Ahora que lo pienso… todos los indepes son como los nazis, pero en simple

Mitrofán

Madmaxista
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Entrevista a Ramón de España

Soy un español de Barcelona, donde nací el mismo año que Artur Mas (detalle que no me enorgullece especialmente) • Estudié periodismo desde la Filmoteca, donde se aprendían más cosas útiles que en la facultad de Bellaterra • Participé gozoso en la prensa alternativa de la Transición, en revistas como “Star” y “Disco Exprés”, una de las etapas más divertidas de mi peculiar carrera, junto a la larga estancia en el mundo de los cómics (contribuí a la creación de la revista “Cairo”) y la década de los noventa como columnista de “El País” • He publicado nueve novelas, seis novelas gráficas como guionista, con diversos dibujantes, y más de una docena de ensayos de tono humorístico. • En 2004 escribí y dirigí la película “Haz conmigo lo que quieras”, protagonizada por Ingrid Rubio, Alberto San Juan y Emilio Gutiérrez Caba, por la que fui nominado al Goya al mejor director novel en 2005 (aunque no me lo dieron) • En 2013, hastiado del nacionalismo imperante en mi comunidad autónoma, publiqué “EL MANICOMIO CATALÁN”, del que se vendieron cuatro ediciones, cosa que no me había pasado nunca ni me ha vuelto a pasar. Seguí con el tema en “EL DERECHO A DELIRAR” (2015) y “APUNTES DESDE EL MANICOMIO CATALÁN” (2017) • Actualmente colaboro en El Periódico de Catalunya y en Crónica Global • Pese al tono jocoso de mis columnas, soy propenso a la tristeza y a la melancolía • A veces pienso que es muy triste empezar escribiendo sobre los Sex Pistols y acabar comentando las chorradas de Puigdemont.​

Una entrevista de JULIO MURILLO

Es un placer volver a verte y charlar contigo después de tantos años, Ramón. Los dos compartimos, en los 70 y 80, entrevistas a estrellas del rock, conciertos, revistas y cabeceras famosas, cómics y mil cosas más. Barcelona era, en aquellos días, un referente en cuanto a vanguardia, underground y cultura; la envidia de todo el país. La Barcelona de Juan Marsé, Márquez, Donoso, Vargas Llosa. Luego llegó Pujol y se acabó la fiesta: las discográficas se fueron a Madrid; el rock barcelonés se esfumó —bueno, nos quedaron los plastas de la Dharma y el pirado de Pau Riba— y la movida se fue con Tierno Galván a la capital… ¿Qué recuerdos guardas de aquel tiempo? ¿Qué conciertos de aquellos días te impactaron? ¿Cómo era tu vida en esa Barcelona tan entrañable? ¿Por qué se jodió todo en tan poco tiempo?

—Guardo muy buenos recuerdos de la era underground, pero ya no sé si es porque fue estupenda o porque yo tenía veinte años y a esa edad todo es la bomba. Como periodista alternativo podías ir a los conciertos gratis —recuerdo uno de Iggy Pop, en el que los teloneros, The Human League, se pasaron toda la actuación esquivando botellazos del respetable, que no estaba para cosas tecno—, y en muchos bares podías beber de gorra. Tuve la suerte de pillar unos años, entre la fin de Franco y la llegada de Pujol, en que esto era «Can pixa i rellisca», no se sabía qué estaba prohibido y qué no, y había unas ganas considerables de hacer el ganso. No podía durar, claro. Llegó el comandante Pujol y mandó parar. Lo peor es que la idea de lo que podría llegar a ser Barcelona nunca se hizo realidad.

Por cierto, ya que esto va a ser charla plácida y socarrona a más no poder, te he traído unas pastitas y una botella de ratafía, que es esencia del alma catalana. Ya sé que prefieres la ginebra, yo también… Al respecto te felicito por tu último vídeo, en el que acunas una botella de ginebra mientras le cantas una nana. Me recordaste a Lady Leño, de “Twin Peaks”, hablándole a un tronco. Acabé llorando y buscando la mandíbula por el suelo… ¿Te tomas algo en serio? ¿Es el humor antídoto ante la indigencia intelectual que nos rodea? ¡Alguna cosa te debe cabrear profundamente, vamos, confiésalo!

—El sentido del humor no tiene nada que ver con tener un carácter alegre y positivo, más bien al contrario. Tuve una novia que era pura alegría de vivir y no pillaba un chiste. El humor es una defensa ante las miserias y decepciones de la vida. Ya lo decía Peret: Es preferible reír que llorar. La vida, en general, me parece un drama con algunos momentos divertidos. El humor te ayuda a sobrevivir, o a mí me ha ayudado. Y en el caso de los indepes, no hay nada que los irrite más. Cuando el humor pasa al ataque, llega el sarcasmo. Uno prefiere la ironía, que tiene un punto fatalista más humano, pero hay veces en que con la ironía no basta, y hay que llegar al sarcasmo más cruel. Eso sí, solo con quienes se lo merecen.

Tú eres del 56, tienes un año más que yo. Tenías 19 cuando murió Franco. Los dos vivimos las postrimerías del franquismo en esa Barcelona de serenos que te abrían el portal, cuando llegabas muy perjudicado, y de guardias urbanos y carteros que subían a las casas a felicitar la navidad y a pedir el aguinaldo… ¿Aquello era ya una “dictablanda”? ¿Te dejó huella el franquismo, te marcó en lo político? Recuerdo que el 90% de los catalanes eran unos franquistas de tomo y lomo… ¿Tú cantabas canciones de Quilapayún y Víctor Jara en la Plaza Real?

