Fudivarri
EL ESTADO ES TU PEOR ENEMIGO.
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Tomo la palabra, aunque siempre es impotente ante el misterio, y, para no repetirme como el gazpacho, os enlazo mi artículo de de 2009 ‘La senda del Infierno’. ¿Por qué? Porque en ese artículo, a pesar de sus muchos errores, puede estar la clave de lo que va a suceder en este triste planeta azul en los próximos tiempos. Ya sabéis que la mejor manera de desprestigiarse es hacer vaticinios a una década vista y no tener el buen gusto de desaparecer antes de que se cumpla el plazo. Pero me arriesgo a perder el poco que he tenido.
Especialmente, hay una gráfica en el artículo que relaciona la población del planeta con la producción de recursos energéticos fósiles(1). El pico de producción de petróleo se asegura que se produjo en 2007, como consecuencia: o nos empobrecemos todos ¡o sobra gente! Yo no lo dudo, como no lo duda nadie que se sabe condenado a morir, prefiero empobrecerme hasta la frugalidad ascética, quedarme seco como un arenque pillado en una puerta; pero los que desean ser reconocidos como ‘Amos del Mundo’ –AKA la Mafia Jázara– sienten un terror diarréico al menor empobrecimiento.
Si lo tienen todo, ¿a qué ese miedo? Leo un comentario de ácratas de Don Miguel Uña de Quintana que viene al pelo:
Han creado todo el dinero que han necesitado para adquirir el mundo. Su sistema es que lo crean, adquieren bienes y valores y después lo rechupan por capilaridad. El dinero, una vez creado, no se puede destruir (más que mediante una guerra perdida: por ejemplo, el dinero de la II República), por eso se acapara en la cumbre, no por ambición de riquezas, que ya las tienen todas. Se acapara para que no circule en los estratos inferiores y creativos. Su excusa es que así no se crea inflación, pero eso es un engaño. Una interpretación alternativa blanda es que así su riqueza no merma con esa inflación. Tampoco. Acaparan el propio dinero que han creado porque la humanidad, en cuanto la dejas en paz y le das algunos medios, crea riqueza colectiva y, con ella, libertad. Y la libertad es la némesis de los «amos del mundo»
La más eficaz forma que la ‘Mafia Genocida’ han tenido para reducir la población planetaria, especialmente la europea, han sido siempre las guerras. La fin de jóvenes reduce la población por partida doble: los que mueren y los que dejan de nacer como producto de sus gónadas, desparramadas por los campos de batalla. Pero en 2021 no sobran jóvenes precisamente, sino boomers. La solución que preconizan los descapullados ya no es la guerra, por tanto, sino una combinación estequiométrica de los otros tres jinetetes del Apocalipsis: el hambre, la enfermedad y la fin.
No adiviné la sobrevenida esa época en el 2020 de la que yo le hablo de el bichito-grafeno porque no soy pitoniso. Pero el número de muertos que se irán produciendo está ahí, evidente como una mancha de regla en las ropa interior blancas de una virgen. Y es el mismo, o más acelerado, que la caída de producción prevista por las petroleras. Las élites y sus ejércitos necesitan el petróleo y han decidido exterminar a los consumidores que haga falta. Bien disfrazado, eso sí, de cambios climáticos y bondadosas sostenibilidades.
A este gráfico le sucede lo que a los Protocolos de los Sabios de Sión: que puede que sean falsos, pero han venido acertando las acciones de la Mafia Jázara como si fueran su himno para billonarios.
Aunque me guste menos que pillarme el prepucio con la cremallera de la bragueta, la población mundial se habrá encogido en un 33% en 2030. ¿A alguien le extraña? ‘Si hay algo claro como el caldo de asilo en este mundo económico global, es la Teoría de Olduvai, esclafada por el ingeniero Richard Duncan, que establece la dependencia entre el crecimiento poblacional del mundo y su consumo de energía(2). Por si no os habíais molestando en averiguarlo, en el planeta Tierra, la población ha crecido al compás de la producción de energía, especialmente, en la de los hidrocarburos, el petróleo. Así de obvio es el asunto, más fácil de entender que el mecanismo de un abrelatas‘.
