Sir Connor
Excelentisimo Sir
Protagonista de numerosas polémicas, es recordado por el madridismo como un ejemplo de garra y superación
En la madrugada del viernes al sábado se cumplirán 30 años de la fin de Juan Gómez ‘Juanito’, uno de los jugadores madridistas más célebres y cuyo recuerdo perdura cada partido en el Santiago Bernabéu. El malacitano perdió la vida en la carretera después de asistir horas antes a un encuentro de ‘su’ Madrid. Eran las dos y diez de la madrugada de un 2 de abril de 1992. Y en la N-5, a la altura de Calzada de Oropesa, el polémico Juanito fallecía a los 37 años.
El fuengiroleño se inició en el mundo del fútbol en el Aspes CF y el CD Los Boliches, ambos de su localidad natal, hasta que el Atlético lo captó en 1969 para sus categorías inferiores. En la temporada 1972-1973 llegó su esperado debut con el primer equipo. Era un amistoso contra el Benfica, y en una de las primeras acciones sufrió un encontronazo en el que se fracturó la tibia y el peroné. Tras una larga inactividad fue cedido al Burgos, donde fue una pieza clave años después en el ascenso del equipo burgalés, que formalizó su fichaje.
Al triunfar en el equipo blanquinegro, el Barça, el Real Madrid y el Atlético, que lo quería de vuelta, pretendieron su fichaje. Y al ser preguntado por ello Juanito dejó claro en una entrevista que no regresaría a la entidad rojiblanca. “No quiero volver al Atlético de Madrid. Es un equipo gafe para mí ya. Yo sé que cometí muchos errores en mi juventud, lo reconozco. Pero tampoco es elegante que un club, cuando un jugador sufre una lesión de tibia y peroné, lo tenga un año solo a prueba y más cediéndome al Burgos...por eso al Atlético de Madrid no quiero ni verlo”, declaró.
Respecto a las otras dos propuestas, aunque la realizada por los azulgranas tanto al Burgos como al jugador fuera superior a la madridista, el extremo malagueño prefirió la oferta del equipo blanco, quien cerró su llegada a cambio de 27 millones de pesetas (160.000 euros). Fue allí donde labró su leyenda entre 1977 y 1987. Protagonizó numerosas polémicas (enemistad abierta con Stielike, críticas a Molowny, capeas en sus ratos libres que implicaron multas del club, y dos sanciones por acciones violentas) pero personificó como nadie la lucha hasta el final, el superar las adversidades y no rendirse jamás.
En el Real Madrid formó parte del equipo de las históricas remontadas europeas que hizo nacer el ‘miedo escénico’ en el Bernabéu, coincidiendo con jugadores como Chendo, Camacho, Stielike, Gordillo, Del Bosque, Valdano y Santillana, entre otros, y posteriormente con la ‘Quinta del Buitre’ de Butragueño, Míchel, Martín Vázquez, Sanchís y Pardeza, en el que Hugo Sánchez hizo historia como goleador.
Unas remontadas en la copa de la UEFA, una potentísima competición europea porque sólo los campeones ligueros disputaban la Copa de Europa, que se fraguaban desde la ida. El Real Madrid era goleado pero la misma noche de la derrota, Juanito y Camacho eran los cabecillas de comenzar a sembrar los mimbres de la remontada. Lo hacían en el hotel en el que pernoctaba el equipo. Aporreando las puertas de las habitaciones y con gritos que aseguraban que en Madrid se daría la vuelta a la eliminatoria, desconcertaban a los recién llegados al equipo.
Era la semilla de lo que posteriormente han llamado los medios ‘el espíritu de Juanito’, al referirse a que el Real Madrid necesitaba en un momento puntual poner tesón y coraje para salvar una situación muy complicada o protagonizar una remontada. Algo, por cierto, que gusta muy poco a uno de sus hijos.
