Torrente Ballester
Madmaxista
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La verdad sobre el CGPJ
En la siguiente carta a Feijoo, del magistrado Luis Sanz Acosta (21/06/2024), y en el artículo de Bandrés, de EE, o sea, del PSE-EE (31/10/1990), queda muy claro. Los reproduzco a continuación...
@MagistraThor
23h • 17 tweets • 5 min read • Read on X
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Carta-Hilo a D. Alberto Nuñez Feijo @NunezFeijoo .
Estimado D.Alberto, perdone mi atrevimiento al dirigirme directamente a usted. No se fije ni en mi avatar, ni en el nombre que tengo en X. Soy Luis Sanz Acosta, Magistrado en la Audiencia Provincial de Madrid. Juez desde hace casi 35 años.
Se que está deshojando la margarita del Consejo General del Poder Judicial. Se que está pensándose, tras las elecciones europeas, si renovar el Consejo por el sistema vigente desde 1985, es decir, por el sistema según el cual los partidos eligen a sus vocales en el Consejo.
Estoy seguro de que tiene presiones por parte de algunos miembros de su partido para que lo haga. Alguno le dirá que no renuncie a ese poder, al poder de elegir a los vocales que luego nombrarán a los jueces del Tribunal Supremo y de los altos organismos judiciales. Haga caso a otros como @cayetanaAT le dicen que no ceda.
También intuyo que habrá presiones desde dentro de la carrera judicial para que ceda y opte por el sistema que le he referido. No haga caso. La mayoría de los Jueces quiere un cambio del CGPJ con arreglo a lo que establece la Constituciòn. La mayoría de los Jueces quiere un sistema que le deje trabajar, un Consejo que luche por la independencia judicial y por mas medios personales y materiales. Y si, algunos quieren ascender, es legítimo, pero quieren que sea reconociendo su capacidad y su mérito, no su cercanía a los partidos políticos.
No ceda. Perdone el atrevimiento pero permítame que le sugiera que no ceda. Voy a intentar convencerle.
El Consejo General del Poder Judicial se introdujo en la Constitución a imagen y semejanza de otros organismos similares en los países de nuestro entorno, especialmente de Italia. La función de este órgano constitucional es la del gobierno interno de los jueces y magistrados, función que en nuestro país, en la dictadura, se atribuía en gran parte al Ministerio de Justicia.
Se trataba de desapoderar al poder ejecutivo del gobierno de otro poder del Estado. Se quiso en 1978, resaltar la importancia del poder judicial, como garantía fundamental de los derechos de los ciudadanos.
Los constituyentes tuvieron muy claro la composición mixta de ese órgano, a imagen y semejanza de otros países europeos. Diseñaron un òrgano en el que 12 de sus 20 vocales fueran jueces elegidos por jueces y 8 vocales no judiciales, elegidos por las cámaras parlamentarias entre juristas de reconocido prestigio. Ese fue el designio constitucional.
En el año 1985 se modificó el sistema para que todos los vocales judiciales fueran elegidos por el parlamento. Se hizo acogiendo una enmienda del diputado Bandrés a la reforma de la Ley orgánica del Poder Judicial.
Algunos, como el insigne jurista Federico Carlos Sainz de Robles, único Presidente elegido por los jueces por el sistema constitucional, ya advirtió de los riesgos del sistema. Cuando dijo que. “la independencia judicial, que en nuestro sistema se define como la sola sumisión del juez a la ley y al derecho, debe ser respetada a ultranza, debiendo soslayarse cualquier riesgo de verse menoscabada”. El vio el riesgo en el nuevo sistema.
Es verdad que el TC en 1986 avalò la reforma de la LOPJ de 1985, pero lo hizo con una sentencia interpretativa en la que advertia seriamente de los riesgos de la reforma. Permítame que la reproduzca un párrafo de aquella sentencia: “Ciertamente, se corre el riesgo de frustrar la finalidad señalada en la Norma Fundamental si las Cámaras, a la hora de efectuar sus propuestas, olvidan el objetivo perseguido y, actuando con criterios admisibles en otros terrenos, pero no en éste, atienden sólo a la división de fuerzas políticas existentes en su propio seno y distribuyen los puestos a cubrir entre los distintos partidos en proporción a la fuerza parlamentaria de éstos. La lógica del Estado de partidos empuja a actuaciones de este género, pero esa misma lógica obliga a mantener al margen de la lucha de partidos ciertos ámbitos del poder y entre ellos, señaladamente, el Poder Judicial”.
