Las pirámides de los templos maya.... ¿Pudieron servir para esto?..4

qaral

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Toda la ciudad está rodeada por una gran muralla de piedra con trece puertas. Éstas son tan estrechas que únicamente permiten el acceso de las personas de una en una.

La llanura del Este, a su vez, está protegida por atalayas de piedra en las que escogidos guerreros se hallan continuamente en vigilancia de los enemigos. Akakor está dispuesta en rectángulos. Dos calles principales que se cruzan dividen la ciudad en cuatro partes, que corresponden a los cuatro puntos universales de nuestros Dioses.

El Gran Templo del Sol y una puerta de piedra tallada de un único bloque están situados sobre una gran plaza en el centro.

El templo mira hacia el Este, hacia el Sol naciente, y está decorado con imágenes simbólicas de nuestros Maestros Antiguos. En cada mano, una criatura divina sostiene un cetro en cuyo extremo superior hay una cabeza de jaguar. La figura está coronada con un tocado de ornamentos animales. Una extraña escritura, y que sólo puede ser interpretada por nuestros sacerdotes, reseña la fundación de la ciudad. Todas las ciudades de piedra construidas por nuestros Maestros Antiguos tienen una puerta semejante.

El edificio más impresionante de Akakor es el Gran Templo del Sol. Sus paredes exteriores están desnudas y fueron construidas con piedras artísticamente labradas. El techo está abierto de modo que los rayos del Sol naciente puedan llegar hasta un espejo de oro, que se remonta a los tiempos de los Maestros Antiguos, y que está montado en la parte delantera.

Figuras de piedra de tamaño natural flanquean la entrada del templo por ambos lados. Las paredes interiores están tapizadas con relieves. En una gran arca de piedra hundida en la pared delantera del templo se encuentran las primeras leyes escritas de nuestros Maestros Antiguos”

Luego le sigue Akanis (Fortaleza 1), edificada “sobre una estrecha lengua de tierra, cercana a México, dónde se enfrentan los dos océanos (4).

La última, Akahim (Fortaleza 3) quizás la más misteriosa, se encuentra al norte de Brasil lindante con Venezuela.

“ Se parece a Akakor, con su puerta de piedra, el Templo del Sol y los edificios para el príncipe y los sacerdotes. Una piedra labrada en forma de dedo extendido señala el camino hacia la ciudad. La entrada real está oculta detrás de una inmensa cascada de agua. Sus aguas caen hasta una profundidad de 300 metros”. . Yo puedo revelar estos secretos porque desde hace 400 años Akahim está en ruinas.

Después de guerras terribles contra los Blancos Bárbaros, el pueblo de los Akahim destruyó las casas y los templos de la superficie y se retiró al interior de las residencias subterráneas. Estas residencias están dispuestas como la constelación estelar de los Dioses y se hallan conectadas mediante unos largos túneles de forma trapezoidal.

Hoy en día, sólo cuatro de las residencias están todavía habitadas; las nueve restantes están completamente vacías. Los en un tiempo poderosos Akahim apenas ascienden actualmente a 5.000 almas.

“Akahim y Akakor se comunican entre sí mediante un pasadizo subterráneo y un enorme sistema de espejos. El túnel comienza en el Gran Templo del Sol de Akakor, continúa por debajo del cauce del Gran Río y termina en el centro de Akahim. El sistema de espejos se extiende desde el Akai por encima de la alineación de los Andes, hasta las Montañas Roraina, que es como las llaman los Blancos Bárbaros.

Consiste en una serie de espejos de plata de altura equivalente a la de un hombre y montados sobre unos grandes andamios de bronce. Cada mes, los sacerdotes se comunican por este sistema los acontecimientos más importantes en un idioma de signos secretos. Fue de esta forma cómo la nación hermana de los Akahim tuvo noticias por primera vez sobre la llegada de los Blancos Bárbaros al país llamado Perú.”

Además de la descripción de las ciudades subterráneas, se incluyeron otras revelaciones importantes, que acrecentaron aún más el enigma

Tatunca habló de tecnología extraterrestre y documentos antiguos que se ocultarían en los recintos.

“Mi pueblo únicamente ha conservado la memoria del Imperio de Samón y sus regalos a Lhasa, los pergaminos escritos y las piedras verdes. Nuestros sacerdotes los han guardado en el recinto religioso subterráneo de Akakor, en donde también se conservan el disco volante de Lhasa y la extraña vasija que puede atravesar las montañas y las aguas. El disco volante es del tonalidad del oro resplandeciente y esta hecho de un metal desconocido. Su forma es como la de un cilindro de arcilla, es tan alto como dos hombres colocados uno encima del otro, y lo mismo de ancho. En su interior hay espacio para dos personas. No tiene velas ni remos.