Fue en una de esas situaciones complicadas, concretamente un 16 de abril de 1986, el malagueño dejó una frase para el recuerdo. “Noventa minuti en el Bernabéu son molto longo”, avisó Juanito a un jugador del Inter cuando éste celebraba, eufórico, la victoria por 3-1 contra el Real Madrid en el Meazza en la ida de las semifinales de la UEFA. Dicho y hecho. En la prórroga, con dos goles de Santillana, el equipo blanco hizo bueno el vaticinio (5-1). Y Juanito, lejos de estar molesto por su suplencia, fue el primero en lanzarse a abrazar al delantero cántabro cuando marcó el quinto tanto en el minuto 108. El equipo madridista sería campeón ante el Colonia, renovando el título logrado contra el Videoton un año antes.
Además de por su coraje y de por su madridismo, Juanito se ganó el cariño de los aficionados más radicales del Real Madrid, los ultrasur, en la época más violenta del grupo. El malagueño era de los jugadores que más colaboraba con los radicales cediéndoles camisetas firmadas o balones que los hinchas luego vendían y que les ayudaban a financiar parte de sus desplazamientos.
De hecho, fue muy sonada en su día una entrevista en el año 87 en la que Juanito condenaba las acciones de los radicales pero dejaba una frase para la polémica. “Si tuviera 15 años menos sería ultrasur”, aseguraba Juanito, quien acababa de protagonizar un episodio que provocaría su marcha del Real Madrid.
Un pisotón en la cabeza de Lothar Matthaus cuando el jugador del Bayern estaba tendido en el suelo (tras una durísima entrada del alemán a otro jugador madridista) motivó una dura sanción de la UEFA, que ya lo había castigado por dos años en 1978 por zarandear a un colegiado. Y también su adiós al cuadro blanco, con el que jugó 474 partidos y marcó 153 goles. En competición oficial fueron 401 encuentros y 121 los goles en una etapa en la que conquistó 5 Ligas, 2 Copas del Rey, 2 Copas de la UEFA y 1 Copa de la Liga.
Fue internacional en 37 ocasiones con la selección española, con la que marcó 8 goles y en la que también pasó a la historia por una cuestión extradeportiva, cuando en la ‘Batalla de Belgrado’ de 1977, en partido clasificatorio para el Mundial de Argentina 78, fue agredido al recibir un botellazo en la cabeza.
España se jugaba con Yugoslavia el pase, y después de sufrir una histórica encerrona desde los días previos, encarriló el pase con un gol de Rubén Cano. Juanito, al ser sustituido, hizo el gesto de la derrota con el pulgar de su mano derecha hacia abajo mirando al público local y recibió el impacto de una botella de cristal en otra imagen que todavía se recuerda 35 años después.
Juanito, que cerró su carrera como futbolista con dos temporadas con el Málaga, donde pasó a ser director deportivo, y cinco partidos con el Los Boliches en Segunda B, debutó como entrenador con el Mérida en la temporada 1991-1992. Pero a los 141 días del inicio de su periplo como técnico, acudió con el preparador físico del equipo emeritense, Manuel Jiménez ‘Lolino’, y tres jugadores, al Bernabéu. Asistió al Real Madrid-Torino, en la ida de las semifinales de la UEFA, un partido en el que el Real Madrid ganaría por 2-1. Ese partido no se recuerda por los goleadores (ni porque significó el regreso de Martín Vázquez a Chamartín con otra camiseta. Si no porque a su conclusión murió Juanito por un fatal accidente.
Un camión que tras*portaba troncos había volcado en la carretera. El coche con los tres jugadores, que iba delante, esquivó los troncos, pero Lolino, en su maniobra para evitarlos, no pudo evitar el choque contra otro camión. Lolino sobrevivió, pero Juanito, que dormía en el asiento del copiloto, murió en el acto. El exfutbolista había contratado ("pensando en mis hijos") poco antes un seguro de vida después de que una etniana le hubiera dicho que le quedaba poco de vida.
En su recuerdo, en homenaje del extremo que lució el número siete en la mayor parte de su carrera con la camiseta blanca, desde el Fondo Sur del Bernabéu comenzó a corearse en el minuto 7 de cada partido un cántico que perdura treinta años después. “¡Illa, illa, illa, Juanito maravilla!”.
