M. Priede
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¿Cuántos ingenieros por la verdad del 11m tenemos en España? Ni uno. Eso marca la diferencia entre el estadounidense y el español. Luis del Pino es ingeniero de telecomunicaciones, y desmontó la verdad oficial, pero jamás tocó la autoría. Él, y ni uno más. Y así nos va. ¿Que se paga un alto precio? Sí, también en EEUU, y ya veis, tres mil y aquí uno. Dos con el periodista Fernando Múgica: Ha muerto Fernando Múgica. "El 11m me ha costado la vida"
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En honor a un contador de la verdad
14 de diciembre de 2022 | Categorías: Artículos y Columnas | Etiquetas: | Imprimir este artículo
Estimados lectores: Este sitio web necesita su ayuda si queremos cumplir con los requisitos del IRS para seguir siendo una fundación pública 501c3.
En honor a un contador de la verdad
Richard Gage, quien fundó Architects & Engineers for 9/11 Truth y aumentó la membresía a 3000 arquitectos e ingenieros que saben con certeza que la historia oficial del colapso de los tres rascacielos del WTC es falsa, organizó una conmemoración en línea el 9 de diciembre de David Ray Griffin, un distinguido erudito de impecable integridad que falleció recientemente. Me invitaron a participar.
David Ray Griffin: el narrador de la verdad
Honorable Paul Craig Roberts, Ph. D.
David Ray Griffin era un hombre que podía diferenciar entre el bien y el mal, y reconoció el poder del mal. Cuando ocurrió el evento conocido como el 11 de septiembre, Griffin dedujo de la insuficiencia de la explicación oficial y del mal uso del 11 de septiembre, tanto en el país como en el extranjero, que el régimen neoconservador Cheney-Bush hizo del 11 de septiembre, que mucho estaba mal. Dejó a un lado su obra sobre filosofía de la religión y naturalismo científico para investigar y dar un relato veraz, que proporcionó en una gran cantidad de libros, tal vez una docena.
Otros, por supuesto, también contribuyeron a establecer los hechos. Entre ellos se encuentran Richard Gage, científicos intrépidos como Steven Jones, Niels Harrit y el físico David Chandler, los otros en este programa, y Graeme MacQueen, quien expuso el engaño del ántrax.
David Ray Griffin se quedó en el caso, libro tras libro, y lo remató.
Las personas lo suficientemente interesadas como para prestar atención han concluido en su mayoría que los neoconservadores que ocuparon los cargos más altos en el Pentágono, el Departamento de Estado y el Consejo de Seguridad Nacional, todos bajo la protección de Cheney y, por lo tanto, del presidente Bush, atacaron nuestro país para tener su “nuevo Pearl Harbor” para liberarlos y diezmar el Medio Oriente y el norte de África en interés de Israel. Por supuesto, muchas otras personas se beneficiaron. Por ejemplo, las ganancias del complejo militar-de seguridad y los enemigos de la Constitución estadounidense. El régimen de Bush suspendió el habeas corpus y afirmó el derecho medieval de encarcelar a las personas sin presentar pruebas ante un juez y un jurado y obtener una condena. El régimen de Obama fue más allá y afirmó el derecho del presidente de los Estados Unidos a ejecutar a ciudadanos estadounidenses solo por sospecha sin el debido proceso.
En mi opinión, David Ray Griffin estaba alarmado por la capacidad del mal para usar al gobierno estadounidense con fines malvados.
Creo que David Ray Griffin llegó a la conclusión de que no teníamos posibilidad de deshacernos del mal que nos envuelve a menos que la gente entendiera que la narrativa que se les había dado era falsa. Se basó en la lógica para establecer la falsedad de la narrativa oficial del 11 de septiembre.
La pregunta que tenemos ante nosotros es: ¿qué tan poderosa es la verdad y la lógica que la respalda? La respuesta no es tranquilizadora. Recuerde el asesinato del presidente John F. Kennedy. Toda la evidencia conocida refuta que fue asesinado por Oswald. Ninguna evidencia conocida apoya la narrativa oficial. Sin embargo, la narrativa oficial sigue en pie. Se mantiene porque ningún gobierno de los EE. UU., independientemente del partido en el poder, reconocerá una acción criminal del gobierno de los EE. UU.
También se expone el evento conocido como 9/11. Pero la historia oficial permanece en su lugar. Si el gobierno no lo admite, los historiadores y los “verificadores de hechos” repiten las cuentas falsas como prueba de que las cuentas verdaderas son falsas. Parece ser que lo único que cuenta es la palabra del mentiroso.