—Yo viví la etapa final del franquismo. Para mí fue más una tabarra que un drama. Pero me imagino que los años 40 y 50 debieron ser infernales para cualquiera con dos dedos de frente. Recuerdo comportarme como si Franco llevase años muerto. Nunca fui fan de Quilapayún ni de Victor Jara, lo mío era el pop anglosajón y ciertos majaretas locales como Sisa y Pau Riba. Es triste que Franco siga tan presente en España, cuando ya lleva más años muerto de los que estuvo jorobando a sus compatriotas, pero los españoles no nos apañamos bien con el futuro, nos encanta vivir en el pasado. Y nos encanta odiarnos y llamarnos Muy de derechas mutuamente. Esto está lleno de guerracivilistas. El franquismo era un ardor de estomago, pero la república no creo que fuese esa Arcadia feliz de la que habla Almudena Grandes. Es difícil librarse de lo que yo llamo el «Puerto Hurraco state of mind».

¿Puerto Hurraco state of mind? ¡Ay, que me parto! Y lo de Quilapayún era broma, lo mío son los Allman Brothers… Pero en mi caso confesaré una cierta disociación. Ver un miércoles a Emerson, Lake & Palmer, a Kevin Ayers, o a los Stones, y tragarse al día siguiente el concierto de Llach y su “Viaje a Ítaca”, en el campus de Bellaterra, o un recital de la plasta de Marina Rossell, me abrasó muchas neuronas. Incluso en segundo de periodismo acudí a varias “manifas” y me aporrearon los grises de las “lecheras” de Valladolid —¡Aquello si que era pegar y no lo del 1-O!— ¿Tú llegaste a corear aquella matraca de “Llibertat, amnistía, Estatut d’autonomia”? ¿Te solidarizaste con Xirinachs en La Modelo? ¿Te sabes la letra de Els Segadors y el Virolai?

—Durante mis años universitarios solo fui a dos manifestaciones, más que nada por la cosa adrenalínica. Los que cortaban el bacalao, los del PSUC, no me caían especialmente bien. Luego se colocaron todos de maravilla. Nunca he soportado a los fascistas ni a los comunistas, que me parecen las dos caras de la misma moneda. A Llach lo detestaba entonces, y lo detesto ahora. Xirinacs siempre me pareció un orate, simpático al principio y lamentable al final, cuando se declaraba amigo de ETA. Un tipo que se suicida para dejar de ser un esclavo del Estado español… ¡Ese hombre no estaba bien de la cabeza! Y no, no me sé ni Els Segadors ni el Virolai, ni pienso aprendérmelos. Creo que el himno de Cataluña debería ser “Qualsevol nit pot sortir el sol”, de mi buen amigo Jaume Sisa.

Franco la palmó y todos pasamos página. La música, la lectura, el cine, los viajes, el periodismo y la democracia nos permitieron seguir con nuestras vidas sin que esa época nos dejara huella o trauma significativo —eso creo— ¿Cómo se explica, entonces, que el franquismo se haya convertido en una obsesión enfermiza, irracional, para amplios sectores de jóvenes de izquierda —al menos dicen serlo—, que nacieron 15 o 20 años más tarde? ¿Por qué no pueden vivir sin él en pleno siglo XXI?

—Creo que en el mundo de Podemos, por ejemplo, hay nostalgia por épocas no vividas. No vivieron la revolución rusa de 1917. Llegaron tarde a la Guerra Civil española. Llegaron tarde a la democracia. Les ha dado por creer que todo está igual que cuando el franquismo, lo que no es cierto, como sabemos todos los que conocimos el franquismo. Siempre están echando pestes de la Transición, que, si bien no es la envidia de Europa que nos vendieron, tampoco es un horror. Se tuvo que improvisar, se hizo lo que se pudo, Fraga y Carrillo se tragaron sus respectivos sapos… Y todo ello con ETA matando a mansalva y el ejército controlado por franquistas. Considerando la situación, pienso que la Transición no estuvo tan mal, aunque ahora parezca que fue un espanto, una bajada de pantalones de la izquierda… Sí, cierto, muchos Muy de derechas se fueron de rositas, pero a cambio la derecha mantuvo un perfil bajo, avergonzado, hasta que Aznar les levantó la jovenlandesal y les dijo que no había nada de lo que arrepentirse. Me temo que Casado va a seguir en esa línea…

—En 2010 publicaste una novela titulada “El millonario comunista” en la que repartías estopa con generosidad, en tu línea, a esa izquierda perfumada, de Armani y Moët & Chandon. De comunistas rentistas, insolidarios, incapaces de mover ni un dedo por nadie, conozco personalmente a una docena ¿Ser de izquierdas, además de un anacronismo, es puro postureo? ¿Estamos en esto, como decía Frank Zappa, sólo por la pasta? ¿Los del PSOE y los de Podemos son de izquierdas?

