cada vez más expertos se estén animado a denunciarlo. Entre ellos, la doctora Stephanie Seneff, licenciada en Biofísica en el prestigioso Massachusetts Institute of Technology.

La abierta discrepancia en el ámbito médico y científico sobre el papel de los tratamientos con estatinas (vea en nuestra web los artículos que publicamos en el nº 90 con el título La injustificable demonización del colesterol' y en el nº 91 con el de '¿Causan las estatinas recetadas para bajar el colesterol las enfermedades neurodegenerativas?'), especialmente los de carácter preventivo, es ya antigua a pesar de que la mayoría de los médicos –sobre todo los de Atención Primaria- no se hayan enterado.

De ahí que un amplio grupo de científicos, médicos, académicos y escritores sobre temas científicos y de salud de varios países se hayan reunido para formar la Red Internacional de Escépticos del Colesterol (THINCS) (Template). [/i]“Los miembros de este grupo -afirman en su presentación- representamos puntos de vista diferentes sobre la causa de la aterosclerosis y la enfermedad cardiovascular, algunos de ellos en conflicto con otros aunque eso es algo habitual en ciencia. Todos compartimos en cambio el escepticismo de que el alto nivel de colesterol y la grasa animal sean causa de la aterosclerosis y de las enfermedades cardiovasculares. El objetivo de esta web es por ello informar a nuestros colegas y al público de que tal idea no se apoya en evidencia científica alguna [/i](la negrita y el subrayado son nuestros); es más, un gran número de estudios científicos efectuados en los últimos años contradice eso abiertamente”.

El último ha sido un reciente estudio dirigido por el doctor Kausik Ray -investigador de la Universidad de Cambridge y cardiólogo consultor en el Hospital de Addenbrooke- publicado este verano en Archives of Internal Medicine en el que se analizaron los datos sobre mortalidad -por todas las causas posibles- de 11 ensayos controlados y aleatorios sobre tratamientos con estatinas entre 1970 y 2009 realizados sobre personas libres de enfermedad cardiovascular. Y el trabajo de investigación concluye que entre las más de 65.000 personas sanas y sin antecedentes de problemas cardíacos pero con los factores de riesgo tradicionales el tratamiento con medicamentos para bajar su colesterol no disminuyó significativamente el riesgo de fin -por cualquier causa- en un promedio de cuatro años. “Nuestros resultados –se dice en las Conclusiones- refuerzan la idea de que no es probable que sea dañina la reducción de los niveles de lípidos en una población de muy alto riesgo pero es probable que los beneficios sobre la mortalidad sean más modestos de lo que se cree” (de nuevo la negrita y el subrayado son nuestros). El estudio concluyó también que de los datos analizados no se desprende tampoco una relación clara entre el promedio de LDL y la reducción de mortalidad (por todas las causas). Estas conclusiones llevarían a Kausik, dados los graves efectos secundarios que comporta el consumo de estatinas, a posicionarse abiertamente contra su uso como preventivo, incluso en el caso de pacientes de alto riesgo.

Y por si alguien duda de este trabajo añadiremos que en uno de los editoriales de Annals of Internal Medicine que acompañan al estudio de Kausik el doctor Lee Green lo describe como “el metaanálisis más completo sobre el descenso farmacológico de lípidos en prevención primaria”. "Este metaanálisis pone de manifiesto –afirma en ese texto- que a corto plazo, para la prevención primaria, el beneficio es muy pequeño. Y a largo plazo, aunque los defensores de ambas partes tratarán de convencernos de lo contrario, realmente hay que admitir que no lo sabemos”.

En suma, estamos a finales del 2010 y ¡no hay un solo estudio en el mundo que avale que las estatinas previenen los accidentes cardiovasculares! Algo que muchos investigadores y científicos llevan tiempo diciendo. Ron Rosedale, especialista en nutrición internacionalmente conocido y autor del libro El colesterol no es la causa de las enfermedades del corazón, ha escrito: “Un error que raramente se comete en ciencias puras como la Física parece cometerse con frecuencia en Medicina. Y es confundir la correlación con la causa. Porque que haya una débil correlación entre el colesterol alto y los ataques cardíacos no significa que el colesterol alto sea la causa del ataque cardíaco. Ciertamente el pelo canoso está en correlación con el envejecimiento pero a nadie se le ocurriría decir por eso que las canas son la causa del envejecimiento. Y al igual que los tintes para ocultar las canas no nos hacen realmente más jóvenes bajar el colesterol tampoco va a evitar un ataque cardíaco”. Desgraciadamente pocos médicos en nuestro país parecen entender siquiera esta lógica tan simple.

