Violencia contra una mujer mayor que no es violencia machista ni vicaria

Heteropatriarca

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No hay foto de la agresora.

"¿Mi progenitora se levanta con la cara marcada y nadie nos avisa?": denuncia por agresión a una mujer de 93 años en una residencia de Madrid

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Madrid

La familia de una residente de 93 años ha denunciado ante el Juzgado de Guardia de Arganda del Rey la presunta agresión de una trabajadora a su progenitora. Los hechos sucedieron la madrugada del 8 al 9 de diciembre en la residencia pública de mayores cuando la residente, María, le pidió a una trabajadora del turno de noche que le aplicara una crema para una rozadura que le producía el pañal. La empleada le aplica entonces una crema de manos y hora después, cuando la trabajadora aparece otra vez en la habitación, la residente insiste en que necesita su crema habitual y, según la denuncia de la familia, en ese momento la empleada le "propinó dos bofetadas en el carrillo izquierdo de la cara".


A la mañana siguiente las empleadas de ese turno ven a la residente con la cara marcada y se lo comunican a sus superiores. Un médico atienda a la mujer pero nadie informa a la familia
. No es hasta la visita que hace una de sus hijas el domingo a las 11:30 de la mañana cuando ven aún las secuelas en la cara de su progenitora. "Mi progenitora se acuesta bien el jueves y se levanta el viernes con unas lesiones en la cara, con toda la cara marcada. ¿Qué ha pasado ahí?, ¿por qué no nos avisan inmediatamente el viernes? porque si encima mi progenitora dice que la han pegado, ¿cómo no nos avisan? No me entra en la cabeza. No pudimos acompañarla en esos momentos. Se me ha caído el alma a los pies", cuenta entre sollozos su hija Sara Moreno tras poner la denuncia en el juzgado.


La familia ha pedido al juzgado que ponga una orden de protección para que la trabajadora no pueda estar cerca de esta mujer que, como explica su hija, "ahora tiene miedo porque piensa que ahora la van a tratar peor y quiere pasar desapercibida. Le da miedo que vuelva a ocurrir y que esta persona pueda ir a verla y ensañarse con ella".

Sara, la hija que ha denunciado esta presunta agresión, ha asegurado que hará todo lo posible para evitar que este tipo de tratos vuelvan a darse en las residencias. "Me duele en el alma. No hay derecho. Mi progenitora se ha quedado con el dolor de ver que en sus últimos días, después de toda la vida, la tratan así. Me duele en el alma que por último, encima, la traten así. Hay muchos ancianos de esa edad y con daños cognitivos, que no pueden explicarse, no pueden contar lo que les ha ocurrido. Me niego que personas así puedan tratar con ancianos, con gente que no puede explicar lo que les ha sucedido. Personas así no pueden tratar con mayores que no tienen voz. Me niego a que esto suceda. Pienso hacer todo lo que esté en mi mano para que esto no pase", dice.
 
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