LMLights
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Para darle un poco de vidilla al tema. Meto un hilo que merece ser reflotado (así lo saco de archivo).
Resumo lo mejor de este hilo. Merece la pena.
No es fácil imaginar la importancia que tuvo el nacimiento de la lengua escrita para fijar en símbolos gráficos las tradiciones de los pueblos antiguos. Los conocimientos que se trasmitían por vía oral podían, así, no depender tanto de la memoria de sus gentes y conservarse en piedra, hueso, piel o metal. Aunque la lectura estaría ahora reservada, sólo para quien conociese el valor sonoro e ideográfico de sus signos.
Hoy, las culturas a las que se atribuyen los alfabetos o escrituras más antiguas son la cultura Banpo, en China, del 4.700 a. C., la Macedónica, de hasta 7.000 a. C., las protogriegas con inscripciones de hasta el 5.250 a. C., y, con muchos testimonios, la cultura Vinka, del 4.000 a. C.; y todas ellas, enigmáticamente, tienen los mismos signos, que bien podemos atribuir a una misma fuente, la civilización atlante, o a una cultura progenitora del Neolítico que se extendió por todo el orbe.
AQUI HAY ALGO MÁS que animales como ritual mágico de caza.
Hasta hace poco tiempo se afirmaba, y aún hoy se afirma, de un modo dogmático que el alfabeto latino y el griego proceden del fenicio, lengua progenitora, se dice, de tantos modos de escritura como el púnico, las runas germánicas, el glagolítico (el búlgaro), el cirílico y tantos otros.
Es Herodoto y no la mitología griega ni sus tradiciones quien hace derivar la lengua griega del fenicio. Platón atribuye a la cultura ateniense más de 10.000 años de antigüedad, pero explica que cuando los pueblos olvidan su Historia es como si siempre fueran niños.
También se hace derivar del alfabeto fenicio el tartéssico, el íbero y el etrusco, bien directamente, o bien indirectamente a través del griego. Olvidamos, o no queremos tener en cuenta, lo que dice Estrabón, que atribuye a los tartessios leyes escritas en verso con una antigüedad de seis mil años.
Sin embargo esta teoría, que desde hace más de medio siglo es enseñada de un modo dogmático, fue, a principios del siglo XX, sólo una opción más entre varias; y no la más firme.
En la década de los 30 se debatía con otra que afirmaba lo contrario, que el alfabeto fenicio había sido adoptado por este pueblo viajero, al entrar en contacto con la cultura micénica y cretense (con los que tiene una gran semejanza), o, lo que es más interesante, con las protoculturas íbero-tartessicas que se extendían por la Península Ibérica, pues los signos de su alfabeto son casi idénticos. Hay signos de escritura en la Península Ibérica varios miles de años antes de que los fenicios aparecieran por nuestras costas.
Hay signos aparentemente numerales, y otros que no son mero símbolo mimético sino que tiene un cierto grado de abstracción.
«Para encontrar estas evidencias», señala Ana María Vázquez, «sólo es necesario querer verlas, porque los signos están ahí». «En los mismos Manuales de Arte ya se citan 'signos de posible escritura' hasta del Magdaleniense, entre 15.000 y 16.000 años antes de Cristo. Incluso en las figuras de las cuevas como las de er ra, por ejemplo, puede haber signos pintados o grabados que podrían llegar a entenderse como marcas de los autores».
El registro de proto-escritura más antiguo que se reconoce oficialmente en la actualidad es el siguiente, que se data en 8.600 años:
Las cuevas de Altamira estuvieron habitadas entre hace 35.000 y 13.000 años. Las pinturas se realizaron al final de ese periodo, y en ellas existen muestras de escritura. Por lo tanto, la escritura tendría como mínimo entre 13.000 y 14.500 años de antigüedad, y los registros más antiguos hallados y analizados serían españoles. Podemos afirmar pues, que el dogma actual de que la escritura nació en Mesopotamia no se sustenta sobre razones científicas, pues existen hipótesis de mayor calidad, como la de las cuevas de Altamira.
La escritura no nació en Mesopotamia.
AL RESPECTO DECIR que el cuneiforme en las tablillas de arcilla es ya (con un par de artefactos para hacer todos los signos -compuestos-), representa la plasmación práctica de la idea de imprenta (aunque sea muy básica o rudimentaria), lo más lógico es pensar que el signario encontrado en cuevas donde se mezclan dibujos figurativos con los primeros signos que podemos considerar IDEOGRAMAS como antecedente de un sistema de escritura, lo más lógico es pensar que esos signos y SU CONTINUACIÓN (el labrado o marcado de signos lineales y angulosos en piedra, como lo que vemos en los sígnos fenicios o iberos o en las runas), deben de ser PREVIOS AL CUNEIFORME SUMERIO.
ES PURA LÓGICA.
La Teoría que defiendo en este hilo, que es la misma que defiende Ana Mª Vázquez Hoys, no sólo me parece plausible, sino obvia.
Como siempre, se enfrenta al inmovilismo histórico predicado por la mayoría de las autoridades científicas. Yo he estado en las cuevas de Altamira y puedo dar fe, aún a pesar de modestos conocimientos en arte rupestre, que lo que allí había no eran sólo dibujos. Allí hay escritura, y cualquiera que haya ido allí y haya contemplado las paredes y techos con la mente abierta, lo corroborará. Si lenguajes escritos como el egipcio de la época de los grandes faraones, que todo el mundo conoce, son considerados escritura, lo que hay en Altamira también debería ser tomado como manifestaciones de una escritura. Más primitiva, sin duda, pero escritura al fin y al cabo.