Pero dicen nuestros sacerdotes que con él Lhasa podía volar más rápido que el águila más veloz y moverse entre las nubes tan ligero como una hoja en el viento. La extraña vasija es igualmente misteriosa. Seis largos pies sostienen una bandeja plateada. Tres de los pies apuntan hacia delante, otros hacia atrás. Estos e parecen a cañas dobladas de bambú y son móviles; terminan en unos rodillos de la largura parecida a los lirios del valle. Fieles a los deseos de nuestros Maestros Antiguos, los sacerdotes recogieron todos los conocimientos y todas las experiencias y lo conservaron en las residencias subterráneas.

Los objetos que dan testimonio de 12.000 años de la historia de mi pueblo se guardan en una habitación labrada en la roca. Aquí se hallan también los misteriosos dibujos de nuestrosPadres Antiguos. Están grabados en verde y en azul sobre un material desconocido para nosotros. Ni el agua ni el fuego pueden destruirlo.”

“Uno de los mapas muestra que nuestra Luna no es la primera y que tampoco es la única de la historia de la Tierra. La Luna que nosotros conocemos comenzó a acercarse a la Tierra y a girar en derredor de ella hace miles de años. En aquel entonces el mundo tenía otro aspecto.

“En el Oeste, allí donde los mapas de los Blancos Bárbaros solamente registran agua, existía una gran isla. Asimismo en la parte septentrional del océano se encontraba una gigantesca masa de tierra. Según nuestros sacerdotes, ambos quedaron sumergidas bajo una inmensa ola durante la primera Gran Catástrofe, la de la guerra entre las dos razas divinas. Y añaden que esta guerra trajo la desolación a la Tierra y también a los mundos de Marte y de Venus, que es como los Blancos Bárbaros los llaman.”

Y también de cuerpos alienígenas en estado de suspensión.

“Entré en el recinto religioso al despuntar la mañana, poco después de la salida del sol. Envuelto en el traje dorado de Lhasa, descendí por una espaciosa escalera. Me condujo al interior de una habitación, y ni aún ahora puedo decir si ésta era grande o pequeña. El techo y las paredes eran de un tonalidad infinitamente azulado. No tenían ni comienzo ni final. Sobre una losa de piedra labrada había pan y una fuente de agua, los signos de la vida y la fin. Un profundo silencio reinaba en la habitación. Repentinamente, una voz que parecía proceder de todas partes me ordenó que me levantara y que entrara en la siguiente habitación, que se parecía al Gran templo del Sol. Sus paredes estaban recubiertas de muchos y muy diversos instrumentos. Brillaban y resplandecía en todos los colores.

Tres grandes losas hundidas en el suelo fosforecían como el hierro. Contemplé maravillado los extraños instrumentos durante algún tiempo. Tan deslumbrados estaban, mis ojos por la brillante luz que tarde bastante tiempo en reconocer algo que ya nunca olvidaré. En el centro de la habitación cuyas paredes irradiaban una misteriosa luz se encontraban cuatro bloques de piedras transparentes.

Cuando, lleno de temor, pude acercarme, descubrí en ellos a cuatro misteriosas criaturas: cuatro muertos vivientes, cuatro humanos durmientes, tres hombres y una mujer. Yacían en un líquido que los cubría hasta el pecho. Eran como los humanos en todos los aspectos, sólo tenían seis dedos en las manos y seis dedos en los pies.”

Cuando esta información llegó a oídos de los investigadores, Erich Von Däniken, de origen suizo, fue uno de los primeros en retomar la posta abandonada por el periodista alemán. En el libro de Brugger, Däniken , figuraba en los créditos como redactor del prólogo de Akakor, y por ende, contaba con antecedentes en el tema.

Teniendo en cuenta el espíritu aventurero que el escritor tan bien supo imprimir en sus libros, no resultó sorpresa su intención de lanzar una expedición en busca de la ciudad perdida, a pesar de la experiencia fallida de Brugger. Pero desde el comienzo, arreciaron las dificultades.

En Testigo de los Dioses, el suizo relató los pormenores que hicieron fracasar la operación.

“Hace dos años entré en contacto, sin que ello guardase ninguna relación con el libro de Brugger, con un señor de Manaus llamado Ferdinand Schmidt. Dicho señor Schmidt había sido toda su vida piloto de la Swissair. Después de jubilarse aceptó la misión de trabajar para la Cruz Roja en Brasil. Esa misión le llevó a Manaus, y en el marco de sus actividades tuvo ocasión de tratar muchas veces a Tatunca Nara. Este le contó al señor Schmidt la historia de su tribu, exactamente en los mismos términos que más tarde publicaría Brugger.