Obviamente el estudio de Kausik no ha sido la única alarma en sonar. En febrero pasado un metaanálisis publicado en The Lancet encontró un pequeño -pero significativo- riesgo de diabetes por el uso de estatinas. Aunque, una vez más, se minimizó por el supuesto “beneficio” de su consumo. Y apenas tres meses después un nuevo estudio en el que participaron dos millones de pacientes aparecido en la edición “on line” del 21 de mayo de British Medical Journal reveló que además de los conocidos problemas musculares existen otros "efectos adversos potenciales de las estatinas, principalmente miopatía (un problema muscular), insuficiencia renal aguda, disfunción hepática y cataratas”.

El problema es que todos esos efectos secundarios -y los ya descubiertos y aceptados- no les parecen suficiente motivo a los médicos para dejar de recetar estatinas porque creen –la mayoría de buena fe- que compensa ya que “su beneficio está constatado”. “Beneficio” que no es otro que el de “reducir el riesgo de enfermedad cardiaca” cuando tal cosa, tal creencia, no se basa científicamente en NADA. Es una falacia.


…Y AHORA TAMBIÉN LOS NIÑOS

Y por si fuera poco ahora los amenazados con el consumo de estatinas son ¡los niños! Un estudio publicado este verano en la revista Pediatric invitaba a controlar el colesterol ¡en todos los niños! intentando extender así el alcance de las recomendaciones vigentes hoy en Estados Unidos que “sólo” proponen controlar a los hijos o nietos de personas con enfermedad cardíaca o colesterol alto. Y ya se sabe que en cuestiones farmacológicas lo que se haga en Estados Unidos tiene tarde o temprano su reflejo en el resto de países desarrollados.

Según el doctor William Neal -de la West Virginia University- que dirigió el estudio el control diagnóstico del universo infantil-juvenil permitiría "identificar a un grupo de niños con alto riesgo de desarrollar enfermedad cardíaca prematura". Afirmando por ello que tratar a la población infantil y juvenil con estatinas para reducir el colesterol disminuiría el riesgo de que desarrollen problemas cardíacos cuando lleguen a una edad mediana. Y todo ello, insistimos, se hace ¡sin que exista un solo estudio que demuestre la presunta relación entre exceso de colesterol y enfermedad cardíaca!

Claro que hablamos de un grupo de medicamentos que le produce ya a la industria más de 26.000 millones de dólares anuales. Y lógicamente la extensión de las estatinas al mundo infantil incrementaría en miles de millones más las ganancias de los laboratorios. Provocando paradójicamente graves daños en la salud de quienes consumen sus fármacos –lo que está científicamente constatado- con la excusa de que así no padecerán en el futuro problemas cardiovasculares –lo que no está científicamente constatado.

Y por si alguien piensa que se trata de una posición de paranoia contra la industria le damos más datos. Un nuevo trabajo publicado en Archives of Internal Medicine en el mes de julio pasado que revisó a fondo el controvertido estudio 'Júpiter' que sirvió para justificar el uso de las estatinas como herramienta de prevención primaria -publicado en el 2008 en New England Journal of Medicine- llega a unas conclusiones muy poco favorables para el medicamento, para quienes hicieron el estudio y para la propia industria.

El estudio 'Júpiter' concluyó que Crestor –cuyo principio activo es la rosuvastatina- reducía el riesgo combinado de ataque cardíaco, accidente cerebrovascular y otros problemas cardiacos o muertes relacionadas con el corazón en un 47% de los pacientes sanos sin antecedentes de problemas cardiacos o de colesterol alto pero con altos niveles de proteína C-reactiva (CRP), dato que indica la existencia de inflamación. Y esa conclusión sirvió para que se ampliara en millones de personas el universo de potenciales consumidores de Crestor.

