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karma democrático.
La inflación devora más rápido a las rentas bajas: cuatro gráficos que destapan el despilfarro de las ayudas públicas
- Soportan prácticamente 2 puntos porcentuales que las rentas más altas
- La electricidad y alimentos son los productos que marcan la diferencia
- El Banco de España plantea un ahorro de 5.000 millones con apoyos directos
22/02/2023 - 16:57
El Banco de España entra de lleno en el análisis de las ayudas anti inflación desplegadas por el Gobierno, con un informe en el que denuncia su falta de efectividad para llegar a los hogares más golpeados por la actual crisis, pese a destinar entre 34.000 y 40.000 millones. El diseño de las medidas no ha tenido en cuenta que las familias con rentas más bajas soportan dos puntos porcentuales de inflación más que los hogares con más recursos, con lo que las rentas medias y altas se han beneficiado más de ellas del apoyo de las medidas públicas.
El economista Milton Fridman comparaba la inflación con un impuesto. Y para Keynes era también un gravamen silencioso que solo beneficiaba a la recaudación del Estado y a unos pocos. Los episodios inflacionistas no golpean a todo el mundo por igual. El Banco de España ha puesto en neցro sobre blanco cómo la actual subida de precios que comenzó a mediados de 2021 está impactando en las distintas rentas.
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A partir de los distintos patrones de consumo entre los hogares más ricos y más pobres y sus presupuestos de gasto; Esteban García Miralles, economista del departamento de Análisis de Situación Económica detecta que gran parte de las familias con rentas más bajas soportan más de dos puntos porcentuales más de inflación que los hogares con mayores ingresos, como se puede observar en el primer gráfico.
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El economista analiza evolución de los precios entre agosto de 2021 y septiembre de 2022 y calcula la tasa de inflación por hogar calculada sobre la base de sus patrones de consumo. "En la medida en que un hogar gasta una mayor proporción de su presupuesto en bienes cuyo precio se ha incrementado en mayor media, estos hogares experimentarán mayores tasas de inflación", explica. En el período analizado los productos energéticos y posteriormente los alimentos han sido los elementos que más se encarecieron. Los hogares con menor están más expuestos a la volatilidad de los precios, ya que destinan una proporción mayor de su presupuesto de gasto a la adquisición de productos y servicios básicos, que no se pueden prescindir de ellos.
Una de las conclusiones del informe Medidas de apoyo frente a la crisis energética y al repunte de la inflación: un análisis del coste y de los efectos distribucionales de algunas de las actuaciones desplegadas según su grado de focalización apunta a que "la inflación soportada decrece conforme aumenta la renta familiar". Los hogares con mayor renta tienen mayor elasticidad en el consumo. Primero, porque pueden pausar las compras de bienes que no son de primera necesidad y, segundo, porque la parte proporcional del gasto es más baja en productos y servicios básicos.
García Miralles utiliza la información de gastos de los hogares de 2021 de la Encuesta de Presupuestos Familiares del INE, combinada con la evolución de precios de grupos. Las familias se distribuyen en cien grupos, ordenados de menor a mayor renta. "De acuerdo con los resultados obtenidos, se observa que los hogares con menor renta se habrían visto expuestos a una mayor tasa de inflación. A modo de ejemplo, la inflación experimentada por el 30% de los hogares de menor renta habría sido de aproximadamente el 11,3%, frente a un 9,7% en el caso del 30% de los hogares de mayor renta", señala el autor.
Los alimentos marcan la diferencia
La conclusión a la que llega el economista del Banco de España está ampliamente estudiada y explicada en la literatura económica, pero la novedad que aporta el trabajo, además de calcular el impacto que tiene el actual período, es desgranar el alcance que tienen el precio de la electricidad y gas, alimentos y carburantes en los presupuestos familiares.
Por ejemplo, los hogares de menor renta dedican una mayor proporción de su gasto total al consumo de electricidad, un bien homogéneo cuyo consumo es difícil que varíe respecto a su precio. Para las familias con menos recursos supone más del 5% de las rentas, para aquellas con más ingresos se puede situar en el 2% del presupuesto familiar. Por el contrario, el gas natural es consumido de manera más proporcional a la renta de cada hogar.
Con el encarecimiento de los alimentos, el impacto es todavía más desigual. El 30% de los hogares con menor renta soporta más de 5 puntos porcentuales de inflación en el gasto en comestibles que el 30% de las rentas con mayores recursos.
Donde cambia esta tendencia es en la inflación soportada por el precio de los combustibles. Las rentas medias y altas son las que más sufren la subida de precio. Los presupuestos familiares en estos deciles destinan más del 4% frente al 2% de las más bajas o el 3% de las más altas.
Cómo se distribuye el impacto a través de la renta es muy importante a la hora de diseñar ayudas públicas. El informe del Banco de España va en esa dirección si los apoyos desplegados para apoyar a las familias durante la crisis energética han sido efectivos. El caso más paradigmático fue la bonificación generaliza al consumo de carburantes, que supuso una rebaja de 20 céntimos cada litro de carburante consumido. El Banco de España destaca que de la ayuda se beneficiaron los hogares de mayor renta, dado los patrones de consumo comentados según renta.
Fue con mucho la ayuda más cuantiosa de las que ha llegado a movilizar el Gobierno hasta la fecha, aunque cayó al final del año pasado. El Banco de España cuantifica el gasto presupuestario hasta en 5.500 millones. La ayuda estuvo marcadamente concentrada en los hogares de renta alta, acumulando la bonificación de 1.377 millones de euros en el 30% de las rentas más altas, frente a 472 del 30% de las rentas inferiores.
El organismo presidido por Pablo Hernández de Cos también ha analizado el impacto de la rebaja del IVA de la electricidad y del gas, que se mantiene en vigor. Los datos del informe reflejan que la tras*ferencia de ayudas a las familias fue de 5.871 millones de euros, de los cuales el 30% de las rentas superiores de renta se habrían beneficiado de un ahorro fiscal de 2.055 millones de euros, frente a los 1.484 millones del 30% de las rentas más bajas. Supone una diferencia del 39% que se debe a que los hogares de mayor renta realizan un mayor gasto en estos bienes en términos absolutos.
Lo mismo pasa con la rebaja del IVA de los alimentos. Ha propiciado un traspaso de distribución de renta a los hogares más ricos. El Banco de España lo cifra en 240 millones frente a los 142 millones que han llegado al 30% de las familias con menos rentas. El organismo es especialmente crítico con la ayuda a los carburantes. "La bonificación al precio de los carburantes destaca por su falta de focalización en los hogares más vulnerables, dado que solo una pequeña parte de su coste presupuestario se dedica a los hogares de renta baja, los cuales, a diferencia de las otras dos medidas, también se ven menos beneficiados en términos relativos a su gasto total", indica el informe.
El Banco de España pone de manifiesto que solo el 15% o el 20% de las ayudas desplegadas ha llegado a los colectivos más desfavorecidos y más castigados por la inflación. De hecho, García Miralles hace una simulación para demostrar el derroche de recursos. El economista plantea que, si se hubiera movilizado 860 euros de ayuda directa a las rentas más bajas, tendría un coste de unos 4.790 millones, prácticamente la mitad que los 9.581 millones de euros del coste total de la rebaja del IVA de la electricidad y los alimentos y de la bonificación de los carburantes, los colectivos con rentas más bajas hubieran quedado más cubiertos. "Se lograría mantener la protección de la casi totalidad de los hogares vulnerables con la mitad del coste presupuestario", asegura el economista del Banco de España.
