Lo que va a ocurrir es que llegarás y una máquina te dará un ticket. O no te lo dará: es posible que para cuando llegues las citas disponibles para ese día se hayan agotado. O sí te da el ticket de marras, y te pasas entre una hora y dos esperando a que te atiendan.
Con la cita previa tienes la garantía de que vas a ser atendido el día señalado y en hora aproximada que se te ha asignado.
Otra derivada es que los funcionarios tendremos que ir a toda prisa y que al mínimo error por parte tuya se te diremos que vuelvas otro día con la documentación en regla: que pase el siguiente, nada de llamar a la gestoría o a tu esposa o marido para que te envíe a tu WhatsApp ese documento que falta. Vienes otro día: total, no tienes que pedir cita previa.
¿Que protestas? Nada hombre, yo no te echaré, tampoco lo harán los guardias de seguridad que hay en la entrada: lo harán 2 ó 3 personas que aún no han sido atendidas y que están, encabronadas, esperando detrás de ti.