Torre de Arena
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No creo que el liberalismo sea la suma de egoísmos individuales, sino la suma de libres albedríos que controlan el propio dinero ganado con esfuerzo y trabajo, y decidir en qué invertirlo.
El estado moderno se arroga la custodia de una “justicia social” para violar el libre albedrío de la persona y manejar su dinero en causas que no puede decidir. Sin libre albedrío no hay Caridad, ni justicia, ni virtud, porque no hay voluntad.
Tampoco hay razón ni Fe. No se razona en qué se invierte el dinero más que en los gastos personales; y en tal caso hay fe en un Ente Estatal Todopoderoso (o en sus políticos) supuestamente bondadoso(s) y justo(s), y al que se delega toda responsabilidad y virtud. “Yo ya pago impuestos” y con eso ya se tiene el cielo ganado.
Nada más lejos de la realidad, con un Estado así solo hay sometimiento y esclavitud.
Un Estado controlador que confisque a la gente impuestos para invertirlo en chiringuitos, mantener un estamento político mastodóntico, políticas de género, educación sensual etc. no tiene nada de cristiano, más bien al contrario.
Se podría debatir en tal caso hasta qué punto se podría adelgazar el Estado. Si para una Sanidad pública, si para carreteras, Defensa, o para ejercer de contrapeso a un liberalismo salvaje en el que las grandes compañías arrasen con las pymes y autónomos, etc. Pero no creo que el Estado per se, y a nivel teórico, suponga el garante de la Justicia Social, gente que viva sin miedo -como afirma De Prada, invirtiendo de manera siniestra el temor de Dios por el temor a la pobreza material- y garante de un Paraíso en la Tierra.
El estado moderno se arroga la custodia de una “justicia social” para violar el libre albedrío de la persona y manejar su dinero en causas que no puede decidir. Sin libre albedrío no hay Caridad, ni justicia, ni virtud, porque no hay voluntad.
Tampoco hay razón ni Fe. No se razona en qué se invierte el dinero más que en los gastos personales; y en tal caso hay fe en un Ente Estatal Todopoderoso (o en sus políticos) supuestamente bondadoso(s) y justo(s), y al que se delega toda responsabilidad y virtud. “Yo ya pago impuestos” y con eso ya se tiene el cielo ganado.
Nada más lejos de la realidad, con un Estado así solo hay sometimiento y esclavitud.
Un Estado controlador que confisque a la gente impuestos para invertirlo en chiringuitos, mantener un estamento político mastodóntico, políticas de género, educación sensual etc. no tiene nada de cristiano, más bien al contrario.
Se podría debatir en tal caso hasta qué punto se podría adelgazar el Estado. Si para una Sanidad pública, si para carreteras, Defensa, o para ejercer de contrapeso a un liberalismo salvaje en el que las grandes compañías arrasen con las pymes y autónomos, etc. Pero no creo que el Estado per se, y a nivel teórico, suponga el garante de la Justicia Social, gente que viva sin miedo -como afirma De Prada, invirtiendo de manera siniestra el temor de Dios por el temor a la pobreza material- y garante de un Paraíso en la Tierra.