Bueno, pues un grupo internacional de científicos -dirigido por el doctor Michel de Lorgeril- de la Universidad Joseph Fourier y del Centro Nacional de Investigación Científica de Grenoble considera, tras su revisión, que los presuntos beneficios de ese medicamento para el colesterol pueden haber sido “exagerados”, entre otras cosas porque el ensayo se detuvo ¡antes de tiempo! A los dos años en lugar de a los cinco proyectados. Con el argumento de que los resultados eran extraordinarios. Pues bien, este grupo de investigadores considera, a la vista de los datos, que la diferencia real entre los grupos placebo y control ¡no era suficientemente significativa como para justificar la detención del ensayo! Revelando además que 9 de los 14 autores del estudio Júpiter tenían relaciones económicas con AstraZeneca, la multinacional que patrocinaba el estudio. Hasta el punto de que el principal autor del mismo, P.M. Ridker, tenía intereses en la patente de un biomarcador de CRP utilizado en todos los participantes del ensayo. Lo que les lleva a pensar que tal relación podría haber introducido “sesgos en el resultado final”. ¡Eso es ser diplomáticos! Bueno, pues aún habrá quien defienda que Crestor realmente ha demostrado su eficacia…


APRENDER PARA ENTENDER

Y hay más. La doctora Stephanie Seneff, licenciada en Biofísica en el prestigioso Massachusetts Institute of Technology –considerada el centro más selectivo de Estados Unidos y una de las principales instituciones universitarias dedicadas a la docencia y a la investigación, especialmente en ciencia, ingeniería y economía-, ha denunciado reiteradamente en los últimos años el riesgo innecesario que supone el consumo de estatinas. De ahí que ante el conocimiento de los trabajos antes mencionados aparecidos en los últimos meses hayamos querido hablar con ella. Y amablemente accedió.

-Díganos, doctora, ¿realmente existe un colesterol “bueno” y uno “malo”?

-No. Tanto el llamado colesterol "bueno" o HDL como el "malo" o LDL contienen el mismo tipo de colesterol. Su nombre simplemente hace referencia a la lipoproteína portadora que transporta el colesterol a los tejidos. El HDL suministra colesterol a los órganos principales, como el hígado, el páncreas y las glándulas suprarrenales. En cambio el LDL suministra colesterol, grasas y antioxidantes desde el hígado a todas las células del cuerpo. Y es que todas las células necesitan grasa y colesterol para mantener saludables las membranas. No sólo en la pared celular externa sino también en las membranas que cubren el núcleo, las mitocondrias (unidades de producción de energía) y los lisosomas (sistema digestivo de la célula). También podríamos hablar de las IDL o lipoproteínas de densidad intermedia que son las que abastecen de colesterol y grasas al cerebro.

En suma, no se justifican los conceptos de “colesterol bueno” y “colesterol malo”. Lo que sí se ha encontrado, estadísticamente, es que las personas que simultáneamente tienen niveles HDL bajos y LDL altos parecen ser más propensas a sufrir un problema cardíaco. Yo pienso sin embargo que en realidad ese dato tiene más que ver con el excesivo consumo de carbohidratos e, irónicamente, con un insuficiente consumo de colesterol y grasas. En mi opinión el hígado produce menos HDL y más LDL cuando hay menos necesidad de ácidos biliares para digerir las grasas… debido a una dieta baja en grasas; y cuando hay menos colesterol en la dieta.

Agregaré que es absurdo tratar de reducir el nivel de colesterol tomando estatinas porque el cuerpo lo necesita en cantidad suficiente como para llevarlo a todos los tejidos. Las células sin colesterol suficiente en sus membranas tienen serios problemas de supervivencia pudiendo resultar gravemente dañadas por la exposición al oxígeno.

-Entonces a su juicio no se justifica nunca consumir estatinas…

-Las estatinas no merecen el riesgo que se deriva de sus efectos secundarios. El colesterol es un nutriente vital sin el cual las células de los mamíferos no pueden sobrevivir. Me resulta pues inconcebible que obstaculizar la capacidad del cuerpo para sintetizar el colesterol que necesita sea una buena idea. Los medicamentos con estatinas, al reducir el colesterol, conducen a la desestabilización de las membranas celulares. Y eso sí que aumenta el riesgo de una larga lista de problemas de salud y enfermedades graves como la diabetes, la esclerosis múltiple, los problemas cognitivos, los accidentes cerebrovasculares hemorrágicos, el cáncer e, incluso, la esclerosis lateral amiotrófica o ELA, también conocida como Enfermedad de Lou Gehrig. Además –y así lo he sostenido en varios ensayos- las estatinas pueden aumentar el riesgo de alzheimer, sepsis, cáncer e insuficiencia cardíaca. Pero de entre todos ellos, los más conocidos y evidentes son el dolor muscular y la debilidad. Y si el dolor muscular y la debilidad no se controlan estos síntomas pueden progresar a rabdomiolisis -daño muscular grave- e insuficiencia renal. Es más, la debilidad muscular en los pulmones puede provocar dificultades respiratorias y conducir a una insuficiencia cardíaca.