Precisamente, 2030, el año previsto por la Agenda para el establecimiento del NWO.
Llamadle olas, variantes o hadas malignas, pero, si la Mafia Jázara se sale con la suya, en 2030 quedarán 2/3 de la población mundial máxima que se produjo en 2013 y que dicen que fue de 6.800 millones de personas. Probablemente, esa cifra sea tan mentira como el resto de las predicciones climáticas y económicas de la Mafia Descapullada. Pero, obviando eso, se trata de que, entre los que han muerto y los que van a morir, sumarán 2.400 millones de personas con su alma inmortal a cuestas.
‘En 2016 –error, fue en 2019, pero tampoco es para lapidarme– (no antes, pues la fallida infección terrorista de los laboratorios Baxter de 2009, contaminando 75.000 banderillas de gripe estacional con gripe aviar, fue descubierta, y sería un gran riesgo para los genocidas repetirla antes de que la amnésica basca pase de ella), una gripe sintética de letales efectos respiratorios exterminará a 40 millones de ancianos y enfermos occidentales‘. Así ha sido, lamentablemente. Aunque no haya sido una gripe, sino un envenenamiento masivo más o menos como el que intentó Baxter en 2009.
Cuando, basándose en una hipótesis, se aciertan vaticinios a 10 años vista, a la hipótesis hay que darle cuerda. Por lo tanto lo que sigue es cierto:
‘La gripe se repetirá, con oportunas y malignas variantes, los cinco años siguientes, si bien cada vez con menor mortandad —que a todo se acostumbra uno y que la gente empezará a relacionar las banderillas con la enfermedad—, pero aniquilará a otros 400 millones de seres.‘(4) Es una predicción aún no incumplida. Probablemente resulte cierta. ¿Cómo sabía yo esto en 2009? ¿El mismo Dios me lo sopla por las noches? Pues no, es que estaba cantado. Lo que no era imaginable entonces es lo que ha sucedido realmente: que la banderilla contiene un tóxico con funciones radiomodulables. Que pueden producir los muertos a voluntad: todos los que quieran cuando quieran. Esa herramienta en manos de los descapullados, manipulada por los medios de propaganda, que son suyos de facto, es terrible, mucho peor que las bombas atómicas que me habéis demostrado que no existen. La gente común es incapaz de entender el alcance de los riesgos. Los menos preparados tendrán que ver muchos muertos a su alrededor para comprender que la amenaza no es un bichito, sino un envenenamiento generalizado. Los orates tardan más en reaccionar. A veces no lo hacen nunca. Pero cuando lo hacen no dejan títere con cabeza. Y me alegraré de que muchos títeres la pierdan en una plaza pública, de ser posible.
‘La fin ya indisimulable de 900 millones de seres en esos diez años, por más que sea obviada por todos los informativos del mundo, hará que buena parte de la población reaccione con violencia, pero será masacrada y calificada como terrorista, y se le imputarán guerrillas, atentados e infecciones intencionadas de aguas y alimentos.‘ Me espeluzna que pueda resultar cierto.
Viendo las cosas con lo que sabemos ahora, se me hace evidente que la Mafia Jázara necesita muy en breve una ola monstruosa, una variante o una psicosis colectiva que provoque muchísios millones de muertos. Es arriesgado también para los genocidas. Porque la gente se va a coscar, ya sabe que la banderilla no vale contra el bichito SARS-CoV-2 o sus variantes, pero aún no sabe que sirve para matarlos a distancia. Si la gran ola monstruosa no aconteciera en los próximos tres meses, sería señal de que dan por perdida la guerra y de que correrán a sus refugios usuales, que son la violencia represora y los bombarderos(3). Pero esta hecatombe sucederá si no lo evitamos. Será tan horrible que hará dudar a cualquiera de si no es el mismo Dios que nos castiga con su espada de fuego. Y tendremos menos futuro que un pretérito perfecto.
