Oscar Iglesias Casado
Forero Paco Demier
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- 16 Mar 2023
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Según previsiones, un 25% de la población podría padecer un tipo de enfermedad mental en los próximos años, un porcentaje realmente alarmante, pero la clase política de este país sigue en su burbuja ignorando con su desidia habitual este gran problema que se nos viene encima y amenaza con pasarnos.
Pero esta indolente e insolente clase política que padecemos no parece importarles.
En nuestro país hay un 67% menos de psicólogos clínicos por 100.000 habitantes que las principales potencias europeas [cinco psicólogos clínicos por cada 100.000 habitantes, cuando harían falta, al menos, 12 por cada cien mil], para que en la Sanidad Pública le atienda un psicólogo clínico pueden pasar muchos meses.
Somos de los países europeos que menos invierten en salud mental, estamos a dos puntos porcentuales por debajo a la media de Europa, algo que es verdaderamente vergonzoso.
Y además lideramos la tabla de consumo de antidepresivos por prescripción, somos los primeros de Europa en consumo de diazepam.
El consumo en dosis diarias de ansiolíticos y sedantes ha aumentado diez puntos en la última década, una cifra verdaderamente alarmante.
Tenemos muchos profesionales preparados deseando trabajar, esto va por los que alzan la bandera de la meritocracia, pero habiendo mucha gente capaz, muchos psicólogos y psiquiatras que probablemente serán muy buenos sin embargo no se les da la oportunidad que merecen y en las mejores condiciones, es decir con condiciones dignas, pero lo que hay es pocas plazas PIR, nulas oportunidades, ínfimos contratos (precarios) como he dicho antes el sistema de atención primaria está colapsado para que puedan atender a una persona puede esperar meses e incluso años periodos infinitos entre consultas, desórdenes mentales y mucha medicación.
No hay derecho a que una persona tenga que optar o bien esperar seis meses o más para que le atienda un psicólogo clínico o psiquiatra o bien gastarse un dineral en un profesional de la salud mental privado, que mucha gente no puede pagársela.
Debemos llegar a tiempo, ya mismo . Que para cuando cualquier paciente acuda a consulta ya no sea demasiado tarde y luego nos lamentemos . Que la ansiedad no se convierta en el trastorno que acarree complicaciones que, seguro, hubieran podido ser evitadas.
Pero esta indolente e insolente clase política que padecemos no parece importarles.
En nuestro país hay un 67% menos de psicólogos clínicos por 100.000 habitantes que las principales potencias europeas [cinco psicólogos clínicos por cada 100.000 habitantes, cuando harían falta, al menos, 12 por cada cien mil], para que en la Sanidad Pública le atienda un psicólogo clínico pueden pasar muchos meses.
Somos de los países europeos que menos invierten en salud mental, estamos a dos puntos porcentuales por debajo a la media de Europa, algo que es verdaderamente vergonzoso.
Y además lideramos la tabla de consumo de antidepresivos por prescripción, somos los primeros de Europa en consumo de diazepam.
El consumo en dosis diarias de ansiolíticos y sedantes ha aumentado diez puntos en la última década, una cifra verdaderamente alarmante.
Tenemos muchos profesionales preparados deseando trabajar, esto va por los que alzan la bandera de la meritocracia, pero habiendo mucha gente capaz, muchos psicólogos y psiquiatras que probablemente serán muy buenos sin embargo no se les da la oportunidad que merecen y en las mejores condiciones, es decir con condiciones dignas, pero lo que hay es pocas plazas PIR, nulas oportunidades, ínfimos contratos (precarios) como he dicho antes el sistema de atención primaria está colapsado para que puedan atender a una persona puede esperar meses e incluso años periodos infinitos entre consultas, desórdenes mentales y mucha medicación.
No hay derecho a que una persona tenga que optar o bien esperar seis meses o más para que le atienda un psicólogo clínico o psiquiatra o bien gastarse un dineral en un profesional de la salud mental privado, que mucha gente no puede pagársela.
Debemos llegar a tiempo, ya mismo . Que para cuando cualquier paciente acuda a consulta ya no sea demasiado tarde y luego nos lamentemos . Que la ansiedad no se convierta en el trastorno que acarree complicaciones que, seguro, hubieran podido ser evitadas.
