Los alcaldes piden que los habitantes de Las Merindades puedan ser ingresados en Cruces y Basurto en lugar de en el hospital de Burgos
www.deia.eus
Terry Basterra
Lunes, 29 de enero 2024, 01:05 | Actualizado 06:47h.
Los gobiernos de Euskadi y de Castilla y León negocian los contenidos de un nuevo convenio sanitario que venga a renovar y ampliar el acuerdo de colaboración suscrito por ambas comunidades a comienzos de 2012. El contenido del texto en el que están trabajando ambas consejerías de Salud no ha trascendido, pero los alcaldes de Villarcayo y Medina de Pomar coinciden en qué ese acuerdo debería incluir una serie de novedades. La principal es que los vecinos de estos dos municipios, así como de buena parte de la comarca de Las Merindades, puedan ser atendidos en los centros de salud y hospitales de Osakidetza en Bizkaia.
Esta es una prestación de la que ya disfrutan los habitantes de las zonas básicas de salud del Valle de Mena y de Espinosa de los Monteros. Los vecinos de estos municipios tiene a Cruces y Basurto como centros de referencia a nivel hospitalario, al ambulatorio de Doctor Areilza para las consultas con especialistas y también pueden acudir al centro de salud de Zalla o a las unidades de salud mental de Bilbao. El debate ahora está en si esta atención se extiende al resto de habitantes de una comarca que tantos lazos guarda con Bizkaia.
Isaac Angulo, alcalde de Medina de Pomar por el PSOE, recuerda que miles de personas de Las Merindades emigraron a Bizkaia para trabajar en sus industrias. «Aquí tenemos familia o un lugar donde quedarnos. Ser ingresados en Cruces o Basurto o que nos lleve la ambulancia a estos hospitales es para muchos vecinos más cómodo que si les trasladan a Burgos», detalla.
120.000 personas
llega a haber en Las Merindades en verano, muchas de ellas de Bizkaia.
Adrián Serna, alcalde de Villarcayo por el PP, coincide con él. «Muchos vecinos son ingresados en Burgos cuando para ellos sería mucho más cómodo que los ingresaran en Bilbao porque allí tienen familia. De esta manera sus hijos o nietos no tendrían que desplazarse a Burgos para estar con ellos», indica . El regidor explica que la distancia entra localidad y las capitales vizcaína y burgalesa «es muy similar». Lo que cambia en muchos casos es el soporte familiar que los lugareños tienen en una urbe o en otra. A ello se suma a nivel ambulatorio el serio problema de escasez de facultativos que afecta al centro de salud y de especialidades de Villarcayo.
Los alcaldes señalan que el número de tarjetas sanitarias que asumiría Osakidetza tampoco sería excesivo. En toda la comarca de Las Merindades están empadronadas «unas 22.000 personas», pero no todas van a ir a Euskadi a recibir atención sanitaria. Los cerca de 5.500 vecinos que viven en las zonas básicas de salud del Valle de Mena y de Espinosa de los Monteros ya pueden acudir a la sanidad vasca, mientras que los de la del Valle de Valdebezana, en el extremo occidental de la comarca, tienen la opción de desplazarse a Cantabria. Restarían unas 15.000 personas, de las que estiman que «el 50%» se decantaría por recibir atención en la sanidad vasca. «Creemos que es una cantidad más que asumible para Osakidetza sin que afecte a su funcionamiento», reflexiona Serna.
Firma aplazada
Euskadi y Castilla y León negocian desde hace varios años la revisión de su convenio sanitario
Polémica política
Además, recuerda que la comarca llega a multiplicar por cinco su población en verano -«alcanzamos las 120.000 personas»- y que esa gente desplazada, la mayoría desde Euskadi, es atendida por la sanidad castellanoleonesa si lo necesita durante sus vacaciones. «La solidaridad entre territorios limítrofes debería ser en dos direcciones y no haber fronteras administrativas en cuestiones de salud», sostienen los regidores.
Ambos políticos confían en que las negociaciones entre los ejecutivo de Urkullu y Fernández Mañueco lleguen a buen puerto. Aunque lo cierto es que las conversaciones entre ambas regiones discurren en un clima no exento de polémica. Hace unas semanas la Consejería de Presidencia de la comunidad vecina acusaba al Gobierno vasco de «vetar» la revisión de los acuerdos por «la actual composición del Gobierno de Castilla y León y la presencia de Vox en él». Una cuestión que ha sido desmentida posteriormete, primero por el departamento encabezado por Gotzone Sagardui, y después por la consejería castellanoleonesa de Sanidad. Coinciden ambas administraciones en que las «negociaciones no se han cerrado» y siguen abiertas. Así llevan desde hace tiempo. El nuevo convenio estaba previsto que se firmase el 29 de diciembre de 2021. Han pasado más de dos años, con unas elecciones autonómicas en Castilla y León de por medio, sin que hasta la fecha hayan logrado cerrar el nuevo acuerdo.