—Los que crecimos detestando a la derecha nos llevamos una gran desilusión con lo que se supone que es la izquierda. El problema de la izquierda española es que se ha llenado de idiotas presuntuosos, colectivo que antes era privativo de la derecha. Antes, los simples eran apolíticos o del PP. Ahora cualquier merluzo se considera de extrema izquierda: véase a los dirigentes de Podemos o a la pandilla de Colau y Domenech. Cualquier berzas te da lecciones de democracia. La jerarquía jovenlandesal e intelectual se han ido al carajo y si las reivindicas te acusan de elitista. La llamada nueva izquierda me recuerda a los concursantes de los realities de Tele 5: son todos a cuál más cenutrio. Yo quería algo a la izquierda del PSOE, pero me dieron a Podemos y a Ada Colau. Es como lo del poema de Pessoa: “Yo pedí amor y me sirvieron un plato de callos a la portuguesa, fríos”. Y la derecha sigue siendo lo que ha sido siempre: un ardor de estomago.

—Volviendo a Franco, por cuestión de actualidad… Pienso ahora en su exhumación, un tributo de Sánchez a los del “puñito alzado y casoplón hortera de 800.000 euros”: ¿No tenemos problemas más importantes que resolver en España? ¿A quién le importa eso a estas alturas? El otro día, en una columna, propuse que convirtieran el Valle de los Caídos en una especie de “FachaPark Jurásico” y que metan allí, también, lo que quede de Carrillo, Companys, Ibarruri, Dencás, los hermanos Badia, y a todos los totalitarios fanáticos del siglo pasado…

—Lo mejor que se podría hacer con el Valle es demolerlo. Es una edificación antiestética y siniestra. Yo estuve de pequeño, porque mi padre era muy franquista, y recuerdo que hacía un frío pelón de mucho cuidado en pleno agosto. Por otra parte, seguir hablando de Franco a estas alturas es una pesadez. Por mí, como si lo desentierran y lo tiran a la sarama, sobre todo teniendo en cuenta que ni la familia quiere hacerse cargo de los restos. ¡Vaya jeta, por cierto! Lo mejor sería exhibir al fiambre en alguna parte, teniendo en cuenta que está momificado, y cobrar entrada por aclamarle o ponerle de vuelta y media. Los rusos le han sacado mucho partido a la momia de Lenin. ¿Te imaginas una gira por España de la momia de Franco? El organizador se forraría.

—¡La que se iba a organizar! ¡Jajaja! Oye, déjame preguntarte por cosas más agradables… Recuerdo que en aquellos tiempos ya eras un gran aficionado a los cómics. Incluso te dedicaste a escribir guiones para obras gráficas, en “Cairo” y también en “El Jueves” ¿Eres fan de la línea clara? ¿De Uderzo, Hergé, Harold Foster, Giraud? ¿Qué historias gráficas son tus favoritas? ¿Sigues coleccionando cómics y discos? ¿Aún escuchas vinilos?

—Yo era tan iluso que, mientras estudiaba —es un decir…— periodismo, pensaba que algún día me ganaría la vida como guionista de cómics. ¡Santa inocencia! Solo conseguí publicar seis álbumes y el último ni siquiera lo cobré, porque el editor se estaba hundiendo. Sigo comprando cómics, pero muchos menos que antes. Me gustan Daniel Clowes, Charles Burns, Peter Bagge y demás excéntricos. La historieta francesa, que tanto me marcó, me parece ahora un montón de libros muy pulcros y muy correctos pero con muy poca personalidad. Prefiero volver a leerme “La marca amarilla”, de Edgar Pierre Jacobs: puedo elegir entre el original y mi propia traducción. También sigo comprando discos, pero pocos y raros. Me gustan outsiders como Ray Lamontagne, Darren Hayman o Eef Barzelay. Y de los de mi época, por así decir: he disfrutado mucho con los últimos discos de Ray Davies y David Byrne.

—Se me ocurre que dada tu afición por el cómic y el éxito de “El manicomio catalán” y “Derecho a delirar”, acaso sería buena idea que escribieras el guión de una historia gráfica sobre el Procés… ¿Te ha pasado por la cabeza? ¿Qué plastas nacionalistas encajarían con el visir Iznogud, Rastapopoulos, Tornasol, Obélix o La Castafiore? ¡Va, que te lo pongo fácil: Rull y Turull serían Hernández y Fernández, y Lluís “el llagado” Llach sería Asurancetúrix, el bardo ****** atado a un árbol!

—El “prusés”, Julio, no sirve ni para un tebeo decente. Lo veo más para una película de Berlanga y Azcona, pero están los dos muertos. Con las columnas de Crónica Global, creo que voy que chuto. Tal vez una novela, una versión bufa de “Patria”, de Aramburu. Y es que lo de Euskadi fue un drama y lo nuestro una farsa ridícula.

—Veo que te estás zampando todas las pastitas y no pruebas la ratafía… Ya me la beberé yo por ti, que no me hace efecto. Hablemos del “Procés”, si te parece. Entiendo que si llegan a “implementar” la República Bananera de la Sagrada Barretina, saldrás por piernas, ¿no? A mí seguro que me meten en un campo de reeducación, al estilo de los Jémeres gente de izquierdas; pero contigo fijo que harán abono. Además tu apellido es una maldición y no lo catalaniza ni Dios… ¡Lo tendrías claro! ¿Te apuntarás a La Crida de Puigdemont? ¿Huirás en un maletero con un chándal amarillo envuelto en una estelada? ¿Pedirás asilo en Suiza?

