Forof_Angel
In the Blue
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- 28 Feb 2024
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He pasado toda mi vida temiendo la oscuridad, tratando de huir de ella, aferrándome a la luz.
Miseria, crueldad, injusticias... esta el mundo lleno de ellas, huyendo de eso di de lado a personas que me hubieran adorado a mi.
Cuando más me acerque a los ángeles, más me olvide de las personas que alguna vez fueron importantes para mi.
Desde lo alto del cielo los gritos de la humanidad quedan sofocados.
Imperius cree que ellos se lo buscaron, podían haber hecho el mismo camino hacia arriba, pero prefirieron quedarse allá abajo, no es nuestro problema.
¿Pero eres feliz en el cielo, Tyrael?
No para de mirar abajo, ¿aun sigues pensando en los mortales?
Tú ya no eres uno de ellos, puedes quedarte aquí con nosotros.
Pero cada vez que miras abajo se te encoje el corazón, y tu mirada de ángel se nubla.
Ven a beber con nosotros, olvida las preocupaciones, olvídate del amor y de las mujeres, solo traen problemas.
Solo bebe del dulce elixir de la fruta prohibida, y seras feliz creyéndote libre sin serlo.
¿Que hay de malo en ello?
Mucho, para empezar que el cielo se parece demasiado al infierno.
Somos solo unos pocos, y aun así nos estamos peleando, el relato oficial ha sido sustituido por otro todavía más nauseabundo y difícil de ver.
Y aquellos a los que culpamos por los males del mundo, son los mismos que debíamos proteger.
¿No os dais cuenta?, os habéis convertido en aquello que odiabais.
- - - - - - -
Decidí descender a la oscuridad, intentando encontrar las respuestas al porque de la existencia de la maldad, que había corrompido los altos cielos.
No hay ninguna maldad, lo único que encontré fue un profundo dolor y sufrimiento que me pedía que lo abrazara.
Lo hice, me sentí verdaderamente feliz, por primera vez en mucho tiempo.
En el cielo me llamaron loco, masoquista, kamikaze, neurótico, poco menos que hereje, traidor...
En el infierno fue algo parecido, pero sin embargo aquello parecían niños traviesos, haciendo mucho daño, pero no podía evitar sentir compasión y ternura.
En el fondo son tan inocentes, y solo quieren dejar de sentir el fuego que los consume.
Me he enamorado del fuego, porque nos ha unido a todos en un cálido abrazo.
Mientras que el frio, que debería habernos unido para calentar nuestros fríos corazones, nos separo, ¿por que?, por egoísmo, porque somos muy parecidos, pero demasiado diferentes para acercarnos los unos a los otros.
Os perdono aunque no sea Navidad, aunque despreciéis la Navidad.
En el cielo son victimas del orgullo ciego e inmerecido.
En el infierno son victimas de la pasión desbordante que no logran contener.
Son más agradables en el infierno, ciertamente, no son todo sermones, incluso para aquellos que saben más que tú y que deberían estar sermoneandote a ti.
Pero no lo hacen por educación y respeto a tu ceguera, solo ves lo que quieres ver.
La Luz, Kiara, Hikari, me enseño La Verdad, y no renunciare a ella pase lo que pase.
Me duele mucho por Zira, pero el repruebo lleva a la perdición, si no se domina a tiempo el te dominara a ti.
Miseria, crueldad, injusticias... esta el mundo lleno de ellas, huyendo de eso di de lado a personas que me hubieran adorado a mi.
Cuando más me acerque a los ángeles, más me olvide de las personas que alguna vez fueron importantes para mi.
Desde lo alto del cielo los gritos de la humanidad quedan sofocados.
Imperius cree que ellos se lo buscaron, podían haber hecho el mismo camino hacia arriba, pero prefirieron quedarse allá abajo, no es nuestro problema.
¿Pero eres feliz en el cielo, Tyrael?
No para de mirar abajo, ¿aun sigues pensando en los mortales?
Tú ya no eres uno de ellos, puedes quedarte aquí con nosotros.
Pero cada vez que miras abajo se te encoje el corazón, y tu mirada de ángel se nubla.
Ven a beber con nosotros, olvida las preocupaciones, olvídate del amor y de las mujeres, solo traen problemas.
Solo bebe del dulce elixir de la fruta prohibida, y seras feliz creyéndote libre sin serlo.
¿Que hay de malo en ello?
Mucho, para empezar que el cielo se parece demasiado al infierno.
Somos solo unos pocos, y aun así nos estamos peleando, el relato oficial ha sido sustituido por otro todavía más nauseabundo y difícil de ver.
Y aquellos a los que culpamos por los males del mundo, son los mismos que debíamos proteger.
¿No os dais cuenta?, os habéis convertido en aquello que odiabais.
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Decidí descender a la oscuridad, intentando encontrar las respuestas al porque de la existencia de la maldad, que había corrompido los altos cielos.
No hay ninguna maldad, lo único que encontré fue un profundo dolor y sufrimiento que me pedía que lo abrazara.
Lo hice, me sentí verdaderamente feliz, por primera vez en mucho tiempo.
En el cielo me llamaron loco, masoquista, kamikaze, neurótico, poco menos que hereje, traidor...
En el infierno fue algo parecido, pero sin embargo aquello parecían niños traviesos, haciendo mucho daño, pero no podía evitar sentir compasión y ternura.
En el fondo son tan inocentes, y solo quieren dejar de sentir el fuego que los consume.
Me he enamorado del fuego, porque nos ha unido a todos en un cálido abrazo.
Mientras que el frio, que debería habernos unido para calentar nuestros fríos corazones, nos separo, ¿por que?, por egoísmo, porque somos muy parecidos, pero demasiado diferentes para acercarnos los unos a los otros.
Os perdono aunque no sea Navidad, aunque despreciéis la Navidad.
En el cielo son victimas del orgullo ciego e inmerecido.
En el infierno son victimas de la pasión desbordante que no logran contener.
Son más agradables en el infierno, ciertamente, no son todo sermones, incluso para aquellos que saben más que tú y que deberían estar sermoneandote a ti.
Pero no lo hacen por educación y respeto a tu ceguera, solo ves lo que quieres ver.
La Luz, Kiara, Hikari, me enseño La Verdad, y no renunciare a ella pase lo que pase.
Me duele mucho por Zira, pero el repruebo lleva a la perdición, si no se domina a tiempo el te dominara a ti.