¿Qué cuesta un día de ingreso en un hospital de Osakidetza?
Recogen en un libro las tarifas de facturación de servicios sanitarios con el coste real de los tratamientos
Terry Basterra
Lunes, 29 de enero 2024, 01:05 | Actualizado 06:47h.
Los gobiernos de Euskadi y de Castilla y León negocian los contenidos de un nuevo convenio sanitario que venga a renovar y ampliar el acuerdo de colaboración suscrito por ambas comunidades a comienzos de 2012. El contenido del texto en el que están trabajando ambas consejerías de Salud no ha trascendido, pero los alcaldes de Villarcayo y Medina de Pomar coinciden en qué ese acuerdo debería incluir una serie de novedades. La principal es que los vecinos de estos dos municipios, así como de buena parte de la comarca de Las Merindades, puedan ser atendidos en los centros de salud y hospitales de Osakidetza en Bizkaia.
Esta es una prestación de la que ya disfrutan los habitantes de las zonas básicas de salud del Valle de Mena y de Espinosa de los Monteros. Los vecinos de estos municipios tiene a Cruces y Basurto como centros de referencia a nivel hospitalario, al ambulatorio de Doctor Areilza para las consultas con especialistas y también pueden acudir al centro de salud de Zalla o a las unidades de salud mental de Bilbao. El debate ahora está en si esta atención se extiende al resto de habitantes de una comarca que tantos lazos guarda con Bizkaia.
Isaac Angulo, alcalde de Medina de Pomar por el PSOE, recuerda que miles de personas de Las Merindades emigraron a Bizkaia para trabajar en sus industrias. «Aquí tenemos familia o un lugar donde quedarnos. Ser ingresados en Cruces o Basurto o que nos lleve la ambulancia a estos hospitales es para muchos vecinos más cómodo que si les trasladan a Burgos», detalla.
120.000 personas
llega a haber en Las Merindades en verano, muchas de ellas de Bizkaia.
Adrián Serna, alcalde de Villarcayo por el PP, coincide con él. «Muchos vecinos son ingresados en Burgos cuando para ellos sería mucho más cómodo que los ingresaran en Bilbao porque allí tienen familia. De esta manera sus hijos o nietos no tendrían que desplazarse a Burgos para estar con ellos», indica . El regidor explica que la distancia entra localidad y las capitales vizcaína y burgalesa «es muy similar». Lo que cambia en muchos casos es el soporte familiar que los lugareños tienen en una urbe o en otra. A ello se suma a nivel ambulatorio el serio problema de escasez de facultativos que afecta al centro de salud y de especialidades de Villarcayo.
Los alcaldes señalan que el número de tarjetas sanitarias que asumiría Osakidetza tampoco sería excesivo. En toda la comarca de Las Merindades están empadronadas «unas 22.000 personas», pero no todas van a ir a Euskadi a recibir atención sanitaria. Los cerca de 5.500 vecinos que viven en las zonas básicas de salud del Valle de Mena y de Espinosa de los Monteros ya pueden acudir a la sanidad vasca, mientras que los de la del Valle de Valdebezana, en el extremo occidental de la comarca, tienen la opción de desplazarse a Cantabria. Restarían unas 15.000 personas, de las que estiman que «el 50%» se decantaría por recibir atención en la sanidad vasca. «Creemos que es una cantidad más que asumible para Osakidetza sin que afecte a su funcionamiento», reflexiona Serna.
Firma aplazada
Euskadi y Castilla y León negocian desde hace varios años la revisión de su convenio sanitario
Polémica política
Además, recuerda que la comarca llega a multiplicar por cinco su población en verano -«alcanzamos las 120.000 personas»- y que esa gente desplazada, la mayoría desde Euskadi, es atendida por la sanidad castellanoleonesa si lo necesita durante sus vacaciones. «La solidaridad entre territorios limítrofes debería ser en dos direcciones y no haber fronteras administrativas en cuestiones de salud», sostienen los regidores.
Ambos políticos confían en que las negociaciones entre los ejecutivo de Urkullu y Fernández Mañueco lleguen a buen puerto. Aunque lo cierto es que las conversaciones entre ambas regiones discurren en un clima no exento de polémica. Hace unas semanas la Consejería de Presidencia de la comunidad vecina acusaba al Gobierno vasco de «vetar» la revisión de los acuerdos por «la actual composición del Gobierno de Castilla y León y la presencia de Vox en él». Una cuestión que ha sido desmentida posteriormete, primero por el departamento encabezado por Gotzone Sagardui, y después por la consejería castellanoleonesa de Sanidad. Coinciden ambas administraciones en que las «negociaciones no se han cerrado» y siguen abiertas. Así llevan desde hace tiempo. El nuevo convenio estaba previsto que se firmase el 29 de diciembre de 2021. Han pasado más de dos años, con unas elecciones autonómicas en Castilla y León de por medio, sin que hasta la fecha hayan logrado cerrar el nuevo acuerdo.