Una dieta baja en grasas acompañada de un régimen de ejercicios aumenta la probabilidad de que las estatinas causen problemas. El ejercicio vigoroso incrementa las necesidades energéticas de los músculos y una dieta baja en grasas reduce la biodisponibilidad de los ácidos grasos para reemplazar las paredes dañadas de las células.

-¿Y por qué las estatinas son capaces de provocar tantos efectos secundarios?

-Las estatinas suprimen un paso inicial crítico en una estructura biológica de múltiples pasos que conduce a la síntesis del colesterol. Tal es la razón por la que las estatinas son capaces de reducir drásticamente los niveles séricos de colesterol en sangre. En concreto interfieren con la producción de la enzima HMG-coenzima A que cataliza la producción de mevalonato. Varios pasos más llevan a la producción de colesterol desde el mevalonato pero éste es también el precursor de un gran número de otras moléculas biológicamente activas que son importantes para las funciones propias de la célula, entre las que se incluyen la coenzima Q10, antioxidantes, y dolicoles.

Las estatinas pueden reducir los niveles séricos de la coenzima Q10 en hasta un 40%. Y la coenzima Q10 no sólo es un poderoso antioxidante sino que también desempeña un papel crucial en el proceso que descompone la glucosa en presencia de oxígeno para producir dióxido de carbono y agua. En esta vía metabólica la energía que se libera es empaquetada en forma de ATP (trifosfato de adenosina), la ”moneda” que todas las células utilizan para almacenar sus reservas de energía.

Todo el mundo sabe ya que los antioxidantes son esenciales para la neutralización de los efectos dañinos de la exposición al oxígeno, un grave problema ya que la energía se genera en las mitocondrias a través de una reacción química entre las fuentes de alimentos y el oxígeno.

Y los dolicoles, por su parte, desempeñan un papel especial para los lisosomas. Los lisosomas son como "habitaciones" amuralladas que contienen enzimas digestivas para romper los residuos de las partes de las células dañadas a fin de que puedan ser recicladas en materiales útiles. Los lisosomas deben mantener un ambiente interno muy ácido para que las enzimas digestivas funcionen correctamente y los dolicoles son responsables del bombeo de iones de hidrógeno en los lisosomas para mantenerlos altamente ácidos.

Una forma en que las estatinas pueden dañar las células es a través de su mecanismo de entrada. Las estatinas pertenecen a una clase de medicamentos llamados "anfifílicos" que logran romper la pared celular a pesar de ser relativamente grande. Actúan esencialmente disolviendo una sección de la membrana celular. Esto deja un agujero en la pared que debe ser reparado así como desechos que deben ser limpiados y reciclados por los lisosomas. Y parchear el agujero requiere nuevas fuentes de grasas y colesterol que provienen de las partículas LDL cuyo suministro se ve reducido en gran medida por las estatinas. Por tanto con el tiempo se vuelve cada vez más difícil para la célula reparar todos los agujeros introducidos por las estatinas. A medida que la pared celular se vuelve más permeable, debido a la exposición previa a un medicamento anfifílico, la cantidad de medicamento que entra en la célula con éxito se incrementa con el tiempo llevando a cada vez mayores concentraciones internas de la droja.

-¿Son reversibles los daños provocados por las estatinas?

-Los médicos tranquilizan a los usuarios de estatinas diciéndoles que pueden detener la terapia con estatinas si sus enzimas hepáticas y enzimas musculares se elevan demasiado. En la práctica sin embargo es posible que hayan sufrido un daño muscular irreversible ya que el problema no desaparece después de que el tratamiento con estatinas se detiene; y esto puede ocurrir incluso aunque los niveles de las enzimas no estén por encima del rango de normalidad.

Los fabricantes de medicamentos afirman que la incidencia de los efectos secundarios es relativamente rara pero la realidad es que a menudo los efectos secundarios no aparecen hasta después de varios meses o, incluso, de años de tratamiento. En muchos casos puede no ser obvio que las estatinas sean la causa del problema. Esto es especialmente cierto debido a que estos efectos secundarios pueden ser interpretados como una aceleración del proceso de envejecimiento.


EL COLESTEROL, FUNDAMENTAL PARA LA VIDA

-¿Cómo protege el colesterol las membranas celulares y contribuye al ahorro de energía de la célula?