—A mí no me va a echar nadie de mi, pese a todo, querida ciudad natal. Si me largo, será cuando yo lo decida. Tampoco vivo amenazado. Nadie me ha insultado por la calle ni me ha parado para partirme la cara. Cuando me para alguien es para darme las gracias por lo que escribo. Lo mío no tiene nada de heroico. Tengo un amigo de Bilbao que tuvo que ir con guardaespaldas varios años, hasta que se mudó a Madrid. En comparación, lo de aquí es de risa. Puede que me deseen la fin en Twitter, pero como no estoy en Twitter, ni me entero. Lo que me choca es lo pusilánimes que son muchos catalanes que no están con el “prusés”. Callan como muertos, como si estuvieran en la Euskadi de los años de plomo. Si publiqué “El manicomio catalán” fue, en parte, para demostrar que todos podemos decir lo que pensamos y que no hay porqué callarse ante un supuesto pensamiento único. En Euskadi te podían apiolar, pero aquí, ¿a qué te arriesgas? ¿A que un amigo deje de dirigirte la palabra? ¡Pues eso no era un amigo! Como periodista, los indepes pueden intentar matarte de hambre, pero cada día lo tienen más difícil: Crónica Global es el segundo digital más leído de Cataluña, después del Nacional de Pepe Antich, que recibe todas las subvenciones habidas y por haber, mientras a Crónica no le cae ni un euro de ninguna parte

—¿Siendo como eres un personaje conocido y fácilmente identificable, se me hace raro que no te hayas encontrado con alguna situación desagradable durante estos años? ¿Has perdido amigos? ¿Ha quedado arrasada Cataluña emocionalmente con este viaje a ninguna parte? ¿En qué medida te ha afectado todo esto en tu vida personal? ¿Te importa que te llamen muy de derechas los muy Muy de derechas?

—Como te decía, hasta ahora he podido decir lo que me salía del níspero sin que me hostiaran. Ya decía Arzalluz que a los mediterráneos no nos va lo de volarle la cabeza a la gente. Aquí te intentan jorobar la vida de maneras más sutiles, y si las denuncias, te dicen que eres un paranoico que ve visiones. Yo creo que a mí ya me han dado por amortizado. Eso sí, me van a tener que aguantar como yo los aguanto a ellos. De eso va la democracia con la que se llenan tanto la boca, ¿no?

—A lo mejor si nos reeducan, o si nos untan de pasta, abrazamos el nuevo credo. Yo soy fácilmente sobornable, no tengo principios. Y tú, que los tienes, por dos millones de euros también te venderías… Imagínate que vienen los de la ANC y te proponen que les organices toda la movida del próximo 11-S por esa pasta… ¿Dónde montarías el “sarao”? ¿Con qué coreografía y con qué música? ¿Qué slogan imprimirías en las camisetas? ¿Habría bocata de chopped, foto del Rey y mechero incluido en el kit de 25 eurillos?

—Dicen que todo hombre tiene su precio, pero en este caso… ¡Ya tienen a mucha gente en nómina! ¿Para qué van a querer convertirnos a nosotros? El nivel intelectual de sus, digamos, intelectuales, es para echarse a llorar. ¿Cómo puede ser Pilar Rahola un líder de opinión? ¡Si debería estar en la calle, subida a un cajón de naranjas y monologando a grito pelado sobre las maravillas de la independencia y los valores curativos del ajo! Pero a mí eso me da mucha jovenlandesal. Cuando lees a un columnista indepe y ves lo burro que es, te sube la autoestima.

—Siempre que veo por TVen3 las concentraciones de nuestros conciudadanos indepes, su Formación del Espíritu Nacional (F.E.N.), sus marchas de antorchas, su obsesión por enguarralo todo de amarillo, sus cruces y su disciplina norcoreana, me quedo a cuadros… ¿Esto ha sido un bichito extraterrestre? ¿Es disonancia cognitiva? ¿Les fallan los fusibles? ¿aman poco y mal? ¿O acaso son unos simples benditos en manos de una pandilla de perversoss desaprensivos que les han envenenado el alma? ¿Tú has visto en algún momento la “transversalidad” en esta movida?


—Aunque digan que el “prusés” va de abajo a arriba, es al revés. Unas élites sin muchas luces han agarrado una animadversión hacia España que ya existía en algunos sectores y han convertido esa animadversión en repruebo puro y duro. Han creado la Secta Amarilla. El nacionalismo es como la religión, y los nacionalistas se han convertido en una secta cuyo gurú, de momento, es un poco culto de un pueblo de Gerona que ronda por Europa. Ser independentista es lo siguiente mejor a ser del Barça. Y ha calado mucho entre los jóvenes intoxicados por la escuela catalana, sí, pero también entre viejos y moribundos que, de repente, se han encontrado con una causa «chachi» para sus últimos tiempos. ¿No has visto cantidad de yayos con el lacito amarillo lanzando miradas desafiantes? Y en cuanto vuelven a casa se enchufan a TV3, que les dice lo que tienen que pensar. Una vida de cosa, la verdad, pero si a ellos les gusta…

—Todo lo que hace esta parroquia me parece deplorable y digno de estudio psiquiátrico… ¿Qué me dices de la cantinela esa que nos vendía Martita Rovira, la ploramiques, de que esto era un “proceso festivo, alegre e inclusivo”, bon rollet, un paseo con cestita por el campo y viva la gente, la hay donde quiera que vas?

