En elconfidencial.com de hoy, 23-12-2009, podemos leer:
““En el próximo Salón del Automóvil de Detroit, la marca sueca Volvo presentará oficialmente la variante eléctrica de su modelo compacto, el C30. Un vehículo que permite una autonomía de 150 kilómetros. A partir de este modelo se fabricará una flota de 50 unidades a lo largo de 2010 para su análisis en las condiciones de uso diario. Volvo presentó un prototipo de vehículo eléctrico (VE) en septiembre de 2009. El C30 que se presenta ahora en Detroit es un modelo con un desarrollo mucho más avanzado, que incluye un interior completo y todos los instrumentos, así como un paquete de baterías mejorado.
El siguiente paso, ya en 2010, será fabricar una serie de vehículos de prueba. Serán usuarios seleccionados los que conduzcan esta flota de coches durante un periodo de dos años con el fin de que Volvo pueda adquirir la experiencia necesaria en este tipo de vehículos.””
Todo lo relativo al coche eléctrico constituye uno de esos temas recurrentes que la opinión pública siempre acoge con gran interés y desmedido optimismo dado que sus “enormes ventajas” se pregonan tanto por parte de la prensa en general como por asociaciones ecologistas, partidos políticos y políticos interesados en todo aquello que suene a “verde”, “ o “renovable” y no digamos si además puede incluirse en la consabida “economía sostenible zapateril”; en base a ello, se hace concebir la esperanza de que este sistema de trasporte constituye la panacea universal y la solución de todos los problemas asociados al automóvil convencional: contaminación por emisión de gases, exceso de emisiones de CO2, contaminación acústica, agotamiento futuro del petróleo, etc.etc.
Pero la realidad es muy otra.
El prototipo cuyo desarrollo se comenta al principio de este artículo, sin duda podría hasta resultar una aportación interesante; pero que nadie se haga excesivas ilusiones; este semi-prototipo está todavía muy lejos de poder convertirse en algo realmente apto para su comercialización masiva.
Hoy por hoy, el VE está limitado fundamentalmente por las baterías: su coste, vida útil y prestaciones son insuficientes y no representan una opción industrial y económicamente competitivas, a pesar de las esperanzas puestas en los nuevos modelos de ion de litio (Li-ion) .
Dejando a parte otro grave inconveniente para la popularización de esta clase de vehículos como es la falta de toda una infraestructura de post-venta adaptada a los .mismos: desde la creación de redes de carga de baterías, a modo de las actuales gasolineras, así como de los infinitos puntos de recarga en todas las calles, hasta la existencia misma de talleres de asistencia técnica que aseguren a los usuarios la posibilidad de atención en cualquier población por remota que sea como ocurre hoy con los vehículos convencionales.
Hoy por hoy, la solución de TOYOTA, HONDA y alguna otra marca que han desarrollado vehículos eléctricos híbridos VEH[equipados con motor eléctrico + motor de combustión interna] parece mas realista y practica aunque realmente significa, de momento, el fracaso de la idea del auténtico VE.
El VEH presenta además el grave inconveniente de su coste, evidentemente mas elevado, junto con todos los inconvenientes citados del VE; sin embargo, al menos, al disponer de motor de combustión, el usuario tiene la seguridad de que no se "quedaría tirado" como podría sucederle con un VE auténtico.
Madrid, 23 de diciembre de 2009
““En el próximo Salón del Automóvil de Detroit, la marca sueca Volvo presentará oficialmente la variante eléctrica de su modelo compacto, el C30. Un vehículo que permite una autonomía de 150 kilómetros. A partir de este modelo se fabricará una flota de 50 unidades a lo largo de 2010 para su análisis en las condiciones de uso diario. Volvo presentó un prototipo de vehículo eléctrico (VE) en septiembre de 2009. El C30 que se presenta ahora en Detroit es un modelo con un desarrollo mucho más avanzado, que incluye un interior completo y todos los instrumentos, así como un paquete de baterías mejorado.
El siguiente paso, ya en 2010, será fabricar una serie de vehículos de prueba. Serán usuarios seleccionados los que conduzcan esta flota de coches durante un periodo de dos años con el fin de que Volvo pueda adquirir la experiencia necesaria en este tipo de vehículos.””
Todo lo relativo al coche eléctrico constituye uno de esos temas recurrentes que la opinión pública siempre acoge con gran interés y desmedido optimismo dado que sus “enormes ventajas” se pregonan tanto por parte de la prensa en general como por asociaciones ecologistas, partidos políticos y políticos interesados en todo aquello que suene a “verde”, “ o “renovable” y no digamos si además puede incluirse en la consabida “economía sostenible zapateril”; en base a ello, se hace concebir la esperanza de que este sistema de trasporte constituye la panacea universal y la solución de todos los problemas asociados al automóvil convencional: contaminación por emisión de gases, exceso de emisiones de CO2, contaminación acústica, agotamiento futuro del petróleo, etc.etc.
Pero la realidad es muy otra.
El prototipo cuyo desarrollo se comenta al principio de este artículo, sin duda podría hasta resultar una aportación interesante; pero que nadie se haga excesivas ilusiones; este semi-prototipo está todavía muy lejos de poder convertirse en algo realmente apto para su comercialización masiva.
Hoy por hoy, el VE está limitado fundamentalmente por las baterías: su coste, vida útil y prestaciones son insuficientes y no representan una opción industrial y económicamente competitivas, a pesar de las esperanzas puestas en los nuevos modelos de ion de litio (Li-ion) .
Dejando a parte otro grave inconveniente para la popularización de esta clase de vehículos como es la falta de toda una infraestructura de post-venta adaptada a los .mismos: desde la creación de redes de carga de baterías, a modo de las actuales gasolineras, así como de los infinitos puntos de recarga en todas las calles, hasta la existencia misma de talleres de asistencia técnica que aseguren a los usuarios la posibilidad de atención en cualquier población por remota que sea como ocurre hoy con los vehículos convencionales.
Hoy por hoy, la solución de TOYOTA, HONDA y alguna otra marca que han desarrollado vehículos eléctricos híbridos VEH[equipados con motor eléctrico + motor de combustión interna] parece mas realista y practica aunque realmente significa, de momento, el fracaso de la idea del auténtico VE.
El VEH presenta además el grave inconveniente de su coste, evidentemente mas elevado, junto con todos los inconvenientes citados del VE; sin embargo, al menos, al disponer de motor de combustión, el usuario tiene la seguridad de que no se "quedaría tirado" como podría sucederle con un VE auténtico.
Madrid, 23 de diciembre de 2009