Caso Roswell ¿?.. Más bien conspiración Roswell ovni...

qaral

Himbersor
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El #cometa 29P ya es conocido como uno de los objetos helados más extraños del sistema solar, pero el espectáculo d… twitter.co…
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Testimonio inédito sobre Roswell revela nombre del programa de ingeniería inversa aplicado a nave extraterrestre



Algunos saltos tecnológicos desde 1947 han llevado a ufólogos a pensar que fueron consecuencia de lo sucedido aquel año en Roswell, Nuevo México. Ahora, un testimonio inédito da cuenta de un programa secreto de ingeniería inversa destinado a estudiar la nave estrellada en aquel incidente, cuyo sistema de propulsión habría dependido de una suerte de telequinesis por parte de sus tripulantes alienígenas.


Hace poco informábamos sobre una exhibición que tuvo lugar en el Museo de la Región de Fredericton, dedicada exclusivamente a quien supo ser un destacado residente: el físico y ufólogo Stanton Terry Friedman, por lejos el investigador civil más prestigioso del caso Roswell.
Habiendo sido esta eminencia un gran colaborador para Mystery Planet, solicitamos acceso al material exhibido, compuesto en gran parte por un gran número de papeles y cartas que Stan supo conservar celosamente en su archivo personal. Entre ellos encontramos una carta más que llamativa, donde un tal Shawn (el apellido está censurado) de Texas, hijo de un testigo militar del incidente, cuenta lo que sabía y le legó su padre en cuanto una nave extraterrestre estrellada en 1947.
A continuación traducimos al español esta carta, fechada en 26 de enero de 2010, la cual además podrán descargar en su idioma original al final:
*** COMIENZO DE LA CARTA ***
Estimado Sr. Friedman,
Un amigo me dio su dirección y me dijo que quería escuchar a los familiares de los militares que presenciaron cualquier cosa relacionada con los platillos voladores durante su servicio. Y tengo un testimonio de primera mano que me dio mi padre sobre platillos voladores y los llamados «extraterrestres» que creo que debería escuchar.
También tengo pruebas documentales relevantes que me dejó mi padre que me gustaría que examinara.

En 1973, cuando tenía 7 u 8 años, compré un cómic que mostraba el reciente secuestro extraterrestre de dos hombres mientras pescaban de noche. La historia de abducción me fascinó. Le mostré el cómic a mi padre y le pregunté si creía que realmente sucedió y si pensaba que los platillos voladores eran reales. Para mi sorpresa, mi padre me dijo que los platillos voladores eran reales, porque había visto uno de cerca. Le pregunté cuándo y dónde había visto el platillo y me contó la siguiente historia.
Mi padre me contó que en el verano de 1947 estaba en la base aérea en Ft. Worth, Texas, para entrenamiento de reserva después de salir temporalmente del servicio activo en el Cuerpo Aéreo del Ejército a principios de ese año.
Dijo que lo recordaba bien porque sucedió el fin de semana festivo del 4 de julio. Una noche el estaba
jugando a las cartas cuando un oficial entró y pidió voluntarios para hacer una rutina de vuelo nocturno a Nuevo México. Mi padre aprovechó la oportunidad, contento de tener algo de tiempo de vuelo (fue como tripulación aérea, no como piloto), pues le encantaba volar más que nada. Además estaba especialmente feliz porque era casi para su cumpleaños, el 6 de julio.

Base aérea en Fort Worth, Texas.
Mi padre dijo que no le tomó mucho tiempo darse cuenta de que algo andaba mal, porque el ambiente era tenso y premuro, como si se tratara de una emergencia. Él dijo que lo sabía. No era un vuelo de rutina cuando dos policías militares se subieron a su avión con metralletas Thompson completamente cargadas.
Contó que volaron juntos en un C-54 como parte de un convoy con un segundo C-54, un bombardero y dos escoltas de combate. Un general estaba con ellos a bordo del bombardero.

A mi padre le recordó las operaciones de bombarderos y cazas durante la guerra, definitivamente era algo fuera de lo común. Cuando preguntó qué estaba pasando, uno de los soldados le dijo que pensaban que un avión o cohete ruso se había estrellado en suelo estadounidense.
Aterrizaron en una base aérea en Nuevo México y tomaron camiones y jeeps a un terreno remoto. Ya había militares presentes y trataron de evitar que las tripulaciones aéreas ingresaran a la propiedad. Mi padre dijo que cuando el general les dijo a los soldados que los aviadores eran «sus muchachos», se les permitió pasar.
Allí, en el terreno, mi padre aseguró ver los restos esparcidos de una especie de una aeronave estrellada. Él había visto los restos de cazas y bombarderos estrellados en el Pacífico, pero esto era muy diferente a todo lo que había visto antes. No se parecía en nada a los otros accidentes.
Mi padre era el único presente en el lugar que estaba familiarizado con el sistema interno de los cazas, ya que estudió propulsión a reacción y se entrenó como mecánico en el primer caza a reacción del Ejército (el P-80 Shooting Star). El general sabía de la familiaridad de mi padre con los aviones a reacción avanzados, y le pidió que echara un vistazo a los restos y «viera qué podía hacer con ellos».

El platillo estrellado en Roswell representado en la serie de culto X-Files.
Los restos no se parecían a nada que hubiera visto antes. Nada se parecía a la forma de un avión o cohete convencional. Había piezas gruesas de estructura metálica relativamente intacta y muchas piezas más pequeñas y delgadas de lo que parecía un fuselaje. Todo estaba hecho de una extraña aleación de metal, lo que llamó «unobtanium», muy ligero y resistente. Algunas de las piezas no se podían doblar, mientras que otras eran extremadamente flexibles. También yacían unas piezas que parecían estar oxidadas por fuera o haber sido sometidas a un calor muy alto.
No había soldaduras o remaches discernibles en ninguna parte de los restos, y mi padre dijo que parecía como si toda la nave hubiera sido moldeada de alguna manera en una sola pieza. No había motores ni partes móviles en absoluto, ni hélices, jets o toberas. No había cables, interruptores, manómetros, tubos de vacío ni componentes electrónicos visibles de ningún tipo. Había lo que parecían luces pequeñas y largas; piezas sólidas de plástico de lo que él llamó «espaguetis» que no eran cables ni tubos, sin función aparente. Había caracteres extraños en algunas de las piezas, un tipo de escritura que mi padre nunca había visto antes —aunque solo en el interior de la nave; no había marcas en el exterior—.

También había un montón de objetos sueltos sin propósito aparente. Los objetos más extraños que dijo que encontró fueron asientos reclinables de metal del tamaño de un niño, con muescas para la cabeza, el cuerpo, los brazos y las piernas, incluidas muescas para las manos con espacios para seis dedos. No había cadáveres entre los escombros.
Después de examinar los restos, mi padre le reportó al general: «Kell, no es uno de los nuestros, eso es seguro». Se le preguntó si se pensaba que era un cohete o un jet, y respondió: «Ninguno de los dos».
 
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Todo ultrasecreto y los extraterrestres contactan... con los gobiernos!!! meparto: roto2

A ver, en fin, es el método legendario del "ya casi estamos, ya sale todo..." y que al final, nunca sale NADA, porque no hay NADA.
Pero los "i want to believe" ahí siguen, dando por ojo ciego con toda la matraca ovni, esperando que mañana haya otra nueva "evidencia"... Pringaos
Espero que cuando bajen a la tierra lleven pasaporte el bichito y mascarilla.
 
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