El final del artículo era terrible: ‘Y el Gobierno Mundial de Salvación será un hecho, igual que la moneda única‘. Sinceramente, espero que no sea así, que la población reaccione en cuanto vea que unas élites se enfrentan abiertamente al estado lacayo y a la Mafia Genocida, se echen a la calle y las apoyen. Con honestidad de compás os digo que las revoluciones no las hacen los pueblos, sino las minorías decididas. Nosotros, amigo lector, somos ahora mismo esas élites, siento decírtelo sin anestesia.
MALDITO HIJO DE cortesana
(Escrito a toda prisa, con prioridad de monopolio, pido disculpas por los posibles errores)
(1) Porque, no te equivoques, la energía eólica o la solar no resuelven ni de lejos el problema del consumo energético. Como la gran pantanada no lo resolvió con Franco. De hecho, España, como el resto de países europeos, produce electricidad de origen no fósil por encima del consumo diario desde hace algunos años. Si os paseáis por el sistema Ibérico, veréis la mitad de los molinos parados. Se produce demasiada energía eléctrica. Sí, ya sé que significa que la factura de la luz es un robo sin motivo real. Pues claro, ¿qué esperabais? Pero la civilización occidental consume otra energía que, desde los estudios seguramente malintencionados de las petroleras, sí puede agotarse, la fósil.
(2) Algunos no ven tal relación más que mientras la producción crece: la gente tiene energía barata, produce bienestar y procrea. Piensan que la producción ha crecido debido al crecimiento poblacional, pero que no tiene límite. O que, cuando la producción decrezca, la población seguirá tranquila como el bisoñé de un muerto y se adaptará a las nuevas circunstancias. Todo ello es difícil de creer. Las consecuencias serían la caza de los responsables políticos y económicos.
(3) Javier Solana, el otánico bombardero de Belgrado, ha enunciado el pétreo eslogan: «Los que no se banderillan son responsables de esta nueva ola». Que se concreta en incitación al repruebo y al linchamiento en las desamuebladas cabezas de la borregada. Los borregos, en grupo, asustan hasta a los perros.
(4) Cuando leo esto, flipo hasta yo, que lo escribí. ¿Efecto del bourbon? No lo dudéis.
Especialmente, hay una gráfica en el artículo que relaciona la población del planeta con la producción de recursos energéticos fósiles(1). El pico de producción de petróleo se asegura que se produjo en 2007, como consecuencia: o nos empobrecemos todos ¡o sobra gente! Yo no lo dudo, como no lo duda nadie que se sabe condenado a morir, prefiero empobrecerme hasta la frugalidad ascética, quedarme seco como un arenque pillado en una puerta; pero los que desean ser reconocidos como ‘Amos del Mundo’ –AKA la Mafia Jázara– sienten un terror diarréico al menor empobrecimiento.
Si lo tienen todo, ¿a qué ese miedo? Leo un comentario de ácratas de Don Miguel Uña de Quintana que viene al pelo:
Han creado todo el dinero que han necesitado para adquirir el mundo. Su sistema es que lo crean, adquieren bienes y valores y después lo rechupan por capilaridad. El dinero, una vez creado, no se puede destruir (más que mediante una guerra perdida: por ejemplo, el dinero de la II República), por eso se acapara en la cumbre, no por ambición de riquezas, que ya las tienen todas. Se acapara para que no circule en los estratos inferiores y creativos. Su excusa es que así no se crea inflación, pero eso es un engaño. Una interpretación alternativa blanda es que así su riqueza no merma con esa inflación. Tampoco. Acaparan el propio dinero que han creado porque la humanidad, en cuanto la dejas en paz y le das algunos medios, crea riqueza colectiva y, con ella, libertad. Y la libertad es la némesis de los «amos del mundo»
La más eficaz forma que la ‘Mafia Genocida’ han tenido para reducir la población planetaria, especialmente la europea, han sido siempre las guerras. La fin de jóvenes reduce la población por partida doble: los que mueren y los que dejan de nacer como producto de sus gónadas, desparramadas por los campos de batalla. Pero en 2021 no sobran jóvenes precisamente, sino boomers. La solución que preconizan los descapullados ya no es la guerra, por tanto, sino una combinación estequiométrica de los otros tres jinetetes del Apocalipsis: el hambre, la enfermedad y la fin.