—¡Jajaja! Te refieres, imagino, a la revolución de las sonrisas de la cantante calva, que es como Serrat llamaba a Llach a sus espaldas. Sí, aquí hay unos que nos quieren jorobar la vida, pero de manera festiva. ¿Qué hay de festivo en querer cargarse un país? Y ahora cada día son menos festivos y tienen más mala uva. Pero sus líderes, aunque tienen a los amiguetes huidos y en el trullo, les siguen diciendo que la independencia está al caer. Y ellos se lo tragan. La novela del “prusés” debería titularse de una manera que ya se ha utilizado: “La conjura de los necios”.

—¡Muy buena, ésa! Yo confieso haberme reído de lo lindo estos años a costa de estos orates. Uno de mis momentos de máxima hilaridad fue ver a un físico llamado Jordi Molins proponer, en el programa “Singulars”, ceder el puerto de Tarragona a la flota nuclear china para acojonar a Europa, porque, decía, “Cataluña necesita a un primo de Zumosol para hacerse respetar”. La cara de perplejidad de Jaume Barberà, el presentador, era antológica, pero asentía por no decir “¡Tierra, trágame!” ¿Cuáles son tus momentos inenarrables del Procés, esos que te han hecho rodar por el suelo doblado de tanto reír?

—Son bastantes, la verdad. Pero todo lo relacionado con el Institut Nova Història lo encuentro particularmente hilarante.

—¿Todos estos fantoches, los Artur Mas, los Puigdemont, los Torra, los Junqueras, han ido de farol —así lo afirma Ponsatí—, liando la troca durante seis años? ¿Realmente se creían lo que vendían? ¿Tan bajo nivel intelectual, tanto trágala, tienen las bases independentistas para comulgar con semejantes ruedas de molino? ¡Me recuerdan a la secta del Reverendo Jim Jones en Guayana!

—Son una secta. Eso ya ha quedado muy claro. La Secta Amarilla. ¿Recuerdas aquella canción de Radio Futura?: “Jamás creí poder soñar / Por eso estoy en la secta del mar”. La Secta Amarilla permite soñar; aunque los sueños, sueños son, como dijo Calderón.

—No está en mi ánimo, lo digo en serio, banalizar ni establecer comparaciones con hechos dramáticos del siglo XX, pero fíjate que todo en el Procés cumple, uno por uno, y de forma rigurosa, con los principios de propaganda de Goebbels… Tú yo nos lo tomamos a cachondeo, por pura salud mental, pero quizá no haya ningún motivo para ello… ¿Podemos acabar como en el Ulster? ¿Cómo los Hutus y los Tutsis, o peor? ¿Esto se va a acabar algún día o crees que lo sufriremos durante años?

—Prefiero pensar que estamos ante uno de esos sarampiones cíclicos de la sociedad catalana. El último fue lo de Companys en 1934. La independencia es imposible porque más de la mitad de los catalanes no la quiere. Si la quisiera el 90% de la población, Cataluña sería independiente. Por eso están siempre hablando de ensanchar la base y por eso se dedican a manipular e intoxicar a los niños. Llevan haciéndolo desde 1980. Y los gobiernos de España mirando hacia otro lado, porque su cosa cortoplacista les llevaba a no ver más allá de las siguientes elecciones, para las que necesitaban los votos de los convergentes, que ya no sé ni cómo se llaman. Dudo de que lleguemos a la violencia, por lo que te decía de Arzalluz. Te recuerdo que Terra Lliure es el único grupo terrorista que se disolvió por su propio bien, porque sus militantes eran tan torpes que solían estallar con su propia bomba. Lo que sí tenemos es tabarra asegurada para varios años. De todos modos, veo la situación mejor que hace un año. La guandoca tiene grandes virtudes terapéuticas.

—¿Qué papel ha jugado Ada Colau en el Procés? Ya sé que sientes debilidad por ella, no disimules, Ramón…

—Ada querría ser presidenta de la tercera república española, lo que no está mal para una mujer de escasas luces que no acabó la carrera de Filosofía y Letras y siempre ha ejercido de activista subvencionada. Siempre les hace el caldo rellenito a los indepes, pero no le sirve de nada, ya que estos la odian igual. Es de los que creen que no hay vida más allá del independentismo, o que hay que apuntarse un poco a él para pillar cacho. Yo creo que debería haber ejercido de alcaldesa de izquierdas, y eso es incompatible con el nacionalismo.

—A propósito… ¿Qué pecado hemos cometido para tener que acarrear con tanto majadero y diletante argentino? Me refiero, por descontado, a Gerardo Pisarello, Albano Dante Fachin, Sor Lucía “Caram-ba”, Pablo Echenique, etcétera ¿Es castigo divino por nuestros pecados durante la colonización? ¡Señor, qué cruz de personal!

—¡Fíjate que lo peor llega de Tucumán: sor Lucía y Pisarello! Fachin no sé de donde es, pero resulta evidente que es el más lerdo, ya que no pilla cacho desde que lo echaron de Podemos… ¡Yo prefería la época en que llegaban argentinos como América Sánchez o Sergio Makaroff, pero qué se le va a hacer! Eso sí, el ministro de asuntos exteriores debería pedir explicaciones al embajador argentino. Por cierto: ¿sabías que Palito Ortega llegó a gobernador de la provincia de Tucumán con los peronistas? Me pregunto si eso tendrá algo que ver con lo que estamos sufriendo ahora.