Aquellos de nosotros, que aún existimos, que respetamos la verdad y sabemos que el mal no se puede controlar si se suprime la verdad, tenemos la obligación de continuar con la oposición de David Ray Griffin al poder creciente del mal.
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*Tema mítico* : - 11M: las pruebas de la única autoría posible
He tenido que cambiarlo de ubicación. En estos 11 años el foro ha modificado la configuración varias veces y al no poder corregir enlaces ni reeditar, el hilo se había quedado manga por hombro. Lo tenéis en este enlace y en los tres comentarios siguientes, ya que ahora no cabe todo en uno...
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Richard Gage, quien fundó Architects & Engineers for 9/11 Truth y aumentó la membresía a 3000 arquitectos e ingenieros que saben con certeza que la historia oficial del colapso de los tres rascacielos del WTC es falsa, organizó una conmemoración en línea el 9 de diciembre de David Ray Griffin, un distinguido erudito de impecable integridad que falleció recientemente. Me invitaron a participar.
David Ray Griffin: el narrador de la verdad
Honorable Paul Craig Roberts, Ph. D.
David Ray Griffin era un hombre que podía diferenciar entre el bien y el mal, y reconoció el poder del mal. Cuando ocurrió el evento conocido como el 11 de septiembre, Griffin dedujo de la insuficiencia de la explicación oficial y del mal uso del 11 de septiembre, tanto en el país como en el extranjero, que el régimen neoconservador Cheney-Bush hizo del 11 de septiembre, que mucho estaba mal. Dejó a un lado su obra sobre filosofía de la religión y naturalismo científico para investigar y dar un relato veraz, que proporcionó en una gran cantidad de libros, tal vez una docena.
Otros, por supuesto, también contribuyeron a establecer los hechos. Entre ellos se encuentran Richard Gage, científicos intrépidos como Steven Jones, Niels Harrit y el físico David Chandler, los otros en este programa, y Graeme MacQueen, quien expuso el engaño del ántrax.
David Ray Griffin se quedó en el caso, libro tras libro, y lo remató.
Las personas lo suficientemente interesadas como para prestar atención han concluido en su mayoría que los neoconservadores que ocuparon los cargos más altos en el Pentágono, el Departamento de Estado y el Consejo de Seguridad Nacional, todos bajo la protección de Cheney y, por lo tanto, del presidente Bush, atacaron nuestro país para tener su “nuevo Pearl Harbor” para liberarlos y diezmar el Medio Oriente y el norte de África en interés de Israel. Por supuesto, muchas otras personas se beneficiaron. Por ejemplo, las ganancias del complejo militar-de seguridad y los enemigos de la Constitución estadounidense. El régimen de Bush suspendió el habeas corpus y afirmó el derecho medieval de encarcelar a las personas sin presentar pruebas ante un juez y un jurado y obtener una condena. El régimen de Obama fue más allá y afirmó el derecho del presidente de los Estados Unidos a ejecutar a ciudadanos estadounidenses solo por sospecha sin el debido proceso.
En mi opinión, David Ray Griffin estaba alarmado por la capacidad del mal para usar al gobierno estadounidense con fines malvados.
Creo que David Ray Griffin llegó a la conclusión de que no teníamos posibilidad de deshacernos del mal que nos envuelve a menos que la gente entendiera que la narrativa que se les había dado era falsa. Se basó en la lógica para establecer la falsedad de la narrativa oficial del 11 de septiembre.
La pregunta que tenemos ante nosotros es: ¿qué tan poderosa es la verdad y la lógica que la respalda? La respuesta no es tranquilizadora. Recuerde el asesinato del presidente John F. Kennedy. Toda la evidencia conocida refuta que fue asesinado por Oswald. Ninguna evidencia conocida apoya la narrativa oficial. Sin embargo, la narrativa oficial sigue en pie. Se mantiene porque ningún gobierno de los EE. UU., independientemente del partido en el poder, reconocerá una acción criminal del gobierno de los EE. UU.
También se expone el evento conocido como 9/11. Pero la historia oficial permanece en su lugar. Si el gobierno no lo admite, los historiadores y los “verificadores de hechos” repiten las cuentas falsas como prueba de que las cuentas verdaderas son falsas. Parece ser que lo único que cuenta es la palabra del mentiroso.
Aquellos de nosotros, que aún existimos, que respetamos la verdad y sabemos que el mal no se puede controlar si se suprime la verdad, tenemos la obligación de continuar con la oposición de David Ray Griffin al poder creciente del mal.
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