No adiviné la sobrevenida esa época en el 2020 de la que yo le hablo de el bichito-grafeno porque no soy pitoniso. Pero el número de muertos que se irán produciendo está ahí, evidente como una mancha de regla en las ropa interior blancas de una virgen. Y es el mismo, o más acelerado, que la caída de producción prevista por las petroleras. Las élites y sus ejércitos necesitan el petróleo y han decidido exterminar a los consumidores que haga falta. Bien disfrazado, eso sí, de cambios climáticos y bondadosas sostenibilidades.
A este gráfico le sucede lo que a los Protocolos de los Sabios de Sión: que puede que sean falsos, pero han venido acertando las acciones de la Mafia Jázara como si fueran su himno para billonarios.
Aunque me guste menos que pillarme el prepucio con la cremallera de la bragueta, la población mundial se habrá encogido en un 33% en 2030. ¿A alguien le extraña? ‘Si hay algo claro como el caldo de asilo en este mundo económico global, es la Teoría de Olduvai, esclafada por el ingeniero Richard Duncan, que establece la dependencia entre el crecimiento poblacional del mundo y su consumo de energía(2). Por si no os habíais molestando en averiguarlo, en el planeta Tierra, la población ha crecido al compás de la producción de energía, especialmente, en la de los hidrocarburos, el petróleo. Así de obvio es el asunto, más fácil de entender que el mecanismo de un abrelatas‘.
Precisamente, 2030, el año previsto por la Agenda para el establecimiento del NWO.
Llamadle olas, variantes o hadas malignas, pero, si la Mafia Jázara se sale con la suya, en 2030 quedarán 2/3 de la población mundial máxima que se produjo en 2013 y que dicen que fue de 6.800 millones de personas. Probablemente, esa cifra sea tan mentira como el resto de las predicciones climáticas y económicas de la Mafia Descapullada. Pero, obviando eso, se trata de que, entre los que han muerto y los que van a morir, sumarán 2.400 millones de personas con su alma inmortal a cuestas.
‘En 2016 –error, fue en 2019, pero tampoco es para lapidarme– (no antes, pues la fallida infección terrorista de los laboratorios Baxter de 2009, contaminando 75.000 banderillas de gripe estacional con gripe aviar, fue descubierta, y sería un gran riesgo para los genocidas repetirla antes de que la amnésica basca pase de ella), una gripe sintética de letales efectos respiratorios exterminará a 40 millones de ancianos y enfermos occidentales‘. Así ha sido, lamentablemente. Aunque no haya sido una gripe, sino un envenenamiento masivo más o menos como el que intentó Baxter en 2009.
Cuando, basándose en una hipótesis, se aciertan vaticinios a 10 años vista, a la hipótesis hay que darle cuerda. Por lo tanto lo que sigue es cierto:
‘La gripe se repetirá, con oportunas y malignas variantes, los cinco años siguientes, si bien cada vez con menor mortandad —que a todo se acostumbra uno y que la gente empezará a relacionar las banderillas con la enfermedad—, pero aniquilará a otros 400 millones de seres.‘(4) Es una predicción aún no incumplida. Probablemente resulte cierta. ¿Cómo sabía yo esto en 2009? ¿El mismo Dios me lo sopla por las noches? Pues no, es que estaba cantado. Lo que no era imaginable entonces es lo que ha sucedido realmente: que la banderilla contiene un tóxico con funciones radiomodulables. Que pueden producir los muertos a voluntad: todos los que quieran cuando quieran. Esa herramienta en manos de los descapullados, manipulada por los medios de propaganda, que son suyos de facto, es terrible, mucho peor que las bombas atómicas que me habéis demostrado que no existen. La gente común es incapaz de entender el alcance de los riesgos. Los menos preparados tendrán que ver muchos muertos a su alrededor para comprender que la amenaza no es un bichito, sino un envenenamiento generalizado. Los orates tardan más en reaccionar. A veces no lo hacen nunca. Pero cuando lo hacen no dejan títere con cabeza. Y me alegraré de que muchos títeres la pierdan en una plaza pública, de ser posible.