Esto es lo que ha ocurrido estos años y usted lo sabe. El devenir en el nombramiento de todos los CGPJ ha sido el que se intuía y aún mucho peor.
El propio diputado proponente de la enmienda que modifico el sistema, Sr. Bandrés, se arrepintió años mas tarde amargamente en un artículo publicado en el diario El Pais titulado “Yo tuve la culpa”. Dijo: “Esto no tiene nada que ver con lo que diseñamos política y jurídicamente entonces. La verdad es que esto da mucha vergüenza«, escribió el 31 de octubre de 1990.
Bandrés confesó que entonces no pensó en la capacidad «de algunos partidos políticos para subvertir todo lo que tocan».
«La exigencia de mayorías cualificadas era una estricta invitación al consenso democrático para designar a los ‘mejores’. Nada tiene que ver con este grosero y ramplón reparto de la tarta del poder judicial, incluida la guinda presidencial», escribió.
El penoso sistema actual ha sido muy criticado por el GRECO del Consejo de Europa y por la propia UE.
D. Alberto, pierda cualquier esperanza de que el partido socialista de hoy admita reformar el sistema. El Ministro Bolaños lo ha dejado siempre muy claro, afirmando que NUNCA permitirán que los jueces elijan a una parte del Consejo. Le dirán que se comprometen a crear un grupo de trabajo, o un subgrupo o una comisión que lo estudie, pero jamás lo van a aceptar.
Se que hay amenazas de romper el modelo actual haciéndolo aun peor. Pues habrá que luchar contra eso aquí y en Europa. Aun así, le ruego que NO LO HAGA. No ceda. Exija lo que las instituciones europeas han planteado siempre a España: que los jueces elijan a una parte del Cgpj. No mantenga un sistema que va a dañar gravemente a la independencia judicial. No lo haga y no por nosotros, los jueces, ni por lo que le diga este humilde Juez que está ya en el final de su Carrera, sino por los ciudadanos, que tienen en el Poder Judicial la última garantía de sus derechos.
Gracias por leerme.
Atentamente. Luis Sanz
En la siguiente carta a Feijoo, del magistrado Luis Sanz Acosta (21/06/2024), y en el artículo de Bandrés, de EE, o sea, del PSE-EE (31/10/1990), queda muy claro. Los reproduzco a continuación...
MagistraThor
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Carta-Hilo a D. Alberto Nuñez Feijo @NunezFeijoo .
Estimado D.Alberto, perdone mi atrevimiento al dirigirme directamente a usted. No se fije ni en mi avatar, ni en el nombre que tengo en X. Soy Luis Sanz Acosta, Magistrado en la Audiencia Provincial de Madrid. Juez desde hace casi 35 años.
Se que está deshojando la margarita del Consejo General del Poder Judicial. Se que está pensándose, tras las elecciones europeas, si renovar el Consejo por el sistema vigente desde 1985, es decir, por el sistema según el cual los partidos eligen a sus vocales en el Consejo.
Estoy seguro de que tiene presiones por parte de algunos miembros de su partido para que lo haga. Alguno le dirá que no renuncie a ese poder, al poder de elegir a los vocales que luego nombrarán a los jueces del Tribunal Supremo y de los altos organismos judiciales. Haga caso a otros como @cayetanaAT le dicen que no ceda.
También intuyo que habrá presiones desde dentro de la carrera judicial para que ceda y opte por el sistema que le he referido. No haga caso. La mayoría de los Jueces quiere un cambio del CGPJ con arreglo a lo que establece la Constituciòn. La mayoría de los Jueces quiere un sistema que le deje trabajar, un Consejo que luche por la independencia judicial y por mas medios personales y materiales. Y si, algunos quieren ascender, es legítimo, pero quieren que sea reconociendo su capacidad y su mérito, no su cercanía a los partidos políticos.
No ceda. Perdone el atrevimiento pero permítame que le sugiera que no ceda. Voy a intentar convencerle.
El Consejo General del Poder Judicial se introdujo en la Constitución a imagen y semejanza de otros organismos similares en los países de nuestro entorno, especialmente de Italia. La función de este órgano constitucional es la del gobierno interno de los jueces y magistrados, función que en nuestro país, en la dictadura, se atribuía en gran parte al Ministerio de Justicia.
