Las pruebas arqueológicas actualizan los estudios de la Gran Armada

david53

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El hispanista Geoffrey Parker y el arqueólogo submarino Colin Martin reeditan su clásico sobre la flota de Felipe II.
Laura GaldeanoSeguir a laurisgaldeano
11/7/2023 - 08:13
El hispanista Geoffrey Parker y el arqueólogo submarino Colin Martin reeditan su clásico sobre la flota de Felipe II.La Gran Armada, pintura de Philippe-Jacques de Loutherbourg (1796) | Wikipedia

la-gran-armada.jpg
El hispanista Geoffrey Parker (Nottingham, 1943), alumno destacado de John H. Elliott y autor La gran estrategia de Felipe II (1998), La crisis de la Monarquía de Felipe IV (2006) o La guerra de los treinta años (2007), entre muchos otros, ha pasado 30 años estudiando uno de los episodios más relevantes de la historia moderna, descrita como "fracaso" "debacle" o "humillación" y recurso habitual para alimentar la leyenda negra. Junto al arqueólogo submarino Colin Martin (Edimburgo, 1939), considerado como uno de los mayores conocedores de los pecios de la Armada, publicó en 1988 La Gran Armada (Planeta), un referente sobre la que fuera la gran empresa de Felipe II, un libro capaz de saciar hasta al más ávido en esta cuestión. Se acaba de reeditar, incluyendo las últimas investigaciones y estudios realizados. "Las pruebas arqueológicas de estos precios de la Armada han revolucionado nuestra comprensión de los acontecimientos que este libro trata de relatar y explicar", apuntan. Además, hay un capítulo en el que especulan con las consecuencias que hubiera tenido para la historia un desembarco exitoso en suelo inglés.
"En lugar de partir del patrioterismo, la xenofobia y la teorización especulativa que han sido las características destacadas de tantos estudios anteriores, para nuestra versión de los hechos nos hemos basado en un amplio corpus de información extraída de los protagonistas contemporáneos y de los restos físicos de los barcos naufragados", explican los autores.
Con un tono casi novelesco, dividen el libro en cuatro partes. La primera se ocupa de los antecedentes, los orígenes de la Marina de Felipe II y la isabelina; analizando cuál era la situación política de ambos bandos. España aparece como "la gran potencia dominante en el mundo, aunque con gran cantidad de frentes abiertos" – hablamos de la rivalidad con Francia por el control de Italia, el levantamiento independentista de los Países Bajos o la lucha mantenida contra los turcos otomanos-. En Inglaterra los problemas no eran menores.
La segunda analiza el ambiente y los preparativos inmediatamente previos al propio combate, que se analizan en la tercera parte. El plan original de Felipe II pasaba por un ataque naval liderado por los veteranos de los tercios de Flandes (unos 27.000 hombres), dirigidos por el duque de Parma y con el resto de la flota pertrechándose en Lisboa bajo el control del duque de Medina Sidonia (19.000 hombres).
Un clima inusual
Explica la llegada de la tormenta y el desenlace de la misma. "Contemporáneos holandeses, ingleses, italianos y españoles, todos coincidieron en que la campaña de la Armada tuvo lugar bajo unas condiciones climáticas inusuales, probablemente consecuencia de un fuerte episodio de El Niño, combinado con una intensa actividad volcánica en latitudes más bajas, que afectaron a los patrones meteorológicos habituales". (pág. 416).
Aporta datos minuciosos sobre hombres, estado de las naves, posiciones, inventarios de municiones y artillería, con cartas de los protagonistas y documentos. Los autores coinciden al afirmar que, sin ese clima adverso, las posibilidades de éxito español eran bastante altas, como ya constataron historiadores de la época Tudor como Edward P. Cheney: "La mañana del 10 de agosto de 1588 [...] el viento sopló constantemente del suroeste. Si ese crucial día el viento hubiera soplado desde cualquier otra dirección, la Armada Invencible podría haber visto justificado su nombre y efectuado la oleada turística de Inglaterra". (pág. 563)
"La ruina de ese rey"
La cuarta parte queda reservada a las consecuencias de la contienda, la búsqueda de responsables, los escritos sobre el sentir de los españoles y las reacciones políticas en ambos bandos. "No dudo de que está titánica, arrogante y demencial tentativa, será el principio, si bien no al final, de la ruina de ese rey", escribió Isabel I en agosto de 1588 . Resulta bastante interesante la utilización de este hecho en contra de España. Lo sucedido fue, tanto para ingleses como para holandeses, una clara demostración de que "la simpatía divina estaba de su lado" y defendían la superioridad de la Inglaterra protestante. Ese "fervor y las ideas erróneas", dicen los autores, "han dominado la percepción inglesa de la campaña hasta la actualidad".
la-armada--invencible.jpgLa Armada de Felipe II frente a las costas inglesas
Precisamente, hay varios capítulos que recopilan ideas sin fundamento que calaron en el imaginario, como que "los españoles portaban látigos preparados para el tormento de los hombres y mujeres de Inglaterra" (pág. 601). En el siglo XVIII los visitantes que recorrían la Torre de Londres podían admirar esos látigos y "los aplastapulgares destinados a hacer confesar a los ingleses donde tenían escondido su dinero, así como corbatas españolas, que eran unos aparatos de tortura hechos de hierro destinados a apresar la cabeza, los brazos y los pies de los herejes ingleses". (pág.602).
Por último, hay más de 200 páginas de notas, cronologías, índice onomásticos y fuentes.
 
Los anglos han encontrado el negocio perfecto, han sido nuestros enemigos por siglos, infiltraron nuestro imperio con la masonería y ahora facturan y escriben nuestra historia. Y ojo, no es algo que diga contra este autor en particular, que he disfrutado leyendo.
 
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