Resumo lo mejor de este hilo. Merece la pena.
No es fácil imaginar la importancia que tuvo el nacimiento de la lengua escrita para fijar en símbolos gráficos las tradiciones de los pueblos antiguos. Los conocimientos que se trasmitían por vía oral podían, así, no depender tanto de la memoria de sus gentes y conservarse en piedra, hueso, piel o metal. Aunque la lectura estaría ahora reservada, sólo para quien conociese el valor sonoro e ideográfico de sus signos.
Hoy, las culturas a las que se atribuyen los alfabetos o escrituras más antiguas son la cultura Banpo, en China, del 4.700 a. C., la Macedónica, de hasta 7.000 a. C., las protogriegas con inscripciones de hasta el 5.250 a. C., y, con muchos testimonios, la cultura Vinka, del 4.000 a. C.; y todas ellas, enigmáticamente, tienen los mismos signos, que bien podemos atribuir a una misma fuente, la civilización atlante, o a una cultura progenitora del Neolítico que se extendió por todo el orbe.
AQUI HAY ALGO MÁS que animales como ritual mágico de caza.
Hasta hace poco tiempo se afirmaba, y aún hoy se afirma, de un modo dogmático que el alfabeto latino y el griego proceden del fenicio, lengua progenitora, se dice, de tantos modos de escritura como el púnico, las runas germánicas, el glagolítico (el búlgaro), el cirílico y tantos otros.
Es Herodoto y no la mitología griega ni sus tradiciones quien hace derivar la lengua griega del fenicio. Platón atribuye a la cultura ateniense más de 10.000 años de antigüedad, pero explica que cuando los pueblos olvidan su Historia es como si siempre fueran niños.
También se hace derivar del alfabeto fenicio el tartéssico, el íbero y el etrusco, bien directamente, o bien indirectamente a través del griego. Olvidamos, o no queremos tener en cuenta, lo que dice Estrabón, que atribuye a los tartessios leyes escritas en verso con una antigüedad de seis mil años.
Sin embargo esta teoría, que desde hace más de medio siglo es enseñada de un modo dogmático, fue, a principios del siglo XX, sólo una opción más entre varias; y no la más firme.
En la década de los 30 se debatía con otra que afirmaba lo contrario, que el alfabeto fenicio había sido adoptado por este pueblo viajero, al entrar en contacto con la cultura micénica y cretense (con los que tiene una gran semejanza), o, lo que es más interesante, con las protoculturas íbero-tartessicas que se extendían por la Península Ibérica, pues los signos de su alfabeto son casi idénticos. Hay signos de escritura en la Península Ibérica varios miles de años antes de que los fenicios aparecieran por nuestras costas.
Hay signos aparentemente numerales, y otros que no son mero símbolo mimético sino que tiene un cierto grado de abstracción.
«Para encontrar estas evidencias», señala Ana María Vázquez, «sólo es necesario querer verlas, porque los signos están ahí». «En los mismos Manuales de Arte ya se citan 'signos de posible escritura' hasta del Magdaleniense, entre 15.000 y 16.000 años antes de Cristo. Incluso en las figuras de las cuevas como las de er ra, por ejemplo, puede haber signos pintados o grabados que podrían llegar a entenderse como marcas de los autores».
El registro de proto-escritura más antiguo que se reconoce oficialmente en la actualidad es el siguiente, que se data en 8.600 años:
Las cuevas de Altamira estuvieron habitadas entre hace 35.000 y 13.000 años. Las pinturas se realizaron al final de ese periodo, y en ellas existen muestras de escritura. Por lo tanto, la escritura tendría como mínimo entre 13.000 y 14.500 años de antigüedad, y los registros más antiguos hallados y analizados serían españoles. Podemos afirmar pues, que el dogma actual de que la escritura nació en Mesopotamia no se sustenta sobre razones científicas, pues existen hipótesis de mayor calidad, como la de las cuevas de Altamira.
La escritura no nació en Mesopotamia.
AL RESPECTO DECIR que el cuneiforme en las tablillas de arcilla es ya (con un par de artefactos para hacer todos los signos -compuestos-), representa la plasmación práctica de la idea de imprenta (aunque sea muy básica o rudimentaria), lo más lógico es pensar que el signario encontrado en cuevas donde se mezclan dibujos figurativos con los primeros signos que podemos considerar IDEOGRAMAS como antecedente de un sistema de escritura, lo más lógico es pensar que esos signos y SU CONTINUACIÓN (el labrado o marcado de signos lineales y angulosos en piedra, como lo que vemos en los sígnos fenicios o iberos o en las runas), deben de ser PREVIOS AL CUNEIFORME SUMERIO.
ES PURA LÓGICA.
La Teoría que defiendo en este hilo, que es la misma que defiende Ana Mª Vázquez Hoys, no sólo me parece plausible, sino obvia.
Como siempre, se enfrenta al inmovilismo histórico predicado por la mayoría de las autoridades científicas. Yo he estado en las cuevas de Altamira y puedo dar fe, aún a pesar de modestos conocimientos en arte rupestre, que lo que allí había no eran sólo dibujos. Allí hay escritura, y cualquiera que haya ido allí y haya contemplado las paredes y techos con la mente abierta, lo corroborará. Si lenguajes escritos como el egipcio de la época de los grandes faraones, que todo el mundo conoce, son considerados escritura, lo que hay en Altamira también debería ser tomado como manifestaciones de una escritura. Más primitiva, sin duda, pero escritura al fin y al cabo.
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