Se trataba de desapoderar al poder ejecutivo del gobierno de otro poder del Estado. Se quiso en 1978, resaltar la importancia del poder judicial, como garantía fundamental de los derechos de los ciudadanos.
Los constituyentes tuvieron muy claro la composición mixta de ese órgano, a imagen y semejanza de otros países europeos. Diseñaron un òrgano en el que 12 de sus 20 vocales fueran jueces elegidos por jueces y 8 vocales no judiciales, elegidos por las cámaras parlamentarias entre juristas de reconocido prestigio. Ese fue el designio constitucional.
En el año 1985 se modificó el sistema para que todos los vocales judiciales fueran elegidos por el parlamento. Se hizo acogiendo una enmienda del diputado Bandrés a la reforma de la Ley orgánica del Poder Judicial.
Algunos, como el insigne jurista Federico Carlos Sainz de Robles, único Presidente elegido por los jueces por el sistema constitucional, ya advirtió de los riesgos del sistema. Cuando dijo que. “la independencia judicial, que en nuestro sistema se define como la sola sumisión del juez a la ley y al derecho, debe ser respetada a ultranza, debiendo soslayarse cualquier riesgo de verse menoscabada”. El vio el riesgo en el nuevo sistema.
Es verdad que el TC en 1986 avalò la reforma de la LOPJ de 1985, pero lo hizo con una sentencia interpretativa en la que advertia seriamente de los riesgos de la reforma. Permítame que la reproduzca un párrafo de aquella sentencia: “Ciertamente, se corre el riesgo de frustrar la finalidad señalada en la Norma Fundamental si las Cámaras, a la hora de efectuar sus propuestas, olvidan el objetivo perseguido y, actuando con criterios admisibles en otros terrenos, pero no en éste, atienden sólo a la división de fuerzas políticas existentes en su propio seno y distribuyen los puestos a cubrir entre los distintos partidos en proporción a la fuerza parlamentaria de éstos. La lógica del Estado de partidos empuja a actuaciones de este género, pero esa misma lógica obliga a mantener al margen de la lucha de partidos ciertos ámbitos del poder y entre ellos, señaladamente, el Poder Judicial”.
Esto es lo que ha ocurrido estos años y usted lo sabe. El devenir en el nombramiento de todos los CGPJ ha sido el que se intuía y aún mucho peor.
El propio diputado proponente de la enmienda que modifico el sistema, Sr. Bandrés, se arrepintió años mas tarde amargamente en un artículo publicado en el diario El Pais titulado “Yo tuve la culpa”. Dijo: “Esto no tiene nada que ver con lo que diseñamos política y jurídicamente entonces. La verdad es que esto da mucha vergüenza«, escribió el 31 de octubre de 1990.
Bandrés confesó que entonces no pensó en la capacidad «de algunos partidos políticos para subvertir todo lo que tocan».
«La exigencia de mayorías cualificadas era una estricta invitación al consenso democrático para designar a los ‘mejores’. Nada tiene que ver con este grosero y ramplón reparto de la tarta del poder judicial, incluida la guinda presidencial», escribió.
El penoso sistema actual ha sido muy criticado por el GRECO del Consejo de Europa y por la propia UE.
D. Alberto, pierda cualquier esperanza de que el partido socialista de hoy admita reformar el sistema. El Ministro Bolaños lo ha dejado siempre muy claro, afirmando que NUNCA permitirán que los jueces elijan a una parte del Consejo. Le dirán que se comprometen a crear un grupo de trabajo, o un subgrupo o una comisión que lo estudie, pero jamás lo van a aceptar.
Se que hay amenazas de romper el modelo actual haciéndolo aun peor. Pues habrá que luchar contra eso aquí y en Europa. Aun así, le ruego que NO LO HAGA. No ceda. Exija lo que las instituciones europeas han planteado siempre a España: que los jueces elijan a una parte del Cgpj. No mantenga un sistema que va a dañar gravemente a la independencia judicial. No lo haga y no por nosotros, los jueces, ni por lo que le diga este humilde Juez que está ya en el final de su Carrera, sino por los ciudadanos, que tienen en el Poder Judicial la última garantía de sus derechos.
Gracias por leerme.
Atentamente. Luis Sanz
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