-Las células de los mamíferos no pueden sobrevivir sin colesterol. El colesterol se encuentra en la pared exterior -en la membrana - de todas las células del cuerpo. También se encuentra en las membranas internas que rodean a las mitocondrias y a los lisosomas. Recientemente se ha apuntado además que el colesterol está implicado en procesos de señalización celular y se ha propuesto un nuevo papel para él como protector de la membrana celular de las fugas de sodio. Todas las células de los mamíferos mantienen un gradiente de iones a través de su pared exterior que se utiliza para hacer posible los procesos celulares químicos. La llamada bomba de sodio es un proceso activo que constantemente expulsa sodio fuera de la célula para mantener la diferencia de carga. Y esa bomba consume ATP en el proceso. En la medida en que la membrana está construida para resistir fugas -algo así como el aislamiento del ático de una casa- se requiere menos ATP para mantener las concentraciones de sodio adecuadas para que la célula funcione correctamente. La fuga de sodio es un problema grande pues se filtra desde 7 hasta 11 veces más rápido en ausencia de colesterol. Otros experimentos han demostrado que las tasas de sodio fugado se reducen en un 300% en presencia de colesterol.

-El primero de los efectos secundarios graves reconocido de las estatinas fue su impacto negativo sobre las células musculares…

-Las células musculares tienen enormes necesidades de energía, particularmente si la persona ha sido sometida a un régimen de ejercicio como parte de su programa de tratamiento. El corazón, en particular, nunca descansa. Tiene que seguir luchando a un ritmo de 24x7 al menos una vez cada segundo. Por tanto el corazón es especialmente dependiente de la coenzima Q10 para reponer el ATP consumido cada vez que se contrae y empuja la sangre de una cámara a otra y fuera de la aorta. La industria farmacéutica admite que el tratamiento con estatinas puede causar dolor muscular y/o debilidad muscular en algunos casos pero siempre ha afirmado que la incidencia de esos efectos secundarios es pequeña. Sin embargo los estudios observacionales han demostrado que el número real de personas que experimenta dolor o debilidad es probable que sea mucho mayor porque muchas personas desconocen que se trata de un potencial efecto secundario. Además pueden pasar varios años de daños acumulativos por consumo de estatinas antes de que los síntomas se vuelvan intolerables. Las personas a menudo están dispuestas a creer que sus dolores y molestias -y en general su debilitamiento- son simplemente cosa de la edad.

Cuando el dolor muscular y la debilidad llegan a ser extremos puede llegar a provocarse una rabdomiolisis, una condición en la que los músculos se desintegran rápidamente. Algunas personas reaccionan de inmediato a la terapia con estatinas con una rabdomiolisis severa y a menudo mortal debido a una insuficiencia renal aguda. La mioglobina en esos casos se desprende de las células musculares en grandes cantidades y sobrecarga los riñones provocando su colapso. Incluso hay un caso documentado en que una única dosis de estatina causó rabdomiolisis. Y no olvidemos que una de las estatinas, la cerivastatina de Baycol, fue retirada bruscamente del mercado en 2001 después de que 31 personas murieran a causa de rabdomiolisis posteriores.

-¿Puede el consumo de estatinas provocar accidentes cardíacos?

-Se ha comprobado que la coenzima Q10 es indispensable para la función cardíaca. El corazón es un músculo y por tanto está sujeto a las mismas leyes de la Física que los músculos esqueléticos. Sin suficiente coenzima Q10 las células musculares sufren un deterioro de la capacidad de generar energía para alimentar sus contracciones. Se ven forzadas a canibalizar sus propias proteínas para sobrevivir. Al mismo tiempo se generan poderosos agentes oxidantes que dañan la mioglobina en la célula haciéndola ineficaz para el transporte de oxígeno y tóxica para la pared celular. La mioglobina oxidada, conocida como " mioglobina Ferryl", es tóxica para los ácidos grasos que son el principal componente de la pared celular. Con un colesterol insuficiente en la pared celular la célula no puede mantener su carga eléctrica y eso también causa derroche de energía. Además el daño mitocondrial y lisosomal al que antes me referí acaban ocasionando una insuficiencia funcional y la fin de los miocitos cardíacos (células del músculo del corazón).

-¿Influyen también las estatinas en las enfermedades respiratorias?

-Los efectos de las estatinas sobre los músculos se aplican también a los músculos respiratorios dando lugar a dificultades para respirar y falta de oxígeno que, por supuesto, agrava aún más la neumonía e insuficiencia cardíaca.