—¿Palito Ortega, el que cantaba la felicidad, ja, ja, ja, ja…? ¡Ni puñetera idea, eres un pozo sin fondo! ¡Me parto! Te he oído decir en alguna ocasión que en Cataluña a todo este rebaño de iluminados hay que ingresarlo en un sanatorio mental por el bien de la Humanidad ¿Aún lo sostienes?

—No hay un manicomio lo suficientemente grande para albergarlos a todos. Y tal como están las cosas, empiezo a preguntarme si lo que necesitamos no son psiquiatras, sino exorcistas.

—No sé cómo lo verás tú, pero creo que en Cataluña hay un problema de control de calidad en los preservativos, o quizás un problema genético, no lo sé… ¿Si los de Convergencia, o como shishi se llamen, son burgueses casposos, de derechas a más no poder, amantes muchos de ellos del latrocinio más descarado, y los de ERC son pura derecha carlista caciquil de comarcas, cómo es posible que todos sus hijos sean de la CUP, de Arran y de los CDR; es decir, leninistas, bolivarianos y de extrema izquierda?

—¡Pero todos son nacionalistas. Es una cuestión generacional! Cada nueva remesa de patriotas quiere ser más radical que la anterior. Así hemos llegado a esos fascistas que se consideran antifascistas.

—Sé que sientes una simpatía especial por Víctor Cucurull. Gracias a él sabemos que Colón, Vespucci, Erasmo, Santa Teresa, el Cid y Leonardo fueron catalanes. Cualquier día publica un ensayo que demuestra que el jefe sioux Sitting Bull era un chacinero de Santa Coloma de Farners, que recibía a sus clientes con un “Avui sí tinc bull” ¡Y todas esas cosas las cuenta en salas abarrotadas de gente aplaudiendo! ¿Es ese el nivel intelectual de la Tractoria profunda?

—Si no fuese porque me reconocerían, le pediría una beca al institut Nova Història para demostrar que Elvis Presley se llamaba Lluis Pellicer y era de Manlleu, lo que pasa es que en Ellis Island se hicieron un lío. Y Dylan era de Constantí, como Els Pets. Cucurull es un chiflado inofensivo. Lo grave es que lo subvencionen y lo envíen por Cataluña a dar charlas en las que todo es mentira. Cucurull es como Goebbels, pero en simple. Ahora que lo pienso, todos los indepes son como los nazis, pero en simple.

—¿Nos espera un otoño caliente, entre 11-S, protestas de los CDR, comienzo de juicios?

—No llegará la sangre al río, hombre de Dios… Som catalans! Habrá brasa a granel, eso sí, pero ya estamos acostumbrados. ¡Levanta ese ánimo, jorobar!

—Ya lo intento, ya… pero algunos días no me siento las piernas. Dime: ¿fue un error el tancredismo de Rajoy? ¿Es un error que la primera línea de defensa del Estado de Derecho sea el Poder Judicial? ¿Crees que esto mejorará con Sánchez en la Moncloa? ¿Acabará cediendo con lo del referéndum? ¿Indultará a todos estos golpistas?

—Rajoy es un político inexplicable, probablemente también como ser humano. Yo no lo he entendido nunca. Parece un pusilánime y un vagazo, pero se ha tirado ocho años de presidente. Y su pasotismo nos ha pasado factura. Desde el 2012, cuando se intensificó la tabarra, debería haber puesto en marcha un discurso alternativo y no hizo nada. Los indepes hablaban con cualquier periodista, y en Moncloa no se ponían ni para el New York Times. Aplicó el 155 tarde y mal. Y se ha vuelto a Santa Pola, a dar tamponazos como si aquí no hubiese pasado nada. Semejante cachaza me deja pasmado. No sé qué hará Sanchez, pero creo que ya es consciente de que las maniobras de apaciguamiento con los indepes son tan inútiles como las de Chamberlain con Hitler.

—Los hechos del 6 y 7 de septiembre y el 1 de octubre suponen a tu juicio un golpe de Estado en toda regla? ¿Es excesivo juzgar a los encausado por rebelión? ¿Se ha metido en camisa de once varas el tribunal alemán al enmendarle la plana a Llarena?

—El 6 y 7 de septiembre, los nacis se pasaron por el forro a la oposición porque creían estar en su derecho, ya que solo ellos son los auténticos representantes de la sociedad catalana. Rebelión no sé, pero sedición, sin duda. Y los jueces alemanes deberían haberse limitado a cumplir la euroorden y devolvernos a Puchi. Se supone que hay una confianza mutua entre Estados europeos democráticos, que las teorías de unos no son discutidas por otros. Nos han tratado como a un socio de poco fiar, que dice que es demócrata, pero no te lo puedes acabar de creer. Se han metido donde no les llamaban, sí.

—¿Qué te pareció el papel del Rey tras el 1-O? ¿Fue correcto, hizo lo que debía hacer? Ahora que no tienen a Rajoy, lo odian a fin…

—El rey hizo de rey… ¿Qué querían que hiciera? ¿Qué pidiera disculpas por los porrazos del 1 de octubre? Es como quejarse de que el Papa se pasa de católico. Cualquier rey defiende la unidad de la nación. Y para Felipe VI fue su primer gran momento, como lo fue para su padre el 23 F.