Schmidt y yo intercambiamos algunas cartas, y luego tuvimos una entrevista en Zurich. Yo propuse organizar una expedición al territorio de la tribu de Tatunca, como única manera de verificar hasta que punto era verídica tan extraordinaria historia. Schmidt regresó a Manaus y, en su calidad de experto piloto, empezó a programar la expedición, manteniéndose al mismo tiempo en contacto con Tatunca, quién dijo hallarse dispuesto a guiar un pequeño grupo hasta los lugares donde jovenlandesaba su tribu.

La expedición estaba prevista para la primera quincena de julio (1977), y deberíamos acercarnos cuanto fuese posible al territorio de la tribu empleando dos helicópteros. Contábamos para ello con la autorización de la Comisaría brasileña de asuntos indígenas, la FUNAI. El jefe de la expedición iba a ser Tatunca Nara, pues sólo él sabía el emplazamiento de la misteriosa ciudad.

Pese a mi gran curiosidad, yo no deseaba lanzarme a ciegas a una aventura que iba implicar para mí un esfuerzo financiero bastante considerable. Después de las conversaciones preliminares, Ferdinand Schmidt convenció al caudillo indígena para que regresara solo, de momento, a reunirse con los de su tribu y recoger allí una prueba convincente de la existencia de artefactos técnicos como los descritos por él.

Por ejemplo, Tatunca podría tomar fotografías de los mismos. La presentación de esos documentos sería la señal de salida para la expedición, ya preparada en todos sus detalles. Tatunca recibió una cámara de manejo sencillo y, además, un motor fuera de borda nuevo para su barca. A finales de marzo salió de Manaus con instrucciones de regresar dos meses más tarde. Tatunca nunca apareció.

“Ahora bien, como los indios no tienen la noción de la puntualidad tan definida como nosotros, los retrasos no son cosa rara tratándose de ellos. Por otra parte, era posible que la demora viniese impuesta por condiciones climáticas adversas. A veces, los afluentes del río neցro, llevan tan poco caudal, que dejan pasar una lancha motora y se hace preciso aguardar a las próximas lluvias. El 10 de julio aterricé en Manuas. Tatunca aún no había aparecido. El retraso era de un mes y medio.

Sin su presencia, hubiese sido absurdo iniciar la expedición con los helicópteros. Pero la empresa que alquilaba los helicópteros no estaba dispuesta a tener inmovilizados por mucho tiempo sus costosos aparatos. Insistió en que avisáramos con cuatro semanas de anticipación, cuando estuviéramos dispuestos a utilizarlos. Por tanto, si yo hubiera dado luz verde a la expedición el 10 de julio, habríamos tenido que partir cuatro semanas más tarde, con Tatunca o sin él. Como a mediados de julio Tatunca seguía si aparecer, anulé la expedición.

Saqué pasaje para regresar a Europa, y precisamente el último día de mi estancia allí se presentó Tatunca con su barca por el río neցro. Su primera pregunta fue si habíamos recibido las fotos, entregadas diez días antes a un carguero comercial con instrucciones que nos fuesen transmitidas a nosotros. Desde luego, no habíamos recibido nada.

Tatunca dijo que había estado con los de su tribu en la ciudad de Akahim, y nos reiteró de nuevo sus manifestaciones acerca de los depósitos de material técnico de los dioses en la mencionada ciudad. El caso es que no lleva consigo ninguna prueba.

Cuando se lo reprochamos, él nos contestó que su obligación era mirar por su pueblo y no por nosotros, y que no podía traicionar a los suyos llevándose ningún objeto de los que ellos consideraban sagrados; que ello sería lo mismo que para nosotros robar una Iglesia. Nuestra conversación duró doce horas, y todavía no sé que pensar de toda esa historia. Lo que nos contó no era ilógico ni imposible …¡pero sí extraordinariamente improbable!. Tatunca notó mi desconfianza, y prometió hablar con sus sacerdotes aquella misma noche …”

“Tatunca dijo que los indios sabían comunicarse por vía extrasensorial o, como diríamos nosotros, telepática.(5) Si bien, según Tatunca, esa clase de comunicación no emplea palabras ni frases, sino una concentración intensa de sentimientos, de sensaciones como el hambre, el amor, la amistad, el repruebo, la felicidad, la guerra, la enemistad, y así sucesivamente. Con ello sería posible crear símbolos y entenderse a distancia. Dijo que todos los indios practicaban esta clase de comunicación telepática desde su primera infancia.”

