Vamos a construir una isla fresca

Como siempre van a inventar la rueda poniendo un nombre rimbombante.

Sombra de arboles y fuentes con agua que refresquen el ambiente
Eso ya lo hacían los jovenlandeses en la Edad Media
Pero ahora con materiales biochupiguay.
 
No se trata de reinventar, se trata de que lo lleven a la práctica.
Esto, en lugar de inventar ciudades con asfalto y cemento que acumulan bocanadas de calor que no se disipa.

Otro buen invento es prohibir que vayas al parque o al Retiro, y encerrarte en casa en caso de haga mucho calor.
 
Simplemente jugando con la disposición del arbolado y tamaños-orientaciones de los edificios se podrían hacer maravillas, pero cuando un palmo de terreno o una altura más pueden suponer decenas de miles de euros a la saca de alguien, es una utopía.
 
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