—¿Te produjo vergüenza ajena ver a Quim Torra montar el pollo en Washington ante la réplica que le dio Pedro Morenés? Tal vez parte del problema de estos fanfarrones es que no están acostumbrados a que les canten las cuarenta con suma elegancia y sin levantar la voz…

—Torra da siempre mucha vergüenza, porque va de intelectual y solo es un tarugo supremacista. La delegación catalana se portó como una pandilla de canis y chonis en una discoteca de extrarradio. ¡Se fueron cantando Els segadors a grito pelado! Y en el exterior se pusieron a improvisar un castell mientras seguían cantando. ¡Aparecieron cinco coches de policía! La delegación catalana era una gente a la que no se puede enviar a ninguna parte porque te hacen quedar como el ojo ciego. Creen que su monotema debe interesarle a todo el mundo. Y solo son una pandilla de fulastres con ganas de armar la bronca.

—¿Qué hacemos con Puigdemont? ¿No hubiera sido mejor aceptar extraditarlo por malversación? Ahora que se ha retirado la euroorden… ¿dejamos que le crezcan telarañas en Waterloo?

—Yo hubiese aceptado la malversación, por la que le habrían podido caer doce años. Lo principal es encerrarlo y que deje de dar la brasa por Europa, pero Llarena es un maximalista. Yo creo que más vale malversador en mano que sedicioso volando, pero, en fin, no soy abogado.

—¿Ha servido de algo, siquiera como aviso a caminantes, el 155? ¿Crees que no quedará otro remedio que volver a aplicarlo, interviniendo educación y medios? Esta gente no está por ningún arreglo razonable, creo que no se bajarán del burro hasta que alguien les pare los pies sin contemplaciones…

—El 155 se aplicó tarde y mal. Y es evidente que no ha surtido mucho efecto. Los nacis siguen haciéndose los chulos aunque haya gente en el trullo y gente lampando por el extranjero. Los problemas mentales son de muy difícil tratamiento, insisto.

—De ir las cosas a peor… ¿Crees que Tabarnia podría dejar de ser un divertimento, una forma de darles a los nacionalistas un poco de su propia medicina, y convertirse en una posibilidad real? ¿El “Derecho a Decidir” es para todos o sólo para algunos?

—Lo de Tabarnia es una broma graciosa y poco más. Sirve para tocarles las narices a los nacis, utilizando sus argumentos para ponerlos ante el espejo de su ridiculez. Como proyecto político serio no le veo el menor futuro.

—Tal y como está el patio, creo que sería bueno cruzar los dedos y rezar para que lo que estamos viendo en el independentismo vaya a más. Me refiero a la enconada lucha por el poder que se avecina, entre las huestes de Cocomocho, el narciso enajenado, y su Crida Nacional por la República, iniciativa ególatra y peronista que busca fagocitar al PDeCAT. Eso, unido a la profunda animadversión que sienten los de ERC por todos ellos, y a la mentalidad «unabomber» de la CUP, podría mandarlo todo al carajo… ¿No te parecería bonito? ¿Tienes palomitas y microondas?

—Es una suerte que todos esos chiflados estén a la greña entre ellos para ver quien es más puro y más patriota. Yo creo que Puchi está cada día más loco, a un paso de creerse Napoleón, o Perón, no sé. Coges a un cazurro de Gerona, el cazurro se fuga y acaba considerándose un caudillo providencial llamado a salvar a la patria. Todo es triste y grotesco a la vez. Cuando se juntan la mala intención con la estupidez pasan estas cosas, supongo.

—¿Qué ha hecho bien Ciudadanos en Cataluña y en qué se están equivocando a nivel estatal? ¿Pasar de lo socialdemócrata a lo liberal, escorando a la derecha, es a tu entender un error o un acierto?

—Ciudadanos no tiene nada que ver con el Ciutadans de los comienzos en Cataluña. Me reventó profundamente que Rivera se despidiera de la socialdemocracia para declararse liberal, que no quiere decir nada. O sí, que te has ido hacia la derecha. En Cataluña les voto para jorobar a los nacis, pero en España ya no lo tengo tan claro. Creo que deberían haber ido a por la parroquia del PSOE en vez de hacia la del PP, pero ellos sabrán. Total, lo único que tiene Rivera en la cabeza es llegar a presidente de la nación. No le interesa nada más. Va adaptando la ideología que no tiene a las circunstancias. Al principio, Ciutadans era una propuesta ilusionante. Ciudadanos a nivel nacional solo es un partido de derechas, no tan de derechas como el PP de Casado, pero sin nada que ver con lo que fue en su fundación. Una pena. Otra

—Volvamos a la guasa… ¿Tú te irías de cenorra, copas y bailoteo con Quim Torra, como dice Iceta? ¿Lo del PSC tiene remedio o hay que darlo por irresoluble? ¿Sufren el complejo del judío converso ante el cristiano viejo?

—Yo con Torra no iría ni a la esquina, que se beba la ratafía él solo. Iceta parece mejor persona y más divertido. ¿Tú lo has visto bailar? ¡Es un vacía pistas! Proyecta brazos y piernas hacia todos los lados y es un espectáculo. Como Eulalia Reguant y sus muecas y sus gafas de Rappel. El PSC es un desengaño permanente. Siempre están entre Pinto y Valdemoro. Quieren agradar a todo el mundo y cada vez les vota menos gente. Y el temor a ser considerados malos catalanes ha disminuido un poco, pero no lo suficiente.