En la madrugada del viernes al sábado se cumplirán 30 años de la fin de Juan Gómez ‘Juanito’, uno de los jugadores madridistas más célebres y cuyo recuerdo perdura cada partido en el Santiago Bernabéu. El malacitano perdió la vida en la carretera después de asistir horas antes a un encuentro de ‘su’ Madrid. Eran las dos y diez de la madrugada de un 2 de abril de 1992. Y en la N-5, a la altura de Calzada de Oropesa, el polémico Juanito fallecía a los 37 años.
El fuengiroleño se inició en el mundo del fútbol en el Aspes CF y el CD Los Boliches, ambos de su localidad natal, hasta que el Atlético lo captó en 1969 para sus categorías inferiores. En la temporada 1972-1973 llegó su esperado debut con el primer equipo. Era un amistoso contra el Benfica, y en una de las primeras acciones sufrió un encontronazo en el que se fracturó la tibia y el peroné. Tras una larga inactividad fue cedido al Burgos, donde fue una pieza clave años después en el ascenso del equipo burgalés, que formalizó su fichaje.
Al triunfar en el equipo blanquinegro, el Barça, el Real Madrid y el Atlético, que lo quería de vuelta, pretendieron su fichaje. Y al ser preguntado por ello Juanito dejó claro en una entrevista que no regresaría a la entidad rojiblanca. “No quiero volver al Atlético de Madrid. Es un equipo gafe para mí ya. Yo sé que cometí muchos errores en mi juventud, lo reconozco. Pero tampoco es elegante que un club, cuando un jugador sufre una lesión de tibia y peroné, lo tenga un año solo a prueba y más cediéndome al Burgos...por eso al Atlético de Madrid no quiero ni verlo”, declaró.
Respecto a las otras dos propuestas, aunque la realizada por los azulgranas tanto al Burgos como al jugador fuera superior a la madridista, el extremo malagueño prefirió la oferta del equipo blanco, quien cerró su llegada a cambio de 27 millones de pesetas (160.000 euros). Fue allí donde labró su leyenda entre 1977 y 1987. Protagonizó numerosas polémicas (enemistad abierta con Stielike, críticas a Molowny, capeas en sus ratos libres que implicaron multas del club, y dos sanciones por acciones violentas) pero personificó como nadie la lucha hasta el final, el superar las adversidades y no rendirse jamás.
En el Real Madrid formó parte del equipo de las históricas remontadas europeas que hizo nacer el ‘miedo escénico’ en el Bernabéu, coincidiendo con jugadores como Chendo, Camacho, Stielike, Gordillo, Del Bosque, Valdano y Santillana, entre otros, y posteriormente con la ‘Quinta del Buitre’ de Butragueño, Míchel, Martín Vázquez, Sanchís y Pardeza, en el que Hugo Sánchez hizo historia como goleador.
Unas remontadas en la copa de la UEFA, una potentísima competición europea porque sólo los campeones ligueros disputaban la Copa de Europa, que se fraguaban desde la ida. El Real Madrid era goleado pero la misma noche de la derrota, Juanito y Camacho eran los cabecillas de comenzar a sembrar los mimbres de la remontada. Lo hacían en el hotel en el que pernoctaba el equipo. Aporreando las puertas de las habitaciones y con gritos que aseguraban que en Madrid se daría la vuelta a la eliminatoria, desconcertaban a los recién llegados al equipo.
Era la semilla de lo que posteriormente han llamado los medios ‘el espíritu de Juanito’, al referirse a que el Real Madrid necesitaba en un momento puntual poner tesón y coraje para salvar una situación muy complicada o protagonizar una remontada. Algo, por cierto, que gusta muy poco a uno de sus hijos.