‘La fin ya indisimulable de 900 millones de seres en esos diez años, por más que sea obviada por todos los informativos del mundo, hará que buena parte de la población reaccione con violencia, pero será masacrada y calificada como terrorista, y se le imputarán guerrillas, atentados e infecciones intencionadas de aguas y alimentos.‘ Me espeluzna que pueda resultar cierto.
Viendo las cosas con lo que sabemos ahora, se me hace evidente que la Mafia Jázara necesita muy en breve una ola monstruosa, una variante o una psicosis colectiva que provoque muchísios millones de muertos. Es arriesgado también para los genocidas. Porque la gente se va a coscar, ya sabe que la banderilla no vale contra el bichito SARS-CoV-2 o sus variantes, pero aún no sabe que sirve para matarlos a distancia. Si la gran ola monstruosa no aconteciera en los próximos tres meses, sería señal de que dan por perdida la guerra y de que correrán a sus refugios usuales, que son la violencia represora y los bombarderos(3). Pero esta hecatombe sucederá si no lo evitamos. Será tan horrible que hará dudar a cualquiera de si no es el mismo Dios que nos castiga con su espada de fuego. Y tendremos menos futuro que un pretérito perfecto.
El final del artículo era terrible: ‘Y el Gobierno Mundial de Salvación será un hecho, igual que la moneda única‘. Sinceramente, espero que no sea así, que la población reaccione en cuanto vea que unas élites se enfrentan abiertamente al estado lacayo y a la Mafia Genocida, se echen a la calle y las apoyen. Con honestidad de compás os digo que las revoluciones no las hacen los pueblos, sino las minorías decididas. Nosotros, amigo lector, somos ahora mismo esas élites, siento decírtelo sin anestesia.
MALDITO HIJO DE cortesana
(Escrito a toda prisa, con prioridad de monopolio, pido disculpas por los posibles errores)
(1) Porque, no te equivoques, la energía eólica o la solar no resuelven ni de lejos el problema del consumo energético. Como la gran pantanada no lo resolvió con Franco. De hecho, España, como el resto de países europeos, produce electricidad de origen no fósil por encima del consumo diario desde hace algunos años. Si os paseáis por el sistema Ibérico, veréis la mitad de los molinos parados. Se produce demasiada energía eléctrica. Sí, ya sé que significa que la factura de la luz es un robo sin motivo real. Pues claro, ¿qué esperabais? Pero la civilización occidental consume otra energía que, desde los estudios seguramente malintencionados de las petroleras, sí puede agotarse, la fósil.
(2) Algunos no ven tal relación más que mientras la producción crece: la gente tiene energía barata, produce bienestar y procrea. Piensan que la producción ha crecido debido al crecimiento poblacional, pero que no tiene límite. O que, cuando la producción decrezca, la población seguirá tranquila como el bisoñé de un muerto y se adaptará a las nuevas circunstancias. Todo ello es difícil de creer. Las consecuencias serían la caza de los responsables políticos y económicos.
(3) Javier Solana, el otánico bombardero de Belgrado, ha enunciado el pétreo eslogan: «Los que no se banderillan son responsables de esta nueva ola». Que se concreta en incitación al repruebo y al linchamiento en las desamuebladas cabezas de la borregada. Los borregos, en grupo, asustan hasta a los perros.
(4) Cuando leo esto, flipo hasta yo, que lo escribí. ¿Efecto del bourbon? No lo dudéis.
