8 o 9 de mayo: ¿día de la victoria o día de los perdedores?: depende de a quién se lo preguntes. Y 1 de abril, ¡día de la victoria para derechistas!

LibertarioCéltico

Forero Paco Demier
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DÍA DE LOS PERDEDORES DEL EX-OCCIDENTE PODRIDO Y poco equilibrado VERSUS EL AUTÉNTICO DÍA DE LA VICTORIA.​

Por Nicus.



De vez en cuando me agrada fisgonear un poco el panorama del micronacionalismo progre y entonces me llego a encontrar con escritos chistosos como este que se titula “LCCV aniversario del día de la Victoria”. [1] Por favor, pronúnciese “ele ce ce uve aniversario del día de la victoria”; pues eso es lo que dice. No otra cosa, como quizás quisieron decir, pero para quien todavía no captó el chiste, lo explicaré al final de este artículo.

El sábado 1 de abril de 1939 ADAT, fue el auténtico día de la victoria, cuando el nacionalcatolicismo derrotó a la peste roja del comunismo internacional. [2] Ese día, la España auténtica destrozó a las fuerzas internacionalistas y globalistas, de la ****omasonería; ese día, la España tradicional y católica aplastó al mugroso paganismo y ateísmo socialista; ese día, la Hispanidad y el sacrosanto fascismo aplastaron al totalitarismo de la democracia y el colectivismo. Ese día, triunfó Cristo, triunfó la Iglesia, triunfó el individuo y su libertad. Ese día, triunfó el capital y la voluntad, por encima del mal común, la miseria y la podredumbre progresista. Sí, aunque esto parezca una expresión anacrónica; ese día, triunfó para el futuro cercano y para siempre, las fuerzas de la Derecha por encima de las fuerzas de la Izquierda; porque ese día, se le demostró al mundo, que el Fascismo, el conservadurismo y todo el bien, pueden triunfar con tan sólo tener la voluntad de hacerlo. Que les quede muy claro a los izquierdistas en general y particularmente a los progresistas: ustedes sólo pueden ganar, mientras la Derecha (el Bien), se los permita.

El 1 de abril de 1939, la Derecha derrotó para siempre a la Izquierda; no sólo por el triunfo material que fue temporal, sino por el triunfo jovenlandesal, que ha sido perpetuo. Ese día se demostró para siempre, la superioridad jovenlandesal de la Derecha, que sólo depende de su voluntad para vencer a los izquierdistas. Así pues, si la Tierra y el ex-Occidente podrido y poco equilibrado, hoy en día está así, no es tanto por culpa de la Izquierda, sino gracias a los propios derechistas, que mayoritariamente se comportan como izquierdistas. Por eso, los derechistas celebramos el 1 de abril, nuestro día de la Victoria, ¡el auténtico día de la victoria!

Sin embargo, los plagiarios izquierdistas, nos copian y celebran el 8 o 9 de mayo, su propio día de la victoria [3]; pero una victoria superficial, que en definitiva es ficticia. Ellos alegan haber ganado la supuesta “Segunda” Guerra Mundial, que en realidad fue la Quinta y además fue una mentira (desde cierto punto de vista); una gran falacia del hombre de trabajo manual, ya que el máximo hilo conductor de esa guerra estaba siendo llevado a cabo por la ****omasonería, puesto que, la mayoría de los líderes del Eje (no todos), estaban “encausados” y bajo las directivas de la masonería.

Así pues, actualmente, los líderes de CELTIC—posiblemente la mayor micronación católica, así como la mayor micronación fascista y conservadora de habla hispana—, sabemos que el nacionalsocialismo estaba prácticamente dominado bajo la ****omasonería, y que Hitler era un masón, al servicio del sionismo y la ****ría internacional [4]; y que por tanto, se esforzó para perder la guerra a propósito, sólo para que Alemania quedara mal parada ante la opinión pública, se difundiera la farsa del holocausto judío, con sus ficticias cámaras de gas (el holocuento), y finalmente, los judíos supremacistas sionistas pudieran tener su tan anhelado Estado de Israel; para así, esos falsos judíos (en realidad, jázaros), pudieran expulsar de sus tierras, a los verdaderos descendientes de los hebreos del Antiguo Testamento, que son los palestinos, que son de religión, fiel a la religión del amores o cristianos, y que serán los árabes que se convertirán al verdadero cristianismo (catolicismo) y el verdadero pueblo elegido por Yahveh. Además, como lo dice el mismo nombre de la ideología del hombre de trabajo manual, ellos son nacionalsocialistas, es decir que son socialistas, cuando nosotros siempre fuimos capitalistas. Mientras el socialismo significa el totalitarismo o esclavismo, es decir, la falta de libertades para comerciar y para todo lo demás; el capitalismo representa el libre mercado, es decir, libertad. Mientras que el socialismo representa a la masa amorfa y a un colectivo imaginario, donde todas las voluntades individuales se diluyen al punto de que no existe libertad; el individualismo representa la voluntad del individuo, y así, el capitalismo es el sistema que asegura que todos los individuos (y cada uno de ellos), puedan ser felices, ya que pueden hacer lo que deseen, sin dañar a los demás (principio de no-agresión). El socialismo o el colectivismo es lo opuesto a la libertad: para ellos, se deben defender “derechos” imaginarios o de los colectivos, pasando por encima de los derechos individuales; ya que para ellos es más importante los deseos democráticos de las mayorías y los colectivos, antes que los deseos de todos y cada uno de los individuos. Así pues, el colectivismo ha alcanzado su máximo nivel totalitario en la historia, con la creación del Estado Moderno (gracias a la Ilustración ****omasónica y la revolución “francesa”), y a partir de ahí, ese Estado Moderno se desarrolló hasta llegar al Estado Totalitario Progresista, que es el mayor monstruo político, económico y social, jamás forjado en la historia de la humanidad. Digamos que ese monstruo, representa a todo lo opuesto a lo que es el ser humano, entendiéndose a este último como la criatura más excelsa creada por Dios, sobre la faz de la Tierra. El monstruo colectivista, es una aberración diabólica sin alma que arrasa destrozando todo a su paso. Y así ha hecho el socialismo (en todas sus formas, incluyendo la social-democracia): a cada país que ha visitado, lo ha desmantelado.
 
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