—Off the record… ¿Has retirado, en público, o con nocturnidad y alevosía, algún lacito amarillo o simbología indepe de postes y farolas?


—No, no he retirado nada… ¡Ya solo me faltaría ejercer de basurero gratis!

—Pregunta machista al canto ahora que no nos lee nadie… Pilar Rahola, Mónica Terribas, Anna Gabriel, Núria de Gispert, Marta Rovira, Carme Forcadell… ¿Cuál de estas ilustres señoras se te antoja más insufrible? ¿Dirías que alguna de ellas cumple con el genotipo áureo propio de una raza superior?

—Cada una a su manera resulta extremadamente irritante, pero Rahola se lleva la palma, porque tiene el don de la ubicuidad y te la encuentras en todas partes: La Vanguardia, TV3, las librerías, las redes sociales… ¡Para mí es la pelmaza máxima del prusés!

—Terminamos. Cuéntanos un poco en qué proyectos andas ¿Preparas nuevo libro?, ¿Superarás el trauma de aquella lejana primera película de 2004 y volverás a hacer cine? ¡Mientras podamos seguir disfrutando de tus mamporros dialécticos a políticos y faranduleros nos daremos por satisfechos!

—Mi primera peli no me ocasionó ningún trauma. Recuperó la inversión, se paseó por un montón de festivales dentro y fuera de España y me consiguió una nominación como mejor director novel en 2005. El problema es que no he conseguido levantar otra desde entonces, lo cual me tiene un pelín amargado. Me hace ilusión escribir un libro sobre los cómics y mi relación con ellos, pero nunca encuentro el momento. Solo tengo el título: “El cine de los pobres. Una historia personal de los cómics”.

—Bueno, mi queridísimo muy de derechas, te agradezco sinceramente que nos hayas concedido esta entrevista. Ya sé que has tenido que anular una tertulia en TV3 y una entrevista en Cataluña Ràdio que tenías apalabradas. Pero tú en los medios indepes sales a todas horas. Eso sí: no te invitan a pastitas. Por cierto, casi me he soplado la botella de ratafía… ¿Te importa si me tumbo un rato en tu sofá?

—Echa la siesta tranquilamente, pero intenta no ahogarte en tu propio vómito, que me lo pondrías todo perdido y la ratafía es muy mala de limpiar…

 
Loquillo solía decir que no hubo nunca un movimiento pop cohesionado "barcelonés", que lo único que había eran chispazos sueltos...
 
Entre muchas cosas, pero lo de Washington, salir de la sala cantando a grito pelado el himno de els segadors y en los pasillos fuera de la sala ponerse a hacer un "Castell" y cantando.

Por Dios Bendito, es que no es por su ideología;
son simple y llanamente unos estúpidos muy mal educados que realmente no pueden salir de la granja, o incluso de la escuela de primaria porque su cerebro ha quedado estancado en dicha edad.
 
Entre muchas cosas, pero lo de Washington, salir de la sala cantando a grito pelado el himno de els segadors y en los pasillos fuera de la sala ponerse a hacer un "Castell" y cantando.

Por Dios Bendito, es que no es por su ideología;
son simple y llanamente unos estúpidos muy mal educados que realmente no pueden salir de la granja, o incluso de la escuela de primaria porque su cerebro ha quedado estancado en dicha edad.

las criaturas inviables del catalanismo crepuscular...
 
Entre muchas cosas, pero lo de Washington, salir de la sala cantando a grito pelado el himno de els segadors y en los pasillos fuera de la sala ponerse a hacer un "Castell" y cantando.

Por Dios Bendito, es que no es por su ideología;
son simple y llanamente unos estúpidos muy mal educados que realmente no pueden salir de la granja, o incluso de la escuela de primaria porque su cerebro ha quedado estancado en dicha edad.

Son paletos adoctrinados que todavía no han conseguido salir de la adolescencia.
 
Entre muchas cosas, pero lo de Washington, salir de la sala cantando a grito pelado el himno de els segadors y en los pasillos fuera de la sala ponerse a hacer un "Castell" y cantando.

Por Dios Bendito, es que no es por su ideología;
son simple y llanamente unos estúpidos muy mal educados que realmente no pueden salir de la granja, o incluso de la escuela de primaria porque su cerebro ha quedado estancado en dicha edad.
No es sólo un tema de educación y tal, hay un serio problema de pérdida de contacto con la realidad.

Lo que sufrieron en Washington se llama golpe de realidad
 
Su discurso es "los catalonios estan locos", pero luego quiere el estatus quo del R78.

YO hace 25 anyos que me di cuenta de que estaban mal de la cebolla, y hace 20 que estoy en el exilio. El problema catalonio solo se acabara cuando se acabe el R78 y vuelva el R36. No habia problema catalonio en el R36. No es muy dificil de entender.
 
Su discurso es "los catalonios estan locos", pero luego quiere el estatus quo del R78.

YO hace 25 anyos que me di cuenta de que estaban mal de la cebolla, y hace 20 que estoy en el exilio. El problema catalonio solo se acabara cuando se acabe el R78 y vuelva el R36. No habia problema catalonio en el R36. No es muy dificil de entender.

No. Lo que necesitamos es el Rxx. Un R que nunca hemos tenido. El R78 es consecuencia directa del R36. En muchos aspectos, en los esenciales de hecho, es prácticamente lo mismo.
 
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