“Aplacé mi regreso veinticuatro horas. Al día siguiente, Tatunca se presentó con mucho aplomo y dijo que había conseguido explicar a sus sacerdotes que no podía presentarse ante mí con las manos vacías, pues el hombre blanco no le haría caso. Ahora tenía permiso de los sacerdotes para aportar una prueba capaz de convencerme.

Por consiguiente, partiría de nuevo a reunirse con los suyos, recogería la prueba y volvería a Manaus. El señor Schmidt quedó encargado de avisarme por teléfono cuando todo ello se hubiese cumplido. Hasta la fecha Tatunca no se ha presentado con las pruebas prometidas. Sigo esperando.”

Cuando Tatunca se relacionó con Däniken , le contó detalles inéditos de las ciudadelas y que diferían un tanto del relato confiado a Brugger. Uno de esos ejemplos se presentó con Akahim.

El indígena señaló que en esa fortaleza se,

“adoraba un objeto misterioso que hace mucho tiempo atrás había sido entregado a los sacerdotes por los Dioses venidos del cielo en una nave brillante. Un objeto milenario que según las tradiciones comenzaría a cantar en el momento que esos Dioses retornaran a la Tierra. Y que recientemente había comenzado a emitir extraños zumbidos semejantes al de las abejas, causando un intenso fervor y reverencia entre su pueblo”.

Esto motivó las ansias del escritor por encontrar el objeto extraterrestre.

A pesar de sus reservas iniciales, Däniken dio luz verde para que la expedición se concretase. Nuevamente Tatunca y Schmidt fueron convocados. El gobierno brasileño la autorizó, pero con la condición que se contará con la participación de Roldão Pires Brandão, un renombrado arqueólogo y expedicionario. Faltando dos días para arribar a Akahim, se produjo un confuso episodio que involucró a Pires Brandão (6), el cual resultó herido de bala en un brazo, hecho calificado como “accidente”.

Durante la travesía truncada, Pires Brandão observó extrañas formaciones en la selva. A su regreso partió en un vuelo por la zona, dándose cuenta que esos montículos no eran normales, sino que se asemejaban a pirámides. Por esa época un grupo de exploradores ingleses intentaban llegar a Akahim a través de Venezuela. Temiendo perder la primicia, el arqueólogo informó de su descubrimiento a la revista “Veja”, una de las más importantes de Brasil. El 1 de Agosto de 1979, un reportaje de cinco páginas mostró el increíble hallazgo. La noticia recorrió el mundo (7).

Cuatro años antes, en 1975, el satélite Landsat de la NASA había captado diez formaciones piramidales en el sudeste del Perú, en la zona de Alta progenitora de Dios.

NOTAS

“Karl Brugger tenía tatuada en su pecho una tortuga, igual a la que también posee Tatunca Nara, en idéntico lugar de su cuerpo. Es el emblema de la tribu Ugha Mongalula: la bala asesina perforó justamente ahí”.

“En 1977, un medio europeo, Spekula, publicó un artículo crítico sobre la historia de Akakor. Las comparaciones entre las declaraciones del libro, y las grabaciones mostraron serias desviaciones. Se advirtieron conceptos más refinados e intelectuales que de ningún modo se esperaban de un indígena de la selva. Se determinó, que Brugger habría manipulado Crónica de Akakor, intercalando pasajes completos de viejas leyendas mitológicas.”

Obispo Grotti.

¿Istmo de Panamá?

Tatunca contó a Karl Brugger que sus sacerdotes: “saben como transmitir el pensamiento si utilizar palabras. Esto le permite comunicarse con otras personas a través de las más largas distancias, no en detalle, sino que pueden trasmitirse si su corazón están alegres o tristes. Pero para esta comunicación son precisos el conocimiento del legado de los Dioses y un poder absoluto sobre las fuerzas mentales”.

“Durante la 5ta. reunión mundial de la “Ancient Astronaut Society” realizada en julio de 1978 en Chicago (EE.U), Daniken hizo un relato pormenorizado y ampliado de los hechos … manifestando su esperanza de que la expedición pudiera obtener el ansiado contacto con la civilización subterránea de Akakor. Pero tres meses después, en la revista “Ancient Skies”, órgano de la asociación mencionada … en su volumen 5, nº 4, el propio renombrado escritor aparecía suscribiendo un comunicado – o al menos, a él se le atribuía - donde narraba los enormes problemas que había causado Roldão, que entre otras menudencias se hirió con sus propia arma, por negligencia en el manejo de la misma, y por eso se debió forzar el regreso de los expedicionarios cuando sólo faltaban dos días para llegar a Akahim.
 

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