Fue en una de esas situaciones complicadas, concretamente un 16 de abril de 1986, el malagueño dejó una frase para el recuerdo. “Noventa minuti en el Bernabéu son molto longo”, avisó Juanito a un jugador del Inter cuando éste celebraba, eufórico, la victoria por 3-1 contra el Real Madrid en el Meazza en la ida de las semifinales de la UEFA. Dicho y hecho. En la prórroga, con dos goles de Santillana, el equipo blanco hizo bueno el vaticinio (5-1). Y Juanito, lejos de estar molesto por su suplencia, fue el primero en lanzarse a abrazar al delantero cántabro cuando marcó el quinto tanto en el minuto 108. El equipo madridista sería campeón ante el Colonia, renovando el título logrado contra el Videoton un año antes.
Además de por su coraje y de por su madridismo, Juanito se ganó el cariño de los aficionados más radicales del Real Madrid, los ultrasur, en la época más violenta del grupo. El malagueño era de los jugadores que más colaboraba con los radicales cediéndoles camisetas firmadas o balones que los hinchas luego vendían y que les ayudaban a financiar parte de sus desplazamientos.
De hecho, fue muy sonada en su día una entrevista en el año 87 en la que Juanito condenaba las acciones de los radicales pero dejaba una frase para la polémica. “Si tuviera 15 años menos sería ultrasur”, aseguraba Juanito, quien acababa de protagonizar un episodio que provocaría su marcha del Real Madrid.
Un pisotón en la cabeza de Lothar Matthaus cuando el jugador del Bayern estaba tendido en el suelo (tras una durísima entrada del alemán a otro jugador madridista) motivó una dura sanción de la UEFA, que ya lo había castigado por dos años en 1978 por zarandear a un colegiado. Y también su adiós al cuadro blanco, con el que jugó 474 partidos y marcó 153 goles. En competición oficial fueron 401 encuentros y 121 los goles en una etapa en la que conquistó 5 Ligas, 2 Copas del Rey, 2 Copas de la UEFA y 1 Copa de la Liga.
Fue internacional en 37 ocasiones con la selección española, con la que marcó 8 goles y en la que también pasó a la historia por una cuestión extradeportiva, cuando en la ‘Batalla de Belgrado’ de 1977, en partido clasificatorio para el Mundial de Argentina 78, fue agredido al recibir un botellazo en la cabeza.
España se jugaba con Yugoslavia el pase, y después de sufrir una histórica encerrona desde los días previos, encarriló el pase con un gol de Rubén Cano. Juanito, al ser sustituido, hizo el gesto de la derrota con el pulgar de su mano derecha hacia abajo mirando al público local y recibió el impacto de una botella de cristal en otra imagen que todavía se recuerda 35 años después.
Juanito, que cerró su carrera como futbolista con dos temporadas con el Málaga, donde pasó a ser director deportivo, y cinco partidos con el Los Boliches en Segunda B, debutó como entrenador con el Mérida en la temporada 1991-1992. Pero a los 141 días del inicio de su periplo como técnico, acudió con el preparador físico del equipo emeritense, Manuel Jiménez ‘Lolino’, y tres jugadores, al Bernabéu. Asistió al Real Madrid-Torino, en la ida de las semifinales de la UEFA, un partido en el que el Real Madrid ganaría por 2-1. Ese partido no se recuerda por los goleadores (ni porque significó el regreso de Martín Vázquez a Chamartín con otra camiseta. Si no porque a su conclusión murió Juanito por un fatal accidente.
Un camión que tras*portaba troncos había volcado en la carretera. El coche con los tres jugadores, que iba delante, esquivó los troncos, pero Lolino, en su maniobra para evitarlos, no pudo evitar el choque contra otro camión. Lolino sobrevivió, pero Juanito, que dormía en el asiento del copiloto, murió en el acto. El exfutbolista había contratado ("pensando en mis hijos") poco antes un seguro de vida después de que una etniana le hubiera dicho que le quedaba poco de vida.
En su recuerdo, en homenaje del extremo que lució el número siete en la mayor parte de su carrera con la camiseta blanca, desde el Fondo Sur del Bernabéu comenzó a corearse en el minuto 7 de cada partido un cántico que perdura treinta años después. “¡Illa, illa, illa, Juanito maravilla!”.
