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La derrota de Estados Unidos en Afganistán amenaza con socavar su limitada influencia geoestratégica. Con el ascenso de los talibanes, las infraestructuras energéticas y los recursos naturales de la región están ahora mas en peligro que nunca desde 2001, año en que Washington expulsó al régimen talibán.
Mientras los talibanes hacen balance de los recursos naturales y de las infraestructuras financiadas por EEUU que ahora tienen a su disposición, sus competidores estratégicos, como China y Rusia, se fijarán en lucrativos proyectos de desarrollo que impulsen sus ambiciones regionales.
Afganistán tiene un estimado de 1,4 millones de toneladas de elementos de tierras raras como lantano, cerio, neodimio así como otros minerales cruciales como el litio para la producción de tecnología. Un volumen valorado entre 853.565 millones y 2,5 billones de euros. A ellos habría que sumar 60 millones de toneladas de cobre, 2.200 millones de toneladas de mineral de hierro y vetas de aluminio, oro, plata, zinc y mercurio.
Esto convierte al país en un objetivo clave de inversión para China, que actualmente lidera las cadenas de suministro mundiales de tierras raras y las utiliza como parte de su estrategia geopolítica. EEUU y el resto de occidente necesitan contar con acceso a estas materias primas y en estos momentos Pekín controla el 90% de la capacidad de procesamiento.
Los talibanes también podrán negociar con las vastas reservas de litio en provincias como Ghazni, Herat y Nimroz. El litio es un componente clave en la construcción de las baterías de iones de litio que alimentan desde los teléfonos móviles hasta los vehículos eléctricos.
La posibilidad de que China se haga con el control de los yacimientos sin explotar de litio y tierras raras en Afganistán supondría una gran ventaja para Pekín en su creciente competencia con EEUU y Europa. En 2019, EEUU importó el 80% de sus minerales de tierras raras de China, mientras que los países europeos obtuvieron el 98% del gigante asiático.
La segunda mayor economía del mundo también comparte una pequeña frontera con Afganistán, llamada Corredor de Wakhan, de apenas 210 km de largo. Un lugar difícil para la construcción de redes de carreteras pero, sin embargo, su ubicación es crucial para la seguridad y la viabilidad del Corredor Económico China-Pakistán, una parte clave de la Iniciativa de la Nueva Ruta de la Seda (BRI, por sus siglas en inglés) del país asiático. En 2020 las exportaciones de China a Afganistán alcanzaron solo los 41,4 millones de euros mientras las importaciones fueron de 12,6 millones de euros.
Los talibanes refuerzan el control y se reanudan las evacuaciones
Los talibanes reforzaron el control de la capital afgana el martes mientras muchos comercios volvieron a abrir. El control estadounidense en el Aeropuerto Internacional Hamid Karzai posibilitó ayer sucesivos vuelos de evacuación con puentes aéreos a Kuwait, Doha y Dubái y capitales vecinas. Un día antes, el presidente de EEUU, Joe Biden reconoció que la toma del país por parte de los talibanes fue más rápida de lo que esperaba y que la salida ha estado "lejos de ser perfecta".
BONUS
El fiasco en Afganistán deja ya a EEUU una factura de 2,26 billones de dólares
Mientras los talibanes hacen balance de los recursos naturales y de las infraestructuras financiadas por EEUU que ahora tienen a su disposición, sus competidores estratégicos, como China y Rusia, se fijarán en lucrativos proyectos de desarrollo que impulsen sus ambiciones regionales.
Afganistán tiene un estimado de 1,4 millones de toneladas de elementos de tierras raras como lantano, cerio, neodimio así como otros minerales cruciales como el litio para la producción de tecnología. Un volumen valorado entre 853.565 millones y 2,5 billones de euros. A ellos habría que sumar 60 millones de toneladas de cobre, 2.200 millones de toneladas de mineral de hierro y vetas de aluminio, oro, plata, zinc y mercurio.
Esto convierte al país en un objetivo clave de inversión para China, que actualmente lidera las cadenas de suministro mundiales de tierras raras y las utiliza como parte de su estrategia geopolítica. EEUU y el resto de occidente necesitan contar con acceso a estas materias primas y en estos momentos Pekín controla el 90% de la capacidad de procesamiento.
Los talibanes también podrán negociar con las vastas reservas de litio en provincias como Ghazni, Herat y Nimroz. El litio es un componente clave en la construcción de las baterías de iones de litio que alimentan desde los teléfonos móviles hasta los vehículos eléctricos.
La posibilidad de que China se haga con el control de los yacimientos sin explotar de litio y tierras raras en Afganistán supondría una gran ventaja para Pekín en su creciente competencia con EEUU y Europa. En 2019, EEUU importó el 80% de sus minerales de tierras raras de China, mientras que los países europeos obtuvieron el 98% del gigante asiático.
La segunda mayor economía del mundo también comparte una pequeña frontera con Afganistán, llamada Corredor de Wakhan, de apenas 210 km de largo. Un lugar difícil para la construcción de redes de carreteras pero, sin embargo, su ubicación es crucial para la seguridad y la viabilidad del Corredor Económico China-Pakistán, una parte clave de la Iniciativa de la Nueva Ruta de la Seda (BRI, por sus siglas en inglés) del país asiático. En 2020 las exportaciones de China a Afganistán alcanzaron solo los 41,4 millones de euros mientras las importaciones fueron de 12,6 millones de euros.
Los talibanes refuerzan el control y se reanudan las evacuaciones
Los talibanes reforzaron el control de la capital afgana el martes mientras muchos comercios volvieron a abrir. El control estadounidense en el Aeropuerto Internacional Hamid Karzai posibilitó ayer sucesivos vuelos de evacuación con puentes aéreos a Kuwait, Doha y Dubái y capitales vecinas. Un día antes, el presidente de EEUU, Joe Biden reconoció que la toma del país por parte de los talibanes fue más rápida de lo que esperaba y que la salida ha estado "lejos de ser perfecta".
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