Por otra parte es bien sabido que en casos raros las estatinas causan una enfermedad pulmonar grave llamada Enfermedad pulmonar intersticial (ILD). La ILD se muestra ahora como un efecto secundario poco común para todos los medicamentos con estatinas. Mire, las estatinas pueden causar la enfermedad pulmonar intersticial interrumpiendo la cadena de transporte mitocondrial de electrones y el agotamiento posterior de la ATP. Tenga en cuenta que las células pulmonares son especialmente vulnerables al daño oxidativo debido a que tienen la tarea de captar el oxígeno del aire y transportarlo a la sangre. También sospecho que si bien el número de casos notificados de enfermedad intersticial es pequeño hay un número mucho mayor de personas cuyos pulmones han sido comprometidos por las estatinas pero cuya función pulmonar aún no se ha deteriorado hasta un punto catastrófico. En cambio como resultado de su consumo de estatinas experimentan algunas dificultades para respirar y una evidente incapacidad de llevar suficiente oxígeno. Al igual que con la debilidad muscular los síntomas pueden no ser denunciados ya que el paciente no tiene manera de saber que lo que está experimentando no es un aspecto normal de su envejecimiento. Y ciertamente, una mayor susceptibilidad a la neumonía vírica es previsible cuando las células del pulmón sufren de insuficiencia de energía y una pared celular degradada.


-Por si fuera poco recientemente también se han vinculado las estatinas con la diabetes

-El ensayo Júpiter fue ampliamente aireado como evidencia de que las estatinas pueden retrasar los ataques al corazón para personas que tienen altos niveles de un indicador de inflamación llamada proteína C-reactiva. Sin embargo lo que es menos conocido de ese estudio es que descubrió un vínculo claro entre los medicamentos con estatinas -al menos con Crestor- y un mayor riesgo de diabetes. Y recientemente un estudio publicado en The Lancet apunta en la misma dirección. Dicho esto no olvidemos que la diabetes es un factor de riesgo significativo para la enfermedad cardíaca por lo que este resultado es inquietante. ¿Y cómo ocurre? El páncreas sintetiza la insulina en sus células beta y los problemas en la producción de insulina -o demasiado poca o falta de respuesta a la misma- es la causa de la diabetes. Hasta aquí lo que todo el mundo sabe. Lo que es menos sabido es que un gran número de estudios sobre la bioquímica de las células beta y su maquinaria productora de insulina han determinado que las células beta requieren para una adecuada liberación de insulina la presencia ¡de colesterol y grasas! Luego una escasez de colesterol y una pobre calidad en los fosfolípidos de la membrana externa de las células beta es probable que mermen su capacidad de transportar la insulina a través de la membrana. Y las estatinas, por supuesto, no sólo reducen la biodisponibilidad de colesterol sino también la de los ácidos grasos ya que éstos son transportados en el torrente sanguíneo a través de las mismas partículas de LDL que las estatinas suprimen. Esto explica que las estatinas aumenten el riesgo de diabetes.

-¿Cómo ve el futuro?

-Dada la influencia de las grandes empresas farmacéuticas los médicos parecen estar adoptando planes de tratamiento agresivo y mi predicción es que los programas de alta dosis de estatinas producirán un resultado indeseado: el aumento alarmante de los casos de cáncer, sepsis, insuficiencia cardíaca y defectos congénitos. Necesitamos dar un paso atrás y dejar de demonizar el colesterol, una sustancia biológica asombrosa con funciones muy amplias en el organismo que apenas hemos comenzado a comprender.

Bajar demasiado el nivel de colesterol es arriesgarse a morir de un ataque al corazón, de cáncer o de una infección, entre otras muchas posibilidades. O, como mal menor, sufrir efectos secundarios molestos cuando no devastadores.

Las personas en general creen que los médicos cuentan con una varita mágica que les permite resolver sus problemas de salud sin esfuerzo pero lo que realmente funciona sí lo exige: hacer ejercicio, perder peso, comer alimentos saludables, dormir lo suficiente, tomar el sol -con la protección adecuada-, reducir el estrés con ejercicios de relajación, no fumar… Hacer eso es mucho más gratificante y beneficioso que tomar pastillas. Y es el verdadero secreto de una vida larga y saludable.

Antonio F. Muro

DISCOVERY DSALUD
 
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Seguramente le dio un repentinazo bakunil. DEP.
 
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